Partida Rol por web

A Seelah le hervía la sangre. No había prestado demasiada atención al sermón: después de aquello del dejad que se os follen, le parecía que el resto del discurso del clérigo se resumía en cosas como mátame ya, no merezco vivir y a que no te atreves a pegarme.

Vale, chicas. ¿Puedo sacudirle ya, o alguna quiere ejercer su derecho de pernada y asestarle el primer golpe? 

Parecía que sus oídos estaban mejorando poco a poco, pero ahora el problema parecía haberse desplazado hasta sus ojos: todo lo que veía se estaba tiñendo de un color rojo sangre.

La hechicera no daba crédito a lo que estaba oyendo, aunque tal vez, las palabras que ese clérigo acababa de decir podían ser la llave para aproximarse hasta él. Quizás, con el pretexto de enrollarse con los guardias o incluso el clérigo, podrían llegar hasta él.

- ¡¿Alguien sabe si los clérigos de esta religión guardan celibato?!- preguntó susurrando, mientras Seelah quería arrancarle el duedeno a puñaladas a todo macho que no guardara una distancia prudencial. -Somos chicas... tal vez la lujuria nos permita llegar hasta él... Aunque no sé muy bien cómo lo haremos...- Susurraba mientras la paladín seguía poseida por las palabras de tan baboso sacerdote. Podía pensarse que el plan de Seoni era de mal gusto, pero a lo mejor, dicho plan podía permitirles llegar hasta Folloth Teag.

Kyra se queda totalmente sorprendida ante las palabras del discurso, sin duda no esperaba ese tipo de....oración e intenta recordar lo que puede acerca de ese culto, porque no cree que esos sean sus preceptos.

Por lo que tú sabes hay varias religiones que defienden eso que está diciendo en ese orden u otro, suele ser deidades malignas o muy liberales. Por lo poco que sabes sobre Razmir es una religión que ha tenido mucha aceptación en esta zona del mundo y rápidamente se ha creado una teocracia entorno al tal Razmir, llamada Razmiran.

El explorador enano escuchó con rostro sombrío la palabrería del clérigo de Razmir y susurro a sus compañeras: - Podéis jugar vuestras armas femeninas contra este agitador...como propone nuestra compañera varisia... y yo... supongo que podría pasar por vuestro guardaespaldas o algo parecido. Sea como sea... controlemos a Seelah o esto se convertirá en una carnicería - concluyó mirando de reojo a la morena paladina.

Merisiel observa desde lejos la plaza, escuchando el sermón del clérigo. Casi pudo ver el humo saliendo de la cabeza de Seelah mientras mientras el hombre soltaba aquellas necedades. Suponía que su amiga se estaba conteniendo duramente para no saltar contra ese hombre y reventarle la cabeza de un mazazo.

Esperaba que se contuviera, al menos hasta que hubiera acabado y la mayoría de la gente se hubiera alejado. Si no podría haber problemas...

La máscara es de hierro.

Seelah sabía que Seoni era algo... descocada a veces, pero hacerse pasar por prostitutas-amantes del Dios Razmir para lograr tener acceso al clérigo era una Mala Idea por, al menos, tres dimensiones distintas.

Para empezar, era una estrategia terriblemente sexista. Si el clérigo fuera una mujer, ¿hubiera sugerido Seoni que Harsk se hiciera pasar por puto o algo parecido? ¿No, verdad? Pues eso.

Por otro lado, todas tenían un cerebro. Y Seelah prefería usar su cerebro a su cuerpo. A no ser que fuera para sacudir a aquel hombre; en aquel caso estaba dispuesta a hacer una excepción y usar básicamente su cuerpo, concretamente los puños, para darle una lección definitiva sobre el Respeto.

Y la tercera razón, la más importante: todo aquel plan de Seoni comportaba que el clérigo no moriría ya, sino más adelante. Y aquel era un retraso que a la paladín le parecía a todas luces inaceptable.

Si tú quieres hacerte pasar por puta, me parece bien; tampoco necesitarás mucho disfraz. Pero yo no pienso hacerlo. Sigo pensando que lo mejor es acercarnos ahora, cortarle los brazos y hacernos con su cetro: algo me dice que podría muy bien ser la fuente de su poder.

Y después le cortamos la polla.

- ¡JA! - exclamó en voz baja el explorador enano ante las palabras de Seelah mientras sonreía con una gran satisfacción. - Me encanta tu forma de pensar... lo digo en serio. Si hay que arrancar brazos, dejadme alguno para mi...- dijo acariciandose la barba, ansioso tal vez por entrar ya en acción siguiendo las intenciones de la paladina.

Seoni escuchó las palabras de Seelah sin rechistar y ciertamente no le sorprendieron. Eran las palabras de un alma reprimida, las palabras de una persona que hallaba el placer en privarse de todo aquello que podía ser hedonista. No se tomó a mal ninguno de los comentarios. Ella no rechazaba el placer de la carne... ¡¡Si la carne era de buena calidad!!

- ¡¡No te infravalores querida!!...- dijo con ganas de meter el dedo en la llaga - Las puritanas como tú, sois las que más "choto" ponen a los hombres. Los hombres siempre desean aquello que no pueden poseer, y si te destapas un poquito... - dijo mientras señalaba su metálica indumentaria - ... y sigues haciéndote la estrecha, quizás tengamos parte del "cochino cazao" . Pero bueno... A lo mejor el "equipo de casquería" se sienta más realizando descuartizando...- finalizó la hechicera dejando entrever que ella no se opondría a un combate frontal. Ella había planteado un acercamiento a base de engaños -en ningún momento la finalidad era encamarse con ese pavo- pero la paladín y el pequeño barbudo tenían ansia de sangre...

El clérigo sigue con su discurso y ahora clava la mirada en vosotros:

-¡Oh mis más queridos seguidores, PARECE que hay algunos corderos DESCARRIADOS entre nuestro rebaño! Seguramente RAZMIR puede abrir las mentes de estas obstinadas almas!

Con un movimiento de floritura mueve su bastón mientras ríe maléficamente en dirección a vosotros mientras pronuncia una palabra arcana.

Parece que está activando algún objeto mágico con una palabra de mando, algo habitual en los cetros, varitas y varas. Dice la palabra "Seguidme" en la lengua arcana.

Seoni turbó su rostro al ver el movimiento que acababa de realizar el sacerdote. Luego escuchó las palabras en dracónico y supo con certeza de que era una palabra de mando para accionar el poder del cetro.

- ¡¡Tened cuidado!!- dijo llamando la atención de sus compañeros - ¡¡Intenta coaccionar nuestra voluntad!!

¡Tú lo que quieres abrir es otra cosa y por Sarenrae te digo yo que no lo vas a conseguir!

La clériga estalló, había estado guardando silencio, aguantando todas esas memeces, pero no estaba dispuesta a lo que podía llegar a suceder. Desenvainó su arma y se dispuso a defenderse.

"¡Maldita sea!", pensó Merisiel. Había esperado que no hubiera un enfrentamiento con tanta gente en medio. "Lo mejor será tratar de llegar hasta el clérigo y acabar con todo cuanto antes", pensó mientras trataba de rodear la plaza entre las casas para llegar a la espalda del hombre enmascarado

Quizás yo sea una estrecha, pero al menos a mí no me llaman La Catarro en la Sociedad Pathfinder, porque...

Fue en aquel momento cuando el clérigo tuvo la desfachatez de empezar a berrear y a señalarlas, interrumpiendo el chiste de Seelah; como si la paladín necesitara aún más motivos para arrearle un guantazo.

Parecía que aquel tipejo no había logrado acabar solo con la paciencia de la paladín: Kyra tenía tantas ganas como ella (o quizás más) de ponerlo mirando para Egorian.

¿Abrirnos las mentes? ¡Otra cosa voy a abrirte yo, tarado! - gritó Seelah mientras desenfundaba a Valores Morales.

Harsk, que hasta ahora se mostraba bastante cínico en cuanto a la situación y el plan que sus compañeras parecían debatir, desvió una mirada seria y dura hacía el clérigo en el momento que este pronunció sus palabras y les apuntaba con el cetro.

- Bien... ya me estaba cansando de tanto parloteo, ¡ha llegado la hora de cerrar BOCAZAS! - dijo descolgando de su espalda su ballesta y apuntando al clérigo con media sonrisa en su rostro.

En cuanto el clérigo dice esas palabras y mueve el cetro hacia vosotros, toda la gente se gira hacia vosotros. El clérigo mira extrañado al cetro y lo vuelve a intentar.