Partida Rol por web

Mientras abren los ojos empiezan a ver relampagos zurcando un cielo completamente nublado, cada tanto la luz les ilumina la cara y pueden ver como refleja en los escudos de la legión. Desde el suelo pueden ver a un joven de origen asiatico gritandole a las tropas.

¡Fulminata legio duodecima , et expectat formam , hostes adpropinquare!

En ese momento el chico se gira y los ve aparecer, mientras sus ojos se abren como platos y corre.

¡Por Marte!

El chico llega y le extiende una mano a Percy.

¿Estás vivo? Ahora si se pone divertida la cosa. Annabeth se había ido a Boston por un tema familiar y cuando volvió no había rastro tuyo, Jason se encargó de contarnos que en Nueva York nadie sabía nada de tí y ahora esto...

El joven mira al cielo y empiezan a ver con más violencia como la tormenta aumenta.

Los dioses ya están luchando contra un extraño ser rojo, pero ya vimos que hay un ejercito de criaturas de todos los colores y tamaños cerca de el Olimpo... Igual por suerte estás aquí y veo que trajiste refuerzos, los vamos a necesitar.

En ese momento una chica rubia aparece corriendo del medio de la multitud y se cuelga con fuerza del cuello de Percy.

¡Sesos de alga estás vivo!

Se queda un par de segundos abrazada y luego se separa para darle una cachetada con fuerza.

¿Donde estuviste? ¿Por que no me enviaste ni un mensaje iris? Me voy un par de días a buscar a mi primo y no solo resulta que el mundo se fue a la mierda sino que mi novio desapareció de las faz de la tierra.

Annabeth pone el peso en un pié y lo mira.

Pero esa charla la podremos tener después, ahora solo tenemos que defender el Olimpo de lo que sea que está allí a lo lejos....

Te mira con cara seria.

¡Y no me importa si es en los Campos Elíseos o en Nueva Roma, pero me tendrás que dar una explicación!

Tras decir eso se escucha una explosión adelante y un grupo de gigantes empieza a caminar por la calle.

Pero ahora tenemos otras cosas de que encargarnos.

La rubia se gira hacia el resto del grupo y dice.

Annabeth Chase, hija de Atenea, arquitecta del olimpo y la novia de la que seguramente nunca les habló y a la que Percy se olivó de llamar.

Tras girarse saca una daga de bronce celestial y se prepara.

Encantada.

Además de la legión pueden ver dos camionetas que dicen "Fresas Dionisio" al lado de estas pueden ver un grupo de semidioses formado liderados por una chica en un carruaje que parece sacado de las peores pesadillas de un sádico. Al lado de estos un grupo de centauros con camisetas de colores brillantes y con frases extrañas como "poder equino" "yo estuve en la convención numero 5627 de los Ponnies Jerguistas" y otras frases extrañas.

A los costados ven un grupo de chicas, ninguna mayor de 15 años pero todas armadas con flechas y ropa militar camuflada. Al lado ven a un joven que les grita.

¡Como mi hermana está luchando en el cielo ustedes deben obedecerme a mi! Como dios de la arquería y la mayor autoridad divina en el nivel del suelo se lo ordeno.

Ninguna de las chicas parece hacerle caso pero todas se preparan para empezar a disparar a los gigantes.

Lord Asriel observa, y con cierta desaprobación como jóvenes son enviados al frente de batalla. Acompañado de Stelmaria se queda al lado del joven Percy, ya que al parecer este era su mundo.

No quiere saludar antes que el propio nativo del sitio pero parece urgirle la necesidad de saber su misión y lo que pasaba en los alrededores.

Joven Percy, que no se le olviden sus modales.

Dijo en tono autoritario, sabía o tenía una idea de quienes eran las jóvenes, hijos de dioses, pero para el tiempo apremiaba, sino terminaba rápido sus cosas, pondría por mas tiempo en peligro a su hija. 

Norte se encorvó un poco para arrimarse a la oreja del nativo y en secreto le dijo -Eh muchacho, te has ganado la lotería con la jovencita. No se si decirte que es una diosa pero estoy seguro que bien podría jejeje...- mientras lo picaba con su gran índice a la altura de las costillas.

-Bueno señores- dirigiéndose esta vez hablando a todo su grupo de compañeros -saben lo mucho que detesto estas formas de proceder- continuó desenfundando los dos grandes alfanjones que volvía a tener en su cintura* -pero bien podrían recordarme lo que buscamos aquí una vez este lugar esté más tranquilo-.

Al lado del asiático que gritaba órdenes en latin y le preguntó listo para lanzarse al combate junto a ellos -¿Cuáles de esos seres son aliados y cuales enemigos?-.

Luna llegó y vio todas esas luces con curiosidad. No se había sentido tan curiosa por algo en mucho tiempo y lo más cerca que había estado del mundo Muggle, era la fiesta en la Madriguera, y era la casa de los Weasley. En resumen, no había estado cerca del mundo Muggle.

Se preguntaba cómo subían a lugares tan altos, cómo podían sostenerse sin magia y cómo el "Olimpo", sea lo que fuere, se encontraba en uno de esos edificios. Tal vez esas gigantes estructuras tuvieran trasladores en sus techos. Ella había escuchado de los rascacielos en sus clases de estudio muggle, sabía que eran edificaciones muy altas y que generalmente las personas trabajaban en lugares así, pero nunca comprendió por qué necesitaban edificios tan altos para trabajar. Su padre lo hacía en su cuarto. Aunque bueno, él era un escritor de un periódico, no es que necesitara mucho espacio.

Después de sus cabilaciones, Luna contempló con una sonrisa la escena, el recibimiento de Percy, hijo de un dios griego, por lo que se sabía. Su novia, hija de otra diosa griega. Amigos hijos de dioses griegos. ¿Serían todos ellos hermanos entonces? Vaya familia tan grande.

Percy parecía estupefacto ante los eventos y parecía no querer hablar, lo cual Lord Asriel notó igualmente e intervino. Luna miró a la chica y dijo - Luna Lovegood. Bruja de la casa Ravenclaw, aunque no sé si conozca Hogwarts. ¿Qué sucede con el chico? - señaló al "dios de la arquería y la mayor autoridad divina en el nivel del suelo" con su cabeza, el cual no parecía ser un gran dios.

Me gustaba que por fin tocase mi mundo, después de todos esos universos extraños relajaba sentirse en casa de nuevo. A ver, todo lo que puede relajar encontrarte a un ejercito de monstruos en pleno Nueva York, la verdad es que con todo lo que he pasado casi estoy acostumbrado.

Nada más aparecer veo a la Duodécima Legión con Frank a la cabeza listos para contener al enemigo. La tropa de Nueva Roma resulta intimidante cuando forma, como debían ser las legiones en tiempos del Imperio. Cuando Frank me saluda me giro para presentarselo al grupo.

-Este es Frank Zhang, hijo de Marte y pretor del Campamento Júpiter. En pocas palabras el Campamento Júpiter es el hogar en Nueva Roma para los hijos de los dioses romanos, ya sabeis Júpiter, Minerva, Neptuno...-

Cuando digo eso señalo al Empire State y sigo explicando. -Ahí arriba está el Olimpo, hogar de los dioses si buscamos un objeto poderoso es nuestro destino pero parece que nos va a costar llegar hasta allí, va a haber que pelear...

Antes de que pueda seguir Annabeth aparece y me corta de golpe. Con sus palabras deja claro quien es y no me atrevo a hacer ningún comentario ingenioso. Me da más miedo ella que los enemigos que podamos encontrar, la verdad. Veo como gigantes empiezan a avanzar contra la horda de cazadoras y contra los ponis juerguistas, busco a Quirón y a Thalia con la mirada, su ayuda puede venirnos bien. Me giro hacía mis compañeros, primero hablo con Norte.

-Los semidioses son aliados, tanto romanos como griegos. Ya os he presentado a Frank y la que dirige a los semidioses del Campamento Mestizo es Clarisse, hija de Ares, no es precisamente mi mejor amiga pero es una gran guerrera. Los Ponis Juerguistas son esos centauros y tambien estan de nuestro lado. Por ahora los únicos enemigos son aquellos gigantes que se aproximan.

Me dirijo un momento a Luna.

-Ese es Apolo, dios de las artes y las profecias. Castigado por Zeus en un cuerpo mortal. Y  a las que intenta dirigir son las Cazadoras de Artemisa. Pero dejemos las explicaciones para luego. Cuando podamos descansar un segundo.-

Y luego en general a todo el grupo.

-Los que sepan pelear que cojan armas, las armas normales no sirven contra monstruos solo podeis usar bronce celestial u oro imperial, seguro que hay armas de sobra simplemente id a pedirselas a los campistas. El resto quedaros detras por ahora.-

Con estas palabras destapo a Contracorriente y me coloco junto a Annabeth listo para luchar, ya habrá tiempo para hablar.

Tras el "Viaje", a Geralt le costó unos segundos volver a acostumbrarse al suelo firme, al cambio radical de olores, a la nueva densidad del aire, la iluminacion... Unos segundos después estaba completamente alerta.

Un muchacho, dirigiendo una legión de soldados... -No puede decirse que sea algo común- piensa para sí mismo. Observó callado cómo se desarrollaban unas breves presentaciones a las que tampoco prestó demasiada atención. Observó cómo apareció la chica y abrazó a Jackson, y un extraño sentimiento de nostalgia se apoderó de él. No estaba acostumbrado a tener quien esperara por él y normalmente no le preocupaba, sin embargo, en ese momento... Pero no, estaba a mundos de distancia, inalcanzable de nuevo, por ahora.

Centrando de nuevo toda su atención en el presente, ve cómo desde el fondo avanzan unas criaturas humanoides enormes. "Gigantes" llega a escuchar. Maldita sea, el combate le había encontrado de improviso y ni siquiera había tenido el tiempo necesario de prepararse adecuadamente, pero una cosa sí que estaba clara: Acero para los humanos, plata para los monstruos. Echó su diestra a la espalda y extrajo su espada de fina y reluciente plata mientras se movía instintivamente al frente del grupo. Necesitaba espacio para "trabajar".

Fué entonces cuando escucó a Percy, y ligeramente molesto pero sin perder de vista al enemigo, exclamó:

-¿No hay otra opción? ¿estás seguro de que la plata no les daña?

Ante la afirmación silenciosa, Geralt se movió rápidamente para que alguien le proporcionara un arma válida, y que tuviera las dimensiones más parecidas a las suyas.

Sonea se quedó estupefacta mientras miraba el nuevo mundo al que habían ido. Nunca había visto edificaciones de ese gran tamaño y que incluso parecían de un material tan frágil como esas cosas transparentes que usaban los que en definitiva tenían recursos para pagarlo en vasos, ventanas... ¿Pero edificios? ¿Magia? Sí, definitivamente magia. Incluso lo que parecían calles parecían ser rocas aplastadas de color oscuro uniforme y que no tuvieran la misma contextura la hacían asustarse y maravillarse. Tanta magia aquí denotaba personas muy poderosas.

Ahora, toparse con lo que parecía un ejército de jóvenes provocó alzar una ceja. No creía que chicos de esta edad ya fuesen combatientes, al menos en su mundo llevaba años perfeccionar el uso de una arma o de la magia ofensiva con esas túnicas rojas. Aunque no era partidaria de los combates, Percy requería su ayuda y sabía que esto le serviría para luchar contra Akkarin. <<Las preguntas para después...>>.

-Solo soy... Sonea-se presentó la joven aprendiz cruzándose de brazos. No se había sentido tan molesta por no tener apellido o casa, pero al notar que era la única del grupo que no tenía aquello le cohibió un poco. Miró a las criaturas llamadas centauros y buscó algo para pelear-¿Tendrán armas de corto alcance? Se usar puñales, navajas...

Intentaría usar su energía, pero era mejor seguir el ritmo de se mundo.

La voz de Atticus se proyecta en las cabezas de la Liga.

Disculpen que no aclaré ese detalle, sus armas ya están modificadas para luchar contra monstruos del mundo de Percy, en cuanto a los que usan magia no se preocupen, en este universo existen los magos, así que no se preocupen por sus poderes, esos van a funcionar perfectamente.

Se escucha una voz a sus espaldas y el hombre vuelve a hablar.

Debo volver con la señorita Lyra, al parecer podemos utilizar su brújula para predecir los proximos movimientos de nuestro enemigo y adelantarnos.

Trás decir esto se corta la comunicación.

Un cuerno suena del otro lado de la ciudad y un ejercito de gigantes y ciclopes empiezan a cargar hacia ustedes. Por el tamaño de los enemigos y el ancho de la calle ellos tienen que hacer fila y pasan en grupos de a 5.

Contra ustedes cargan dos gigantes que van directamente hacia donde están parados Percy y Geralt.

Al empezar la carga de los monstruos la chica del águila cae en picado hacia la masacre gritando.

¡Griegos romanos ataquen!

Agarra su lanza con fuerza y empieza a volar en picada hacia un gigante intentando moverse entre las piernas de la criatura y hacerlo perder el equilibrio mientras lo ataca con su lanza de oro imperial.

¡Romani cum omni impetu fortitudinis suae!

Annabeth mira a Percy con cara inquisidora.

Es verdad ya me presenté sola, pero me hubiera gustado que mi NOVIO me presentase.

La chica mira su daga y luego a Sonea.

Claro, tenemos un cofre con armas allí atrás y les recomiendo agarrarlas rápido si las necesitan, porque los gigantes no van a esperar mucho más.

Mira al gigante que carga y luego a Percy.

¿Listo para devolverlos al Tartaro señor Jackson?

San Nicolas se lanza al choque como un loco con ansias de muerte, en un torbellino de cortes que apuntan a cercenar las extremidades de las bestias.

-¡Mueran cerdos, mueraaaan!-.

Estaba ansioso por probar su acero puesto que hacía demaciado que no combatía. Era un tipo pacífico pero el ejercicio le hacía bien, y eso lo sabía desde hacía mucho.

-¡¡Travieso, travieso, travieeeeeso!!- dice alfanjazo tras alfanjazo a la par que sus enemigos caen rebanados como chorizo -¡Jaaaaghhh!-

Lord Asriel frunció el cejo, aquello no pintaba nada bien y una batalla como esa le parecía no muy productiva.

Stelmaria parecía compartir su modo de pensar por lo que ambos retrocedieron poniéndose lejos del combate.

Se limitó a sacar su arma y a disparar al gigante que menos daño tuviese por el ataque de Nicolas.

Chicos, no olviden como pelear juntos. 

Veo que mis compañeros se lanzan sin vacilación contra los gigantes, Norte es un fiero combatiente, no me gustaría tenerlo como contrincante. Estamos en mi mundo, no puedo quedarme atras así que me giro hacía Annabeth.

-Detras de usted señorita Chase.- digo con un tono cómico mientras imito una reverencia y me lanzo con mi novia sobre el monstruo más cercano.

Al escuchar a Atticus, Geralt cambia automáticamente su posición y se encara al primero de los gigantes. Blandiendo su espada de Plata se abalanza contra el más cercano, avanzando junto a Norte con una fiera mirada y una sonrisa lobuna en el rostro.

Sin perder tiempo, Sonea agarró dos dagas para sujetarlas con bastante familiaridad. Habría usado para su gusto otro objeto menos... llamativo, pero al menos podría usar esta oportunidad para saber si sus habilidades aún seguían. Mientras sus compañeros de equipo ya se lanzaban a la contienda, se decidió acercar a Geralt para ayudarle.

Corrió hacia las piernas del ser enorme con una seriedad tal que incluso los demás podrían notar que ya había hecho esto antes, aunque seguramente no con una criatura de esa magnitud. Sabía que las articulaciones eran puntos débiles para muchos seres vivos, por lo que arriesgó a lastimarle sus rodillas y alejarse lo más rápido que pudiese para no sufrir heridas.

Al concentrarte en los gigantes empiezas a notar su energía y su escencia. Lo primero que notas es que si bien son criaturas de carne y hueso la "sangre" que corre por sus venas no es sangre, sino un liquido dorado. De todas formas, por más que claramente tienen un origen diferente al que puede tener un mortal, o un semidios, esas criaturas son seres de carne y hueso no son algo netamente mágico.

Sobre sus puntos débiles sacas en limpio lo mismo que Atticus y Percy ya dijeron, a los monstruos solamente se los puede dañar con armas mágicas o magia.