Partida Rol por web

Ha matado a alguien. Lo ha hecho. Se ha convertido en la chica que cree que el fin justifica los medios, aunque esos medios se hayan basado en degollar a dos adolescentes con las que se ha criado. Todavía recuerda cómo se tiraban arena cuando eran pequeñas, aunque el calor de la sangre salpicándole la cara le nubla esas entrañables memorias. Ni siquiera se molesta en limpiárse la de la cara; está más ocupada pensando en cómo Linda ha intentado hablar al clavarle el cuchillo en el cuello.

Vamos, joder, iba a morir igualmente, dice una vocecilla en su cabeza.

Y, aunque los remordimientos la sigan atormentando mientras Derriere cuenta su plan secreto y maligno (cosa que le confirma a Izzie que la rubia confía mínimamente en ellas... o que piensa matarlas al final), empieza a sentirse extraña. No en el modo más habitual de la palabra, teniendo en cuenta que acaba de degollar como a un pollo a una de sus compañeras de toda la vida, sino en el que la euforia empieza a florecer. Como si se hubiera metido cocaína. Será por la adrenalina, piensa. Pero, en el fondo, sabe que es más que eso; no es normal estar en una forma física óptima tras todo lo que han pasado durante las últimas horas.

Aún así, no dice nada; no lo cree conveniente. Mejor guardárselo. Ya se le pasará.

- Oh, genial, ahora me saldrán cuernos y no podré tirarme al equipo de rugby de la universidad -suelta, caminando hasta el jeep.

Se sube en el todoterreno y le dedica una mirada a Annie tras la ventana. Habría preferido que no las separaran, pero al menos van juntas a las ruinas. Porque las ruinas, en definitiva, daban mal rollo. Muy mal rollo. Y prefiere tener a Annie al lado cuando estén allí.

Izzie, a las ruinas vais los dos en ambos coches... luego cuando acaben teóricamente os sueltan... 

Eso sí, os habéis quitado a 5 vampiros de enmedio, (durante un rato).

EDIT--> ok a la modificación (pero no crees que te vayan a salir cuernos, ya te garantizo yo que no, por lo menos no físicos :D ).

Durante un segundo, el tiempo se detiene, por un instante ves a una joven con el pelo blanco sentada en el suelo al lado de una especie de hacha...

Y luego la imagen se va... no sabes porqué pero te sigues sintiendo mejor, cada vez más fuerte...

Pensaba que esa maldita encapuchada iba a conseguir partirme el cuello, aun así intentaba resistir. Sólo era un adolescente, sin embargo ella, parecía estar más que entrenada. El grito de Eliz, hace que gire mi cabeza hacia ella, sin importar el daño que me estuviera haciendo aquella sectaria. Mis ojos sólo alcanzaron a ver cómo el hacha, pasando cerca de mí, quedaba incrustado en la cabeza de la encapuchada. Aun así, seguía apretando, como si quisiera acabar conmigo incluso mientras agonizaba. Finalmente, la joven pelirroja, mi joven pelirroja, se encontraba encima de la encapuchada, clavando y desclavando el hacha de su tórax. Cada golpe, era una visión. Cuando el hacha caía sobre el cuerpo de la ya muerta seguidora de quien fuera, la sangre salpicaba el rostro, y el cuerpo de la bruja. Y a la Bruja, era a quien veía cada vez que parpadeaba. Mi corazón latía a una velocidad incontrolable. Quise reincorporarme, pero la falta de aire me lo impedía aún. Así que dejo mi cabeza posarse sobre la roca ensangrentada, a la entrada de las ruinas. La ladeo ligeramente, hacia Eliz, no quería dejar de contemplarla. Me encantaban esos extraños flashes en los que de pronto era esa Fuerza Vívida, y tan pronto, volvía a ser la inocente y tímida Elizabeth Keks. Sonrío, en el placer de la victoria y los brazos de la confusión. Sístoles y diástoles, bombeaban con tal fuerza que casi podría haber movido mi cuerpo sólo con el impulso de mi corazón. La azada, ni siquiera estaba ya al alcance de mis manos, y tampoco me importaba. El peligro, por unos instantes se había esfumado para mí. Mis ojos no pueden evitar perderse en la magnífica visión de un cielo Eclipsado. No miro directamente al Eclipse, pero sí a las indulgentes estrellas que asoman en silencio hasta que la luz vuelva a robarlas. Lo que vendría después, sí fue mágico. De pronto, mi visión del celeste, se vio eclipsada ella misma cuando Eliz apareció abrazándome. En un primer lugar, aturdido todavía por lo sucedido, dejo que haga conmigo un poco lo que quiera. No digo nada, le sonrío. No dejo de sonreírle. No es que no deje, es que no puedo dejar de hacerlo. Mis ojos recorren todo su rostro, despacio, apenas parpadeo. Estoy deleitándome en ella. Mi sonrisa se desdibuja lentamente, a medida que voy cerrando los ojos despacio. Inspiro suavemente, expiro con la misma cadencia... Mientras voy apoyando una de mis manos en el suelo. La otra mano, inconscientemente, aparta unos mechones rizados del rostro de la joven, recogiéndoselos por detrás de la oreja. Esa misma mano, desliza después su pulgar por su mejilla. No le quito la mirada de los ojos. No sabe la de sensaciones que me está transmitiendo con un simple parpadeo. - ...Eres preciosa, Eliz - Me callo unos instantes, sin saber muy bien cuál sería su reacción, aunque me esperaba que fuera la de cualquier otra chica. Aun así, decido continuar. Probablemente acabaría muerto. No quería morir sin dejarle claras ciertas cosas. - Estás preciosa - Sonrío sutilmente, mientras la mano que había recogido el mechón de pelo, se desliza hasta una de las manos de la joven, enredando los dedos suavemente. El lazo es tan fuerte como débil. - No te ves, pero es... hermoso tenerte eclipsando a la Luna y al Sol. - No sabía muy bien lo que decía, y aunque reconocía que tenía tacto con las mujeres. Todas esas palabrerías empezaban a sonarme huecas. Con su mano enredada a la mía, la guío hasta mi rostro, apoyándola. Cierro los ojos gustosamente. - Estás caliente... - Casi ronroneo. Abro los ojos, mirándola de nuevo. - Gracias - Digo en un susurro. Muerdo mi labio inferior, a medida que mis ojos recorren los labios de ella, salpicados por alguna gota de sangre. No me solía atrever a hacer estas cosas. Esta vez sí. Jamás había matado. Y hoy lo había hecho. ¿Por qué no besarla?

Besar a Eliz, fue el último de mis pasos. Ni siquiera intenté que mi lengua atravesara el muro de sus labios, si es que existía para mí, simplemente quería sentir sus labios en contacto con los míos. No fue  lo que llamamos un pico, porque eso era demasiado fugaz para lo que conseguía despertar en mí esa joven desde hacía unos instantes. No puedo evitar morderle ligeramente el labio inferior, mientras aprieto un poco más mi mano contra la suya. Después, me retiro milimétricamente, sin desviar la mirada de sus ojos, acariciando, con el dedo pulgar, parte de su mano.

Cierro los ojos unos segundos, tratando de retomar el control sobre mi misma. Lo que acababa de hacer, simplemente me iba a perseguir el resto de mis días. Una pesadilla más que se colará en mi día a día, sin esperar a que anochezca y me duerma, como el resto de malos sueños.  Aquella navaja tan grande sigue en mi mano, goteando sangre humana.

"Como voy a contarle esto a mi padre? No puedo decirselo y si Wash y Casey se chivan? Iré a la cárcel e Izzie también. Bueno, tal vez es ahí donde deberiamos estar... O quizás, no deberiamos haber sobrevivido, no a costa de esto... Dean no habría aprobado esto, el salvarse matando a otros inocentes.

No. Dean haría lo que fuera por salvar a Sam. Y yo estoy haciendo lo mismo por Izzie. Y por Casey. Sobreviviremos, sea como sea o esa arpia y su séquito caerá con nosotras."

Respiro hondo. A pesar del horror consigo sacar algún tipo de fuerza interior y recomponerme justo a tiempo de la nueva sonrisa. Me paro un momento.

-Espera, antes de subir, tengo que limpiar esto, no querrás que ensucie la tapiceria del coche verdad?- hago unos pequeños pucheros. Me acerco a una de las góticas muertas y limpio la hoja de la navaja en sus ropas como puedo. La hoja sigue algo manchada pero ya no chorrea.

Miro a Izzie, intercambiando de nuevo nuestra complicidad con un cruce de ojos. No me gusta nada en absoluto, que nos pongan en coches separados, de hecho, eso no formaba parte de mi idea, así que sólo espero que Izzie controle lo suficiente a Casey... Me acerco a nuestra pequeña y valiosa mascotilla.

-No hagas ninguna tonteria, vale?- le susurro, mientras la abrazo y le doy un beso en el pelo, para disimular que le estoy diciendo nada -Así que no provoques a mi Izzie y te prometo que saldremos de esta- suelto a Casey y me acerco a Izzie. Le doy un beso en la mejilla.

-No pierdas de vista a nuestra mascotilla, vale?- le susurro al oído- Nos vemos en las ruinas!- me despido del grupito, antes de subir con Wash en el Jeep.

Está bien y es todo lo que le importa ahora. Por un momento se olvida de todo y lo abraza tan fuerte como puede. Que no es mucho, sorprendentemente la poca fuerza que siempre tiene se ha visto aun más reducida. Nota cómo un par de lágrimas le resbalan por las mejillas. No sabe exactamente porqué está llorando, tal vez sea el alivio de verlo vivo, o el estrés acumulado durante todo el combate.
Le dice unas cosas tan bonitas, cosas que ella normalmente no se creería y en las que buscaría algun tipo de maldad. Pero a él le cree. Se deja llevar por sus palabras y apoya la frente en la suya. Tiene sus ojos tan cerca... Están llenos de sangre y por alguna extraña razón eso le hace sentir excitada. Sabe cuál va a ser el siguiente movimiento de Andrew, lo ve dudar un poco y morderse el labio, así que le sonríe de forma tímida, animándolo. Cuando finalmente se besan, ella se lanza directamente encima suyo. Se aprieta toda contra él, abrazándolo lo más fuerte que puede, como si se le fuera a escapar. Cuando se va quedando sin respiración se separa un poco de él y le mira a los ojos, esta vez sonriendo.

- Menos mal que lo has hecho tú... no me atrevía - dice con una risita tímida - Te va a parecer raro, pero me encanta matar contigo. Hacemos un buen equipo. ¿Qué crees que haremos después de matar a las arañas?- añade guiñando el ojo de la forma más pícara que se le ocurre. Antes de que conteste le rodea el cuello con los brazos y le besa de la forma más apasionada que puede, aunque no sin un rastro de inseguridad. Le ponía más nerviosa equivocarse con Andrew que decapitar a alguien. Por suerte, parecía que él de momento le correspondía.

En la antigua necrópolis de los Anasazi,

Y bajo un sol eclipsado...

Dos almas gemelas se besan...

No importa que hasta que hace un momento hayan estado luchando por sus vidas, no importa que estén llenos de sangre, para ellos sólo existe el uno y el otro...

Evidentemente no ven al vampiro que cae de pie del techo a su lado les agarra a cada uno de las nucas y les golpea cabeza contra cabeza dejandoles incoscientes...

-Se apagó la luz tortolitos-

¡Qué traidor! :D Pero es el momento justo, sí.

Voy a hacer recuento de drama, que se me ha ido goteando por toda la escena :P

Ya os he dicho que si queréis describir el último beso apasionado (o lo que os apetezca) antes de que llegue Nicky Cage y os atice podéis hacerlo.

De hecho sería una buena idea el "y estaba haciendo nosequé cuando todo se sumió en la oscuridad..."

Por otro lado es que ya sabéis que Nicky necesita pasta y está haciendo cuantas más películas mejor (Teniente corrupto, Kick Ass, etc etc) me salió barato contratarle...
 

Jojojojojo! Esto es la tralla! La pregunta atípica viene porque en estas situaciones en la vida real suelo salir por la tangente, y por mucho que lo haya intentado no me ha salido nada mejor. Soy un desastre emosional! (dicho con tono telenovelesco).

Y no te enfades, que ha sido el momento justo de interrupción! xD

Yo ya he hecho el recuento también: gasté 6 y me diste 4 (los tres del final y el de la raja xD), así que me quedo a 18. Y, ei, ningun problema en seguir gastando drama, eh? Quedan unas tiradas de putísima madre, así que no te preocupes Andrew que te seguiré protegiendo! :P

Edito: Juaaaaas! Gran pulla al Cage! xDD

Los Jeeps os llevan hasta la entrada donde veis vuestro viejo autobus, con las ruedas pinchadas. Allí bajáis y la profesora os empieza a guiar hacia las ruinas.

Cuando pasáis por la necrópolis veis una imagen aterradora, en el suelo hay seis cadáveres de humanos horriblemente mutilados, varios tienen la cabeza partida en dos como si fuera un melón, otro está decapitado, otra tiene todo el pecho lleno de hachazos, a otro le han desgarrado los riñones... todos ellos iban enmascarados.

Las armas utilizadas las veis cerca tiradas en el suelo, son un hacha y una azada manchadas de sangre...

Otros cuatro encapuchados más están vivos pero notáis que apenas se pueden mover, como si tuvieran los huesos rotos...

-Vaya, creo que vuestros compañeros han montado toda una escenita aquí... sigamos hacia las ruinas, no tenemos mucho tiempo-

Bajáis por la pendiente hacia la ruinas Anasazi, la profesora saca dos linternitas del bolso y os las ofrece. Tomando la delantera del grupo que va a entrar en una habitación y seguir por una abertura en la roca hacia un complejo de cavernas de debajo...

Incapaz de asumir lo que he hecho, doblo la navaja para guardar su afilada hoja una vez dentro del coche. Me saco la estaca del bolsillo de atrás de mis shorts para poder sentarme y me la guardo en el bolso, disimuladamente. Me siento justo detrás del vampiro. Por un momento se me pasa por la cabeza utilizar el palo afilado para clavarselo en el corazón y que Wash le cortara la garganta a aquella zorra presuntuosa pero por algún motivo al final me acaba pareciendo una mala idea. Las posibilidades de que saliera bien eran escasas. Wash parece totalmente ido, no parece reaccionar a absolutamente nada, así que no puedo confiar en que llegue a hacer nada para ayudarme a eliminarlos. Y no me gusta la idea de encontrarme ante situaciones como la de:

a. logro matar al vampiro pero el coche se estrella contra un árbol mientras yo intento matar a la profe y nos matamos todos.
b. no logro matar al vampiro y me acaban degollando entre el vampiro y la profe, con lo que Izzie y Casey se quedarían solas ante el marrón más grande de la historia.
c. la profe tiene razón y soy tan chachiguay que consigo matar al vampiro, Wash despierta de su coma mental, degolla a la profe y yo consigo tomar el control del coche sin estrellarnos. Yo me lamento por no haber podido cortarle el cuello personalmente. Pero probablemente perdería a Izzie y a Casey y no nos llevaría hasta aquellos nerds desagradecidos de Keks, Miller y Moore.

Vale, me lo pienso mejor y me quedo quietecita y espero a una mejor oportunidad. Y así es como finalmente llegamos a las ruinas, guiada por la profe más odiosa del mundo mundial.
Enarco una ceja, algo escéptica, tras bajar del coche, con suma cautela. No me fio de nada ni de nadie. Respiro algo aliviada cuando veo como Casey e Izzie bajan del otro coche, totalmente a salvo. Me acerco a ellas y me situo a su lado.

"En serio es necesario que haga de guia turística cutre?"
"Ughhh que ascooooo... a que diablos están jugando esos cretinos? Se creerán que son los Ghostfacer? Pedantes!".

Miro con asco a los cadáveres mientras paso por su lado o por encima, esquivando y evitando pisar partes o charcos de sangre o cualquier cosa que haya pertenecido a "ellos".

Acepto la linterna que la profesora nos ofrece, no pienso entrar en ningún sitio oscuro sin ver absolutamente nada.

"Aunque claro, visto lo visto, igual es preferible no ver nada...". Sigo a la profesora.

-Por cierto, profesora, no ha contestado a mi pregunta...- sonrío levemente.

Cita:

¿Te refieres a que porqué Miller era tan importante para nosotros...? Pues la verdad es que es irrelevante, pero supuse que podría hacer presión con su vida... eso antes de que viera lo bien que valoras las vidas de tus compañeros de clase... en su justa medida, porque no valen nada.

Ahora haz lo que quieras, te lo regalo, mátalo, torturalo úsalo, conviertelo... estar en el bando ganador tiene sus ventajas- Te guiña un ojo desde el asiento delantero.