Partida Rol por web

Tras cenar lo mejor seria descansar para estar en plena forma al dia siguiente y poder ir a lo que habian ido en un principio

Decide terminar de cenar junto al grupo para encaminarse luego a un sector del lugar donde estén alojando para iniciar sus oraciones y así comenzar a meditar mejor sus conjuros.

Por fin al día siguiente estáis preparados. La pesada puerta se abre sola, como por arte de magia, y durante la primera media hora comienzan a salir, en grupos o individualmente, personas de la Mazmorra, algunas cargadas de riquezas, otras sin nada y en estado famélico.

El primer y el segundo grupo parecen bastante estándar. Grupos similares a aquel al que vencistéis, buscando riquezas en el interior de la Mazmorra con las cuáles poder retirarse y vivir la vida.

El tercer grupo parece estar patrocinado por la Iglesia de Heironeus, y lo forman un paladín, dos clérigos y un juglar, portando las insignias de su fe y entrando en la Mazmorra a lomos de sendos corceles de guerra.

El cuarto grupo es una caravana, con suministros para reabastecer a los mercaderes que viven en el interior de la Mazmorra. Por lo visto en el interior el Consorcio de Mercaderes tiene un enclave que hace un enorme negocio vendiendo a precios exageradamente altos artículos de primera necesidad a las bandas de aventureros. Escoltan a la caravana un nutrido grupo de mercenarios.

El quinto y sexto grupo son también aventureros al uso, sin nada demasiado digno de mención.

El séptimo grupo parece otra caravana, aunque todos sus miembros van cubiertos de pies a cabeza en oscuros ropajes, y nadie parece saber de donde son ni precisar su nombre más allá del hecho de que por lo visto hablan en élfico.

El octavo grupo parece formado por magos de vestimentas azul oscuro y sus guardaespaldas, y portan insignias que Imoeth logra reconocer como las de la Orden Arcana, una orden de magos eruditos creada hace un par de siglos que ha ganado cierta relevancia política.

El noveno grupo está compuesto por varios druidas y exploradores, que entran en procesión solemne y con equipaje ligero.

Finalmente, en los últimos tres minutos, llega vuestro turno. Comenzáis a descender por la entrada a la Mazmorra, una rampa de piedra desgastada por el paso de la gente, bajando con ritmo seguro, hasta llegar a la primera caverna, una oquedad con forma casi de media esfera, con un radio de más de trescientos pies, la mayor parte de la cual está ocupada por los mercaderes, que tienen montado un campamento con empalizadas y tiendas.

Justo cuando llegáis, escucháis las pesadas puertas cerrarse de forma brusca tras vosotros, y la cueva queda sólo iluminada por los fuegos del campamento y la iluminación que llevéis.

A vuestra espalda ya no hay a donde volver, y sólo hay otros tres pasillos que salgan de la cueva en la que os encontráis. Uno da al Norte, otro al Oeste, y un tercero se interna más hacia abajo y hacia el Sudoeste. Parece que exceptuando a la caravana de mercaderes, el resto de grupos ya se han internado por estos caminos. Ahora os toca decidir.