Partida Rol por web

 El joven Ausàs guía y lidera las acometidas contra la puerta de la masía., con la intención de abrir una salida para huir de esta irracional pesadilla.

Rematar y salir fuera. Ver que querer esa sombra... -Digo a Leandro- ¿Alguna vez tú ver sombra que hablar?. Yo no ser, seguro que todo ser brujería vil...

Dicho esto, me encamino a las escaleras, esperando a que Leandro acabe, para salir fuera...

No quiero ningun regalo por hacer lo que hay que hacer.

Entonces gira su mirada al resto de la habitación y tan solo ve a Mohamed. ¿Donde han ido los demás?

Mohamed, ¿me ayudas a entrar en la "habitación prohibida"?

Uhm... ¿Por qué no?. Cojamos llaves y veamos qué hay ahí...

Leandro ignoró totalmente a la sombra y en cuanto Mohamed cogió las llaves, los dos salieron de la sala con direccion a la habitación misteriosa que tanto parecia importar a los dos hermanos.

¿Que crees que habrá dentro? preguntó el soldado por el camino.

Rebuscando entre los cuerpos encontráis las dos llaves, se nota que son hermanos y algo tienen en común `porque ambos llevan la llave con una cadena al cuello. Ahora con las dos llaves empezáis a buscar por toda la casa, finalmente llegáis a un cuarto con una cerradura con dos agujeros para las llaves. Este cuarto debe ser.

En ese momento se oye un estruendo en la planta de abajo y escucháis un ruido de madera reventando.

¿Qué ser ese ruido? Sonar como madera al romper. ¿Ir a mirar ruido ahora, o mirar después de ver que haber en habitación con cerraduras? -pregunto al soldado, con una de las llaves en la mano.

Puede que nuestros compañeros tengan problemas, pero también es cierto que nos han dejado abandonados...

La puerta revienta con un estruendo, fuera es noche cerrada y no se oye absolutamente nada excepto aquel ruido que mencioné. Al posar la vista al frente veis una docena de siluetas caminando lentamente hacia vosotros. De ahí proviene el ruido.

A medida que se acercan las siluetas y gracias a la luz del interior de la casa podéis distinguirlas, van vestidas con harapos y el olor que desprende es pestilente. Las figuras no son hombres!! bueno lo eran, no son más que un montón de huesos envueltos en un pellejo, no podéis distinguir si son hombres o mujeres porque al estar tan putrefactos sus caras no son más que calaveras con los ojos hundidos, sin orejas y un pellejo alrededor.

Dos de ellas van armadas con espadas y el resto van totalmente desarmadas.

El ruido de la planta baja me pilla de sorpresa.

Cualquiera sabe lo que pasara abajo, pero siempre podemos mirarlo despues. Ahora mejor abramos esta puerta y, si quieres, despues bajamos.

Las dos cerraduras se abren con un clack tras meter cada uno una llave y girar varias veces hacia el lado diestro.

En el interior de la sala apenas llega la luz, pero por lo que podéis ver está totalmente vacía.

 El joven se descuelga el escudo y a pesar del avace de estos seres se predispone a lanzarse en carrera al exterior, parecen muchos, pero son lentos y torpes.

 El joven se lanza en carrera, alzando el escudo en el flanco por el que aparecen las criaturas de las espadas, pero sin intención de detenerse...

Sorprendido, entro un par de pasos hacia dentro y miro por toda la sala.

¿Que no hay nada??? dice en un tono que muestra con claridad lo extrañado que está

Al echar a correr escapando de los muertos, la sombra aparece ante ti.

- Detente. Te espera mi recompensa y no podrás escapar de ella. Tanto si quieres como si no! ¿ o es que acaso quieres que te posea y te convierta en mi más fiel servidor ?

¿No haber nada? -digo mientras meto la cabeza en el interior de la sala- Quizás esto solo ser lección de humildad para hermanos, o padre de dos tener sentido de humor algo malo. Tener que mirar mejor...

Dicho esto, inspecciono la sala un poco mejor, si es necesario, cojo alguna vela o algo que ilumine el pasillo de las habitaciones.

Cogiendo un candil del pasillo Mohammed ilumina toda la estancia, mientras camina por la sala iluminándolo todo, incluso llega a pasar sus manos por las paredes de madera. Pero nada de nada, parece que Ramón(Padre) tuvo engañados a sus hijos toda su vida.

 Ramón continúa en su frenteica huida, escudo por delante.

 - Ve con tus trucos a quien te crea, brujillo.

 Su voz sale más estridente de lo que pretendía, pero aún así sus piernas no flaquean, alejándole de la zona donde yacen los entes leprosos esos.

Creo que aqui ya no hacemos más que perder el tiempo. Vayamos abajo mejor, ¿no te parece? dice el soldado cuando va saliendo de la sala vacia.

Sí, ir... -dicho esto, me encamino hacia la parte de abajo junto con Leandro, con el candil y mi espada corta en la mano.