Partida Rol por web

Tras viajar desde Neverwinter hacia el sur durante dos días por el Camino Real, os desviásteis por el camino a Triboar Un camino mucho más tranquilo y por el que, a diferencia del Camino Real, no os habéis encontrado a ningún comerciante ni viajero. La ruta había sido tranquila y el tiempo os había acompañado, regalándoos días soleados y con una suave brisa. Medio día de viaje después, a tan sólo un el otro medio día de camino de vuestro destino os encontráis con el desvío hacia Phandalin. A pocos pasos, tras subir el camino por una apenas imperceptible colina os detenéis.

Delante vuestra, a unos 80 pies de vosotros y en medio del camino, yace la figura de un animal grande tirado en el suelo y cubierto con algunas ramas pequeñas de los árboles cercanos, que flanquean el camino junto a algunas pequeñas formaciones rocosas.

Al divisar el cuerpo del animal muerto Harvek intenta ver si ve algo más sospechoso por los alrededores. Miro a sus compañeros y ve que todos están mirando lo mismo:

- Mmmm, no creo que sea nada bueno, aunque podría ser algo natural. Lo mejor será seguir nuestro camino ahora que estamos tan cerca. Podría ser un señuelo o quizá tener alguna enfermedad contagiosa. Así que continuemos.

Al ver la figura del animal le hago una señal a Milar para que se detenga. Me pongo de pie para ver mejor pero solo logro divisar unas ramas. 

-¿Que es eso, un caballo, una vaca? ..... no creo que sea algo natural, si a alguien se le hubiera muerto un animal no lo dejaría en mitad del camino. No os confiéis chicos, esto no tiene buena pinta. -Aconsejo mientras guardo mi libro en la mochila y bajo del carro.

-¿Alguien se anima a echar un vistazo?

Como muchas cosas en su vida, Milar logró salirse con la suya sin que los demás apenas lo notaran; estuvo todo el viaje controlando las riendas de los bueyes y contando historias de taberna, quizá algo subido de tono para la dama Elfa. Era un mediano particular, no era como los típicos medianos alegrones y bonachones, Milar tenía un tono más serio, más..... humano, pero de lengua larga y de nunca callar.

Hizo caso de inmediato a la petición de la Elfa y haló las riendas para detener a los bueyes. Se paró en la silla donde venía sentado y observó el cadáver sobre el camino.

-Vamos, no es más que un bichejo de pradera. -Dijo intentando discernir a que animal pertenecía ese cuerpo inherte -Sigamos derecho por nuestro camino, si las cuentas no me fallan, al caer el sol llegaremos a Pandalin!

Esperó la respuesta de sus compañeros para azuzar a los bueyes para seguir avanzando.

Adam puso una flecha en la cuerda, con cuidado, y se puso a observar con calma.

- Si es natural, no debemos temer, pero no tendría ramas tapándolo. Si es una trampa, los laterales del camino pueden estar oradados para atascar el carro y obligarnos a parar. Creo que lo mejor sería investigarlo antes de avanzar con el carro. Creo que intentaré acercarme con cuidado... 

Adan bajó del carro y se acercó a observar, sus pies pisaron una rama seca que chasqueó enfadada, pero sus ojos no dejaron de observar todo el entorno buscando alguna señal de peligro

Te acercas lentamente a la silueta, atento a todo lo que te rodea. Cuando estás lo suficientemente cerca, distingues perfectamente que lo que hay bajo las ramas es un caballo. Te agachas un poco para observar mejor y te das cuenta de que te es familiar. ¡Es el caballo en el que partieron Gundren y Sildar! Te dispones a observar mejor y ves que el suelo está lleno de sangre. ¿Está muerto? Agudizas tus oidos y escuchas una respiración aguda y acelerada, lo cual te extraña porque no se corresponde con la de un caballo. Caes en la cuenta de que las bolsas que colgaban en el caballo están completamente vacías, y un estuche para mapas tirado en el suelo ha sido saqueado.
De repente alzas un poco la vista, y lo descubres. No es la respiración del caballo, hay una figura escondida al otro lado, tras el. Al escuchar mejor, oyes una risita nerviosa. Nervioso por lo que acabas de descubrir, das un paso más no sin pisar una pequeña rama, pero por suerte para tí, parece no haberse percatado. Rápidamente echas un vistazo en derredor, y descubres otros tres goblins que están escondidos en la maleza, disponiéndose a atacar.

Esperáis atentos desde el carro, y observáis como Adan se acerca a inspeccionar la zona. Se acerca lentamente hasta que llega a la figura del animal, donde se entretiene unos instantes. Cuando todos os estáis preguntando por dentro lo que ve, todos notáis de repente que algo no va bien. Alguno parece ver como algo se mueve cerca de la figura del animal en el centro de la carretera. Otro de vosotros ve que la maleza se mueve de forma extraña. Pronto descubrís que estáis siendo emboscados y hay pequeñas criaturas goblinoides dispuestas a atacaros.

-Ten cuidado Adan -Dije con tono bajo, por si alguien estaba cerca.

Observé los alrededores intentando discernir algo, veía que la maleza se movía pero no conseguí ver nada claro. Conforme si iba acercando al cuerpo me ponía mas tensa, algo no encajaba y me ponía los pelos de punta. Guardé mi libro, me puse el pelo para un lado y en posición de alerta, estaba preparada para lo que sea.

—Mierda! Exclamó el mediano soltando las riendas de los bueyes y con un solo movimiento sacó su arco que colgaba de su espalda y bajó de los bueyes con un salto.

Avanzó unos metros mientras sacaba una flecha de su carcaj y disparó hacía el goblin más cercano, la flecha silbó por los aires, pero las ramas tapaban bien el pequeño cuerpo del enemigo.

Lo olía, lo podía oler... pero demasiado tarde se dio cuenta de que su olfato no le había fallado.

Como era de esperar tras ver un escena tan sospechosa como la que se les había presentado en medio de un camino poco transitado como era aquel, y tras haber avisado a sus compañeros, uno de ellos avanzó sin mucho cuidado y SÓLO, cayendo en una emboscada de criaturas goblinoides, esos verdes seres malignos que deben ser exterminados ya que no aprenden tras muchas lecciones. Su reacción no iba a ser rápida, pues nunca lo había sido, como buen enano prefería ver que pasaba y actuar en consecuencia no como humanos y otras razas que luego debían arrepentirse de acciones debidas a malentendidos, no era esa la manera enana de hacer las cosas, y no la iba a cambiar el Sargento Harvek.

Alexia alzó las cejas, oteando el horizonte.

¿Qué era eso?

Un animal muerto, en medio del camino. No era una visión insólita, aunque todo lo demás; las ramas, el foliaje... No tenía mucho sentido, a no ser que lo que se buscara precisamente era...

Oh, pues claro.

Sus suposiciones se confirmaron en cuanto Adan, habiéndose adelantado. Y cayó en la emboscada. Pequeños hombrecillos verdes asomaron entre los arbustos. Bichos miserables que confiaban en tácticas de cobardes.

Alexia resopló, bufando por las fosas nasales. Al mismo tiempo, su corazón empezó a acelerarse; aquella iba a ser, de hecho, su primera escaramuza real. Agarró una de sus jabilinas con fuerza, bajándose de la montura a toda prisa.

Desde luego, esta iba a ser una gran aventura.

El disparo del pícaro hacia los matorrales pasó de largo, lo que provocó que el goblinoide arremetiera contra él con su cimitarra oxidada. Lanzó una pequeña estocada que el mediano pudo evitar, pero torciéndose el tobillo en la esquiva. La otra criatura verdosa corrió gritando hacia donde estaba el carromato. En un principio pareció dirigirse hacia Alexia, pero al ver que sacaba una jabalina decidió atacar al enano, que pudo parar sin problema la estocada. El goblin más cercano a Adan, al darse cuenta de que tenía a su compañero a tiro y no se había percatado, le apuntó con el pequeño arco y soltó una silbante flecha que le hizo pequeño corte en el muslo. Después sale corriendo hacia los matorrales, donde se intenta esconder, dejando parte de su cuerpo a la vista de todos sin haberse percatado.

Al ver que uno de los goblin atacaba a Milar me posiciono para poder ayudarlo, me predispongo a lanzar un sencillo conjuro. Juntando dos dedos en frente de mi , me concentro para lanzarlo a la par que digo unas palabras en dracónico. Las puntas de los dedos cogen un color blanco nieve  iluminándose a la vez y conforme movía el brazo se dibujaba en el aire un rayo que se dirigía al goblin.

El enano ve como el goblin que intenta atacarle pierde pie y está a punto de caerse ante él para ofrecerle una ejecución en medio del camino, pero se recompone con rapidez y vuelve a su posición de combate.

Sale el sargento que lleva dentro y grita antes de lanzarse al ataque:

- ¡Manteneos unidos y no les deis la oportunidad de atacaros con superioridad, Adan, Milar retroceded para cerrar el círculo, Alexia blande el hacha y hagamos un muro defensivo, Selena VUELVE AL CARRO ES EL LUGAR MÁS SEGURO DETRÁS DE LOS GUERREROS, podemos con ellos sin que malgastes tus conocimientos!

El enano sopesa a su verdoso enemigo y le lanza un martillazo bien dirigido hacia el pecho de la criatura que lo recibe de lleno y crujen algunas de sus costillas y la criatura queda un momento paralizada, mientras no se sabe si muere o no en esos segundos de incertidumbre de la refriega.

El gélido rayo de la maga hace que la criatura enzarzada con Milar suelte un agudo grito acompañado de un tiriteo. Mientras tanto, el certero martillazo de Harvek hace que el goblin que intentó atacarle se quede sin respiración, cayendo fulminado al suelo sin emitir ruido alguno.