Partida Rol por web

Como tenía solo un auricular puesto no me costó enterarme de lo que se estaba cociendo unos asientos más atrás. De hecho, automáticamente dejé de escribir la carta para coscarme de por qué las animadoras han ido a liarla atrás.

Que sí, que empezó la locuela de Morgan es de cajón (porque es así; no tiene vuelta de hoja), pero es que ir a molestar a Miller...La combinación de ambos, como esperaba, amenazaba con estallar.

A mí solo se me ocurre lo más práctico: giro el folio que estaba usando, escribo en él y lo alzo sobre mi cabeza de espaldas a los profesores, con puro carácter lúdico y de animación.
En la hoja he escrito "ROUND 1" acompañado de algunos "¡Tortas! ¡Tortas!" alrededor.

-Luego, luego, ya habrá tiempo...- dice al ver el cartel de Casey...-y guarda eso, lo necesitaremos...-

- Lo siento, - suspiré volviendo a hacer acopio de mi cigarrillo, cuando Threebanks volvió a mirar hacia adelante - no peleo con mujeres, - sonreí acariciando mi nariz, es posible que hasta se haya hecho ella más daño - da igual que sean damas o arpías... - expliqué enarcando una ceja y volviendo a mi pose inicial - Pero puedo partiros la cara a vosotros dos, negratas. - señalé a ambos con el cigarrillo entre mis dedos - Así que dejad de crear discordia y ocupaos de vuestros asuntos. - sentencié con tono intimidante para luego volver a sonreír a Izzie, esa renacuaja que me resultaba terriblemente sexy - Bonito dedo nena, ¿Hasta donde te lo has metido? - terminé preguntando devolviendo el beso que me lanzó.

No sabe a santo de qué pero el rebelde sin causa de atrás intenta entablar conversación. Ufff... qué palo... Pero antes de darle largas entran ellas, y cuando ellas llegan, son lo único que se hace notar. ¿Por qué siempre estan igual? Oh... espera... cómo no, metiéndose en medio.

La situación se sale de madre, pollo por aquí y pollas por allá. Como siempre. ¡Malditas animadoras! Intenta aislarse del barullo, pero incluso Casey parece añadirse al tema.

Entonces vio a Linda y Vivian justo delante suyo. A la mierda el resto, ahora la amenaza eran ellas dos. No sabía qué les había entrado a esas emos, pero lo suyo con ella rayaba la obsesión! Cerró rápidamente la libreta para que no vieran nada, no porque fuera algo importante, si no porque no le daba la gana y punto.

- Eh... chicas, qué tal si me ignoráis hoy para variar?- giró la cabeza y empezó a prestar atención a la pelea, como si fuera lo más interesante que ha visto nunca. Qué coño, si está hasta por hacer otra pancarta, y si hay que elegir bando, se elige. - ¿Apuestas? Venga, Vance, apuesto yo por ti, no tendrás miedo de perder contra ellas, no?- Menos mal que sólo llevo 5 pavos, porque seguro que me voy desplumada de aquí...

Desde fuera, el interior del autobús parecía un circo. Y eso que no llevábamos ni media hora dentro de éste. Había llegado el primero, incluso antes que el propio autobús, y los profesores, así que me fui a un parque, no muy lejos del instituto, desde donde podía ver cómo mis compañeros iban entrando en el autobús. Según podía contar, ya sólo faltaba yo. De un pequeño salto, me bajo del banco donde estaba sentado, encaminándome hacia el autobús. El resto de mis compañeros pueden verme cruzar la carretera por delante del autobús, deduciendo perfectamente que me encontraba en aquel parque, al que no todos les gustaba ir. Con paso tranquilo, subo los escalones del autobús, sonriendo al conductor en un gesto de "Buenos días" sutilmente insinuado.

Una vez dentro del autobús, levanto ligeramente la vista, para escoger sitio. Vaya, parece que me siente donde me siente, me va tocar la lotería. No puedo evitar sonreír de medio lado. - Buenos días - hablo con mi tono normal de voz, la Sra. Wildwood me había enseñado que dar los buenos días y las buenas noches, era un gesto apreciable por parte de una persona. Y yo, le hacía caso. Normalmente, solía afeitarme casi todos los días, para mantener un determinado estilo de vello facial, aunque en estos últimos tres días, con la emoción de que dentro de poco abandonaría la casa de mis padres, y por fin podría ser totalmente yo mismo, había decidido dejármela crecer un poco más. Aún poseía su definición inicial, pero los primeros pelos en brotar rompían la línea de afeitado. Igualmente, el pelo, que solía llevarlo recogido, y si no, peinado hacia un lado; esta vez, asumía formas a su libre albedrío, enmarañado. Como de costumbre, llevaba una pequeña mochila bastante andrajosa en la que metía todas las cosas qaue creía que podía necesitar (desde un diccionario a unas pinzas de tender la ropa), una riñonera de tela, verde, con varios motivos basados en espirales y formas geométricas de color negro.

Mi indumentaria suele ser clásica, buscando cierto nivel de elegancia, a pesar de combinar elementos que aparentemente no cuadraran entre ellos. Lo que nunca me quitaba eran unas botas altas de corte deportivo. Estaban repletas de dibujos, proverbios y símbolos que les había aplicado en alguna de las aburridas clases de Matemáticas, o Física. En este caso, llevo una pantalón largo, de fibra de cáñamo, con unas cremalleras a nivel de las rodillas, que permiten transformarlo en un pantalón corto; una camiseta sin mangas de color azul ultramar con una especie de chamán rodeado de calaveras, una de las cuales recubría su cabeza, mientras en un altar, de cráneos, aparece una joven tendida, ensangrentada, y el chamán tiene una de sus manos hundidas en su entrepierna. Por último, una pequeña gorra enganchada a la riñonera, completa mi indumentaria. 

Por más que intento definir un sitio donde sentarme, no lo consigo, permanezco unos instantes ahí de pie, pensando en quién me aceptará, más que en el mero hecho de sentarse. Vale, creo que aquí. Finalmente, avanzo unos pasos hasta el final del autobús, pasando entre los demás compañeros. Los conocía, pero no había conversado mucho con ellos. Ni ellos conmigo, de hecho. A un lado, está Vance, así que me siento al otro lado, independientemente del humo de sus cigarrillos o su prepotencia. No puedo evitar mirar lo que está haciendo la chica pelirroja, porque la he visto dibujar... Y quiero saber qué y cómo lo hace. Apenas son unas milésimas de segundo.

Ese último comentario de Vance a Izzie, me sorprende, no pudiendo reprimir una pequeña mueca de mofa. Lo suficientemente ambigua como para no saber si era por uno, o por otro. Dejo la mochila bajo mi asiento. Subo mis piernas encima del asiento, las rodeo con mis brazos y pierdo la vista en el exterior, emocionándome interiormente con todos los dibujos que voy a poder hacer, todas las cosas que voy a aprender sobre esa civilización, y ante todo... Porque ese viaje significaba un paso. No ya sólo estudiantilmente, sino de una forma vital.

-Uuuuuhhhh la brujita pelirroja le tira los trastos al matón...-

-Le habrá dado antes una poción de amor, oye, ¿nos enseñas a hacer una?-

Cita:

Una vez se ha retirado el profesor, Wash, con aire asustado dice: "calma tío, sin problemas ehhhh"- y se queda muuy quietecito en su asiento.

- Si para ti eso es tirarle los trastos a alguien, Vivian, no me extraña que no hayas encontrado a nadie mejor en la vida que Linda.- dice con cara de asco. Viendo que la cosa no va a más entre Vance e Izzie, saca el mp3 y se pone música a toda ostia.

Se pone un asiento más atrás, para evitar a las emos, se tumba en los dos asientos e ignora un ratito al mundo.

Agacho la mirada con media sonrisa cuando Wash me dice que guarde el cartel, haciendo lo que dice y encogiéndome de hombros. Abro la boca para intentar decirle un simple "vale", pero se me hace un nudo en la garganta; se me han atragantado las palabras, así que me pongo a toser, agachándome de nuevo.

Vance no parece que vaya a callarse y las goticorraras se han levantado de buen humor, para variar, así que solo conservo el cartel hasta que pueda volver a sacarlo. Adiós a la carta para Neve; esto es más interesante. Me meto el puntafina en la goma de la coleta y apago el mp3.

Aunque Elizabeth trata de aislarse, ni Vivian ni Linda la dejan en paz, primero tirando papelitos y luego poniendola caras...

-Casey, ayudanos a que "Elizi"-toma recorte de nombre-nos haga caso, no quiere enseñarnos brujería...-

La sonrisa de Izzie se convierte en una mueca de "jódete". Incluso entreabre la boca para decirle algo, pero de repente a la irlandesa le da por hablar y ponerse del lado de Miller. ¿Pero qué coño?, piensa Izzie. Aunque, para suerte de algunos, sus divagaciones sobre la posible traición entre chicas por parte de Elizabeth no va a más, pues Andrew Moore entra en el autobús con aires de niño autista.

- ¡El puto Che Guevara! -exclama, con falsa alegría. Aprovecha el arrebato para apoyar las rodillas sobre el asiento, quedando así a una altura superior para poder ver todo lo que pasa. Así, a parte de vigilar de refilón a las góticas, logra distinguir la mueca de mofa de Moore. Otra persona hubiera dudado si estaba dirigida a Vance o a Izzie, pero ella es demasiado egocéntrica como para atribuirla al que ahora está en su punto de mira- Qué, ¿has dejado ya de jincarte al ama de llaves? -pregunta, sacando la lengua y moviéndola de arriba a abajo rápidamente, gesto que pretende ser obsceno. Ni siquiera sabe si tiene ama de llaves, pero de lo que sí es consciente es de que Moore tiene bastante pasta. A lo mejor cuela.

-No sabemos si es una bruja que sabe brujería o sólo una bruja- concluye para reirse un poco.

Está claro que son los estudiantes más conflictivos del instituto, apenas ha comezado el viaje y ya están las animadoras peleando con el motero, los negros armando, la rubia callada animando, las góticas metiendose con la pelirroja, el estudioso siendo objeto de burla por la animadora bajita...

Cita:

Veis como las góticas tratan de poner de los nervios a Elizabeth, intentando conseguir la ayuda de Casey.

Al cabo de unos minutos más de barullo, el profesor, hastiado, interviene, se pone en medio de vosotros.

-Bueno, esto pasa de castaño oscuro, durante el viaje de ida os daré la información que necesitáis para el trabajo que tenéis que hacer si queréis aprobar, junto claro con lo que aprendáis en las ruinas... si es que hacéis algo.-

Saca sus notas

-"Los Nativos Americanos Anasazi vivieron durante el primer milenio de nuestra era, extinguiendose durante los años 1000 a 1350, dejaron varias ruinas, la mayoría entre Utah y Arizona, las que vamos a ver hoy son una excepción ya que están en California..."-

Cuando "Izzie" se pone a putearte, tienes la visión como por un segundo de una especie de hacha girando sobre su cabeza... pero igual solo es tu imaginación.