Partida Rol por web

Salí del Hospital recordando las costillas. No tarde en encontrar el restaurante. Pero para mi desgracia había cerrado.

-Mierda. Mi estomago volvió a rugir como respuesta a lo que había dicho.

Por fortuna donde uno cierra otros abren. Vi un bar bastante clásico como el nombre ``Bar de Joe´´

Me acerque para verlo y al asomarme me llego un olor agradable a comida. La decoración era la típica de un bar viejo. Tenía mesas acolchadas en tapicería roja junto a una enorme cristalera y taburetes junto a la barra .

Pensé en pasar de largo, pero tenia mucha hambre y se hacia tarde. Por lo que me dirigí a la puerta y entre.

-Buenos días. dije mientras entraba y tomaba asiento en la barra.

En el local no había demasiada gente, un par de las mesas estaban ocupadas y en la barra un tipo moreno de unos treinta años ocupaba uno de los taburetes.

La primera en saludarte fue una camarera rubia que andaba por allí con la cafetera en la mano para rellenar algún que otro café. Pero como te dirigiste a la barra a sentarte allí fue el señor que había tras la barra el que pasó el paño por delante de donde te sentaste y te dirigió la palabra.

- Buenas tardes ¿Qué desea? Si quiere comer aún está a tiempo, dentro de poco íbamos a cerrar la cocina. Tenemos sandwiches variados a la plancha, hamburguesas, Bacon, bocadillos, platos combinados…

Al entrar me di cuenta de que no había mucha gente. Una camarera que rellenaba cafés y otro camarero tras la barra . Demasiado para un par de mesas ocupadas.

Al sentarme limpio mi trozo y me comentó el menú. Tenía basabte hambre pero si había algo que hechaba de menos era una cosa.

-Una hamburguesa completa con patatas y un cerveza.Hacia años que no comía una hamburguesa como Dios manda. Con su queso su carne a la parrilla lechuga tomate vacos y pepinillos. Se me hacia la boca agua de solo pensarlos.

Esta muy tranquilo ¿No? Comente al camarero mientras miraba el lugar. 

-Me pregunto si tendrá que ver con esa barrera. 

Joe sonrió de oreja a oreja – Ha pedido el plato estrella. Marchando una hamburguesa completa – Se acercó a la cocina para pedirla y que la fuesen haciendo y volvió contigo.

Puso los ojos en blanco brevemente - Pues si, dicen que están las carreteras cortadas y eso... no es muy bueno para el negocio... A ver si lo arreglan pronto – Agarró una copa y la fue llenando de cerveza rubia del tirador.

En ese momento notaste que se acercaba el hombre moreno que había estado sentado en la barra – Disculpe señorita ¿Le puedo hacer una pregunta?

Cuando vi la reacción del camarero sonreí y mas aun cuando dijo que era el plato estrella.

-Genial por que hace años que no como un hamburguesa.

Cuando volvió de encargarla a la cocina me respondió algo preocupado.

- Si están cortadas. Espero que lo arreglen pronto. No le conté nada de la barrera pero ¿Que podía decir que había un campo de fuerza que nos tenia atrapados?. Era la receta para que te tomaran por loca o cundiera el pánico y primero quería comer.

Estaba viendo como tiraba mi cerveza cuando se acerco un hombre moreno que había estado sentado en la barra.

- Buenos días. Si claro pregunte lo que quiera. Dije con una sonrisa amable.

El camarero y propietario del local te sirvió la cerveza y fue a atender otras cuestiones mientras no estuviese aún to comida hecha.

- Bueno, en primer lugar me llamo Barton Freman – Te tendió la mano a modo de saludo y luego prosiguió hablando – Bueno, no deseo molestarla ni nada, solo quería pedirle opinión sobre una cuestión que me ha pasado.

Suspiró y tomó otro trago de su cerveza para aclarar la voz – Verá. Esta mañana he tenido un pequeño incidente con el coche, salía del aparcamiento del supermercado y al lado tenía una furgoneta aparcada. Claro, no veía bien y golpeé a otro coche que pasaba en ese momento – Se pone la mano en el pecho – Me disculpé, reconocí que la culpa era mía, le hice los papeles , la llevé al mecánico, a la estación de autobuses y a su casa...

- Creo que hice más de lo que era mi deber ¿No? ¿Pues sabe cual fue la reacción de la mujer? Hostil desde el primer momento, acusarme de machismo, y en todo momento enfadada – Tomó aire – En fin, ya se que no es agradable que a uno le den un golpe en el coche, pero, pero... No sé... Me parece que no soy tan cabrón y un par de palabras de gratitud por su parte no hubiesen estado mal... ¿Qué opina?

Cuando empece a escuchar a aquel hombre no pude evitar pensar.

-Robin para que le dirías nada...Vaya loco.

-Robin Mckeavey. Comente presentandome. Lo mismo si no lo hacia volvería loca a otra pobre persona. Y di un largo trago a mi cerveza.

Y hice un gesto encogerme de hombros y juntar los labios y sacarlos hacia afuera.

-Hombre creo que hizo mas que suficiente. Se disculpo , dijo que era culpa suya la llevo al mecánico a la estación de autobuses y por dios hasta a su casa. Dije abriendo las palmas y separando los brazos. Yo no hubiera hecho ni la mitad.

-Yo a este tío no dejo que me lleve a casa ni hasta arriba de Whisky.

No sabia por que, tal vez su cara o el abordar a una desconocida pero me daba mala espina. Aunque tal vez fuera yo. Llevaba mucho tiempo fuera y esto era un pueblo donde la gente es mas abierta y todo el mundo se conoce. Puedes sacar a la persona de África pero no a su corazón y a su cabeza.*

Estaba demasiada acostumbrada. Y eso que en África la gente era mas amable pero también había gente que podía ofrecerte agua o pegarte un tiro con un fusil Ruso.

Barton sonrió con cierta satisfacción, tus palabras lo dejaron al menos medio convencido. Aunque tus pensamientos eran de otro tipo y tu mente volvió momentáneamente a África, como no sentirse apasionado por una tierra tan exótica.

En ese momento te trajeron tu plato. Hamburguesa, pepinillos, huevo frito, bacon, otra hamburguesa, queso, lechuga, tomate, mayonesa, cebolla pochada... todo entre dos panes y con una banderilla que atravesaba el conjunto para evitar que se derrumbase, y además olía sensacional.

- Buen provecho – Te dijo Barton - ¿Me permite que al finalizar la invite a una copa de vino? - Curioso hombre y difícil saber como tomarlo.

 Veo la cara de satisfacción en su rostro al escuchar mis palabras. Por fortuna mi hamburguesa llego y el olor tan delicioso que desprendía lleno todos mis sentidos.

-¿Eh? Gracias. Acerté a decir demasiado absorta en mi comida cual León apunto de devorar una gacela. Y acto seguido la coji entre mis manos y la di un gran bocado. Era increíble una explosión de sabor, la carne , la cebolla pochada el queso. En ese mismo instante ese bocado de hamburguesa se convirtió en algo mejor que el sexo, el cual hacia casi tanto que no hacia como el comer una hamburguesa. Gr gracias. Dije con la boca llena mientras tragaba.

-¿Todavía sigues aquí?

Para mi desgracia seguía y no solo eso quería tomar una copa de vino.

-¿Vino después de comer?

-Es usted muy amable pero he salido solo para comer algo, mi madre esta en el Hospital, soy medica y he venido desde África solo para estar con ella. Y estoy cansada. Mi idea es volver una vez coma. Dije con una amable sonrisa.

-Vamos lo que viene siendo. Contigo no bicho. Pero de manera educada.

Y volví a dar otro mordisco a la hamburguesa , quería comerla cuando todavía estaba caliente y no me apetecía que me estropearan tan delicioso bocado.

Su sonrisa de medio lado se le congeló en el rostro. Trasnsformándose en algo... no muy agradable – Entiendo, en otra ocasión entonces – Lo que te llevó a pensar que el mensaje había sido recibido con total claridad.

Acabó su copa de un trajo y dejó un billete encima de la barra, no esperó la vuelta, directamente se fue hacia la puerta, pero antes pasó por tu lado y dijo entre dientes algo así como... - A todo cerdo le llega su San Martín – No se entretuvo en esperar respuesta tampoco, tomó la puerta y salió al exterior.

Al menos la hamburguesa estaba deliciosa.

El tal Barton no pareció tomarse demasiado bien mi educada respuesta.

-Otra vez sera. Comente con una sonrisa.

Se termino su copa de vino pago dejando un billete y se dirigía hacia la puerta , estaba apunto de seguir con mi hamburguesa cuando se paro a mi lado y me dedico unas emotivas palabras y salio a toda prisa.

-Genial. Paso de esquivar comandos de la muerte en áfrica a paletos con el ego subido. Y seguí comiendo mi hamburguesa.

-Tengo que preguntar a Jack si conoce a Barton Freeman. Sera un estúpido y un gilipollas pero haber quedado para cenar con un detective tiene sus ventajas. Igual le conoce.

-¡¡Perdone!! hable un poco mas alto para que el camarero pudiera oírme. ¿Conoce a Barton? El hombre que a estado aquí hace nada.

Me había dado mal rollo , sobretodo eso de que a los cerdos les llegaba su San Martín, no entendía mucho el dicho ,pero imaginaba a lo que se podía referir.

Algo te inquietaron aquellas palabras. Y demoledora la comparación con algunos de los peligros de África. Te quedaste un momento pensativa y optaste por preguntarle a Joe tras hacer un pequeño alto con la mitad de la sabrosa hamburguesa ya degustada.

Se acercó echándose el paño de limpiar copas al hombro – Lo conozco de vista, pero no sé mucho de él, no habla mucho. ¿Le ha molestado? - Te preguntó. Quizá para tomar buena nota de como proceder en futuras ocasiones. Como todo responsable de su negocio trataba de que el ambiente del local fuese bueno.

Sonrió al ver su gesto echándose el trapo sobre el hombro. Un gesto muy de bar. Y escucho lo que me dice de Barton.

Niego con la cabeza.

- No demasiado. Es algo siniestro y no a recibido la respuesta que quería. Y me encogí de hombros. Al menos lo compensa el hecho de que la hamburguesa esta buenísima. Comente sonriendo para después darla otro mordisco.

-La verdad es que espero no volver a verlo.

Joe asintió ladeando un poco la cabeza – Gracias por el cumplido, se lo comentaré al cocinero. Sobre el tipo ese, si vuelve por aquí le tendré un ojo puesto encima para vigilar que no moleste a nadie. No estamos como pare perder clientes – Te guiñó un ojo y prosiguió con sus quehaceres

En diez minutos más te habrías comido la hamburguesa. Aún te quedaban unas tres horas por delante hasta la hora de la cita. Y debías que pensar como emplear el tiempo hasta ese momento.

Escucho el comentario del Camarero.

-Tranquilo por mi parte pienso volver a por otra hamburguesa. Comente sonriente.

Mientras seguía comiendo mi hamburguesa. Mire mi reloj y vi que tenia como unas tres horas para mi ``cita´´ con Jack.

Creo que volvería con mi madre estaría un hora o hora y media y volvería al hotel, me daría una larga ducha , descansaría un poco y después me prepararía para bajar con Jack.

-No suena mal.

Terminaste de comer la hamburguesa. Comer con calma y una buena comida siempre era de agradecer. Joe parecía un hombre majo y agradeció tus palabras sobre lo de volver – Siempre será bien recibida – Te dijo ya mientras pagabas.

Saliste de allí aún un poco mosqueada con el “encontronazo” con aquel tipo, el tal Barton. Pero no hubo mayor problema y pudiste llegar hasta el hospital sin contratiempos. Era curioso, pero estar al lado de tu madre te calmaba, sentías que ella estaba allí, no la sentías como un mueble o un vegetal, en cierto sentido sentías su presencia.

Cuando termine la hamburguesa pague y me despedí del simpático camarero. Fui caminando tranquilamente al hospital para ver a mi madre.

Aunque varios temas ocupaban mi cabeza. El primero mi padre. Parecía claro que nadie había encontrado su cuerpo todavía. Por que nadie me había avisado o detenido. Estaba casi segura de haber hecho bien que pareciera un accidente aunque siendo un borracho conocido era normal que pudiera pasar. Y había limpiado las huellas de lo que había tocado. Con lo que esperaba que no pasara demasiadas cosas , por no mencionar que esto es un pueblo de barrio no New York con el C.S.I detrás. La autopsias revelaría huesos rotos por una caída y grandes cantidades de alcohol y barbitúricos una mezcla peligrosa que esperaba que les llevara a pensar en el accidente. No era perfecto pero es lo que había.

Obviamente nunca había matado a nadie, ni había pensado en hacerlo nunca. Y mucho menos a mi Padre. Pero desde luego era una persona que lo merecía por que si no mas tarde o mas temprano habría matado a mama. Había puesto un continente de por medio para no ver el problema pero había seguido ahí. Es cierto que mi primera reacción había sido escapar. Pero no podía dejar a mi Madre. Aunque ahora mismo no podría escapar aunque quisiera. Esa cosa parecía rodear el pueblo. Por si no tuviera ya pocos problemas.

Entre en el hospital y fui directa a la habitación de Mama. Me senté a su lado y la coji la mano. Sabia que estaba en coma y que no me sentía. Pero era curioso como al estar cerca de ella estaba mas calmada. Podía notar que ella estaba conmigo de un forma directa y real y no como un persona en coma.

-Siento mucho no haber mantenido el contacto estos años. Hice una pausa. Ya se que estas cosas siempre se dicen cuando parece que ya no hay remedio. Pero te he echado mucho de menos. Por eso tienes que seguir luchando y salir adelante. Me levante y la di un suave beso en la frente.

Me acerque al borde de su cama y vi la carpeta con su historial.

-Nada nuevo. Eche un vistazo a los aparatos a los que estaba conectada y todos indicaban un estado estable dentro de la gravedad de las heridas que había sufrido.

- Desde luego mi visita a casa no esta siendo como había pensado Mama. Sonreí. Hay una cúpula o un campo de fuerza extraño o yo que se . Me reí de lo absurdo que sonaba. Pero al parecer no se puede salir. Y al parecer no he perdido el ``toque´´ de las Smith. Me han invitado a cenar esta noche. Un hombre se llama Jack , parece simpático y era policía por lo que me dijo. Y bueno teniendo en cuenta que mi vida social a sido casi nula estos últimos años. Pensé que demonios. Me volví a sentar a su lado. El contarla todo esto me hacia sentirla mas cerca.

Aunque comiendo una hamburguesa se me a acerco otro tipo , debo de estar en racha dos en un día. Aunque ya había llenado mi cupo sonreí. Ademas el otro era un tanto siniestro Barton Freeman , no me suena la verdad. Pero tranquila te prometo que mañana volveré para verte. Comente sonriente.

Mire el reloj. Ya era hora de irme al hotel. Tenia que ducharme principalmente o mi ropa cobraría vida.

-Mañana te veo Mama. La bese la mano y salí de la habitación para poner rumbo al hotel.

Por primera vez en muchas horas pensaste en el “incidente” con tu padre, pero era un pensamiento que te seguía resultando molesto. Una espina que tenías clavada y en la que preferías no pensar. Con lo que no tenías dudas era con haber hecho lo correcto, pero aun así era una muerte, un parricidio lo que aún resultaba más atroz, la persona que te había dado la vida y que cuando eras pequeña pues no todo fue malo, también hubieron tiempos felices. Mientras acompañabas a tu madre sentiste una lágrima resbalar por tu mejilla.

La limpiaste con rapidez y pensaste en la barrera que cercaba el pueblo. Desde el puesto de enfermeras escuchaste que tenían una pequeña radio en marcha, la emisora local era la única emisora que se recibía, parecía que la mantenían en marcha con grupos electrógenos. Allí escuchaste el nombre “oficial” de esa barrera, la llamaban “la cúpula”.

Con respecto al estado de tu madre, efectivamente no había novedad, todo seguía igual. Estable dentro de la gravedad, sus órganos funcionando, pero inconsciente, sumida en el mundo de las tinieblas.

Aquella charla con tu madre te sirvió para sentirte más cercana a ella aún, si algún día recuperase la conciencia quizá las cosas podrían ser distintas entre vosotras y si una cosa tenía tu madre era la capacidad de perdonar. Tras aquella charla digna de la mejor relación entre madre e hija miraste la hora y decidiste que sería hora de volver al hotel y adecentarse.

Por alguna razón te sentías mejor contigo misma. Llegaste a la habitación de tu hotel en la que todo seguía igual. Ahora tenías que decidir que ponerte, quizá volver a sentirte coqueta de nuevo y por la hora, hasta tendrías tiempo de darte un baño relajante.

Llegue al hotel mas relajada y descansada de lo que había estado en mucho tiempo. Todavía me quedaba bastante rato para la ``cita´´ con Jack. Por lo que decidí darme un largo baño con mucha espuma.

Un lujo que en África no había tenido. Allí las duchas eran rápidas y con agua filtrada. Coloque una velas en el borde ,encendí la radio local y me metí en la bañera llena caliente y relajante agua

-Si tuviera un vaso de helado de vainilla con galletas seria perfecto. Pensé . Espero que donde cenemos tengan o un brownie. Echaba muchos alimentos de menos , pero sobre todo los postres.

Cuando estuve segura de estar limpia y completamente relajada salí de la bañera me seque y comencé con la larga tarea de vestirme.

Después de mirar bastante y descartar bastante por demasiado pueblerina chunga o demasiado raro encontré en mi maleta un vestido. Antes de venir al pueblo había pasado por la casa de mi tia y había cogido algo de ropa. No era mucha pero encontré un vestido que me gustaba azul largo escotado y con la espada algo abierta. Igual no era el mejor para quedar con un desconocido pero hacia muchísimo que no me ponía un vestido y me sentía...un poco femenina por lo que fue un cambio agradable.Me eche algo de perfume y lista. No me gustaba usar maquillaje o simplemente no sabia mucho usarlo por la falta de costumbre por lo que decidi no arriesgar

Una vez lista espere a que fuera la hora para salir.

Si ya estabas un poco más tranquila con el baño acabaste de relajarte del todo. La verdad era que desde hacía muchos meses no habías podido darte un baño como Dios manda, desde antes de irte a África. Allí resultaba imposible y desde que habías llegado a occidente no habías tenido tiempo. Y esto era un gran homenaje que pudiste darte.

Te volvías a sentir femenina, a gusto contigo mismo. Te limpiaste y perfumaste, como pensaste quizá excesivo para quedar con un desconocido, pero como pensaste tu misma: qué demonios, un día es un día.

Ya estabas acabando de arreglarte cuando llamaron a la puerta con los nudillos.