Partida Rol por web

Los lobos que os atormentaron con sus aullidos seguían ahí durante vuestros oscuros sueños, sueños en los que el pueblo de Salem era consumido poco a poco por una oscuridad creciente e imparable, y para vuestro horror aún seguían escuchándose rondando la casa cuando amaneció. La niebla seguía siendo igual de densa que cuando el extraño sueño que os venía afectando durante estos días os atrapó de nuevo. Nada parecía haber cambiado, y sólo el sonido de vuestras voces y pasos rompía el silencio sepulcral que reinaba en aquella mansión del terror.

Y con el nuevo amanecer, como cada día, un nuevo horror. Roderick Usher yacía muerto en su catre. De sus ojos caía un río de lágrimas de sangre que se perdía entre sus ropas. Su rostro demostraba un sufrimiento demasiado grande para ser descriptible con palabras. Sus ojos vacíos parecían suplicar aún por su vida, con la extinta mirada perdida en el infinito. Su cuerpo se encontraba en una posición poco natural, como si de pronto se hubiese detenido mientras se retorcía de dolor y el rigor mortis se hubiese apoderado de súbito de todo su ser.

Pero de nuevo, el Señor os daba una de cal y otra de arena, una muerte y un milagro. Si bien el alma del viejo artista había sido segada, un nuevo alma regresaba al mundo de los vivos: Winston Brown, quien había sido ajusticiado al anochecer, volvía a tener la cabeza en su sitio, y parecía tan vivo como hacía tan sólo unas horas, antes de que le fuera rebanada por aquel terrible golpe con el afilado hacha. 

Aquella mañana, el gobernador no bajó como solía hacer. Tampoco había rastro de Clemins ni del verdugo, Patrick. Parece que érais los únicos en aquella habitación. ¿Seguirían durmiendo? ¿Habrían conseguido escapar? ¿O les habría pasado algo más horrible aún que aquel encierro, como al pobre Roderick y muchos otros antes que él? Desde luego no obtendríais respuestas de manera inmediata, ya que las puertas de sus aposentos se encontraban selladas del mismo modo sobrenatural que las puertas que daban acceso al exterior, y tampoco obtuvisteis ninguna respuesta a vuestras llamadas hacia el interior. 

El horror se apoderó de mi, estaba completamente asustado. -No entiendo nada, ¿como puede un muerto recuperar su cabeza? Todos vimos como estaba completamente muerto, no puede ser, no hay explicación. -cuando aún no salí de mi asombro me percaté de otra víctima, el señor Roderick. - ¿Roderick? ¿qué le ha ocurrido? sinceramente no le veo mucho sentido a su muerte, es algo extraño puesto que no parecía ser un hombre problemático ni un peligro para los asesinos, no entiendo porqué murió, porqué fue una víctima de las brujas. - me dirijo al resto  - aquí se nos está escapando algo y parece que siempre vamos por detrás de las brujas o brujos.

-Solo hay una forma de volver a unir una cabeza cercenada.. Con poderes que exceden lo humano. Sean o no cuestión de brujería, conviene saber si el resucitado puede darnos alguna pista de lo que vió u oyó en el más allá..

Una nueva víctima de los brujos... El señor Usher no me era particularmente simpático, pero lamenté sinceramente su muerte, aunque, una vez más, una nueva sorpresa me impidió abandonarme a la tristeza. ¡El señor Brown vivo! ¡Es increíble! No era la primera vez que asistía a un retorno milagroso y aún daba gracias por la vuelta de Eileen, pero aquello... Y el gobernador y el alguacil en paradero desconocido. La situación se tornaba cada vez peor. Busqué a Eileen y, una vez a su lado, más tranquilo, intervine.

- Señorita Jensen, no puedo sino coincidir con usted. Me alegra su vuelta, señor Brown, pero debo señalar algo que quizá sea importante: la señorita van Straten intentó suicidarse, a pesar lo cual, afortunadamente, sobrevivió. La señorita Eileen fue víctima de los brujos, pues la forma en que la mataron es la demoníaca, por lo que sabemos, de modo que su vuelta a la vida, que agradezco cada instante, tuvo que ser debida a una intervención divina. Pero el señor Brown fue ajusticiado, no muerto por los brujos. Ojalá que el Señor, apiadándose de nuestro error, lo haya devuelto a la vida, pues lo contrario supondría que quienes lo trajeron de vuelta son nuestros enemigos.

Atormentado por la idea de que la pasada noche mi voto contribuyo en la muerte de un inocente, me cercioro de que mi objetividad tal vez se hubiera transformado en subjetividad y esa discusión entre el Sr.Brown y yo mismo nublo mi juicio y caí en el error de pensar que era un brujo. Pero no, simplemente es que soy humano y como todos puedo equivocarme, solo que mi equivocación se llevo la vida de un hombre piadoso. Por lo que mi sorpresa fue mayúscula al observar como el hombre que había perdido la cabeza la noche anterior, en esta estaba de nuevo entre nosotros. Con el pañuelo en la boca, pues no cabía en mi asombro, una cosa era ver regresar a una ahorcada ¿Pero un hombre recuperar a cabeza? O el señor nos estaba vigilando de muy cerca o había algo mas allí que brujos.

-Me alegro que este vivo Sr.Brown, no sabe cuanto lo lamento Mary Jensen, nos confirmo nuestro terrible error, tras su muerte. No espero su perdón pero... solo quería manifestarle mi alegría.-Estreche su mano con nerviosismo, y la solté rápidamente pues temía un mal gesto de su parte, y no seria de extrañar.

-Pero Sr.Statham, ella misma dijo que era un inocente. Y algo realmente divino, nos lo ha devuelto, creo que su inocencia ya esta comprobada.-No podía concebir que los brujos pudieran dar vida.

Tras el shock inicial repare en la falta de Roderick, quien había muerto, como en el alguacil o el resto que no estaban con ellos.
-¿Creen que el gobernador, el verdugo y el alguacil hayan escapado del pueblo y abandonarnos aquí?-Pregunte temeroso de la respuesta.-Respecto a la muerte, sea sucedido de noche como el resto. Creo que simplemente los brujos han querido matar de otra manera, para confundirnos.

No pude evitar sentirme aliviada, dios en su infinita sabiduría estaba dándonos una segunda oportunidad para enmendar el error que nosotros mismos habíamos causado. Los juicios eran un arma de doble filo. -Sea como sea hay que celebrar el regreso de Winston pues si es inocente como la señorita Jensen afirma tenemos que darle gracias al altísimo por haberlo traído de vuelta. Perdóneme por desconfiar de usted, las pruebas son inconclusas, nadie aporta ninguna solución y solo podemos guiarnos por nuestra intuición, a veces acertada otras no.

El horror, esa palabra que ilustraba perfectamente las escenas macabras que se producían en Salem. Nuevo día, nuevo horror. Esta vez no quise acercarme a mirar.-Sé perfectamente que no podremos enterrar el cadáver porque las puertas están selladas a cal y canto. Envuelvan a Roderick en unas sábanas y bájenlo al sótano no sin antes permitir que el reverendo haga las gestiones pertinentes. Pensé en Nathan y en los pequeños que seguían pudriéndose irremediablemente afuera al aire libre. A pesar del dolor y la confusión extrema sentía que ahora más que nunca debía mantenerme alerta. Miré a mi alrededor intentando escudriñar las caras de los aldeanos. No encontré nada extraño en sus gestos, lo que si eché en falta fueron las presencias del gobernador y el alguacil. "Dios santo, tendremos que lamentar dos muertes más?!". 

- Es un milagro del Señor quien nos ha perdonado por no escuchar su voz y nos ha devuelto al señor Brown. Realmente espero que  su presencia pueda ayudarnos a identificar a los brujos.

La muerte del relojero ya no puede afectarme más que las muertes que le precedieron. Me sentía realmente debil, nuevamente me había negado a dormir, toda la noche miré a través de la ventana por si es que lograba ver algo que fuera minimamente sospechoso pero no encontré ni una sola pista entre la oscuridad.  Mis ojeras estaban muy marcadas y me costaba trabajo mantenerme en pie.

- Creo que podemos descartar a algunos inocentes, Claramente la Señorita Eileen quien fue asesinada por las brujas era inocente, el señor Brown probablemente lo sea, como servidora de Dios puedo asegurar que ha vuelto por obra del divino y no de la magia oscura, lo siento en mi corazón. También creo en la Inocencia de la señorita Mary y de la señorita Victoria.Por supuessto jamás dudaría del reverendo... así que quiene quedan?

-Escucho atento varios comentarios sobre lo ocurrido, y en especial el comentario de la señorita Arlette a quien me dirijo. - discrepo de usted en algunas cosas. - Me dirijo al resto - creo que es hora de que pongamos las cartas sobre la mesa y cada uno diga lo que opina a ver si así conseguimos saber algo ya que me he cansado de repartir votos sin sentido y que después mueran inocentes.

Por mi parte coincido en algunos nombres de los que acaba de dar, creo que la señorita Jensen parece ser inocente, aún así no acabo de entender como descubre quien es brujo y quien no, pero supongo que eso es un don que no todos tienen. La señorita Victoria y el señor Brown... no pondría la mano en el fuego por ellos, pero posiblemente tengan más papeletas de ser inocentes que el resto, por lo que yo personalmente los descartaría. Discrepo con la señorita Eileen y el reverendo, primero me gustaría aclarar que no les acuso puesto que no tengo ni idea de si son o no brujos, pero tampoco sé si son inocentes. Con la señorita Eileen tengo dudas, ya que aunque fue asesinada por brujos no sé si estos tienen el poder de devolver a la vida a alguna de sus víctimas y que vuelva como bruja, y el reverendo... simplemente no tengo nada ni en contra ni a favor, igual que con otros muchos.

Observaba a cada uno de lo que decían, vi como volvía entre nosotros el señor Winston, quise permanecer callada por ahora no decir nada, porque cualquier cosa que dijera le molestaba que hablara, solo me quede escuchando a cada uno de sus movimientos que hacían y de lo que hablaban.

Como cada mañana, la locura asolaba de nuevo el interior del Ayuntamiento de Salem. Fue toda una sorpresa el que el señor Winston hubiese vuelto a la vida a las pocas horas de haber muerto; era bastante singular aquel hecho. Sin embargo, el alma del señor Usher había sido segada. Tampoco podíamos ver al alcalde, ni al alguacil, ni siquiera al verdugo. Y lo peor: seguíamos sin poder salir de aquel edificio. La presencia de Alfred a mi lado me tranquilizó un poco. Sin embargo, la calma era transitoria. Arlette me descarta como bruja... el señor Miller, por su parte, no opina lo mismo:
- Gracias, Arlette, por confiar en mi inocencia -digo lo más serena que puedo. Siento que empiezo a ponerme demasiado nerviosa, así que le agarro la mano a Alfred y me dispongo a contestarle a Arthur.
- Señor Miller, sé que no tengo ninguna prueba para demostrarle que soy inocente, si bien tampoco he dado motivos para que pueda pensar que soy una enviada del demonio. Muy a mi pesar, no recuerdo nada inmediatamente anterior a mi muerte aquel día. Sin embargo, creo que estamos todos de acuerdo en que ésta fue causada por las brujas. No tiene ningún sentido que fuesen las brujas las que decidieran terminar mi vida, con el fin de llevar mi alma de nuevo al mundo terrenal al día siguiente. No sé si me mataron por algún motivo en especial, o simplemente por pura diversión; no esperemos encontrar razones lógicas en los actos de quienes actúan doblegados por la voluntad de Satanás. No sé si puedo hacer algo para que confíe en mi inocencia... de ser así, le ruego que lo diga, y haré todo lo que esté en mi mano para demostrárselo.

Hago una pausa para serenarme un poco. La tensión que sentía se veía reflejada en la fuerza con la que apretaba la mano de Alfred. Me doy cuenta y libero la presión que estaba ejerciendo. Respiro hondo:
- Sin embargo, sí que veo más lógico que hayan sido los brujos quienes hayan traido de nuevo a la vida al señor Winston. La señorita Jensen nos confirmó, nada más morir el señor Brown, que se trataba de un inocente. Indudablemente, los brujos escondidos en los cuerpos de algunos de los aquí presentes también recibieron esta información. Podrían haber jugado en nuestra contra y traer de nuevo a Winston aquí, con nosotros, bajo el aspecto del inocente que era antes de morir... pero, esta vez, estando en el bando de los brujos. Lamento si no es así; en cuyo caso espero que me perdone, señor Brown.

Menos agitada por haber expresado lo que pensaba, espero a que Winston pueda aclararnos algunas dudas.

El despertar es confuso pero logro recordar ciertas cosas de los últimos minutos de vida que tenía, la imagen en mi mente de mi propia cabeza cayendo es algo que me aterra, pero sentirme vivo nuevamente me tranquiliza un poco en medio de tanto caos que estamos sufriendo en la antes pacifica Salem.

-Para los que me preguntan, yo tampoco sé porque estoy nuevamente caminando entre los vivos, en el fondo de mi corazón deseo que un milagro divino allá obrado en mí, por eso no puedo volver a fallar en la misión que Dios me ha encomendado dándome esta oportunidad-

Camino un poco por el lugar para sentir nuevamente lo que es caminar, como acostumbrándome a la idea de la vida cuando ya la esperanza se había acabado. –Primero que todo quiero disculparme con todas las buenas almas que hay aquí, temerosas todas pero con Fe en lograr acabar con los siervos del maligno, pido perdón ya que mi actitud soberbia no ha ayudado a la causa y ahora una nueva víctima se han tomado, el señor Usher era un fiel cristiano que no merecía morir como ha pasado… tal como sospeche los brujos en la votación fueron a por mí y muy cobardemente atacaron en la oscuridad a Usher,- me detengo un segundo frente a su cuerpo y me persigno lentamente, -Ya yo he dicho para mi quienes son los brujos y me mantengo, señor John Dude y Arthur Miller, ya una vez se los dije y no los logre convencer, ahora repito mis acusaciones, no sé qué resultado vaya tener esta vez, pero si estoy aquí vivo nuevamente ante ustedes debe ser por algo y quiero que ese algo sea detener a los brujos y ponerle fin a esta terrible situación.-

Me acerco entonces a la señorita Victoria, -Lo siento mucho por haber sido tan rudo con el señor Nathan, la acompaño en su dolor por su perdida y ruego que el Dios todo poderoso lo tenga en su gloria junto con los demás inocentes que han caído antes de su tiempo.-

La acusación velada contra Eileen y sus nervios evidentes me incitan a responder: - Señor Miller, si quiere acusar, hágalo abiertamente, pero no genere sospechas infundadas. ¿Qué sentido tendría que los brujos resucitaran a Eileen, aun de poder hacerlo, cuando es evidente que son ellos los que la mataron? Mucho más lógico es que trataran de recuperar a uno de los suyos. Señor Winston, he de ser honesto. Quiero confiar en la señorita Jensen, pero la lógica me dice que, de resucitar a alguien, los brujos lo harían con un ajusticiado, pues, si hubiéramos acertado, habríamos eliminado a uno de los brujos que sus infernales compañeros quieren que vuelva al mundo de los vivos.

Mis nervios están a flor de piel. Abrazo a Eileen: - Querida mía. Confío plenamente en ti y no permitiré que nadie te haga daño.

La conducta del señor Winston, recién resucitado y ya acusando de nuevo, me genera fuertes sospechas contra él.

-Insensatos Dios nos devuelve a un inocente que nosotros sacrificamos y lanzaís acusaciones contra él. Señor Alfred si tal cosa fuera cierta entonces porqué Samantha y aquel artista siguen vivos? No los hubieran revivido a ellos? Creo que el señor Winston en efecto se acercaba a darnos una respuesta por ello las votaciones se dirigieron a su cabeza. Lo digo con convicción a pesar de que al inicio dudaba.

Miré a la señorita Eileen contra quien no tenía nada.

- Ruego que cuide sus palabras ya que las mismas que acusan al señor Brown podrían caer sobre usted. Confío en su inocencia tanto como en la del señor Brown, porque se que Dios resucitará a los inocentes que no dudaron de él y también se que solo los brujos querrán poner la desconfianza sobre ambas almas, cuya pureza fue tal que Dios los trajo desde la muerte.

El abrazo de Alfred me calma, y lo agradezco. Las palabras de la señorita Leyton me devuelven a la tierra.
- Tiene razón, hermana Arlette... Quizás he sido un poco egoísta en la manera de expresar mis pensamientos. Al fin y al cabo, todos merecemos una segunda oportunidad, y sólo dios tiene la capacidad de darnos la vida.
Me vuelvo para el señor Brown:
- Señor Winston, ruego que me disculpe. Lamento que después de... morir y volver a la vida, las primeras palabras que haya escuchado por mi parte hayan sido acusándolo de brujo. Gracias a las palabras de Arlette he recapacitado y... perdone, de veras.
Estrecho a Alfred, y en tono confidencial agradezco su confianza en mí:
- Gracias, querido...

Me dirigí al señor Alfred -creo que no ha entendido mis palabras, no he acusado a nadie, simplemente he dicho que no se puede descartar, así como a mi entender me parecen inocentes algunas personas como Jensen y Eileen, otras no es que me parezcan culpables, es que sin duda no tengo ni idea de si son inocentes o no. Por ello en las votaciones no tengo motivos para acusar a alguien con pleno convencimiento. Sigo pensando que estamos dando palos de ciego, y que en ocasiones se acierta y en otras no, pero me parece más cuestión de azar que otra cosa.

Las respuestas de la hermana Leyton y del señor Miller, y sobre todo la reacción de Eileen, me tranquilizan.

- Les ruego que me disculpen. Me he dejado llevar por mis sentimientos por Eileen y he sido brusco y desconfiado. Por supuesto, confío totalmente en Eileen, aunque entiendo su razonamiento, señor Miller, pero comprenderá que pongo la mano en el fuego por ella. Hermana Leyton, acepte las disculpas de un humilde pecador que se descubre ante una sierva del Señor.

-No creo que los brujos sepan dar vida, la biblia nos enseña que el mal siempre es destructivo, nunca da nada por nadie. Creo que si el Sr.Brown a regresado con nosotros a sido para bien y no para mal.-Era normal que ese hombre, dudara de él, al fin y al cabo yo mismo había ayudado a su ejecución. Pero se equivocaba. -No obstante se sigue equivocando conmigo. Soy inocente. Pero comprendo su recelo hacia mi.

Todo era de nuevo confuso. No solo nos habíamos quedado solos, ademas ahora carecía de sospechosos.
-Siento decirlo pero no creo que se deba descartar a nadie. Perdóneme padre, pero el mal puede tentar a cualquiera. No quiero decir que le estoy culpando, simplemente que no puede librarse del juicio humano por ser el mas cercano al señor.-Sabia que el reverendo entendería sus palabras y no las tomaría como una acusación, pues no era así.

El gobernador reaparece jadeando, arriba, en la segunda planta. 

-¡Malditos brujos! ¿Qué clase de broma macabra es esta? ¡Dejad de jugar con nosotros, adoradores del Oscuro, pues debéis saber que las llamas del infierno os esperan! ¡Que comience el juicio, pueblo de Salem!

Al fin Lucas Comerton consigue salir de su habitación. La puerta ha quedado totalmente destrozada, pues no ha sido si no a golpes como ha conseguido abrirla. La enorme puerta de madera noble se descolgó de las visagras con un último y desesperado empellón del gobernador, que volvía a ser libre y parecía especialmente furioso.

Mi rostro refleja una leve esperanza al ver que algunas personas han creído en mí, mi voz se quiebra por unos segundos solo para decir: -Gracias a los que me han creído.-

Observo a todos, ya somos pocos los que quedamos, la próxima votación es de mucha importancia ya que si acertamos podríamos debilitar a los brujos los cuales ya no deben ser muchos más. –Vecinos de Salem, no tengo forma de probar que los que he dicho son los brujos, sin embargo estoy seguro de ello. Además dentro de mi lista de los inocentes debo incluir a la señorita Ann Lovett, al igual que con la señorita Arlette y el difunto señor Usher, puedo confirmar y daría hasta mi propia vida por el hecho que estas personas son inocentes de brujería y merecen seguir viviendo.-

-Si no puede probar nada no debería acusar entonces. Su acusación es tan simple y absurda como si ahora mismo acusaramos al reverendo simplemente por vestir de negro. - me estaba molestando la conversación puesto que desde el principio había intentado buscar acusaciones objetivas, y lamentablemente sólo la había encontrado en Samanta, el resto no podía probar si eran brujos o no. -Parece que hay gente dispuesta a acusar a cualquier precio con tal de salvar el pellejo. -dije mirando al señor Brown - repito, yo no sé si usted es brujo o no, por ello no le acuso, no tenga dudas que si supiera algo ya lo habría comentado, pero por ello mismo sin pruebas no se pueden dar nombres, eso sólo causará muertes inocentes.