Partida Rol por web

Pues yo estoy celebrando mi fin de carrera y estoy acompañada por estos amigos de la familia, que querían viajar por Europa. Es una pequeña pausa antes de emprender mi propia carrera como diseñadora de moda. - sonríe abiertamente - ¿Dice que está aquí para una subasta? No me suena la firma que usted me dice ¿de que trata la subasta?

Harre lo que pueda, herr Diehl - te contesta el recepcionista. Tras una llamada, os idica que ha transladado vuestra petición de un taxista que hable inglés, pero que no sabe si podrán atenderla, pues son escasos.

Se acerca un taxista que al principio parece responder a vuestras expectativas, pues os llama en inglés, pero por desgracia, una vez montados en el taxi podéis comprobar que su conocimiento se limita a los saludos y poco más, imposible para una conversación minimamente normal. 

El recorrido se efectua sin mayores problemas y llegáis al edificio que aloja a la casa Ausperg.

Al fin llegáis a vuestro destino y allí os reciben en un lujoso edificio. Un joven bien vestido y con el pelo brillante de gomina os saluda cordialmente en un más que correcto inglés, recibe vuestras credenciales y os invitan a pasar a una pequeña sala, mientras pone en orden vuestros papeles y os tramitan los datos.

En dicha sala, una criada os ofrece un café o té, lo que prefiráiss y unas deliciosas sacher - torten. Paladeándolas estáis cuando se abre la puerta y un caballero alto, exquisítamente vestido os saluda con un impecable acento británico:

Doctor Charles, profesor Ibrahim - os refiere, mientras extiende la mano para saludaros - Encantado de conocerles. Soy Frederick Ausperg. Supongo que están aquí para la subasta de esta noche.

Mientras te diriges a tu destino, la casa Ausperg, puedes pasear por el centro de Viena. La mansión está situada en el barrio más aristocrático de la ciudad, sin embargo, antes de llegar allí puedes observar síntomas de la decadencia de la antigua capital imperial y diversos oradores (agitadores más bien) callejeros arengando a la gente.

Al fin llegas a tu destino y allí te reciben en un lujoso edificio. Un joven bien vestido y con el pelo brillante de gomina te saluda cordialmente en un más que correcto inglés, recibe tus credenciales y te invita a pasar a una pequeña sala, mientras pone en orden tus papeles y te tramitan los datos.

En dicha sala, una criada te ofrece un café o té, lo que prefieras y unas deliciosas sacher - torten. Paladeándolas estás cuando se abre la puerta y un caballero alto, exquisítamente vestido te saluda con un impecable acento británico:

Encantado de conocerle señor Wilson - a la par que extiende su mano para saludarte - Soy Frederick Ausberg. Supongo que se encuentra usted aquí para la subasta de mañana.

Me hincho cual pavo real al saberme reconocido por tan elegante caballero.

Efectivamente, verdaderamente, naturalmente - enfatizo - y no solo eso, Sir Ausperg, en añadidura el departamento me ha encargado la confección de un extenso artículo concerniente a la subasta y los efectos en litigio - me llevo las manos a la espalda e inicio un leve paseo a base de grandes zancadas alrededor de mis contertulios -. Confío, a tales efectos, que no habrá impedimento en poder inmortalizar los objetos para ilustrar la crónica, Sir Ausperg? - Mi barbilla apunta al suelo, hacia el voluminoso estuche de la cámara, requiriendo el permiso necesario para ponerla en funcionamiento en el edificio.

Del mismo modo - añado antes que me pueda dar respuesta - y desde una vertiente mucho menos científica, doctrinal, teórica... a modo de notas de sociedad, mi relato agradecería tener constancia de las personalidades que vayan a juntarse en tan grandioso evento... - dejo en el aire la consulta, confiando que Sir Ausperg recoja el guante lanzado.

 Dejo sobre la mesa baja el café americano y la torta sacher a medias para levantarme y pulcramente enjuagarme con una servilleta. Le estrecho la mano, firme pero educadamente.

 Un placer señor Ausperg. Efectivamente, llegué ayer, pero aproveche para alojarme e ir a ver los cafés y el teatro.

 Le facilité la documentación que me pidiera, así como los documentos que me hubieran hecho llegar desde la casa de Ausperg con anterioridad. Tras atender los formalismos, dejé caer, como si tal cosa.

 Deseaba saber más sobre la situación del país, pero me temo que los americanos no somos actualmente visitantes muy populares. Espero que no sea algo de lo que debamos preocuparnos...

_Oh, pues entonces la felicito, Srta. Tuesday. O señora, disculpe si me he equivocado. Entonces quizás pueda usted decirme, ¿estoy yo a la moda? -Joseph dio un paso atrás para que Rubee pudiera verlo de cuerpo entero-. Quizás pueda aprovechar este tiempo en Europa para actualizar mi guardarropa, si cree usted que es necesario. Y con respecto a la subasta, es sobre objetos ocultistas -en ese momento Joseph levantó las palmas de las manos, como declarando inocencia-. No es que esté interesado en esas cosas, es solo que... -siempre se entristecía un poco al hablar de eso- es solo que tenía una buena amiga que falleció a quien gustaban estas cosas. Quiero comprar algo en su memoria. Y además -ya con una mejor voz- era una buena excusa para venir a pasear por Europa.

Lo mismo digo señor Ausperg, es todo un honor conocerle y asistir a una subasta como ésta. estrecho su mano fuerte y efusivamente, nunca había asistido a un evento de estas características y de tanta clase. Espero no desentonar por ser mi primera vez.

Miro a mi alrededor donde puedo ver todo lujo de detalles y excentricidades.

Como ya he dicho es la primera vez, y quisiera saber si existe algún protocolo o normas a seguír, puesto que tampoco se el funcionamiento y la mecánica de cómo subastar . Como tampoco se sí habrá público o será de carácter íntimo y privado, sólo asistiendo posibles pujadores invitados como nosotros. Sonrío mientras pongo cara de gran interés.

Señorita, gracias - sonríe coqueta. - No está mal su vestuario, pero si tiene tiempo podemos dar un paseo y le aconsejaré por si quiere ampliarlo un poco.

Cambia su voz a un tono compungido - Lamento lo de su amiga ¿es reciente?

Pone expresión de preocupación - Espero que no haya sufrido ningún incidente, señor Wilson. Me temo que los ánimos están un poco exaltados y es cierto que ser identificado como extranjero puede resultar problemático, sobre todo en determinados barrios, los cuales le recomiendo encarecidamente que los evite.

Con un gesto elegante te invita a volverte a sentar y él mismo se acomoda frente a tí - ¿Qué le podría contar sobre la situación de nuestro pais? La guerra lo ha transformado, ni siquiera es ya el mismo pais que antes. Hemos pasado de ser un imperio a ser una pequeña república y la gente aún no ha asimilado todos los cambios. Grandes fortunas y familias nobles lo han perdido todo y además sufren el escarnio público. La inflacción es muy alta y apenas si un obrero gana para mantener a su familia. - te expone la situación con franqueza y puedes comprobar que hay un fondo de tristeza en sus declaraciones que procura contener mediante unos modales exquisitos y que emulan la famosa flema británica.

En fin, no quiero abrumarle más con las desdichas de los perdedores de la guerra. Por favor, no lo entienda como un reproche a su pais, es la consecuencia natural de la derrota. Espero haber respondido a su pregunta ¿puedo serle de ayuda en algo más?

El señor Ausperg parpadéa rápidamente y por un momento una leve expresión de horror asoma a su flemática faz. Logrando recomponerse responde: Me temo, profesor Ibrahim, que las normas de la casa son muy estricta en cuanto a la confidencialidad de las subastas. No puedo informarles de los demás invitados a la misma, pues nos preciamos de proteger la intimidad de todos los implicados en ella. Y con eso creo que le respondo también a usted, doctor Diehl.

Prosigue con el mismo tono tranquilo y sosegado que ha empleado para contestar, a la vez que con un elegante gesto de su mano os invita a sentaros y él mismo toma asiento  - La subasta será de caracter privado, el acceso es exclusivamente por invitación, al igual que han sido invitados ustedes. Empezaremos con una cena ligera a las 21:00 y posteriormente daremos comienzo a la subasta, calculo que sobre las 23:00.  No sé si con eso contesto a su pregunta o si tienen alguna otra cuestión que quieran plantearme...

_Le tomo la palabra, Srita. Tuesday, ya que tengo todo el tiempo del mundo. Y hablando de tiempo, ¿hace mucho que están ustedes aquí? -preguntó Joseph ya para todo el grupo, ya que no quería parecer descortés por poner toda su atención en Rubee-. Quizás puedan recomendarme lugares a los cuáles ir. Yo por lo pronto debería ir a la casa de subastas a hacer un trámite pero es lo único que debo hacer hasta dentro de dos días, cuando sea la misma. Vine con un amigo, pero nos hemos separado al llegar.

Luego se recordó la pregunta de Rubee, sobre la cual no quería profundizar.

_Es algo reciente y ya me encuentro mucho peor, aunque aún ahora me cuesta hablar del tema. Gracias de todos modos por preocuparse, Srta. Tuesday.

 Stuart también era culto y viajado. Procuró quitar importáncia a la conversación con un ademán de su mano.

 Oh, no se preocupe. Viví durante un tiempo en Italia no hace mucho. Sí, en Roma. La situación es similar a la de aqui. Odio. Resentimiento. Miseria. Són las consecuéncias lógicas de una guerra. Nosotros padecimos la peor de las guerras no hace mucho: la Guerra Civil. Y puedo asegurarle que muchos aún no han podido olvidar y perdonar.

 Despues hubo cierto silencio, seguido de un ofrecimiento de ayuda que parecía sincero. Pero al fin y al cabo una subasta era una competición. ¿Seria correcto decirle al árbitro que buscabas "cierta ventaja"? Decidió tocar el tema con suavidad:

 En realidad sí. Intento recabar algo más de información sobre algunas de las piezas que saldrán a subasta... ya sabe, para no fiarse de falsas impresiones... pero me encuentro con que las bibliotecas de este país, bueno, tienen sus libros en el idioma de este país. ¿Podría recomendarme alguna biblioteca o fondo privado dónde pueda consultar información histórica en inglés?

Me siento, cruzando las piernas en un gesto algo afeminado y prestando atención a lo que nos relata Sir Ausperg.

Entiendo - asiento dócilmente -. Y acerca de la posibilidad de examinar, fotografiar, inmortalizar los efectos con antelación a ser subastados??? - arqueo una ceja inquisidoramente, qué me dice a ello, Sr Ausperg???

Escucho con atención las preguntas de Ibrahim mientras degusto la esquisita bebida que me sirven.(pienso) espero que no se demore mucho esta conversación puesto que el señor Ausperg tampoco es muy hablador. Teniendo en cuenta que quisiera ir a la tienda de antigüedades antes de la subasta.

Le digo al señor Ausperg....
Dado que es una casa de subasta de renombre....acudiran gente de clase alta...de buen ver....y porque no decirlo ....como decimos en mi país...de amplua cartera. Esto requerira cierta presencia por nuestra parte...no? O acaso seriamos bien recibidos con ropa de calle ? Aunquenaturalmente dado mi alto estanding ymi educación yo acudire con mis mejores galas tal como haría en otro tipo de eventos.