Partida Rol por web

Orten Lugus se pone en pie y avanza hasta el rey

Majestad, si se me permite hablar, solo diré que la casa Bredford colaboró de forma imprescindible en la persecucion y muerte del caballero Archay, enemigo acérrimo de la corona y partidario de los Targeryan.

Desconozco las desavenencias que puedan tener con la casa Dannett, pero su honor y lealtad a la corona es incuestionable. Doy fe de ello.

Al escuchar el relato de Lugus, Brian Telson lo corrobora con su version de los hechos en el bosque real.

Alan Flanders toma también la palabra;

Majestad, yo mismo acompañé la expedicion de los Bredford hasta Desembarco del Rey.

En el camino nos asaltaron dos mercenarios a los que dieron muerte. Llevaban una carta de lord Alfrid Dannett donde le prometían dinero a cambio de asaltar y matar a los Bredford.

Por todos los dioses!! exclama el rey que mira furioso a un sorprendido y asustado Adham Dannett

Si eso es cierto joven, tu cabeza estará en una pica antes del proximo alba, al igual que la de tu padre.

¿Quien tiene esa carta de la que habla este hombre?

-La tengo yo, su majestad- desde que habían empezado la discusión era la primera vez que volvía a pronunciar palabra. Pero no mostré titubeo alguno, hablando con voz firme y clara. 

Levantándome de mi asiento me dirijo hasta donde se encuentra el rey, y haciendo una pequeña reverencia le entrego la carta en cuestión. Dirijo una sola mirada a Adham Dannett, cargada de indignación, vergüenza y, quizás, algo de lástima mientras me mantengo de pie en mi posición, esperando que mandasen que volviese a sentarme o por el contrario, quedarme donde me hallaba por el momento. Quería procurar no dar ningún paso en falso. 

Siguiendo a la damita, la escolto, cual guardaespaldas, con la precaución de si es necesario, disponerse a luchar, y no solo con el esbirro de turno que pudieran haber dispuesto los Dannet, sino al mismo Adham si fuera necesario y usaría todos sus recursos, incluso los ocultos para darle muerte de la forma más dolorosa y larga posible, para que pague su felonía con miedo y angustia mientras fenece.

No había nada que pudiera decir para aportar a la situación así que guarde silencio, expectante. No podía concebir que Adham se saliera con la suya pero mi posición de caballero no me permitía intervenir en la situación, los asuntos de los nobles solo pueden ser resueltos por los nobles, los de mi clase solo morimos por alguna en los enfrentamientos así que guarde silencio y cumplí mi función.

Mostradmela jovencita! dice el rey

Tras recoger el papel de manos de la joven, el rey vuelve a su lugar mientras va ojeando la carta.

Tras unos instantes de lectura, sin mediar palabra se la entrega a Varis, el consejero de los rumores que la lee con el permiso del rey.

Un momento despues, el consejero susurra al oido del rey su veredicto.

El rey se incorpora y grita

Se puede saber qué disparate es éste?. Esta carta es una burda farsa, hasta yo me he dado cuenta de ello!!

El joven Dannett, rojo de furia grita

Ahí lo teneis majestad. No solo asesinan a inocentes en mis propiedades sino que tambien intentan engañar con cartas falsas y acusaciones sin fundamento para con mi casa!.

Exijo un castigo a estos malhechores!!

El escudero se queda perplejo y por poso se le cae la copa que tenía en la mano. ¿Qué podían hacer ahora? El rey al rechazar la carta de estaba dando más argumentos a Dannett, ahora ellos habían quedado como unos mentirosos y unos traidores. El chico quería gritar que eso era falso pero las palabras no le salían de la garganta, se giro hacia donde estaba Albian. ¿Qué hacemos ahora? Necesitamos mas pruebas.

Nymeria trató de frenar a su prima pero ya había sacado la carta. Presentar una prueba falsa, era lo que les faltaba...

- Ese documento era lo que tenía uno de los mercenarios que nos atacaron. Si es falso o no, no lo sé su Alteza. Intentamos traerlo vivo para presentarlo ante la justicia, pero falleció hace unas horas.

El rey meditaba y digería todo lo acontecido justo despues de mandar callar al joven Adham

Calla, tú no eres nadie para exigir nada a tu rey. Tu juventud te ha salvado la vida esta vez, pero tenlo en cuenta jovencito!!

Tras conversar durante un rato con algunos de sus consejeros, la reina Cersei se le acercó y le susurró algo al oido. El rey se mantenía serio, aunque pareció asentir sin mucho convencimiento.

Todas las pruebas son confusas; un escudo de la casa Bredford en el lugar de los asesinatos, mercenarios que intentan matar a la expedicion de los Bredford por una carta falsificada de los Dannett, una relación tensa entre las dos casas que me comentan dura años,...

Por otro lado personas aquí presentes dan muestras de honorabilidad y lealtad a la corona por parte de la casa acusada de la masacre, e incluso colaboraron en la muerte de ese ruin de Archay.

¡¡Por todos los dioses, imposible saber quien miente y quien no!!

He decidido que vuestra causa sea dirimida por los dioses, así que mañana al alba el primer enfrentamiento del torneo en las justas será el de los dos representantes de vuestras casas. Será una justa con con lanzas de guerra, no de torneo. A vida o muerte. Quien sobreviva seguirá en el torneo.

Que los Dioses nos muestren mañana quien es culpable.

Pueden marcharse, dejenme disfrutar un poco más del banquete.

Y dicho esto os despide a todos los integrantes de las casas Dannett y Bredford que abandonan el lugar por lugares opuestos y escoltados por varios soldados de la Guardia Real.

Ese fue mi momento, no lo dude, no sabia si mi acto seria tomado como una impertinencia o no pero mi sangre de caballero pudo mas que mi capacidad para mantener la boca cerrada.

-Yo seré el campeón de la casa Bredford si mi señora así lo quiere.- Dije en voz alta y con la mirada fija en Adham.

-Vamos maldita seas si tienes coraje acepta mi desafió.- pensé mientras mantenía la mirada al sujeto

El joven caballero se adelanta unos pasos y habla con contundencia e indiferencia para con ser Ragar

Yo defenderé la causa de la casa Dannett, el honor de mi padre y de los inocentes asesinados, espeta

Con discrección y bajo el velo de sus mangas susurró a las damas de su casa - Mi señora, siempre podemos eliminar al bastardo este durante la noche y sobreponernos de estas miserias. No es que fuera un taimado sin respeto ni honor, pero era mejor subsanar los problemas que dejarlos al azar o albedrío de no se sabe que leches, dioses, cosas o minucias. Se soluciona antes de que se solucione solo y el resultado sea ... contrario.

Las palabras de Ragar resuenan en la noche. Los dados estaban en el aire. Tal vez deberían ayudarlos un poco. - Asi será Ser Ragar!

Nymeria mira fijamente a Namir y finalmente menea la cabeza. - Nada de eso. Los dioses decidirán... Volvamos a la posada.

Nymeria esperó que todos estuvieran dormidos para salir de su cama. Se vistió con unas ropas viejas, con capucha. Cualquiera que la viera diría que era un mendigo mas por las calles de Desembarco. Entró sigilosamente en la habitación de Namir.

- Namir... vistete discretamente. Tenemos trabajo.

Estaba tumbado en la cama. Respirando profundamente como el enamorado que espera a su amor. Tenía las ropas más ajadas que jamás hubiera portado, unas telas atadas a modo de bolsa en las botas como si fuera descalzo y solo tuviera esos trapos para calzarse y armado.

Su daga se ocultaba entre las mangas, pero además, su espada, portada como si fuera un callado de viajero de los antiguos dioses, enredado entre trapos y arapos, del que colgaban flecos y otras lindeces como calaveras pequeñas u otros huesos.

Un último suspiro acompañó al gesto de ponerse en pie. - Si mi señora. Susurró con lasciva intención - Vamos a dar calor.

- Los Dannet deben de seguir bebiendo en algun rincón, vamos a acercarnos sin llamar la atención... quiero dejarle un regalo...

Salieron de la posada bajo la luz de la luna. Desembarco distaba de dormir aun, la proximidad del torneo mantenía a todos con euforia...