Partida Rol por web

El niño pasa de la alegría a la tristeza y comienza a llorar.

- Esa carta me la dio un señor y me dijo que mi madre que falleció hace unos dias, escribió en la carta que mi padre era el caballero de la casa Bredford, ¿es usted ese caballero señor? Es usted mi padre!! grita a ser Ragar continuando con las lágrimas y armando un buen espectaculo donde todos paran a escuchar qué ocurre.

La mirada de Dickon no me había pasado desapercibida, entendiendo lo que pensaba por lo que, ocultándome de la vista del niño por un momento y utilizando los cuerpos de los demás como escondite, le paso la bolsa a Nymeria en un rápido movimiento lo más disimuladamente posible. 

Es entonces cuando me acerco más segura, llevar la bolsa creía que sería divertido y todo un honor, pero resultaba más peligroso de lo que había pensado en un principio. 

Me acerco hasta el chiquillo y le acaricio la cabeza como si fuera su madre. Ver a un niño tan desesperado despertaba cierta ternura -sssh tranquilo tranquilo ... encontraremos la respuesta, no te preocupes- miro a Ragar y luego alcanzo a coger la carta, la cual ya habría leído mi prima, intentando entender lo que llevaba escrito -¿y quién dices que te mandó?, ¿cómo sabías que estába Ragar aquí?- después de todo estábamos en medio de un camino y resulta extraño que nos encuentre por casualidad y reconozca a su padre que nunca habrá visto.

En los rostros de los demás se leía también cierta duda, y no puedo evitar mirar a nuestro alrededor por si alcanzaba a ver algún movimiento sospechoso de hojas, de ramas, algún sonido fuera de lo normal que delatase la posición de alguna persona escondida. 

Al leer la carta te das cuenta que está bien escrita, pero de hace muy poco tiempo, algunas horas a lo sumo, ya que la tinta aún no ha sido absorbida por el papel.

Tras leer la carta y pasar los dedos sobre las letras miro algo extrañada al muchacho -¿dices que tu madre murió hace unos días y escribió esta carta?- tras la pregunta miro a los demás -no lleva demasiado tiempo escrita. La tinta es fresca, el papel no la ha absorbido del todo- pongo la mano en forma de apoyo sobre el hombro del chiquillo -además, si su madre sabía leer y escribir es raro que no le haya enseñado a él- era más bien un pensamiento en voz alta, hecho sin mala intención, pero quizás demasiado directo. 

Echo un vistazo a las ropas del muchacho con disimulo, fijándome en que no llevase ningún arma mal escondida -¿cómo era el hombre que te entregó la carta?- le hago la pregunta despacio y con calma, aunque cada vez me notaba más nerviosa. Ya le habíamos hecho la misma pregunta, pero no parecía dispuesto a contestarla, no sé si consciente o inconscientemente. 

El pequeño lloraba, pero cada vez con más rabia, y le contestó airadamente a la joven Albian.

- No sé quien era ese hombre, pero me dijo que él había escrito la carta porque se lo pidió mi madre antes de morir. Mi madre no sabia escribir como yo tampoco sé. ¿Porqué me va a mentir ese hombre? solo me dijo lo que quería mi madre; decirme quien es mi padre para que cuide de mí ahora que ella no está, y continúa llorando como una magdalena.

Acaso no quiere ocuparse de mí, padre? le dice el niño a ser Ragar.
 

Ragar miró al chaval de arriba a abajo y sonrió.

- Lo siento chaval, yo no soy tu padre. Quién te ha dado esta nota te ha engañado,- sentencia el caballero sin ganas de continuar discutiendo- deberías buscarle a él.

A Nymeria comenzaba a no gustarle aquello...

- Si nos llevas hasta el hombre que te dió esa carta puede haber varias monedas para ti niño... Los Bredford somos generosos...

Cuando Nymeria acabo de leer el pergamino el joven escudero lo cogió. Podría ser otra trampa. Se acercó a Albian para poder protegerla mejor en caso de emboscada.

Ser Ragar intenta convencer (la acción a realizar la debe escoger el jugador) al niño de que no es su padre y que le han engañado.

Neil Rios llora y comienza a hablar entrecortadamente al caballero:

Padre, llevo mucho tiempo sólo y ahora que le he encontrado nunca más me separaré de tí. Le prometo que estará orgulloso de mí; soy listo y como poco. No le daré ningun problema, se lo prometo.

Se que Ragan no ha podido ser tu padre, él no ha venido nunca a Desembarco del rey ¿como podría conocer a tu madre?, Claramente el escudero se estaba tirando un farol, porque no sabía a ciencia cierta si lo que estaba diciendo era verdad. Este era un truco que le había enseñado el maestre, y que según el habían usado muchos caballeros y damas. Pero el escudero no estaba seguro de haberlo hecho bien, la voz le tartamudeo un poco al hablar.

Ser Ragar continúa intentando convencer al chico de su error, o mas bien de su inocencia.

- Chico, te han engañado, quien sea que te dio esa carta, yo no soy tu padre, lo siento chaval, pero la realidad es esa, debes entenderlo.

El chico sigue sin en sus trece y con rabia responde:

Sí que eres mi padre y no quieres ocuparte de mí, me abandonarás de nuevo igual que hiciste con madre!! grita enrabietado.

Ser Ragar baja la cabeza sin saber qué hacer con el maldito niño. No cree ser capaz de convencerlo y derrotado, mira lady Nymeria en busca de ayuda.

Nymeria se acerca finalmente al chico y le acaricia la cabeza.

- Ya resolveremos esto. Ven con nosotros por ahora. Cuado te calmes nos contarás como es el hombre que te dió esa carta, y donde lo hizo... Continuemos hacia el lugar del torneo. Dickon, quédate al lado de él y dale comida y bebida...

Se aleja del niño retomando la marcha, acercándose a Namir, a quien le dice algo.

- No le quites un ojo de encima. Si hace algo raro y necesitas... hazlo.

Nymeria había tenido suficiente con las trampas tendidas. Si el niño era parte del plan enemigo y debía ser silenciado, asi se haría...

El escudero asintió a las palabras de Nymeria, no sabía muy bien que había pasado. No se acababa de creer que el chico fuera hijo del caballero, pero si lo decía un papel y una mujer en su lecho de muerto lo había jurado. Se encogió de hombros con resignación. Seria así.

Chico ven, ahora no puedo darte nada tendrás que esperar a que volvamos a la posada. Y si vas a quedarte con nosotros, vas a tener que ganarte el pan ¿Qué sabes hacer?

El joven Neil acepta las condiciones y mas contento que unas pascuas, camina junto a Dickon contándole todo lo que sabe hacer.

Avanzais sin mas contratiempos saliendo de la ciudad en direccion a la explanada de los torneos. Una vez allí os indican donde inscribirse para las justas y demás torneos.

Llegáis hasta una caseta donde un par de guardias custodian a un escribiente en un pupitre. Un par de caballeros aguardan su turno hasta que os toca a vosotros.

El escribiente os pregunta:

- Nombre del caballero y casa a la representa en su caso. El torneo de justas tiene un costo de 50 monedas de oro por participante.

Para participar en el torneo de espada o de arco no es necesario ser caballero, sólo diganme el nombre y casa; el costo es de 5 monedas de oro para cada participante y especialidad.

Una vez dicho todo esto como de memoria, os mira esperando vuestra respuesta.