Partida Rol por web

¡Oh, por el Hacedor! ¿Es que aquí tampoco vamos a poder dormir en paz?

Abro los ojos y me incorporo de un salto de la cama. Veo que no soy el único y que mis compañeros magos ya se han puesto a la tarea de preparar la defensa.

- ¿Es tan difícil guardar un poco de silencio para poder dormir en paz? ¿Qué demonios ocurre? ¿es que se incendia el pueblo o qué?

 Dormía plácidamente, descansando del fatigoso día que habíamos tenido cuando unos ruidos me despertaron. Tanto a mi como a mis compañeros por lo que pude observar. Al acercarme a la ventana había una muchedumbre enfurecida pidiendo a gritos a la elfa que habíamos traido de la granja de los Fuldor.

Este ya no es un asunto que nos incumba a nosotros. Busquemos a Tarl y que él se las apañe con sus aldeanos. Al fin y al cabo él representa parte de la autoridad aquí, en Vintiver.

La multitud se agolpa en la plaza, cerca de la puerta principal de la posada.

Uno de los manifestantes se acerca a la puerta con la intención de tocarla apra llamar vuestra atención, cuando de repente se queda inmovil, como dando un paso pero que nunca llega a avanzar. Los demás dan un paso hacia atras acompañado de un grito de horror...

 La situación cada vez pintaba peor. Ahora uno de los aldeanos había quedado paralizado y mis compañeros no parecían mover un dedo, así que busco al posadero para preguntarle por Tarl. No tengo la más mínima intención de enfrentarme a una turba de aldeanos furiosos...

El posadero está algo nervioso, mirando por una de las ventanas del comedor de la planta baja.

Holaa... Tarl no está. Salió a explorar, por si había más incidentes en otras granjas. No sé qué va a pasar...

¡Por Andraste! ¿Y ahora qué hacemos? le pregunto algo indignado mis compañeros. Yo no pienso partirme la cara con esos paletos por culpa de una elfa. Si no se os ocurre nada mejor que hacer propongo que le demos lo que han venido a buscar. Me quedo esperando alguna propuesta por parte de mis compañeros. Bastantes problemas nos está dando esa condenada elfa... ni siquiera sabemos si fueron ella y los suyos los que atacaron esa granja. Desde luego lo que estaba escrito con sangre en la granja no lo habían echo los lobos que nos atacaron.

Abro ambos ojos desmesuradamente cuando Duhan habla instándonos a entregar a la elfa a esos campesinos enfurecidos. ¿De verdad sería capaz de hacer eso? ¿Y yo? ¿Sería capaz yo? Pero no me importa lo que él quiera hacer, sé lo que yo respondería ante tal pregunta.

Antes de marcharme a la habitación donde dormitaba la elfa me dirijo cabreado al pícaro humano agarrándole del cuello de la camisa, a pesar de mi escasa y casi nula fuerza, para escupirle algunas palabras:
- No pienso dejar que esa elfa muera. No antes de saber qué hacía allí. No pienso llenar mis manos con sangre inocente y, por el momento, no sabemos si tiene alguna culpa o ninguna en absoluto.

Le suelto y, soltando un exagerado bufido de enfado, abandono la habitación para acercarme a la muchacha en cuestión y protegerla de lo que estaba por venir.

- ¿Que qué hacemos? ¿por qué no empezamos por preguntarles lo que quieren?, si no, me temo que se acabó el dormir.

Ni conto ni perezoso, me asomo a la ventana (con el arco en la mano) y pego un grito.

- ¡Pueblo de Vintiver! ¿Se puede saber que hacéis aquí en vez de dormir tranquilamente en vuestras casas? No se vosotros, pero yo he tenido un día muy agitado y me gustaría descansar un poco.

 Veo a mis compañeros intentar contener a la turba - va a ser complicado, y no pienso dejar a la elfa para un linchamiento... luchar sería complicado, se les puede asustar o si no...

Señor Mullin - digo al posadero - ¿hay alguna bodega o puerta trasera por dónde podamos sacar a la elfa? - noto su nerviosismo y añado - si podemos salir de aquí no habrá daños... ni heridos.

  Observo atónito la reacción de Isencan. No es que me haya llegado a intimidar ni su acto de cogerme del cuello de la camisa ni sus palabras, de echo muestro una sonrisa burlona mientras me escupe su "discurso", es que no alcanzo a entender la simpatía que muestra hacia una elfa salvaje.

Creo que no sería buena idea... creo que aquí estaréis a salvo. No entrarán por la fuerza en mi posada. De hecho, huir les dará un motivo para ir a por vosotros, sería como reconocer lo que sea que ellos estén insinuando...

Además, pueden tener gente esperando alrededor de la casa...

Alguien grita desde la muchedumbre, y no conseguis identificarle.

¿Sí, estáis cansandos? Claro es normal... es lo que tiene matar granjeros... ¡Asesinos! ¡Estáis con esa guarra, sois unos asesinos!

Gracias a que al menos una de las ventanas se mantiene abierta puedo oír lo que alguien dice. Abro los ojos, sorprendido por lo que acabo de escuchar, no me lo esperaba, eso no me lo esperaba.

¿Cómo se han enterado de lo de la granja? ¿Acaso el guardia lo ha ido comunicando desde que llegamos aquí? No me lo explico... Y para colmo se piensan que nosotros hemos tenido la culpa. ¡No pudimos hacer nada, maldita sea! ¡Casi perdemos la vida también y no estoy de humor para soportar ignorantes! pienso, cabreándome más y más por momentos sin darme cuenta de que estoy apretando fuerte una de las manos de la elfa.

Reconozco que no soy alguien nervioso ni fácil de cabrear sino todo lo contrario, pero tras todo lo sucedido durante el día y la nochecita que estamos teniendo, comienzo a plantearme sino terminará saliendo a flote mi peor cara.

- ¿Asesinos? - pregunto incrédulo - ¿Acaso tú, que te escondes entre la gente has estado en la granja de los Fuldor esta tarde? ¿Acaso has visto sus cadáveres? ¡Yo sí! ¡Y te aseguro que los únicos que han muerto por mi mano y la de mis compañeros han sido un montón de lobos que se estaban dando un festín con sus restos! Si todos vosotros, que sois ahora tan valientes, hubiérais ido a la granja a ver con vuestros propios ojos lo que ha ocurrido en vez de creer lo que cualquiera os haya contado habríais visto que ninguno de ellos ha muerto por arma humana, ni elfa. De hecho, ahora que lo pienso, podéis hacerlo, ya que los hemos traído con nosotros. Y ya que no estáis cansados podríais enterrarlos.

Espero a ver si mis palabras causan algún efecto o si (como de costumbre) me toman por el pito de un sereno.

entre tanto griterio Druen se despierta, se viste y se acerca a la ventana, despues de escuchar alegaciones y contraalegaciones decide decir.

- Señores, si es culpable habra un juicio donde pueda dar las explicaciones precisas, pues es sabido que llega una Ruina y mientras no sea un enemigo declarado siempre puede ser un buen aliado contra la misma.

-asi que marcharos a descansar, cuando la elfa despierte, haremos llamar al alguacil y al juez para que hagan justicia.