Partida Rol por web

¿Que tal si lo abrimos primero para ver en que idioma está antes de hacer juicios prematuros?

—Yo tampoco entiendo orco, pero espero que si Ulisha lo dejó para nosotros lo escribiera en Taldano u otra lengua común... —dice Merisiel mientras abre el libro, a la vez que echa un vistazo alrededor para comprobar si alguien les mira.

En cuanto abres el libro puedes ver su título: El Diario de Ulisha. Y todos podéis leerlo pues está en común.

Seoni se había mantenido pensativa durante casi todo el almuerzo. En su mente discurrían varias ideas como haces que intentaban interceder, mientras escuchaba y analizaba cada una de las palabras de sus compañeros de viaje. Su mente, era como un enorme tablero de ajedrez en cual cada movimiento de una pieza, ocasionaba la erupción de nuevas variantes a seguir, a las que la hechicera, con su pulcra meticulosidad, debía atender.

Finalmente, Merisiel trajo el diario de Ulisha, y todos permanecieron expectantes a lo que en sus hojas se registrara...

- Si os da miedo, puedo intentar leerlo yo.- dijo con su habitual tono serio aunque plagado de sarcasmo.

Seelah no le tiene miedo a nada... que se le ocurra ahora mismo, vaya. Y menos a un libro.

Con ademán decidido, la paladín agarra el libro y lo abre.

Veamos de qué va esto. Espero que al menos tenga buena caligrafía.

El libro en su primera página dice: Diario de los tesoros y aventuras de Ulisha. 

Luego hay muchas notas tomadas de puño y letra, supones que de Ulisha, con una bonita caligrafía. Las siguientes páginas dicen:

La única cosa peor que trabajar para un noble galtano es trabajar para dos, como en mi caso. Lo señores Tullivor y Sarvio, que cada uno de ellos sólo estaba contento cuando el otro no lo estaba. Conseguí una bonita suma de dinero por recuperar sus herencias, pero cuando Tullivor me contrató para robar el cáliz de platino que había recuperado para los Sarvio, me fui (junto con la copa) y aún me están buscando. Ahora Laban ha muerto y se rumorea que en su mausoleo en el cementerio de Gralton ha sido enterrado con un tesoro. Espero que no tengáis reparos en saquear tumbas. Recordad que son aristócratas, una plaga en sus propias tierras.

En otra página:

Cuando buscas esconder algo, tu instinto es elegir un lugar donde nadie piense que puede estar. Pero es mucho mejor buscar un lugar donde nadie se atreva a ir. Tal fue mi lógica tras liberar una linterna mágica de un nigromante anémico en Ustalav. Por temor a que me rastreara por la magia de la misma, escondí la linterna bajo unas rocas en un riachuelo cercano a la arboleda Caníbal, cuya magia podía enmascarar la de la propia linterna. Ahora ha pasado el tiempo y gustosamente podría daros un porcentaje de su valor. Todo lo que necesitáis es viajar al Bosque de los Velos al sur de Varno. Desde allí cualquier campesino supersticioso conocerá la ruta a la arboleda Caníbal. ¿Qué puede salir mal?

En la siguiente página:

Me fascinan el tratamiento de los dioses que tienen las diversas culturas. Fijaos en Rahadoumi y sus Leyes del Hombre, rechazando a los dioses a pesar de las plagas y los desiertos que devoran sus tierras. Otros como los nidaleses han jurado por entero a un dios único que otorga poder a sus seguidores a un precio prohibitivo. La pequeña nación de Razmiran es muy parecida a Nidal, sus habitantes homenajean a una deidad aún más curiosa: un "dios viviente" que habita entre ellos.

No os dejéis engañar por sus palabras de prosperidad para todos. Los razmiri son bastante engañosos, recientemente he escuchado que el pueblo de Allenstad, anteriormente en contra del dios Razmir, ahora es totalmente devoto del mismo. Aparentemente, un clérigo con un cetro enjoyado puso fin a la disidencia en Allestad recientemente en una sola visita, ganándose a todos los habitantes en un solo día. Es obvio que alguna magia cruel tuvo lugar allí, y que ese cetro dorado del clérigo es el centro de todo. ¿Me pregunto cuánto puede costar?

En una nueva página:

Puede que acabe de hacer un hallazgo histórico. Mientras buscaba una urna osiriana en un museo de Absalom, me encontré con una colección de calcos en un viejo estuche para pergaminos. De acuerdo con las notas que la acompañaban fueron realizados por un pathfinder en el muro de una cueva en algún lugar entre la frontera de Numeria y los Reinos Fluviales. Los calcos describen lo que los numerianos llaman la Lluvia de Estrellas. Tan solo esta cueva ya sería un hallazgo increíble. Pero creo que hay algo mucho más increíble. En los calcos uno de los objetos más pequeños es una línea que conecta con el horizonte. Mientras que el pathfinder ignoró esta línea como si fuese una grieta en la roca, yo pienso otra cosa, ¡Creo que quien fue testigo de esa Lluvia de Estrellas vio donde había impactado uno de esos pequeños objetos y grabó la línea como punto de referencia! Ahora todo lo que necesitamos es calcular donde se encuentra esa cordillera con la cueva y escribiré mi nombre en los libros de historia.

Y finalmente:

Qué el pueblo del río de la Marca de la Daga no se haya borrado a si mismo del mapa con sus asesinatos y envenenamientos sin sentido, es algo que no ha dejado nunca de sorprenderme. Sin embargo, cuando ocurren tales hechos, siempre hay dinero de por medio, y un conocedor de los entresijos del comercio siempre puede obtener un buen beneficio. La economía de la Marca de la Daga se basaba en especial de filos envenenados, pero estos pueden secarse si no hay flujo constante de productos alquímicos. Tales bienes vienen y van, y si uno observa pacientemente, las variaciones en estos mercados pueden producirse.

El siguiente ingrediente que los clientes querrán será el adhesivo producido por las arañas y que dejan en sus telas. Uno de los más poderosos  ingredientes alquímicos podría encontrarse en las glándulas de esas espantosas criaturas, pero yo soy una erudita, no una mercenaria errante que mata alimañas por dinero para cerveza. He hecho un mapa de la ruta al nido más reciente que podría estar escasamente vigilado. Mi comprador principal, Johanes Vox (un ioboriano de temperamento curioso) no ha sido tan franco en nuestro último trato como me hubiera gustado. Así que es el momento de venderlo donde sea.

Y eso es todo lo que contiene el diario.

Seoni parpadeó de forma sensual mientras hacía una mueca con su cara, al ver como Seelah reaccionaba. Le encantaba sacar de sus casillas a la paladín de Iomedae. Era como un deporte para ella, pues le ayudaba a mantener su mente despierta y su espíritu atento.

- Si no entiendes algo, ya te echo una mano.- Añadió la hechicera buscando incomodar a su compañera. Tan sólo era un juego inocente...

Luego escuchó atentamente la lectura del diario, intentando tomar notas de aquello que consideraba importante. Varias misiones o aventuras se abrían en su horizonte.

Seelah ignoró la última pulla de Seoni. Iomedae, dame paciencia... que si me das fuerza me lío a palos - pensó.

Tras leer el diario, Seelah se quedó un momento observando a sus compañeros. ¿Qué opción sería la más interesante? ¿Cuál sería la misión más adecuada? Ella lo tenía muy claro.

Bueno, no sé qué pensáis vosotras, pero para mí está claro: tenemos que intentar recuperar la linterna mágica del nigromante; no podemos permitir que este objeto caiga en malas manos.

Ahora solo faltaba esperar a ver qué opinaban sus compañeras.

Después de leer el diario y meditar un poco, Khyra se pronuncia.

Yo comparto el interés con la arboleda Caníbal, aunque me parece más importante el caso del dios viviente.

—Yo estoy de acuerdo con Kyra: el más importante es el cetro. Si ese clérigo está esclavizando la voluntad de la gente, haríamos bien en ir allí primero y liberarlos. No hay peor maldición que no poder vivir tu propia vida.

Harsk encendió de nuevo su pipa de fumar y dió unas cuantas caladas mientras la paladina del Heredero leía las entradas de aquel diario, que prácticamente era como el hallazgo de varios mapas del tesoro en un sólo documento.

- Si queréis ir en primer lugar a la arboleda Caníbal, a mi me parece una magnifica opción... allí me tendréis para explorarla a fondo. - dijo con satisfacción - aún así, debemos ser cautos en estos asuntos del diario, por las barbas de mis antepasados, ¿no os parece extraño que Ulisha haya dejado el diario y haya marchado sin más? Tal vez algo precipitó su marcha... - concluyó el explorador enano al mismo tiempo que tomaba su ballesta, que había dejado apoyada al lado de la mesa, y empezaba a lustrarla con un trapo

-A mí ciertamente, me da igual dónde queráis ir primero... No tengo niguna preferencia especial.- Dijo la hechicera mientras miraba a sus compañeros. Luego reparó en las palabras del enano explorador. Sin duda, Harks tenía algo de razón en sus palabras, pero Ulisha era un alma impredecible...

- Creo que nuestra amiga semiorco sabrá apañárselas ella solita.- Añadió con determinación, intentando no desviar la atención de sus compañeros en temas que tal vez no debían conocer. - Si nos ha entregado su diario con una serie de búsquedas, es porque sinceramente desea que seamos nosotros los que finalicemos dichas misiones.

Harsk asintió tras unos instantes de meditación - Tal vez sea así... como he dicho antes, ¡nunca te fies de alguien con la piel verde,nunca sabes en que lios va a meterte...- dijo con una de sus pobladas cejas arqueadas. Tras ello, acabó de lustrar su ballesta de madera y se la echó a la espalda.

- Por mi parte listo para partir hacía esa arboleda ¿y vosotros? -

Estaban empatados... ¿Razmir o la Arboleda Canibal?

Seoni sonrió. Como le gustaban esos derroteros de la vida. Todo era azar y todo seguía la ley del ensayo-error. Como buena varisia, extrajo una vela de oro de Korvosa (moneda de oro) y tras hacerla girar en su mano, dijo:

- Si sale la cara del Rey Estirge, iremos a la Arboleda. En cambio, si sale el escudo de Korvosa, iremos a Razmir a parlamentar con ese dios en vida. - Así era como los de su raza solucionaban todo. Basándose en las enseñanzas de Desna.