Partida Rol por web

Si mi señora.

La frase entre susurros tenía un significado que en su mente le provocaba una risa contenible, pero se podía entender, si se le conocía, que el gesto de su rostro era una sonrisa maquiavélica. El significado no era otro que : Un regalo = Una puñalada

Todo lo acontecido hace que mantenga una postura rígida, expectante y nerviosa, llevando mis manos hacia mis labios, unidas en una silenciosa oración, incapaz de decir nada, ni siquiera de contestar a la pregunta de Dickon.

Todo pasa, aunque no de la manera más beneficiosa -por lo menos no nos han juzgado sin más...- levanto mi vista hasta cruzarla con la del joven Adham. Aunque de joven solo tenía el cuerpo, tenía la garra y furia de cualquiera de los Dannett más ancianos.

Cierro los ojos bastante cansada por un momento siguiendo los pasos de Nymeria -sí... los dioses decidirán...- pero el temor de lo que pudiera ocurrir de aquí en adelante seguía presente en mi interior -buena suerte sir Ragar-.

Al fin podría cruzarme con ese maldito sujeto, al fin podríamos poner fin a nuestra enemistad. Estaba ansioso pero trate de no demostrarlo, sabia que podía morir pero no me importaba en mi mente estaba la imagen de Adham derrotado en el suelo del campo de justas.
-Dickon Debemos prepáranos para mañana. -Dije a mi escudero.
-Necesito tener la armadura limpia, las armas aceitadas el caballo herrado y cepillado.- Ordené al muchacho. No quería que nada saliera mal quería plantarme ante mi rival con todo la gala de un gran caballero, mañana seria un gran día.
-Mi señora me retiro de la cena junto con Dickon si usted así lo permite

Voy mirando a Ragar y a Nymeria alternativamente de manera discreta, hasta que finalmente me detengo en esta última mientras entrelazo los dedos de una mano con los de la otra, muestra evidente de los nervios que me atenazaban por dentro.
-Disculpad mi osadía, pero...¿podría ayudar con alguna cosa? No soportaría el pasar la noche simplemente esperando el día de mañana sin hacer nada- esperaba la aprobación de ambos adultos mientras me mordía el labio.

- Nos retiramos todos pues, no hay mas en este lugar. Descanza Albian, duerme bien, eso debes aher, mañana necesitamos estar atentos a todo lo que pase. Vamos.

No Objete palabra alguna a lo dicho por la señora Nymeria pero cuando pase por al lado de la joven Albian hable en voz baja.
-Si no puede conciliar el sueño nosotros estaremos en el establo preparando todo para mañana.- Dije a la chica y si no nos encuentra allí estaremos en nuestro pabellón.
 Una vez dicho esto incline la cabeza a modo de saludo y me fui en dirección a la puerta esperando que Dickon me siguiera

El escudero estaba preparando ese momento aunque la armadura estaba limpia y ajustada la volvería a revisar, al igual que al caballo. Como quiero señor, por fin haremos que muerdan el polvo. Dixon se dispuso a abandonar junto con el resto de la familia el banquete.

Exactamente donde vais y cuales son vuestras intenciones??

A ver como el Danone fallece de Muerte Natural.

Tanto Namir como Nymeria avanzan hasta la carpa de los Dannett, ocultos bajo la noche y con sus ropas que los camuflan, pasando así desapercibidos por el resto de caballeros

Justo al llegar cerca de su destino, Namir tropieza torpemente y en ese instante uno de los soldados que vigilan se fija en Namir y lo reconoce al instante.

Tú?? Qué haces aquí?? grita fijandose en Nymeria a quien no reconoce

Es uno de los mercenarios de los Bredford!! Lo ví en el banquete del rey!!, vuelve a gritar al tiempo que gentes de casas ajenas que estaban cerca os miran curiosos.

Nymeria aprieta los dientes queriendo cortarla la cabeza a Namir. Respira onda y se dirigue al soldado.

- Venimos a hablar con tu Señor. Despiértalo.

El soldado se queda estupefacto al reconocer a la heredera de los Bredford, pero no se amedranta.

Mi señor no tiene nada que hablar con vos, señora. Pero quizá la guardia real sí quiera saber qué hace usted aquí!! LLama a los guardias del rey!!, ordena a otro soldado que sale de la carpa.

Cada vez mas gente se agolpa a saber qué está pasando.

Nymeria rugió enfurecida - Quién demonios eres tu pequeña escoria para hablar en nombre de tu Señor?? Llamalo!!!