Partida Rol por web

Siente la furia de Andrew y la sangre de los encapuchados encima suyo. Ahora mismo es una puta diosa y nadie va a poder con ella. Dos de los encapuchados se avalanzan sobre ella y con una finta consigue esquivarlos. Por muy fuertes que sean no podrán con una gimnasta tan flexible como ella. Por un momento siente la tentación de hacer una pirueta en el aire, pero se contiene. Empuña el hacha y la dirige contra el encapuchado que tiene más cerca.
El hacha se le clava en la cabeza y va bajando poco a poco por su cara. Justo cuando la cabeza se parte en dos como una sandía se le abre el embozo y puede ver un rostro partido y ya deformado. Una pequeña fuente surge del cráneo, algo cómico si fuera una película. Pero no lo es. Se encara contra el otro encapuchado que está a su lado, con la cara llena de sangre y una mueca salvaje en su boca.
- ¿Prefieres que te mate yo o saltar por el precipicio?- pregunta con sorna. Aunque en parte espera convencerlo para poder ayudar a Andrew.

Ahora es Elizabeth la que prueba la sangre, usando las reservas de ira primordial dentro de ella, matando a la persona que intenta secuestrarla... gotas de sangre caen por su cuerpo  cuando despega el hacha del enemigo.

- En serio, querida, corre- dice de forma malévola- porque si no vas a tener una segunda raja en el cuerpo, y con esta no te lo pasarás bien. Ahórrate problemas, y tírate por el precipicio.

+1 Punto de drama para Elizabeth por la frase... sí, se pueden ganar así... dios mío...

Dos de esos cabrones, me habían esquivado sin nigún problema, e iban a por Eliz, por lo que me giro inevitablemente hacia ella, preocupado por lo que pudiera sucederle y listo para salir a protegerla. Me ha salvado la vida, no dejaré que ningún cabrón de estos le haga daño. En mi momento de distracción, otros dos de los encapuchados se han situado a mis espaldas y se disponen a agarrarme. Se equivocan. Se equivocan de persona. No era Miller, desde luego, pero hacía apenas unos segundos había matado a uno de ellos. Ni el más mínimo rastro de remordimiento o preocupación. No iba a ser menos. Además, extrañamente, esta excitación me hacía sentir vivo, mucho más despierto de lo normal. Son tuyos, Andrew.

Sin pensármelo dos veces, y emulando alguna escena cinematográficamente que me hubiera marcado, me agacho, zafándome de las manos de mis captores desconocidos. Mis ojos, se distraen durante un instante para contemplar la fuerza de Eliz, aquella pequeña irlandesa pelirroja, que encerraba a su interior a una de las Tres Furias. O quién sabe, si a las Tres mismas. El color carmesí, iba a juego con piel. Una nueva sonrisa, más amplia se dibuja en mi rostro, mientras agarro la azada justo por debajo de la punta y más bien por el centro, dejando unos centímetros sobresalir por detrás. Para mejorar el agarre, y asegurar que la azada destrozaría a alguno de los dos. Esta vez, sabía que no podía con los dos, así que sin pensármelo mucho, giro en mi posición, quedando mi cabeza más o menos a la altura de sus genitales. Los miro, sonriendo ante su segura confusión. - Sí, justo lo que pensáis - Rodeo con la mano izquierda la parte férrea de la azada, y reincorporándome ligeramente, se la clavo en el costado derecho al encapuchado que tengo a la izquierda. Se escucha un crujido, y un alarido de dolor que significa lo que me esperaba : Le había dado en algún órgano vital. Aprovechando el impuslo del golpe termino de reincorporarme. Usando el cuerpo del encapuchado golpeado, empujo al otro para que se aleje unos metros, o por suerte, se caiga. En cuanto al que tengo enganchado, con cuatro dedos dentro de su cuerpo, continúo con él como fuerza impulsora hasta estrellar su costado izquierdo contra el suelo de roca. Las fracturas salen a la luz, atravesando su piel. - Os dije que no la llamárais zorra. - Apoyo un pie en sus genitales, aplastándoselos, ahogando su último aliento en un grito que casi pareció un maullido. Saco la azada, y usando la parte plana le aplasto el cráneo repetidas veces, sin dejar de pisarle los testículos. La sangre me salpica por todo el cuerpo, y no me importa en absoluto. Una vez que los huesos se han fundido con la materia gris, la piel, y el cuero cabelludo, levanto la mirada hacia el otro. - Si fuese un dibujo mío, lo llamaría... Mermelada de encapuchado - Suelto una carcajada bastante sonora ante el comentaria, y antes avanzar, lanzo una mirada a Eliz, para ver si está bien. Otra ojeada al que tenía la rodilla partida, para saber si a por él o a por el que tengo cerca. Recojo de nuevo la punta de la azada con mi mano izquierda, y esta vez, desciendo hacia la parte de madera, agarrándola como si fuera un bate, la agito lentamente, preparándome para "batear". Sin embargo, no puedo evitar preguntar. - ¿Por qué hacéis esto?... ¿Quiénes sóis?... ¿Qué significa...toda esta masacre? - Lentamente, el raciocinio vencía la batalla al instinto. Dentro de mí, de todas formas, la sangre seguía bullendo como si quisiera aflorar por mis poros.

Ante las durísimas palabras de Elizabeth, la mujer trata de escapar correndiendo hacia las ruinas... sin embargo, cuando trata de bajar por un camino seguro, por alguna causa, ya sea la poca luz que deja pasar el eclipse, sus botas que estan llenas de la sangre de sus compañeros o su nerviosismo, pierde pie, tropieza y cae al vacío... estrellándose en un sordo sonido de huesos que se astillan y atraviesan la piel.

Aunque ve como Andrew, si el hace unas horas pacífico Andrew, brutaliza a su compañero, el encapuchado restante se lanza a por el chaval...

-Eres tú o yo, y lo que le acabas de hacer a John no es nada con lo que nos hará el líder si le fallamos...- oyes que una voz de mujer... y se tira a por Andrew...

Sin que este se entere, detrás suyo se levanta el que antes fue derribado... parece que ha fingido su fractura en la pierna, y lleva un cuchillo en las manos...

Sonríe viendo cómo la mujer cae por el precipicio. Si todo el mundo le hiciera tanto caso la vida sería un poco más fácil. Se gira hacia Andrew por si necesita ayuda y se lo encuentra masacrando a un encapuchado, lleno de sangre y con el pelo revuelto. Está bue... joder, no pienses en esas cosas ahora. ¡Céntrate! Despierta de su ensoñación para encontrare con que el encapuchado que queda habla de que su líder es malo malísimo. Qué va a decir si no. Ella habría escogido otras palabras para ser las últimas, pero el encapuchado no parece darse cuenta de la situación.
Entonces ve a uno de los derribados levantarse e ir por la espalda a Andrew. Oh, no, ni de coña.

- Creo que me buscas a mi, pedazo de mierda - le grita mientras empuña el hacha, directo a su cuello. Esta se queda clavada, probablemente en una de las vértebras. Mierda, pensé que esto de decapitar era más fácil. El tio ya debe estar muerto, pero a ella no le gusta dejar las cosas a medias. Cuando éste cae al suelo pone el pie en su cara para poder hacer palanca y desincrustrar el hacha. Una vez liberada, vuelve a bajarla directa al cuello, esta vez decapitándolo de verdad.

Elizabeth mata decapitando de dos golpes al embozado justo antes de que éste clave su cuchillo en los riñones de Andrew por la espalda.

La cabeza rueda por la arena del suelo y la sangre salta por doquier.

Vale. Izzie había conseguido coger las navajas tal como le había pedido. Al menos ya no estaremos completamente indefensas... Sigo agarrando a Casey mientras escucho las palabras de la profe Derriere. La estaca improvisada se me clava en el culo, la había tenido que poner en el bolsillo de atrás de mis shorts para poder agarrar a Casey y amenazarla con la navaja, pero empiezo a entender que hubiera sido más cómodo un pantalón más ancho, como los que utilizo en el dojo.
"En fin, es lo que hay, tendré que aguantarme con lo que llevo puesto aunque ya me podían haber avisado, tengo un modelito en el armario del Halloween del año pasado, de GI.Joe que me habría quedado muy bien en esta situación..."
Miro a la profesora Derriere y a los vampiros, y acerco más la punta de la navaja al cuello de Casey cuando hacen intentos de acercarse.
"La práctica de laboratorio... pero, pero... Espera un momento! Me está llamando FREAAAAKKK??! LA MADRE QUE LA PARIÓ!! Vale que mi madre sea rarita en plan Lily monster y que mi padre sea un hippy loco, pero esta zorra me está diciendo que soy una freak?! Yo no soy como mi hermanastra!".

-Me está tomando el pelo verdad profe? Ni Izzie ni yo somos uno de esos Freaks suyos. No trate de ganarse nuestras simpatias de ese modo- empiezo, con una sonrisa algo desquiciada. Me niego a ser una freak- Así no lo va a conseguir- vuelvo a sonreir, algo más maliciosamente. Miller no me gusta, ni su cara de mono ni sus modales de mandril empalmado, pero Izzie parece preocuparse por él, así que no podemos dejarle tirado... Y quiero que mi amiga viva. Y yo quiero poder volver a casa con mi padre. No hay otra.

-Aunque eso no quiere decir que no nos pueda interesar su oferta. Deje ir a nuestros compañeros. Vivos- respondo, muy seria y con más frialdad de la que se podría esperar de alguien como yo- Bueno, vale, a las góticas os las podeis comer si quereis, pero al resto no- indico, como parte de mi exigencia en el futuro trato. Algo que no sé si saldrá bien o mal pero es nuestra mejor baza, que no es decir mucho que digamos...

-Dejelos volver a casa, vivos, sin vampirizar ni zombificar ni nada de nada, sin sufrir daños y entonces lo hablamos con calma. Que le parece profa? No es eso lo que procuran enseñarnos en la escuela, a "hablar" las cosas?- procuro sacar una de mis sonrisas, desde lo más profundo de mi desquiciamiento mental. Lanzo una mirada a Izzie, tratando de comunicarme con ella, como siempre haciamos desde que eramos muy niñas.
 

Bien, entonces el trato es que deje irse a los señores Moore, Keks, Jones, Miller y Carter... vosotras dos os unis a nosotros... me parece un trato justo...

Pero antes Casey tiene que recitar unas líneas en voz alta, junto con Keks y Moore debajo de las ruinas, luego podrán irse todos en un Jeep  ¿tenemos un trato? -Ahora mira por unos momentos a Casey- ¿te parece bien también a ti pequeña?

-Ehhhh vamos Annie por favor no nos hagas esto... no nos lo hagas...-

-Si tía por favor- dice llorando a lágrima viva.

Pero si es perfecto... hay dos y vosotras sois dos...

Sellad el acuerdo matando cada una a una de las dos putillas vestidas de negro... tenéis puñales en las manos, si lo hacéis me creeré todo lo que decís.