Partida Rol por web

La noche se desvanece. El extraño sueño en el que caéis, que cada noche os muestra imágenes más y más horrendas, ya no os pilla por sorpresa. Es como una premonición del mal que se os viene encima...

Este amanecer es otra representante del clero quien no abre los ojos: la hermana Arlette Leyton, rígida, retorcida, con el rostro descompuesto y un enorme agujero en el pecho, no volverá a cuidar nunca más de los niños del orfanato. Su vida se extinguió durante la noche, mientras todos los demás dormíais...

El horror vuelve a reinar en la vetusta mansión. Otro amanecer, otra muerte. Es como una horrible cuenta atrás, en la que cada 'tic' del reloj es como una campana fúnebre, pues viene acompañada de más y más muerte...

Tras santiguarse, es el mismo gobernador quien baja el cuerpo de Arlette al sótano sin decir una palabra.

En el exterior de la mansión, la niebla continúa rodeándoos. El miedo sigue creciendo. ¿Es que acaso no acabará nunca esta macabra matanza?

Amanece de nuevo en Salem, aunque no sé si la palabra "amanecer" le haría justicia a las mañanas que se sucedían día tras día, encerrados en aquel lugar que cada vez parecía más un cementerio que un ayuntamiento.
No quiero abrir los ojos, pues sé lo que encontraría. Nada puede describir esa angustia que siento cada mañana, pensando que el que pudiera haber muerto podría ser Alfred... Sin embargo, fue la señorita Arlette la elegida esa noche.
Con su muerte, mis esperanzas se desvanecían prácticamente. El reverendo ya no estaba, y con el reciente fallecimiento de Arlette, el último atisbo de fe desaparecía de entre nosotros.

No aguanto más aquella situación, y desconsoladamente me tiro al pecho de mi prometido y rompo a llorar. Es un llanto silencioso, pero de mis ojos no dejan de emanar lágrimas de dolor y de angustia.
Una sensación extraña me invade; el desconcierto se apodera de mi ser. Ya no sé quien es inocente, ni quien es brujo... y francamente, poco me importa. Sólo quiero desaparecer de aquel lugar.

Confío en la inocencia de Alfred, pero en aquel momento de histeria necesito oirlo de él:
- Alfred... -sollozo, aún con la cabeza apoyada en él- dime que tú no harías eso, por favor...

He estado un poco pensativo esta noche, la oscuridad permanece y eso solo quiere decir que aún tenemos malignos entre nosotros, al caminar hacia el salón principal encuentro a la inocente Arlette muerte a causa de los brujos, era una de las únicas en las cuales confiaba además del señor Usher.

-Que Dios te tenga en su gloria señorita Arlette-, luego de dar mi respeto a la hermana me giro hacia los presentes –Esto ha sido ruin de parte de los brujos, no se saldrán con la suya aunque me cueste la vida en eso.-

Llego un nuevo día y seguíamos en el mismo lugar… Me levantada por la mañanas habrá vuelto toda la tranquilidad en Salem o seguiremos en esta caza de brujas. Me encaminaba hacia delante y vi que había una señora muerta pero no lograba ver quién podía ser, por su vestimenta creo que era la señorita Arlette. Me puse la mano en la cara tapándome el olor que desprendía de la catástrofe.

Me aparte y dije- Que descanse en paz.

Se me heló la sangre al ver como el gobernador depositaba el cuerpo de la joven Arlette en el sótano junto al resto de cadáveres. Contuve el aliento durante unos segundos. -Esto nunca va a acabar. Dios ha ignorado los rezos del reverendo y la pequeña Arlette. Estamos desprotegidos, el mal sigue latiendo entre nosotros. ¿Qué criterio iba a utilizar para guiarme en la búsqueda de brujas?. Me aterraba la idea de tener que acusar por mero descarte y después equivocarme.

- Creo que va siendo hora de poner las cartas sobre la mesa... -Miré uno a uno a todos los presentes.- No me fío ni del señor Statham -miré a la señorita Schulze durante un momento, con gesto sentido.- ni de la señorita van Straten. ¿Por qué? Por descarte. Confío en la señorita Schulze, en el señor Usher y en el señor Winston. Y de la señorita Margaret no han hablado mal... Nunca me fie de la señorita van Straten, pero cuando regresó quise darle un voto de confianza igual que al resto de los que habían vuelto pero... ahora más que nunca se de primera mano que ella no ha regresado gracias al Señor, así que bajo su frágil apariencia podría haber... cualquier cosa.

- Creo con gusto las palabras de la señorita Ann, señalando así mismo a Arthur el cuál tampoco votó o se fió de las palabras que nuestro antiguo vecino, West, nos confió desde el más allá.

Me consterna la estampa de la inocente hermana Arlette, sin duda el ser más angelical de todos los que coincidimos en estas aciagas circunstancias. Descanse en paz.

No tengo mucho tiempo para lamentar la muerte de la hermana Arlette. La reacción de Eileen me deja atónito. - Yo... Eileen... ¿Cómo puedes pensar eso? Jamás haría algo así... Te lo juro ante el Señor, y que muera ahora mismo si miento. Me gustaría poder decir algo más convincente, algo que le despejara totalmente sus dudas, pero sólo tengo mi palabra. La abrazo, intentando reconfortarla.

La señorita Lovett nos acusa abiertamente a la señorita van Straten y a mí. - Señorita Lovett - digo, sin dejar de abrazar a Eileen - no me sorprende su acusación, pues ya me acusó en la anterior votación, de modo que su comportamiento es coherente con su última decisión, no así con su decisión inicial de acusar a Miller, que espero que sufra en el infierno si, como pensó la mayoría, es un brujo. No voy a intentar defenderme porque su acusación es tan infundada como la que pudiera hacer yo a cualquiera de los demás, sobre todo si ha decidido, como en el caso de la señorita van Straten, incluir entre los sospechosos a los redivivos. Por mi parte, coincido en la inocencia de Eileen y en la de la señorita van Straten, aunque eso me haga más sospechoso a sus ojos, pues su amor por el señor West me parece sincero, y el Amor es patrimonio de Dios. En cuanto a su inocencia, señorita Lovett, me parece que su comportamiento, o es valiente, aunque poco firme, pues primero acusa a unos y luego a otros, o es una estratagema para desviar la atención sobre usted, que cada vez más es lo que creo. Sólo siento que Eileen desconfíe de mí, y ante sus suspicacias, sólo puedo poner al Señor como testigo.

-¿De verdad cree que mis acusaciones son para desviar la atención de mi misma? -Sonreí ampliamente.- ¿Realmente cree que soy una bruja? Me ha parecido que trataba de decir eso.

La reacción de la señorita Lovett me desagrada. - Le ruego que no sonría en presencia de una fallecida. Lo menos que se nos puede pedir es que mantengamos la compostura. En cuanto a lo que he dicho, simplemente quiero exponer a qué puede obedecer su conducta, nada más. Interprételo como quiera, que yo haré lo propio. Por lo demás, entiendo que desconfíe de mí, porque a estas alturas lo lógico es desconfiar de cualquiera. Obre usted como quiera, en consecuencia. Por mi parte, sólo me interesa la opinión de Eileen.

Empieza una nueva ola de acusaciones, aunque no puedo confiar en algunos por simple ejercicio de eliminación tendre que determinar a mi principal sospehoso... Antes de enfocarnos en otros sospehosos les pido que pensemos un momento sobre la señorita Blanca, estoy seguro que ella es una bruja, el señor Miller que estoy seguro era un brujo, en un ultimo intento desesperado trato de defenderla, el dijo que tanto la señorita Eileen como Blanca eran inocentes, creo que utilizo la buena imagen que tenemos de la señorita Eileen para confundirnos y que pensemos que la señorita Blanca es tambien inocente como ella, ademas todas estas noches a tratado de no llamar la atención sobre ella...

-Usted se toma la libertad de acusarnos abiertamente sin aportar ni una sola prueba, lo mínimo que podemos hacer es defendernos. Utiliza el recurso fácil del descarte para inculparnos. Explique en que criterios ha basado ese descarte. Yo no tengo ni idea de como resulté revivida* lo que si se es que soy inocente. Creía en la inocencia de la hermana Arlette, creia en su palabra y me base en ello para creer que ciertas personas eran inocentes. Creí en Jensen, ella me votó dos veces y nunca la inculpé porque de todas las personas presentes era la única que podía ayudarnos. Era preferible que yo muriera a riesgo de votarla por venganza y tener que prescindir de sus conocimientos, a priori beneficiosos para la supervivencia de todos. Voté por Dude, aliado de los brujos según Jensen y voté por Arthur con el convencimiento total de que se trataba de un brujo. Puso en duda la palabra de Jensen y que quiere que le diga, tengo clarísimo que mentía.

Las palabras de Alfred me calman; suenan sinceras en mis oidos, y dada la situación en la que nos encontrábamos, aquello era suficiente para mí. No pensaba realmente que Alfred fuera brujo, pero necesitaba fuerza para mi siguiente paso.
- Sólo necesitaba oírtelo decir... sabes que no dudo de ti. -le digo, algo más esperanzada.

Escucho como Ann desconfía de mi prometido; al decir eso me giro hacia ella. No puedo culparla de pensar aquello, pues la tensión podía palparse en el ambiente. Llevábamos ya casi una semana allí encerrados, y la amenaza de los brujos no desaparecía.
- Escuchad... -empiezo, algo temblorosa- tengo algo que deciros, y que dios me perdone por lo que voy a hacer.
- Habéis de saber que desde hace algún tiempo hasta ahora yo... bueno, digamos que he sido reacia a conciliar el sueño. Imaginad la situación en la que me he encontrado desde que estamos aquí cautivos. Al principio, por miedo, permanecía en el camastro dando vueltas, hasta dios sabe cuándo. Sin embargo, hace dos noches no pude aguantar más, y decidí salir de las habitaciones y despejarme dando un leve paseo por el ayuntamiento... Hasta que... -empiezo a sollozar, recordando la escena- vi al señor Miller... acabando con la vida de Mary. En aquel punto ya no tenía control sobre mis manos, las cuales oscilaban a la altura de mi estómago.
- Entendedme... no hubiera podido hacer nada por ella... Delatarme significaría morir y... no, no... -mis manos temblorosas tapan mi rostro, intentando esconder las lágrimas. - No quería morir... Sé que debí decir algo durante aquel día... No pido vuestra comprensión, pero sí vuestra confianza...

- Llegados a este punto... -digo tenuemente, con mis manos aún tapando mi cara- supongo que sabréis lo que voy a deciros... Hago una pausa y me permito inspirar profundamente un par de veces antes de continuar. Le doy una mano a Alfred, y entrecruzo mis dedos con los suyos. - Esta noche... a pesar de saber que habíamos terminado con uno de los brujos... decidí salir nuevamente... Vi a Arlette, siendo despojada de su vida... mediante brujería...
No quería continuar; no quería llegar a ese punto... Pero tenía que hacerlo.
- ... por Victoria.

Dicho aquello, poco más tenía que añadir. Me dirijo a Victoria:
- Ha tenido mi confianza todo este tiempo, y a pesar de que varias eran las sospechas que se cernían sobre su persona, siempre he tenido la completa seguridad de que se trataba usted de una persona inocente... Usted sabe que la tenía en aprecio, y que nunca hubiera hecho nada que la comprometiese de tal manera. Pero no puedo dudar de mí misma; soy consciente de lo que ví esta noche...

Siendo consciente de lo que acababa de hacer, no tardo en volver a llorar de nuevo:
- No pido su perdón, pues sé que no lo tendré... Sólo quiero que sepa que me gustaría no haber sido a usted a quien vi la pasada noche...

Me quedo helado al escuchar las palabras de la señorita Eileen, son acusaciones muy serias que sin duda dan por concluida la búsqueda de las brujas. –Con esta afirmación de la señorita Eileen, se necesita mucho valor para hacerlo... creo que hemos encontrado a los brujos faltantes, la señorita Blanca y la señorita Victoria, ambas para mí son las máximas sospechosas y votare por ellas para el próximo juicio, estoy seguro que luego de esto lograremos recuperar nuestro pueblo de toda esta oscuridad.-

-No la culpo señorita Eileen y no tengo que perdonarle nada pero si sus visiones son correctas tal y como afirma, por qué motivo iba a condenar a uno de los míos?. En el anterior juicio fui la que lanzó la acusación más contundente contra Arthur. Estaba a tiempo de salvar a mi compañero de fechorías, bastaba con mantenerme neutral, desviar la atención hacia otra persona o simplemente hablar bien de él. Posiblemente mi opinión influyó para que otros le votaran. El señor Arthur se fue de este mundo intentando confundirnos. Primero puso en duda las habilidades de Jensen. Nos hizo creer que poseía otro don, se encargó de desacreditar su opinión para inculpar directamente a todos los que votamos contra Dude, otro aliado de los brujos. Segundo, de golpe y porrazo recibió una iluminación y nos dejó el mensaje de que usted y Blanca eran inocentes. Lo lamento no quiero acusarla, yo también la aprecio muchísimo pero se que soy inocente y como tal he de defenderme. Quizás aquella noche no viera con claridad lo ocurrido. Recuerde que el mal adopta muchas formas.

- Creo en la inocencia de la señorita Schulze, y del señor Brown porque estas dos personas han regresado a la vida y está claro que no han revelado que aún en su paso por el más allá, mantenían la comunicación conmigo, de haberlo hecho seguramente ya estaría muerta. Además, la señorita Leyton ha reconocido que fue ella la que ayudada del poder de nuestro Señor trajo a la vida a ambos. El señor Usher antes lo pondría también como inocente pero... ahora lo pongo en duda. He estado pensando y diría que no fue revivido por la señorita Leyton. Le preguntaré al respecto. Aunque lo que si es cierto es que fue asesinado por la noche, así que es bastante probable que fuese victima de los brujos. La otra persona con quien también tengo duda es la señorita Blanca, el señor Miller, quien dice poder conocer la naturaleza de los vivos asegura que tanto ella como Eileen son inocentes.

- Ahora bien, tanto el señor Miller como el señor West aseguran tener el mismo poder. ¿A quién creer? Casi me inclinaría más por el señor Miller, fue quien primero dijo tenerlo, además que el señor West parece contradecirse. Dice que solo pudo observar la naturaleza del Herrero y del recien llegado (Laurent) pero poco después afirma que la señorita Jensen es quien realmente dice ser. He de aclarar que el señor Miller no dice en absoluto que la señorita Jensen mienta, si no que su don pudo haber fallado, pues él dice haber observado a Dude y ver que este era inocente. Al menos ahora. Cito tal cual: "una alma un tanto turbía en su juventud, sin embargo con el tiempo todo se había aclarado y parecía que las penas limpiaron sus antigüos desaliñados, por suerte la gente cambía con el tiempo."

- Y quedan el señor Alfred y la señorita Victoria, de quienes nadie ha dicho nada. Bueno, su amado la ha defendido bastante, -la miré por un instante.- pero luego no ha dicho que haya observado su naturaleza por lo que... para mi ambos son igual de sospechosos. Bueno, casi -miro a Eileen.- lo revelado por la señorita Schulze definitivamente no deja lugar a dudas. Claro está que podría estar intentado defender a su amado pero... si toda esta locura no cesase con la señorita van Straten... Por mi parte está más que claro quien tendría que ser el siguiente.

-Perdona Ann Lovett dices de creer a personas que son inocentes, por creer aquí todos  podemos pensar que somos inocentes… Pero no es así, porque yo todo lo que digo no me creéis  o no digo las cosas con firmeza, y ahora resulta que para algunos soy inocente. Aquí pecamos todo como pecadores, y Yo no estoy defiendo a victoria pero todo lo que has estado diciendo como, Winston, Usher etc. Sus palabras son mas creíbles que lo que usted Ann está diciendo. Tome un poco de aire y continuo...

-Porque como me explicas el día del juicio anterior ibas a votar Arthur, y dio la casualidad que cambiaste el voto por el Alfred, haber si unas de la culpables eres tú. Porque si cambias tanto votos como ahora para mí no eres de fiar. Antes me fio de todos los que están aquí presente, porque han estado defendiendo en cazar a los brujos. Y ahora podéis pensar todo lo que querías, pero sigo diciendo que aquí sigue la bruja y su ayudante que le ayuda para matar a las personas inocentes.

- Me parece perfecto, no obligo a nadie a que piense como yo ni a que vote lo mismo que yo. He dado razones por las que creo que dos de los presentes podrían ser brujos... Quien quiera que las tome y quien no que las deje. El cambio de voto fue simplemente porque cuando escuché los motivos del señor Miller me parecieron... bastante correctos. Puedo estar equivocada, pero a mi personalmente me pareció que podía ser inocente, y cada vez lo creo más.

- En cuanto a lo de que soy culpable... bueno, aquí hay gente que puede hablar a mi favor.

-Claro si tu puedes tener a gente a tu favor otra cosa que luego se verdad o te estén vendiendo la moto, porque mentiras y lujurias se ha visto mucho… A mi ay gente que no me cree pero por eso no dejo de ser inocente o culpable, pero está claro que tu cambiantes lo votos y ahora atacas con todo lo que has dicho. Si puedes afirmar que son culpables afírmalo,  pero claro no dejamos influenciar por todas las persona.