Partida Rol por web

Al realizar el segundo cambio de columnas, Raivaros frena en seco al ver a alguien apoyado donde iba a colocarse él.

Se trata de un hombre de mediana edad, con chaleco antibalas y vestido con ropas muy viejas, que está encendiendo un cigarro. Al ver al hombre vestido de rojo, abre los ojos en gesto de sorpresa y parece atragantarse con el cigarro.

Lyra se asoma por la columna detras de la que se encuentra pero con sgilio y sin dejarse ver. Al ver la situación espera a ver qué hace el hombre del cigarrro.

Lyra se asoma y ve a otro hombre en la columna del otro lado, que va armado y vestido como el anterior.

Posíblemente sean guardias, y dado que hay dos en la parte delantera, seguro que habrá más en la parte trasera.

Raivaros, sin pensarselo, aprobechando que le ha pillado por sorpresa, comienza a dispararle con la pistola.

A pesar de estar a bocajarro, el objetivo no recive ningún impacto. El primer haz láser da en el suelo, junto a los pies de Raivaros que no ha tenido tiempo de levantar el arma. El segundo no llega a salir, posíblemente polvo sobre la batería a impedido el funcionamiento del sistema de disparo.

El guardia que se ha topado con Raivaros de frente se cubre de los disparos y su mechero cae. Al verse incapaz de sacar su arma a tiempo, se lanza sobre su adversario y le propina una patada. Por la guardia que tiene, parece que ha estado en muchas peleas, pero su golpe se pierde un palmo por encima de la cabeza del tecnosacerdote.

Lyra decide ir contra el hombre que aún no ha visto Raivaros y lanza dos disparos contra él.

El primero de los disparos impacta en su pierna izuierda y el segundo en el hombro derecho, junto al cuello. El hombre se desploma en el acto y antes de tocar el suelo ya está muerto.

Raivaros se guarda su pistola, saca su cuchillo y se lanza a por el hombre que intentó propinarle una patada.

Sin embargo la puñalada se queda corta y el hombre ni se molesta en esquivarla.

El guardia restante, al verse superado en número, comienza a gritar:

-¡AYUDA! ¡SAQUEADORES!

Parece un poco reticente de seuir peleando al ver el cuchillo, pero aún así confía en sus habilidades. Sin embargo, esta reticencia le hace mantener las distancias, y ninguno de sus golpes consigue siquiera dar a Raivaros.

Lyra duda un momento si disparar al agresor de Raivaros o tomar una posición más estratégica por la voz de alarma, per se decíde rápidamente por la primera.

Como disparar a un combate no es la mejor idea para evitar darle a su compañero, la guerrera carga contra el guardia usando la culata del arma para golpearle.

El hombre no puede esquivar el golpe de la salvaje, que le impacta en el pecho. Sin embargo, solo parece tratarse de una contusión sin importancia.

Raivaros, aprovechando que entre él y lyra le habian rodeado, continuó atacando.

El golpe hizo un tajo superficial en la pierna derecha de su contrincante. Apenas sangra.

El guardia, al verse rodeado, da un paso atrás hasta la columna y grita:

-¿Queréis pasar? Entonces, ¡hacedlo sobre mi cadáver!

Con estas palabras, tira de una anilla de su chaleco. Con la otra mano, saca su pistola.

Lyra no se asusta (o no se da cuanta de lo que acaba de pasar) y vuelve a golpear con furia al hombre. Blandiendo su rifle cono una espada, intenta golpear al hombre, pero este, con un hábil movimiento, se agacha y esquiva el golpe.

Raivaros se da cuenta de lo que acaba de hacer el hombre, a si que sale corriendo, pero no por donde a venido, si no corre hacia donde está lo que quiere conseguir y le grita a Lyra:

-Tenemos que separarnos de él.

En su carrera Raivaros guarda su cuchillo y saca nuevamente su pistola.

El hombre al que se enfrentaba Lyra le golpea usando su pistola como un martillo improvisado. El rpimero de los golpes apenas roza a la guerrera, pero es incapaz de esquivar el segundo. Por suerte el golpe va sin fuerza, y su chaleco hace el resto.

Por otro lado, mientras Raivaros corre hacia las escaleras, ve a dos hombres salir de la parte de arriba. Estos no son matones sin más: llevan el uniforme de la Guardia Imperial. Pero una cosa varía respecto al uniforme normal. El normal es verde o gris, dependiendo si son de la flota o el planeta. Estos llevan un uniforme rojo, pintado desigualmente con algo que parece... ¿sangre?

Las balas comienzan a zumbar alrededor de Raivaros cuando los dos nuevos abren fuego. Un láser impacta en Raivaros, a la altura del abdomen, y siente el horrible dolor de la quemadura láser. Sin embargo, parece que su blindaje se ha llevado la peor parte y consigue mantenerse en pie.

Lyra escucha disparos de rifle láser, y a Raivaros quejándose, lo que le da a entender que la ayuda que pedía el guardia ha llegado. Enfurecida, va con todo contra el hombre que tiene delante.

Con un potente golpe, Lyra alcanza el brazo de su rival. Con un sonoro crujido, el guardia descubre una articulación que no sabía que tenía antes de desplomarse en el suelo.

Raivaros corre a esconderse detrás de una columna de esos hombre que lehan podido matar. Por el camino va realizando tiros con su pistola, quizás con suerte le de a alguno y lo mate.

Al alcanzar la columna se refugia tras ella y al tocarse con la mano desocupada el cuerpo comprueba que sus heridas son menos importantes de lo que en un principio parecian.

Los dos soldados comienzan a bajar por la escalera despacio, apuntando a donde han visto pelea y por donde se escondió Raivaros con sus rifles. Son más corpulentos que los guardias anteriores, y su blindaje no es un simple chaleco: llevan la armadura de la Guardia, aunque desgastada por el uso.

-¡Salid y dad la cara! ¿No veis que no tenéis escapatoria?

-Si os rendís prometemos no torturaros mucho, jajaja.

Lyra sacó su hacha y se escondió tras la columna, esperando su oportunidad.

Si liquido a uno de ellos atnes de que me vea el otro, no tendrá oportunidad de defenderse contra mí.

Raivaros está asustado a si que decide usar una estragia para ver si Lyra puede aprobechar el momento que él le puede proporcionar. Y comienza a hacer sonar todo lo alto que puede su Realimentación estridente para atontar a los dos soldados.

Uno de los guardias cae afectado, pero el otro lo ignora por completo.

El guardia aturdido se queda rezagado, mientras el otro se dirige a ver de dónde sale ese ruido infernal. Este último es el primero en toparse con Raivaros, que se oculta tras la columna. El otro no llega a entrar en el combate.

El guardia 2 atacaa Raivaros cuerpo a cuerpo con su rifle. Raivaros recive un golpe sin importancia en su brazo derecho.