Partida Rol por web

Fallar una de miedo por un punto solo significa que te sorprendes y que el bicho te gana la iniciativa... pero os están esperando en el bosque...

Cita:

Realmente en todos tus experimentos sólo has podido quitarla o ponerla en una zona pequeña, un metro por un metro...  más o menos... con drama y buenas tiradas podrías hacer algo más, pero no mucho...

Y sacar este plano de las dimensiones demonio... demomento no, ni siquiera un trozo, hasta que veas como han hecho el ritual para la fusión de dimensiones... luego igual sí.

Nada más oír el primer tiro me tiré al suelo encogida con las manos sobre la cabeza y temblando. Después de lo del profesor Threebanks...no me he dejado sorprender demasiado por ver a la profesora Derriere con una pistola y disparando tras su discurso tan...tan de mala de cine.

Siento tras el segundo tiro un peso sobre mi cuerpo. Juan Pablo, que ha caído muerto hacia atrás ante los disparos. Doy un chillido breve, apartándolo de mí a manotazos y patadas como una histérica, que es lo que seré en breves. Y nada más lograrlo, Manuel también cae.

Miro aún desde el suelo, aterrada, hacia la profesora Derriere. Pero, ¿por qué? ¡¿Por qué yo, maldita sea?! Más miedo me entra al ver a su lado a uno...uno como el de las ruinas.

-E...Están...Están todos locos. Tanto usted como el profesor Threebanks...-balbuceo, intentando parecer serena. Rápidamente miro a las goticorraras y las señalo.-¡Y ni se os ocurra entregarme, que os veo! ¡Oportunistas!

Tiene un momento de lucidez in extremis.
- No, Andrew, vámonos de aquí! Son demasiadas, una sola es capaz de...mucho!- se empieza a apartar con cuidado, sabe que cualquier movimiento brusco provocará un ataque. Vuelve a coger la mano de Andrew e intenta guiarlo lejos de las arañas.- Las tumbas... tenemos que ir a las tumbas... ¡allí no se acercarán las arañas! ¡No les gustan!- dice entrecortadamente. Empieza a notar la adrenalina del momento, quiere encontrar una ruta alternativa que les aleje de los dos peligros, pero sabe que tarde o temprano tendrán a los encapuchados encima. Pero mejor ellos que las arañas. Espero que el aire no me falle esta vez. Espero que el hacha no me pese demasiado.

"Lo sabia! Asquerosa puta zorra! Es que lo sabía que estaba detrás de todo!". Me quedo mirando la escena, tratando de no gritar de horror al ver como caen los dos hispanos, muertos a tiros. Y sus navajas enormes. Aprovechables.... Entonces me hago consciente de que O.M.G. 8 vampiros?!!! no no nonono esto definitivamente no está yendo nada bien. Con una sola estaca no haré nada! Dios! No soy Buffy!!
"Vale, cálmate Annie, respira hondo y piensa. Que harían los Ghostfacer en una situación como esta? Oh mierda, ellos nunca se encontraron con 8 vampiros y una puta profe pirada que quiere traer el apocalipsis al mundo! Vale, entonces que harían Sam y Dean? Sí, eso mejor. Dean... Dean haría...".

Me lanzo sobre Casey. Es a ella a quien quieren no? Pues es justamente lo que no le daremos. La atrapo con una de mis llaves y apunto mi navaja contra su cuello, a la altura de las cuerdas vocales.
-No te muevas, por favor, o no saldremos de aquí vivas...- le susurro al oído a Casey, aún a sabiendas que muy probablemente los vampiros me oigan pero no puedo hacer otra cosa.
-Vale, quieres a Casey- le digo en voz alta a Derriere- Dile a tus perros que nos dejen marchar fuera de este lugar "infernal" o mágico lo que sea, o la pequeña Casey se quedará sin voz y entonces tu plan se irá a la mierda. Sin voz no hay cántico, verdad profesora Derriere?- sonrío inocentemente.

-Izzie, coge las navajas de los hispanos muertos! -le indico en voz baja a mi amiga.

- Juraría que estoy en una de mis páginas de bloc de dibujo... - No puedo evitar quedarme unos instantes paralizado. Acto seguido, me pongo delante de ella, azada en mano. - Sé que vas a pensar que estoy loco, pero puede funcionar... - Mi voz no sonaba titubeante, pero sí ligeramente insegura, no sabía si iba a funcionar o no. - Las arañas vienen, nosotros corremos, los encapuchados vienen. Cada uno en una dirección, cuando estemos cerca de los encapuchados, y con las arañas en el culo... Haces eso que sabes hacer con el aire, para esquivar a los encapuchados, por encima... Y que se los coman las arañas, seguro que nos lo agradecen. Luego, ni idea. - Me callo durante unos segundos. - Es lo mejor que se me ha ocurrido. A la de tres, corremos hacia los encapuchados. ¿Te parece? - No espero a que ella me consteste, avanzando un paso al frente, no más. Levanto la azada y comienzo a gritar. - ¡Eh, arácnidos, venid aquí! ¡Seguro que no tenéis agallas de atraparnos! - En el preciso momento en que hube terminado mi frase, emepzaba a percatarme de que tal vez estuviera cometiendo una estupidez. Ya estaba hecho. - ¡Liz, vámonos! - Y echo a correr tras ella.

Las arañas no os siguen fuera del bosque a la necrópolis (no entran donde hay humanos enterrados).... pero los encapuchados estan allí dispuestos a capturaros... por alguna razon quieren atraparos con vida.

Solo queda defenderos (si queréis) o rendiros.

- Mierda, Andrew, espero que esto funcione!-dice mientras invoca a sus poderes y empieza a rezar interiormente a todos los dioses que conoce. Siente una corriente inmensa de aire surgiendo de ella y golpeando a los encapuchados. Tienen que llegar a las tumbas como sea, y si hace falta usar el hacha, lo hará. Si cayeran todos al suelo igual podríamos salir corriendo... Después empuña el hacha y espera que vengan hacia ella, no piensa rendirse ni atacar primero.
- ¡No sé qué mierda queréis, pero se va a rendir vuestra puta madre! - dice con toda la ira que siente dentro. Puedo con ellos, puedo con ellos, puedo con ellos!

Respira hondo. Respira hondo. Respira jodidamente hondo.

Ahora mismo, Izzie prefiere estar en cualquier otra parte excepto en esa. No sabe si existe un Dios, pero promete estudiar más si sale de esa. Ir a la universidad, hacer fiestas, sacar buenas notas. No promete no meterse con ningún profesor durante el proceso, pero cree que el haberle tocado las narices a Derriere durante sus clases ha estado mal. Muy mal. Tan solo tiene que observar a Juan Pablo y a Manuel, muertos sobre el suelo. Porque ya no son zombies sin vida los que atentan contra su vida, no. Ahora son unos jodidos vampiros que, por cierto, no es que sean muy guapos. Y la zorra de Derriere diciendo que se ha corrido no es que mejore mucho la cosa, claro. En general, imaginarse a un profesor teniendo un orgasmo nunca mejora las cosas.

Pero mantiene la compostura. Esto se ha convertido en una lucha por la supervivencia, y ella no piensa morir así por las buenas. Tiene cosas que hacer. Aprender a hacer fichas de puntos, tirarse a dos tíos a la vez, plantar un árbol, escribir un libro... por sólo nombrar algunas. Lo malo es que sólo tiene piedras, y como dé un paso para coger la súper navaja de uno de los latinos la cosen a tiros. Aunque bueno, a Manuel ya se lo han hecho. A lo mejor se han quedado sin balas. A lo mejor...

Vamos, Izzie, se dice a si misma; mantén la calma y continúa. O mejor, mantén la calma y conviértete en una mortífaga. ¡No, coño, eso no!

Pero no tiene tiempo para pensar más, porque Derriere quiere a Casey. Mira a la rubia. Por un momento incluso piensa en entregarla a la de Biología, pero se da cuenta de que eso sería demasiado cruel y ruin hasta para ella. Además, seguro que después terminaban matándolas. Casey era su billete de vuelta a Redfield, aunque después de eso... bueno, a Izzie siempre le ha gustado Nueva York. Mudarse será una buena opción.

Traga saliva y escucha a Annie. Coger las navajas. Bueno, navajas; parecen machetes a lo Rambo. Intenta ser sigilosa agachándose, pero no lo consigue, así que da una voltereta para ir más deprisa y acercarse a los cuerpos de los latinos. Logra coger las navajas justo cuando logra parar, y se siente en una película de acción mala. Incluso se permite el lanzarles una mirada a lo Bruce Willis en Jungla de Cristal.

LLegáis a las tumbas y están ellos allí esperando que caigáis en sus brazos...

Cuatro de ellos salen volando y caen con sonidos de huesos rotos... los otros seis se lanzan a agarraros... realmente a agarrar a la chica del viento y no llevan buenas intenciones.

-Zorra, ya eres nuestra-

La profesora te mira coger las navajas con aire divertido y luego se vuelve a Annie...

-Bravo ¡Por las dos! ¡Que gran jugada!...ni yo lo hubiera hecho mejor... tengo otra opción para vosotras... Anne, Isobel... uniros a nosotros...-

Ante las caras de asombro de todos (vampiros incluidos) continúa...

-¿creeis que os hemos traído a vosotras por casualidad? ¿o que seguís vivas por azar? noooo, analizé la sangre de casi dos mil estudiantes del instituto Redfield y las vuestras sobresalían... la de la pequeña Casey decía magia... algo esperado en un cierto porcentaje de estudiantes, también la pelirroja de Keks decía algo así y el bobo de Andrew tenia una versión más débil...-

-Pero la tuya, señorita Evans... me salia a sangre de semidemonio, uno tan raro y poderoso que no puedo ni siquiera definirlo... y la tuya señorita Morgan... bueno, la suya es la única que no se ni clasificar-

-ehhh- dice a Izzie cuando esta se levanta con las navajas- si se me acerca la partis en dos-

-Tenemos pensado despertar a un vampiro increíblemente poderoso que vive en estas ruinas, y servirnos de su poder nigromántico para dominar el mundo para eso nos hemos unido el profesor y yo con una secta de vampiros... ¿de verdad no queréis apuntaros?-

-Tengo a vuestro amigo Vance capturado en un calabozo, igual es un bono adicional... ahora mismo lo es... pero igual el zombie que hice del coductor tiene hambre y...-

-Nop, has derribado a 4, no está nada mal :P-

Ahora es Andrew... o ellos.

Esta chica es increíble. No sabía que tuviera este carácter. En el fondo, me alegro de haberme quedado con ella. Sí, eran pensamiento inapropiados para la situación, pero no podía evitarlo. Dentro de mí, era así. Pensaba en cosas que no tenían nada que ver con lo que me estaba sucediendo en aquel momento. Mis ojos, mi persona, no puede evitar quedarse fascinado cada vez que la joven pelirroja desplegaba su poder. Esa visión era fantástica. Si sobrevivimos, le haré un dibujo. De nuevo había conseguido deshacerse de aquellos encapuchados. Y yo, seguía pareciendo un inútil. Aunque habíamos averiguado que las arañas no salían del bosque. Pobre Vance, no quiero pensar en la suerte que ha corrido. Ahí estaban los que quedaban, seis, corriendo hacia nosotros. Más bien, corriendo hacia ella. Estábamos uno junto al otro, porque había comprendido que no volvería a alejarme más de cinco centímetros de ella. Agarro la azada, y me preparo a recibirlos, como un bateador. Ella, a mi lado, espera con las mismas agallas. Hasta les suelta una fineza. No puedo evitar sonreír. Hasta en estos momentos sabe cómo tomárselo bien...

Y cuando estaba mirando sus rizos rojos, antes de empezar a defendernos contra aquellos sectarios, uno de ellos, abre la boca. Error. Un extraño calor me invade por dentro, siento como si fuese a implosionar para luego generar una onda destructiva. Literalmente, la sangre empieza a hervirme. Y sólo me hizo falta eso. Sin pensármelo dos veces, salgo corriendo hacia ellos, estirando la azada, con una sola mano, para que ganara inercia al golpear. - ¡No vuelvas a llamarla zorra! - A pocos centímetros de ellos, recojo la azada con la otra mano y barro con todas mis fuerzas de lado a lado, intentando alcanzar al máximo posible de encapuchados. No ya para acabar con ellos, pero sí para poder atacarlos por separado. Eso sí, el golpe inicial era para el que había abierto la boca. No sabía si los demás acabarían excesivamente malheridos, lo que sí tenía claro era que la punta metálica de la azada estaba atravesando tangencialmente la yugular de aquel encapuchado sin educación. Sí, con chorros de sangre incluidos. Lo había logrado. No había conseguido alcanzar a todos, ni de lejos, pero en estos momentos, la azada había separado el cuello del tórax, pero no completamente. Aún colgaba algún músculo, y la cabeza se movía de lado a lado, cual péndulo. Con rabia, termino de separarle la cabeza del cuerpo, y miro a los otros cuatro. Porque a uno, lo acabo de derribar al golpear al charlatán. - ¡Vamos! ¿Quién es el siguiente? - Digo apenas murmurando, mientras la sangre que salpica mi pelo y mi rostro, se desliza por mi nariz. Hasta precipitarse al suelo. Cojo la azada con mucha más seguridad que de costumbre. Si puedo, además, le parto la rodilla al segundo que he golpeado... Y lentamente, retrocedo, para poder seguir repeliendo los ataques. - Eliz, te quieren a ti... - Sentencio, mientras una sonrisa psicótica se dibuja en mi rostro.

Cabrón, no me salía ningún encapuchado decente en las imágenes del google.

como mucho pegas a dos, y dañas sólo a uno...

Tira y describe.

Andrew destroza la garganta de uno y derriba a otro de un poderoso mandoble

de los cuatro que quedan dos se paran a agarrarle y dos se lanzan a por Elizabeth.