Off-Topic

Cargando editor

17/03/2011, 17:09

Mischa

Os dejo esto a los dos porque afecta al PJ de Carol (encontrará "rastros" al día siguiente) pero a parte de éste "capitulillo" como mucho escribiré otro más (sólo para el master) para el finde o así. Tampoco pasan cosas demasiado importantes pero como ya le dije a Yhohel necesito "sacarlo fuera" ;PP

Otra noche más, y ya van siete. Abro los ojos con lentitud, como si a mi cuerpo le costara cierto esfuerzo darse cuenta de que sigo vivo, al menos en cierto modo. Nuevamente me topo con la cara sonriente de Frank demasiado cerca. Se apoya en el contorno de la bañera y se limita a observarme en silencio, como esos padres que llegan tarde del trabajo y no pueden evitar quedarse embobados con sus hijos durmiendo. Claro que no considero que yo merezca ese tipo de atenciones pero al menos ahora ya no me sobresalta, creo que empiezo a acostumbrarme.
-¿Te gusta lo que ves…?- acabo por preguntar burlonamente, rompiendo el silencio del cuarto de baño por fin. No se puede decir que sea la estancia más elegante del piso pero sí la más segura y práctica.
-Por supuesto, ¿por qué iba a estar aquí si no?- no me sorprende demasiado su respuesta después de una semana sin separarnos el uno del otro pero eso no significa que llegue a comprenderlo. Su actitud sigue resultándome… desconcertante.

Él aprovecha esos momentos de reflexión habituales en mí para hundir los dedos entre mi pelo y empezar a peinarlo. O a alborotarlo más, no estoy seguro. Es entonces cuando me incorporo hasta quedarme sentado y Frank retrocede un poco para dejarme espacio.
-¿De dónde demonios han salido?- miro unas deportivas All Stars de color verde que tengo anudadas en los pies con una ceja arqueada y después a mi sire. Según parece se denomina así al vampiro que te crea aunque no me gusta mucho la palabra.

-Pensé que te gustarían, te quedan bien- se encoge de hombros y empieza a colocarse una chaqueta tejana llena de remiendos y parches mientras yo salgo de la bañera y del lavabo con un resoplido.
-No soy tu muñeco, tienes que dejar de hacer eso- replico molesto mientras recojo mi bajo y compruebo las cuerdas antes de la actuación.
-No, pero eres mi chiquillo- nuevamente su respuesta no tiene sentido para mí. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Levanto la vista y me quedo mirándole como si esperase que siga con la explicación pero él salta con otro tema.

-Ah, sí. Hoy tocan los “Playground Grave” así que no vamos a actuar- me siento un poco decepcionado, empezar a tocar con “Black Parade” es lo único bueno que me ha pasado desde que toda esta mierda empezó –Pero hicimos un trato y cómo lo has cumplido… Puedes salir sin mi compañía ésta noche. No hagas que me arrepienta- parece un poco molesto al acceder a ello, de hecho incluso su tono es más seco de lo habitual pero después de eso cumple lo dicho y sale de la habitación dejándome solo, a mi aire.
Increíble, la verdad es que no llegué a creerme del todo que si me “portaba bien” durante la semana de aprendizaje me daría libertad pero parece que después de todo tiene palabra…

-----------------

    Después de aproximadamente una hora abandono el edificio. Estaba deseando hacerlo pero no hubiera sido prudente hacerlo tan pronto.
    Nada más pisar la calle aspiro su aroma. No es que sea agradable del todo pero en cierto modo destila libertad y con eso me conformo. Levanto la mirada hacia las nubes que cubren la luna a intervalos irregulares y dejo la lluvia caiga sobre mi sin oponer resistencia. Puede que me quede empapado pero, ¿y qué? Mi cuerpo ya no puede estar más frío así que no me supone una molestia.

El recorrido hasta mi verdadera casa resulta más extraño de lo que imaginaba. Camino por las calles y el metro como tantas otras veces pero esta vez es diferente. Me siento ajeno, como si no perteneciera o encajara entre todo ese montón de gente. En realidad eso me ha pasado siempre pero no de éste modo, ahora sé que de verdad soy un monstruo.

Cuando al fin llego hasta el bloque de edificios que ha sido mi casa durante todos estos años no puedo evitar quedarme petrificado en la acera con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta y la mirada clavada en las ventanas y persianas. Todo parece tan tranquilo y silencioso… como si todo siguiera igual que siempre y nada hubiera cambiado. Ojalá.
Las luces ya están apagadas y me atrevería a asegurar, dada la hora que es, que Caroline ya debe de estar dormida desde hace un buen rato. Aunque las tormentas le dan miedo esto es simplemente lluvia.

En el rellano de nuestro piso meto mi mano en el bolsillo de mi pantalón pero en lugar de sacar el sobre que he venido a dejar por debajo de la puerta me topo con las llaves. Supongo que es… irresistible.
Me adentro en mi propio hogar con un suspiro de nostalgia. Sólo hace una semana que me he ido pero ante la expectativa de que no puedo volver para quedarme parece que hayan sido años.
Smurf se acerca enseguida y yo sonrío agachándome para acariciarle pero en cuanto está cerca de mí emite un bufido exagerado y se larga todo lo deprisa que puede, como si hubiera visto un fantasma. Supongo que un vampiro no debe distar mucho.

Así pues avanzo por el pasillo con cierta resignación hasta la habitación de Carol. Abro la puerta con cuidado y de no ser porque ya no respiro contendría la respiración. En su cama no hay nadie y de hecho está tan perfectamente hecha que dudo que la haya usado en varios días. Me pregunto si habrá decidido volver con nuestros padres o incluso con alguna amiga ya que no debe de estar pasándolo demasiado bien…
Es entonces cuando me giro en redondo para entrar en mi habitación y la encuentro acurrucada en su lado habitual de la cama. Bueno “habitual” es exagerar pero el caso es que el espacio que acostumbraba a ocupar yo sigue libre como si esperase que en cualquier momento aparezca allí tumbado. Incluso me siento tentado a hacerlo pero sólo acabaría despertándola y no me lo puedo permitir.
Doy una vuelta observando todos los libros, pósters, fotografías… recuerdos que incluso duelen porque sé que no podré acceder a ellos nunca más.

Finalmente me acerco hasta la cama y me inclino un poco sobre mi hermana para oler su cabello y besarla en la cabeza. Puede que no sea la mejor despedida del mundo pero al menos es una despedida. Lo único que lamento es que ella no pueda saberlo.
-Lo siento- me limito a musitar quedándome allí en cuclillas, observando cómo duerme durante largo rato. Supongo que ahora el inquietante estoy siendo yo…

Cuando me decido a levantarme me cuesta bastante esfuerzo salir de la habitación pero en cuanto lo he hecho me obligo a no mirar atrás. Abandono el piso dejando el sobre por debajo de la puerta y vuelvo a las calles húmedas y oscuras de Midway, mi nuevo hogar.

Cargando editor

Usuarios conectados en la web (45)

Usuarios conectados en el chat (0)

Partida Rol por web

Midway Nocturno