Partida Rol por web

La posada es un hervidero de gente. Esta tarde una caravana había llegado a la Ciudad del Esplendedor y esa noche la posada del viejo Daramo no tiene habitaciones libres. En el salón puede verse todo un crisol de razas y ocupaciones: desde el más rudo semiorco hasta sigilosos medianos que pasaban inadvertidos entre la muchedumbre. No hay mesas libres y los ayudantes de Daramo no paran de repartir jarras de cerveza y platos de comida por las mesas ocupadas sin pausa alguna. El ambiente está cargado, lleno de humo y el olor a comida y bebida se mezcla con el hedor a sudor. Iba a ser una noche muy larga.

la vista era unica y muy florida dentro de la posada.... habia toda clase de gente, y el ambiente era de mucho movimiento volteo a ver a los demas esperando sus reacciones

Kriv entró en la posada ojeando por encima la situación de esta, viendo que estaba muy concurrida y que sería muy difícil encontrar un sitio donde sentarse, así que decidió acercarse a la barra a pedir algo para saciar su sed, le habían encomendado una misión en el gremio, y debía cumplirla, había quedado allí con los otros integrantes del gremio que cerrarían la campaña, así que les esperaría para empezar a indagar sobre la posible amenaza...

Con paso firme se aceró a la barra, algunos de los aldeanos no podían sino mirar de reojo el porte de tan grand ecuerpo, que intimada a algunos con sus firmes pisadas...

- Posadero por Bahamut que necesito saciar mi sed, tenga la bondad de servir a un siervo de tal divinidad cuando tenga alguna mano libre... Con una jarra de cerveza será suficiente por ahora!!

Después de pedir y sin esperar a que el servicio fuera rápido ojeó a los que tenía cerca suyo y pregunto por encima...

 - Algo concurrido esta posada... Algunas nuevas!!

La voz era profunda y autoritaria...

Aguas Profundas es por mucho la ciudad más enorme que he contemplado en mi vida. Muchas más personas que todas las que he visto hasta ahora deben vivir en estas calles plagadas de personas de todas las razas y colores. Apenas puedo caminar por sus rutas sin perderme:

"Debería haber venido con alguien, pero ahí estoy yo, con mi clásica impaciencia."

Apenas logro encontrar el lugar de reunión, pero el lograrlo saca una gran sonrisa de mi rostro. El ruido de las personas dentro de la posada me llega aun antes que la visión del local abarrotado de comensales. Entro y veo como los clientes saturan la zona. A pesar de preferir el silencio de las montañas, disfruto ver harta gente reunida y compartiendo felices, por lo que entro con una gran sonrisa.

Al entrar comienzo a buscar con la vista a alguien conocido, cuando veo a Roku, uno de mis compañeros en la última aventura del Gremio. Le hago señas y me acerco a hablarle:

 - "Hola Roku, que bueno verte aquí. ¿Será esta otra de nuestras aventuras? Acerquémonos a la barra para beber algo."

Camino hacía la barra y cuando veo al posadero le hablo:

 - "Hola buen hombre, me sirve una cerveza por favor. ¿No sabe si acaso ha llegado alguien del Gremio de la Espada y la Vara? Estoy buscando a mis compañeros que quedamos de juntarnos aquí."

Espero mientras miro a mi alrededor, disfrutando del ambiente festivo de la posada.

Llevaba largo rato sentado. Llegó a la posada y encontró enseguida una mesa libre, pues no había ni un tercio de la gente que había ahora. Cuando se empezó a llenar, 3 jóvenes humanos se sentaron junto a él, sin ni siquiera pedir permiso, solo un seco "hola" a modo de saludo. El enano enarcó una ceja y siguió leyendo. Suponía que era la costumbre del lugar y no le dio mayor importancia.

Le habían encargado su primer trabajo para el gremio. Le dieron breves instrucciones. Solo llegar a la posada y esperar. No conocía quien serían sus nuevos compañeros, ni de que se trataba el asunto. Si una cosa le sobraba al enano era paciencia, así que esperó, al menos sentado.

Su aspecto era pulcro y arreglado. Destacaba su reluciente calva y su larga y espesa barba, recogida en innumerables trenzas acabadas en dorados brazales. La espesura de sus cejas solo dejaba ver levemente unos ojos negros que estaban clavados en un desgastado libro que parecía bastante antiguo. Vestía un atuendo sencillo, pero limpio, compuesto por botas y pantalones de color marrón y un bonito chaleco de color rojo. Una cota de mallas se dejaba entrever debajo del chaleco. Una desgastada mochila estaba apoyada en su asiento, junto a su inseparable y reluciente martillo, bellamente decoradas con runas enanas, todas dedicadas al dios Moradin, sin duda un gran trabajo de los herreros de su raza.

Sostenía el libro con unas de sus manos, mientras con la otra tamborileaba encima de la mesa. Había pedido una copa de vino especiado, que ya hace tiempo se había vaciado. Había sido de su agrado, aunque algo dulce. Cualquier otro enano habría pedido más de una copa, y nunca vino, después de tan larga espera, pero este se imponía la estricta normal de no beber en exceso, una copa como mucho por comida.

Así pues, claramente Vondek no respondía a los arquetipos de su raza. Aunque su físico era igual que el de sus hermanos, sus modales, su pulcritud y su paciencia se alejaban bastante.

Observaba de reojo como la taberna se iba llenando cada vez más de aventureros, de todas las razas y costumbres. Seguramente alguno de ellos pertenecía al gremio y estaba allí por su mismo motivo. Pero de momento, el enano, se limito a esperar.

Ericus!!! respondo a mi colega y hermano en batalla que gusto verte tambien le estrecho la mano y le doy un calido abrazo... veo como pide cerveza, pero yo soy mas de buen vino... para mi una copa de vino por favor y saco las monedas para el hombre.... mira creo que a el lo he visto en el Gremio digo a Ericus cuando el gran Draconico alza la voz que tal si nos acercamos, talves el tambien sea parte del equipo... dicho esto inicio mi andar hacia el gran draconico, hecho mi mochila al hombro la cual cuelga hacia mi espalda cubriendo mi escudo con la insignia de Kelemvor

Tras haber esperado un rato en un rincón había visto como iban llegando a la posada varios aventureros. Decidí que era un buen momento para acercarme al fuego.

Encendí mi pipa con una pequeña ramita y me detuve junto al fuego para observar a mi alrededor.

mientras avanzaba en direccion del gran draconico, sujetaba fuertemente mi mochila para que no callera por los apretujones algunos al ver la marca de mi deidad se apartaban un poco otros no les importaba lo mas minimo, mi ropa de un impecable blanco camison de manga larga, que dejaba ver apenas una cota de malla por debajo de mis mangas, justo en el pecho tambien llevaba la marca de mi dios, un cinturon me sujetaba por la citura, mi escudo lo llevaba a la espalda y la gran balanza se podia ver en el, empece a observar de nuevo a mi alrededor... hubo un personaje que llamo mi atencion y con un toque a Ericus para captar su atencion señale sutilmente con la cabeza en direccion de este peculiar personaje... era un enano estrañamente pulcro e inmerso en un viejo libro, pero lo mas raro era que bebia vino y no se estaba ahogando en cerveza... extraño no!!!??? comento a Ericus mientras seguimos avanzando... cuando llegamos con el draconico me dirijo a el Hola, mi nombre es Roku, y el es Ericus, señalando a mi amigo, te he visto en el gremio y nos preguntabamos si de casualidad estaras aqui por la misma razon que nosotros, era impresionante nunca habia estado tan cerca de un draconico y solo habia escuchado de ellos en historias... me acomode en la barra de nuevo mientras espero cometario de Ericus y/o respuesta del gran Draconico mi buen señor sera una botella de vino siempre por favor comento al posadero y pago la diferencia

Kriv el gran dracónido mientras conversaba con la gente de alrededor vio como dos figuras se acercaban a el directamente, así que cortó su conversación para atenderles, a primera vista le dio la impresión que podrían bien ser del gremio, pues parecían bien preparados, y su impresión quedó resuelta cuando uno de ellos habló...

- Kriv, mi nombre es Kriv señor Roku... Ericus... Saludó con un gesto de la cabeza... - Como bien has dicho, soy del gremio, y si, vengo a encargarme de una situación aquí, seguramente sea la misma, pues me informaron de que me acompañarían unos cuantos integrantes más del gremio, no me dieron sus nombres, pero no creo que sea muy difícil localizarnos entre todos...

Kriv tomó un trago de su bebida mientras Roku pedía la suya al posadero...

- Sabéis algo más de lo que nos han contado?

A medida que transcurre el tiempo y se va acercándose la noche  los parroquianos van abandonando el salón común. Puede oirse todo tipo de rumores. La vigéisima hora ha quedado atrás y la gente va abandonando el lugar, podéis ver que ya van quedando mesas y sillas libres. No se habla otra cosa que de los asesinatos y del "Acechador Oscuro".

La puerta se abre y entra un individuo de aspecto desaliñado. Sus ropajes están remendado por varios lugares y sus pies están calzados por botas con agujeros. Despide un hedor mezcla de alcohol y inmundicia. Se acerca a la barra.

- Hola Darano, lo de siempre.

- Espero que esta noche la caza sea más fructífera, Boggs.

Dice colocándo una jarra delante de los ojos del individuo de cara pálida y ausente. Daramo es un personaje  alto de aspecto sombrío con una gran cicatriz sobre el ojo derecho, aunque conserva su ojo a pesar de su apodo. Su tez es oscura y masca tabaco mientras habla.

- Últimamente no hay ratas y eso es malo - dice tomando la jarra - malo porque si no hay los miembros del Gremio prescinde de mis servicios y malo porque la experiencia me dice que si las ratas desaparecen...algo malo va a pasar.

Acompaño a Roku y miro al enano que me señala, sin saber en realidad lo que me muestra. Jamás he sabido mucho de enanos y la verdad es que tampoco soy un tipo muy observador, por lo que asiento a sus palabras sin saber a que mierda se refiere.

Una vez llegamos donde el Dracónido, lo veo con un poco de sorpresa, pues jamás había visto a un miembro de su raza y es algo realmente impresionante y majestuoso. Le saludo con la mano cuando Roku me presenta y asiento a sus palabras. Me siento a su lado y bebo la cerveza que había pedido mientras escucho como las personas hablan, aunque en realidad estoy imaginandome nuestra misión y lo que haremos.

Luego me saca de la distracción el hombre con olor a alcohol e inmundicia. Su olor mejor dicho, pues no lo sentí entrar, pero mi olfato está acostumbrado al aire de las montañas, por lo que me recuerda a nuestra anterior aventura. Haciendo un gesto con la mano, le hablo a Roku:

 - "¿Todas nuestras misiones incluyen estos olores?"

Me río de mi broma, pues su gracia consiste en lo cierto hasta el momento de la ironía. Cuando lo escucho hablar, me acerco un poco y le hablo:

 - "Hola buen hombre. Mi nombre es Ericus y he escuchado que alguien ha encontrado unos cadáveres en las cloacas. Por lo que usted cuenta, deduzco que usted es el cazarratas local. ¿Es cierto lo que cuentan?"

Le pregunto con una sonrisa amistosa y un tono confidente, intentando agradarle al hombre y generar una buena respuesta.

Había tenido algunos problemas para conseguir que dejaran entrar a Silver en la ciudad.

“Al parecer el miedo por las personas devoradas ha acampado a sus anchas entre la población”

Finalmente entro en la posada, dónde nos habían citado con nuestro enlace en la ciudad, y me encuentro a Roku y Ericus hablando con un hombre con aspecto de cazador junto con otros aventureros, cuyo aspecto me dice que lo más probable es que sean miembros del Gremio y, por lo tanto, los restantes integrantes del grupo.

Espero que no hayáis hecho mucho durante mi ausencia – saludo a Roku con una palmada en el hombro – Siento el retraso y la interrupción, pero al parecer los guardias son algo estrictos con el tema de los animales salvajes- me disculpo ante los demás.

Mucho me temo que este buen hombre tiene razón – digo como respuesta tras el intento de Ericus de simpatizar con él- si hay menos ratas es porque algo más peligroso las espanta o las devora, y no sé qué me preocupa más.

“Puede que si apelo a la relación cazador-cazador podamos obtener más datos de los que él considere estrictamente necesarios”.

El enano había continuado con lo ojos clavados en el viejo libro a medida que pasaba la tarde. No había desaprovechado el tiempo, pues su cabeza había ordenado todos los rumores que se comentaban a su alrededor y se había hecho una buena idea de la tarea por la que había sido enviado allí.

A medida que se fue vaciando la taberna sus dudas de quien serian sus compañeros del gremio se fueron disipando. Descartó a los aldeanos y borrachos que quedaban y se fijó bien en los personajes armados que hablaban y se presentaban entre ellos.

Llamó su atención el dibujo de la balanza en el escudo de uno de ellos, que reconoció de inmediato como el símbolo de Kelemvor. También quedo impresionado por el tamaño y feroz aspecto del dracónido. Había leído sobre ellos, pero era la primera vez que tenía uno delante.

Finalmente el enano se levantó de su asiento. Primero dejo que la sangre fluyese otra vez con normalidad por sus entumecidas piernas. Estaba acostumbrado a permanecer sentado en sus largas horas de estudio y había sufrido sus miembros dormidos en incontables ocasiones. Cuando sintió con normalidad sus extremidades, colgó su martillo a su espalda y recogió su mochila, guardando su preciado libro en ella.

Se encamino a la barra en dirección a los cuatro personajes que había decidido que tenían la mayor probabilidad de ser miembros del gremio. Llego a la altura del dracónido y del seguidor de Kelenvor que charlaban amigablemente. Carraspeo levemente para aclarar su voz y llamar educadamente la atención.

Disculpen mi atrevimiento, caballeros. - dijo dirigiéndose al seguidor de Kelenvor - Mi nombre es Vondek y he supuesto que sus personas pertenecían al gremio al igual que yo. He sido enviado aquí para reunirme con otros aventureros y tengo la intención de encontrarlos. Si he errado en mi suposición, tengan a bien perdonar mi interrupción.

Apenas sí queda gente en la posada y un pequeño grupo se ha congregado alrededor del cazador para intentar confirmar alguno de los rumores que se han ido escuchando.

-Bien, supongo que esos serán los compañeros del Gremio- pienso para mí.

Entonces me acerco al grupo para presentarme.

-Buenas noches caballeros, mi nombre es Gandalug. No he podido evitar escucharos y he supuesto que sóis los compañeros del Gremio que estaba esperando- hago una pequeña pausa para observar a todos ellos y continuo hablando, ésta vez dirigiéndome al cazador -Creo haber oído algo sobre una recompensa...-

Dejo la frase en el aire intentando no aparentar más interés del necesario.

El cazaratas desvía la mirada de su copa para centrar su atención a Ericus. Entorna los ojos como tratando de reconocerlo. El individuo se siente algo intimidado ante la mirada del alto hechicero. Su mirada es de desconfianza y temor a la vez. 

- ¿Por-por qué lo pregun-táis, ami-go? - respondió al fin taratamudeando.