Partida Rol por web

Seelah siente cómo el suelo bajo sus pies se vuelve resbaladizo. Pero la fe en su Diosa es firme, y ni siquiera se tambalea ante el poder del hechizo del clérigo.

Mis piernas son torres, mis brazos aspas de molino, impulsados por el viento y la furia de Iomedae.

Ambos aventureros mantienen sus pies y no caen pero allí continúa a aquella substancia viscosa.

Kyra alza su símbolo sagrado, curando a todo el mundo a su alrededor y desenvaina la cimitarra, mira al guardia y al "cura", indecisa de a por quien de los dos debería ir.

Merisiel avanza con cautela y se sitúa en el lugar menos malo para atacar al guardia, sin exponerse demasiado al razmiri.

Pero su espada es esquivada hábilmente por el guardia que nota como choca el metal contra su armadura aunque no consigue entrar y hacerlo sangrar.

Seelah avanza con cuidado por encima de la grasa y, de nuevo agarrando su espada con las dos manos, trata de asestar otro potente golpe al único guardia que queda en pie.

Pero pese al cuidado que pone en no caerse, el fuerte impulso dado a su mandoblazo hace que patine ligeramente y la espada no alcanza a golpear al soldado.

Harsk reanudó su ataque contra el guardia, sin duda el grupo debía acabar con él lo antes posible porque cada segundo que tardaban en vencerlo era un valioso tiempo que el profanador clérigo utilizaria bien para causar daño al grupo o bien para huir del lugar.

Dejando su hacha a un lado, dió un paso lateral y se acercó al guardia para descargar un nuevo hachazo sobre él.

El guardia se encontraba acorralado por sus compañeros de grupo. Estaba claro que ya no suponía una amenza, pero aunque el enfrentamiento contra los guardias estaba desnivelado a su favor, el fanático combatiente actuaba como carne de cañón sacrificando su vida en favor del comediante clérigo.

- ¡¡Has elegido muy mal bando!!-  Sentenció la hechicera, al tiempo que volvía a gesticular y a proyectar un nuevo virote de energía azulada contra el pecho del aturdido enemigo. - ¡¡Y por eso te voy a reventar!!

El guardia no parecía entrender que iba a morir vánamente y continuaba su pelea solo, esta vez contra el enano. Pero sus fuerzas le fallaron y erró por mucho su golpe. Luego se movió un paso hacia Folloch buscando no ser rodeado.

Folloch viendo que la grasa no era suficiente para detener a los aventureros lanza un nuevo conjuro contra los que está cuerpo a cuerpo con el guardia en el momento que este se aleja.

- ¡Spellum verbotem in stullum avino etule ha suca!

Aquellas misteriosas palabras parecen penetrar en el cerebro de Seelah, que no puede dejar de escucharlas una y otra vez. Sentía como si una serpiente se hubiera enroscado en sus pensamientos y estuviera constriñéndolos más y más, apoderánddose de su energía y su voluntad.

Merisiel no se ve afectada por el conjuro al pertenecer a la raza élfica.

Kyra estaba demasiado preocupada curando a sus compañeros como para prestar atención a sus alrededores, eso le costó caro.

Kyra y Seelah caen al suelo presas de un sopor mágico lanzado por Folloch, Merisiel inmune y Harsk que resiste cuál enano invencible resisten el conjuro.

Merisiel avanza hacia el guardia esperando que las heridas provocadas por sus compañeros sean suficientes para acabar con él si lo toca. Pero todo lo ocurrido la hace fallar.