Ingrid estaba más que acostumbrada a las propuestas más o menos veladas de los hombres. En cuanto revelaba su viudedad, ellos redoblaban sus esfuerzos para conseguir una cita con ella. Per en realidad ella no tenía un interés sincero en ninguno de ellos. Quizás a veces los sentimientos propios de una mujer joven la hacían dudar, pero por poco tiempo. Ingrid notaba que esa etapa de su vida ya había pasado, por más joven que fuera, y ahora toda su concentración se volcaba en la “misión” que le habían encomendado.
Ojala saliera bien. Sentía una gran ilusión por las posibilidades que le podría traer la “agencia” en un futuro.
¡Parece usted todo un experto en la materia! Yo tan solo soy una aficionada con tiempo y dinero.
Ingrid saca un pequeño espejo del bolso que utiliza luego para retocarse levemente la diadema de plata y alguno de los rizos que su cabello hace detrás de las orejas.
No va usted desencaminado con los lotes, pero –dice con una sonrisa cómplice- me reservaré cuales son mis objetivos para el momento de la subasta.
Si usted trabaja habitualmente en Massachussets, me anotaré encantada su propuesta. Según cual sea el resultado de la subasta de esta noche, quizás pronto vaya a necesitar de un auténtico conocedor del espiritismo.
Aunque se ha unido inesperadamente Charles a vuestra conversación, podéis seguir hablando entre vosotros.
Ingrid, una tirada de conocimientos (no tiene por qué ser oculta) y te cuento lo que sepas de Mr. Wiatt. Te respondo en cuanto tenga la tirada, no espero al siguiente "checkpoint"
Ibrahim, si que puedes tomarte un té, si no lo hay, un camarero te lo traería (entienden un inglés rudimentario, lo suficiente para atender tu petición).
Motivo: Conocimientos
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 9 (Exito)
¡Ah! Buenos días Sr. Diehl, un placer conocerle. Mi nombre es Ingrid Ford. Lo cierto es que su rostro me resulta familiar, pero no logro terminar de ubicarlo.
Conoces perfectamente ese nombre. Descendiente de una familia humilde, ha logrado ascender hasta lo más alto de los negocios del acero, es un pefecto "self-made man" norteamericano que trata de pulir sus orígenes sociales y su falta de cultura patrocinando todo tipo de eventos culturales y siendo mecenas de diversos investigadores y charlatanes que acuden al reclamo de su fortuna.
También sabes que tiene cierto interés por el ocultismo, la teosofía y los misterios que rodean todas estas ciencias ocultas y que no duda en derrochar dinero para encontrar reliquias místicas.
Encantada, doctor Sinclair - a la par que te extiende su mano - ha escuchado usted bien, soy lady Margaret Jameson, de Manchester. ¿De donde es usted?, si me permite la pregunta.
Escucho lo que Miss Ford me relata mientras me sirvo un té de una tetera que localicé en la mesa... Todo un caballero, el Señor Ausperg: Sin duda ha tenido en cuenta mis inclinaciones para montar el bufete. Además, un picante olor a esencias como la pimienta o el cardamomo se mezcla entre los vapores del té, trasladándome, con tan dulce fragancia, a mi infancia en Bangla Desh.
Buenas noches, mi nombre es Charles Diehl, profesor de Filosofía.
Buenos días Sr. Diehl, un placer conocerle. Mi nombre es Ingrid Ford...
Ahm, Mr Diehl - me inmiscuyo tras el primer sorbo a mi suculento brebaje - debo confesarle, Miss Ford, que junto al Profesor nos dedicamos a explorar la ciudad hallando lugares ciertamente interesantes, no es así? - tomo otro trago de té, realmente entusiasmado por lo bien que sabe y lo mucho que me reconforta.
_Encantado, Lady Margaret Jameson de Manchester -respondió Joseph, y al ver que ella le extendía la mano, él hizo lo propio-. Por supuesto que se le permite, esa y todas las preguntas que desee formular. Soy de Boston, de Arkham más precisamente. ¿Es usted habitué de estas subastas? Es mi primera vez aquí, y viendo la atención, espero que no sea la última. ¿Conocía ya al resto de los asistentes?
Me mantuve pensativo unos instantes valorando las posibilidades de lo que había creído ver. Carraspeé un poco colocando mi puño frente a mi boca y cerré los ojos colocándome en una postura un poco pensativa, necesitaba aclarar mis ideas antes de continuar con mis hipótesis con respecto a todo lo ocurrido en la sala. Bajé mi mano y la coloqué en la mesa.
Escuché atentamente al señor Ibrahim, parecía que sabía de lo que hablaba y creo que no le faltaba razón. Tomé la copa de champan, bebí un trago de aquel liquido de amarillas tonalidades que esta contenía. Agité un poco la copa provocando algunas burbujas y la solté sobre la mesa, y suspiré.
-"Sra. Ford, señor Ibrahim" les saludé.
-“Permítame que hable con cierta franqueza. El señor Ibrahim sabe de mi discreción pero también de mi forma de hablar directa”. Sonreí amigablemente. “Quisiera hacerles una pregunta…. ¿Se conocen ustedes? O ¿Es la primera vez que se ven?” Les suelto sin más. “Tengo la sensación de que se conocen y no sé por qué?, la verdad.” Traté de quitar importancia a la pregunta.
¿Se conocen ustedes? O ¿Es la primera vez que se ven? Tengo la sensación de que se conocen...
Doy un sonoro sorbo a la humeante y especiada taza de té, tras el cual no puedo evitar dedicar una amplia sonrisa al Profesor.
En lo que a mi respecta, y por lo menos en esta vida, hace unos instantes que tuve la oportunidad, la ocasión, la fortuna de conocer a Miss Ford - inclino la cabeza hacia la Señora -. Aunque quien sabe... quizás en otra vida, en otro lugar o dimensión fuéramos almas gemelas y eso sea lo que haya provocado su sensación - miro condescendiente al entrañable Profesor al que tanto aprecio le tengo.
Sonríe de medio lado mientras te responde: Bueno, tengo negocios y he hecho algún dinero que procuro invertir en arte y cultura siempre que puedo. Es cierto que el arte de esta noche puede considerarse algo "extravagante", si me permite la expresión, pero no deja de ser una manifestación cultural, la búsqueda de la trascendencia por el ser humano.
Un pequeño sorbo a su copa impone una pausa, tras la cual te comenta con diversión: Además, así dara que hablar a las visitas ¿no cree?
Perdón por el despiste.
Las dudas que mostró Diehl antes de realizar su pregunta pusieron un poco nerviosa a Ingrid. ¿Qué iba a preguntar ese desconocido?
Finalmente la pregunta fue bastante banal e Ingrid se limitó a contestar.
Ah… pues no, Sr. Diehl. No había tenido el placer de conocer al Sr. Suc… Sukrallah hasta hoy.
Diehl tenía buena planta y una sonrisa amable, así que Ingrid olvidó rápidamente esa extraña entrada del profesor y sonrió a gusto con la surrealista sugerencia del hindú.
Mis recuerdos no llegan más allá de la muñeca de cera con la que jugaba a los 3 años.
Stuart termina el cigarrillo y lo deja caer en un vaso abandonado con algo de champagne, ante la ausencia de ceniceros o recipientes más adecuados. Sonríe. George le ha respondido a todo sin decirle nada. Parece que tiene algo que ocultar.
Bueno, un mecenas del arte... como me alegra oír eso. ¿Y se limita a la creación artística o también invierte en artes escénicas? Ahora mismo he abandonado un trabajo estable en la Filarmónica de Roma por los cambios y convulsiones políticas que está sufriendo el país y me he afincado en Massachussets. Quizá pueda iniciar una pequeña orquesta filarmónica de Arkham, la ciudad en la que resido actualmente y que, creo, no dispone de ninguna orquesta oficial.
Desliza el nombre de su ciudad por ver si también aqui hay coincidencias. Para ser una ciudad pequeña, mucha gente de la subasta la conoce, vive o ha vivido allí.
Originalmente, sin embargo, soy de Pennsylvania. Philadelphia, concretamente. Mis padres y, sobretodo, mi abuelo también eran empresarios. ¿De dónde exactamente es usted? ¿Y a que se dedica su empresa? No acabé de entenderlo...
¿Te tiro algo? ¿Charlataneria quizá?
Podéis seguir conversando. Si queréis despediros para ir a hablar con otro PNJ, Joseph está hablando con lady Margaret y Stuart está hablando con George Walker.
Oh si, he venido antes a la Ausperghaus y el trato es el que cabría esperar de una casa de su renombre. También he estado en otras casas de subastas y la verdad, pocas igualan y diría que ninguna supera la excelencia de ésta.
Por lo demás, no conozco a nadie de aquí, salvo al señor Ausperg, claro está.¿Usted conoce a alguno de los asistentes?
Sonríe de medio lado nuevamente - Oh no, no tengo empresa. Me dedico más bien a invertir en bolsa y valores. Si uno sabe hacerlo, puede reunir un buen capital*
En cuanto a de donde soy, nací en Akron, Ohio. Pero resido en Nueva York - Sonríe abiertamente - Si uno vive de la bolsa, ha de estar donde está la acción, no en un pueblo cercano a los grandes lagos, muy bonito pero sin muchas oportunidades.
¿Y su familia? Dice usted que son empresarios ¿puedo preguntarle a mi vez por sus negocios?
* Te recuerdo que estamos en 1923, el crack aún tardará unos años en producirse ;)
Puedes hacer una tirada de Charlatanería o Persuasión (oculta en este caso), lo que tu prefieras, pero luego deberás guiarte por el resultado.
Dejo turno de réplica al Profe y si es menester luego sigo yo! ;)
Un auténtico broker de bolsa, ya veo. No, debo reconocer que soy profano en dichos temas. No sé mucho de dinero, sólo de como gastarlo.
Le dió un poco más de conversación a aquel tipo, con la intención de sonsacarle algo. No acababa de encuadrarlo. Finalmente, comprendió que era neoyorquino. Conocía judíos neoyorquinos: abogados, farmaceuticos y, sobre todo, joyeros. El tipo no parecía tener rasgos hebreos, pero sí unos valores y una forma de pensar parecidos a los de sus conocidos.
¿Mi abuelo? Armaba barcos mercantes. Muchos de los barcos que traen y llevan mercancías de USA al resto del mundo y del resto del mundo a USA son suyos, o hechos en su empresa.
Sonríe. Seguramente, parte del dinero invertido por el señor Walker haya ido a parar a sus empresas, de un modo u otro, dinero que él gastará en trajes caros, tabaco y subastas de lujo. Pero cada uno invierte en lo que quiere, ¿no?
Tirada oculta
Motivo: Charlataneria o Persuasión
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 57 (Exito)
Te pongo ambas, por que las dos van al 65%, la que te vaya mejor.
_Ciertamente este lugar cumple con todo lo que uno podría esperar de él. Yo sí, conozco a dos de los asistentes. Somos los tres docentes universitarios, pero sólo uno es mi amigo; con el otro intercambié mis primeras palabras cuando lo vi por aquí. Lady Margaret, si me disculpa, quiero saludar a una persona más antes de que comience la cena, pero espero poder continuar nuestra charla durante la misma. Creo que los lugares están asignados, y si es así, espero que estemos cerca. Ahora, con su permiso.
Joseph hizo un gesto amable con la cabeza para despedirse, y se dirigió a donde estaba George Walker.
_Quisiera presentarme -dijo estirando la mano-, soy el Dr. Joseph Sinclair. He estado saludando a algunos de los asistentes y esperaba llegar a saludarlo a usted antes del comienzo de la cena. ¡Qué gran lugar! Es mi primera vez aquí, y no pensé que todo lo que había escuchado sobre la Casa Ausperg fuera cierto.