Partida Rol por web

De camino a la guarnición de Sandpoint os detenéis justo frente a un edifico ideal para vuestros propósitos: La Armería de Savah, según reza en el cartel que pende de un poste en la fachada. La esquina noroeste de este edificio aún tiene algunas marcas del Incendio de Sandpoint aunque, afortunadamente para su propietaria, Savah Bevaniky, el edificio no sufrió daños mayores. La tienda de Savah vende todo tipo de armas y armaduras, incluyendo no pocos objetos de gran calidad y armas exóticas, sgún comprobáis al entrar en el local, donde see xponen como curiosidades una cadena armada, una docena de shurikens de gran calidad y una ballesta repetidora con un cargador de madera oscura y marfil que lleva gravado el nombre Vansaya.

A Savah, una mujer enorme con pinta de saber perfectamente lo que está vendiendo por haberlo usado alguna vez, seguramente contra alguien,  se le ilumina el rostro al veros aparecer. -¡Bienvenidos a la armería de Savah! ¿En qué puedo servir a los héroes de Sandpoint? ¿Necesitáis algo con lo que aplastar más de esos asquerosos goblins, saetas para vuestras ballestas, afilar un arma mellada? Tenemos un precio especial para todos los que participaron rechazando el asalto de las alimañas.

Camlo se quedó fuera del edificio mirando las telarañas de su bolsillo. Necesitaba un empleo pagado urgentemente.

Esperaba que los buenos precios y la buena fama que tenían en el pueblo durasen lo suficiente como para poder aprovecharse.

Se dedicó a mirar a las  mujeres de Sandpoint que pasaban frente a la armeria mientras esperaba.

El Varissio empezó a sacar los objetos que habían cogido de los goblins y ponerlos encima de la mesa. Grygory se sorprendió un poco de no tener que estar regateando, parece que el tener una buena reputación tenía sus beneficios. Después de un rato el bardo salió y repartió una bolsa de monedas a cada uno.

-          - Al perro le das de tu parte – le dijo bromeando al druida – Comprar lo que necesiteis y vallamos a ver a Hemlock.

 Bueno, espero que Saco no tenga ese problema para compartir cuando te tenga que sacar de algún apuro-dijo Kaddok antes de recibir las monedas que le tocaban. Al ponerle las monedas en su mano abrió los ojos y la boca en señal de sorpresa-¿Tanto?, y esto es sólo mi parte... Supongo que tendría que haberme dedicado a saquear cadáveres antes, aunque nunca fue de mi agrado...Yo creo que con este dinero no me importaría intentar perseguir el rastro de los saqueadores de cadáveres,... pero preferiría no ir sólo y parece que no estáis dispuestos a ir a ello sin que os hagan una oferta, así que esperaré a que os animéis.

 No ha estado mal para unos cuantos goblins piojosos, jejeje. - Dijo Lapidus mientras hacia sonar su bolsa de monedas - Va siendo hora de que deje al daga para cortarme las uñas y me compre una espada para ensartar trasgos.

Y deberiamos parar en alguna taberna a sacar partido de estas monedas, y de la fama ganada antes de que se esfume o se den cuenta de que calaña estamos hechos de verdad... JAJAJAJAJA

Realizadas las compras pertinentes os despedís de Savah para continuar por la Calle de la Torre en dirección a la guarnición de Sandpoint, donde con toda seguridad daréis con el sheriff Hemlock. De momento no aparece taberna alguna en vuestro camino, aunque sí dejáis una curiosa tienda llamada "La despensa del Cochinilla" (16 en el mapa) y llegáis a la intersección de la Calle de la Torre con la Calle Principal, donde se encuentra la pequeña y modesta fortaleza que sirve de centro de operaciones de la guarnición, (10 en el mapa) justo frente al señorial ayuntamiento (10 en el mapa).

Parece que hay bastante ajetreo, vecinos entrando y saliendo de la guarnición para informar sobre daños, heridos o desapariciones. En el interior de la fortaleza hay una amplia sala con varios escritorios tras los que los milicianos toman nota de todo lo ocurrido. Nada más entrar se produce un tenso silencio mientras todos los presentes se giran hacia vosotros. Un miliciano se levanta y acude rápidamente a un pequeño despacho al fondo, abriendo la puerta mientras susurra: -Sheriff, son los forasteros.

El Sheriff Hemlock, un shoanti de piel oscura y cabeza afeitada con rostro severo, sale de su pequeña oficina y acude a vosotros ofreciéndoos la mano cordialmente. -Señores, estamos en deuda con ustedes. Muchas gracias por ayudarnos. De no ser por su intervención Sandpoint habría vuelto a perder la Catedral y a uno de sus ciudadanos más influyentes. ¿En qué puedo ayudarles?

- Hrummm... - murmuró el Shoanti a sus compañeros - Hablad vosotros, "héroes". Menos mal que no hubo más testigos de mi actuación.

-Permitidme compañeros-buscó la mirada aprobadora del resto y se adelantó un paso.

Media reverencia

-Al menos por mi parte y ,creo que por mis compañeros-mirada atrás de nuevo-, no hay deuda alguna. Era nuestra obligación defender a las gentes de  Sandpoint de la infecta presencia de esas alimañas goblin-dijo Camlo adornando la frase con  tono musical y demasiados aspavientos.

Nueva media reverencia

-Disculpad el atrevimiento pero nos preguntábamos si la ciudad puede estar interesada en contratar nuestros servicios en estas horas desdichadas. Contamos con habilidades peculiares y hemos demostrado que podemos ser útiles en combate. Quizás haya algo en lo que podamos,...er..."colaborar".

Mirada expectante.

Ejem, el enano carraspeo desde detras del hechicero. Aunque si hay alguna recompensa por acabar con esos goblins tampoco somos nadie para rechazarla, no companheros?

Seguido eso su cara se torno en una sonrisa que dejaba ver su maltratada dentadura.

-Se agradece el ofrecimiento.- Responde el sheriff.- De momento estamos recuperándonos del ataque de anoche y no hemos decidido el curso de acción a tomar. Les tendremos en cuenta en cuanto decidamos nuestro próximo paso. En cuanto a una recompensa...- Dice mirando a Lapidus con lago de decepción.- Me temo que no hay ninguna aparte del agradecimiento de los vecinos de Sandpoint. Al menos por ahora. Compréndanlo, se avecinan días de mucha confusión.

Comprendo Sheriff Hemlock...es cierto que es aún pronto... -dijo con sincero pesar el hechicero.

-en cualquier caso,  no le será difícil localizarnos si la ciudad necesita nuestros servicios-miró a sus compañeros por si alguien quería añadir algo a la breve conversación...

 Me parece bien, susurro Lapidus a sus compañeros. Esta gente es mas tacaña de lo que esperaba, estamos perdiendo el tiempo aquí. Quizás estés dispuestos a pagar para que encontremos el feretro, pero hasta que se decidan mejor estar calientes en alguna posada, jejeje. Quizás nuestro amigo sea mas generoso.

 -No os puedo obligar a acompañarme, así que, antes de la cena iré a echar un vistazo a ver si localizo el rastro al otro lado de la muralla. No pienso seguirlo, pero simplemente quiero estar seguro de que existe.- dijo Kaddok a sus compañeros tras alejarse del Sheriff- Os veo en la cena.

 Kaddok pareció perderse y no ser capaz de encontrar el rastro, pero Saco le ayudó a encontrarlo.

-Gracias Sheriff Hemlock ! Volveremos a vernos !-se despidió el hechicero mientras realizaba otro extraño ademán varisio como despedida

-Kaddok !....-gritó Camlo cuando el druida se alejaba-tengo curiosidad por ver si encuentras algo.

Te acompañaré y así te protejo por si encuentras más goblins-le comentó en voz queda con una gran sonrisa al llegar al trote a su lado.

Salís de la ciudad por la puerta del norte, donde a diferencia de ayer, ahora hay apostados un par de guardias. Seguís la muralla de Sandpoint hasta llegar a la altura del cementerio, más o menos el lugar por el que debieron salir los goblins usando la escalera dispuesta al otro lado del muro. Kaddok no tarda en encontrar un rastro fresco. Se trata de un montón de pisadas pertenecientes a decenas de goblins que arrastraban algo pesado.

El rastro conduce hacia el norte, hacia la costa, y luego siguiendo el Camino de la Costa Perdida, aunque siempre fuera del mismo, entre la maleza, claramente con la intención de no ser vistos por algún viajero o patrulla ocasional... y no parece terminar en breve.