Partida Rol por web

Sera cabrón el de la barra! come disparos!

Los disparos de Raivaros impactan con letal precisión en el malhechor, uno en el pecho y el segundo en la cabeza. Este último causa una grave quemadura en su cabeza que calcina su pelo allí donde le toca.

Entre gritos de dolor, el desgraciado cae al suelo para no levantarse.

El último asaltante, ya a cubierto, realiza una ráfaga de siparos contra la gran diana inmóvil que es Raivaors para él.

Sin embargo, al apretar el gatillo, en lugar del sonido de una explosión, se olle el fatídico sonido de un arma encasquillada.

corro hacia el borracho con el arma encasquillada, caco el cuchillo y le acuchillo hasta que se muera. (los turnos que me cueste a menos que pase algo importante)

El hombre intenta deseperada mente desencasquillar el arma.

-Joder... Maldita chatarra barata...

Raivaros se dispone a cargar contra el objetivo corriendo a través de los escombros. Sin embargo, correr por terreno traicionero no es bueno, y el temerario tecnosacerdote tropieza con una piedra y se vé obligado a detener su carrera para no caerse.

El atracador, muerto de miedo, tira el arma al suelo y levanta las manos.

-¡Me rindo! Por favor, para. ¡Te juro que no lo volveré a hacer! Ten piedad, por el Emperador...

-Os ofrecí dinero y no quisisteis aprobechar esa oportunidad, ahora, morirás.

Raivaros se acercó al hombre que suplica por su vida. Pero ya era tarde, el hombre iba a saber que con él no era alguien de quien poder reirse. le apuntó a la cabeza con su pistola y disparó, dejandole una quemadura entre los ojos y cayó muerto. Dejó de fijarse en él, ya no era importante. Todavia habia uno vivo y no podia haber ido muy lejos. Le buscó con la mirada.

Raivaros buscó con la mirada al hombre herido, pero no le encontró. Además, solo entcontró las dos monedas que se le habían caido al hombre, y no las otras tres que le dió tiempo a guardar.

Raivaros continuó su camino hacia la taberna.

Espero que no me moleste ningún idiota más.

Finalmente, el tecnosacerdote desciende hasta el centro de los niveles inferiores, donde se haya la taberna que él busca.

Desde fuera, el cuchitril apenas es un amasijo de hierros retorcidos cubiertos por chapa mal colocada. Sin embargo, comparado con las otras viviendas que ha visto por el camino, la chabola metálica le parece un palacio. Armándose de valor, empuja la puerta y entra.

Nada más cruzar el humbral, el olor del sudor agrio de los ocupantes y el humo de sus cigarros y drogas te golpea a través de tu respirador. Te da la impresión que en el submundo, la hijiene personal no es algo muy usual.

Nada más abrir la puerta, toda la taberna se queda mirando al extraño de lujosas ropas y se hace el silencio. Nadie lleva armas en sus manos, pero no parecen precísamente amistosos.

Raivaros, se sentó en la barra, y sin soltar con su mano derecha la carabina laser escondida entre sus ropas, no deja de vigilar su espalda. observa a todos los aque hay allí para ver si alguien se parece a alguno de las 2 fotos que le dieron.

Observas a tu alrededor, pero no parece sonarte de nada la cara de ninguno de los presentes. Al menos hasta que el camarero se te acerca.

-Por favor, intenta no llamar tanto la atención si quieres salir con vida de aquí, ¿de acuerdo? Aún no se tu nombre, pero supongo que eres a quien estaba esperando. Me llaman Mulo. ¿Quieres tomar algo? ¿O prefieres ir a la parte de atrás? Es un lugar más tranquilo.

-No te precupes, dame la información que necesito y me iré. Ya sabes para que estoy aqui, ¿no?

Dice Raivaros con la voz mas simpatica posible que podia, no queria enfadarlo y que no hablase, no después del paseo. A si que esperó la respuesta de Mulo, con ganas de terminar ya todo, odiaba esar alli.

Mulo se acerca a tu cara y te susurra:

-Te diré lo que tienes que saber, pero no aquí. Hay demasiada gente y yo estoy en cubierto. Sígueme a la parte de atrás.

-Vale

Raivaros se pone en pié y sige al hombre.

Espero que sea de fiar.