Partida Rol por web

El escudero no podía hacer nada, solo podía esperar y escuchar con atención los argumentos de los “mayores”. Una palabra suya seria tomada como una niñería o como una desobediencia.  Además no tenía nada que añadir a las palabras de Sir Ragar.

El chico se preparo dejando la copa sobre la mesa y limpiándose las manos con el mantel. Puede que a una indicación de los caballeros o del mismísimo rey tuviera que ir corriendo a por las armas de su señor.

Como había hecho Dickon pretendía estar con la boca cerrada. No quería agravar todavía más esta incómoda situación, aunque claro estaba que no dejaría que insultasen el nombre de mi familia, y todavía menos delante del rey. 

Estaba claro que no era más que una mocosa y nadie me tomaría en serio, aunque un ligero ceño fruncido y la boca apretada eran claras señales de enfado, vergüenza e indignación -no me parece correcto montar tal numerito durante un banquete y señalar a unos "supuestos acusados" cuando no tenéis pruebas. No tenéis mayor prueba que... ¿un escudo con el blasón de nuestra familia? Cualquiera que busque trifulcas sería lo suficientemente listo como para saber que esa sería una manera de avivar la llama de venganza entre ambas casas. Algún miembro de nuestra casa pudo haber perdido ese escudo durante un asedio, e incluso pudo haber muerto... - además de los mercenarios que se atrevieron a mandar a por nosotros durante el viaje... eso no lo dices, ¿verdad?- Me muerdo el labio para no seguir hablando, presionando un poco hasta sentir dolor y así ser consciente de mis acciones y no seguir avivando esa indignación que luchaba por crecer.

Silencio todo el mundo!! grita el rey mientras se pone en pie con semblante serio a pesar del vino que recorre su cuerpo

Esta es una acusacion muy grave que merece ser sopesada con claridad.

Quien en nombre de la casa Bredford tiene algo que añadir a las palabras de este joven caballero. Exijo y quiero que me cuenten qué tienen que objetar a tales acusaciones de asesinato!! 

Que hable uno de la casa Bredford.

Esto va a terminar ... con un muerto.

Listo para saltar al combate espera las voces y las órdenes de sus damas.

La voz del monarca le sobresalto, la acusación había llegado a las más altas instancias del reino por la vía rápida, saltándose todo el papeleo y jueces de por medio. Todo indicaba que la acusación acabaría con un juicio por combate. Cogió la mano de Albian, y le indico con un gesto que se callara. La que tiene que hablar es Lady Nimeria, ella es la cabeza de familia. Añadió en voz baja.

El escudero seguía aguardando la orden de ir a por las armas de su señor. También se fijo en su familia de sangre, que pensaría su padre de todo esto

La cara de Nymeria se veía desfigurada ante el odio. estuvo conteniendose unos minutos pero no aguntó mas. Se paró violentamente.

- Teneís la desfachatez de hablar de honor?? Vos? Uno de los asquerosos Dannet que una y otra vez han tratado de robar nuestras tierras!!! Vos nos acusáis de asesinos? Nuestro Maestre y varios de nuestros soldados, murieron en camino hacia aqui, de mano de mercenarios pagos con vuestro oro. Sois la escoria de Dorne, no os animais a presentar sus quejas ante nuestro Príncipe por que sabéis que os colgaría.

Tomó su copa y arrojó el vino sobre el joven Dannet.

- Mi Rey, jamás hubo una mancha sobre nuestra casa. Jamás masacraríamos a campesinos. Estas escorias Dannet si, ya lo han hecho en el pasado. Y ahora han enviado mercenarios a cobrarse nuestras vidas. Exijo que sean ejecutados!!!

Namir se puso en pie, como suponía que harían muchos hombres tras estas palabras. Las de su señora. Orgulloso esperaba su oportunidad.

Vi levantarse a Namir y me puse de pie a su lado, El maldito Adham Dannett  era mi enemigo jurado y no permitiría que nadie mas que yo le arrancara la cabeza de sus malditos hombros.

 Puse mi mano sobre el pomo de mi espada, la furia que me producían las calumnias de ese Demagogo me estaban haciendo actuar sin razonar.

Haciendo caso a las palabras del joven escudero me había quedado en mi sitio sin decir nada más, mordiéndome la lengua con la cara crispada mirando al tipo que se atrevía a soltar blasfemias de buenas a primeras. Tenía razón, yo no era más que una cría y lo que dijera no tendría ningún peso en esos momentos.  

Las palabras de mi prima no hicieron más que hacer que la sangre corriera con más rapidez por mis venas, haciendo que un rubor subiese a mis mejillas y me obligase a apretar los puños, pero sentía orgullo por la fuerza con la que las había pronunciado y su confianza en ella misma y en su casa. 

Ahora solo quedaba esperar lo que ocurriría. 

El joven Dannett se puso rojo de furia al oir los insultos de parte de Nymeria y señalando con un dedo gritó:

Si no fueseis una dama esas palabras os costarían vuestra vida. No puedo tolerar esos insultos de alguien que además asesina a gente indefensa en nombre de la casa Bredford (dice el nombre mientras escupe en el suelo)

Mi rey, os suplico que hagáis justicia.

Aquí teneis el escudo con el blasón de esta infame casa encontrado en el lugar de la matanza. Podéis comprobar que es antiguo y autentico.

Dicho esto hace que uno de sus soldados acerque un escudo roto donde se aprecia el blasón con la granada atravesada por una flecha.

El proximo que hable sin mi permiso será ejecutado inmediatamente!! Estoy cansado de insultos y de acusaciones.

Lady Nymeria, contesta a las acusaciones que se hacen sobre su casa. ¿Qué tiene que decir en su defensa? Y será mejor que lo haga rápido; no consentiré más insultos enfrentados ante mi presencia, dice rojo de furia y enfado.

¿¿Qué hace un escudo de su casa en un lugar donde ha habido sangre inocente??

Mi señora, es cierto que ese escudo es de vuestra casa. Desapareció hace ya muchos años de la vieja armería, aunque no se le dio mucha importancia. Su padre pensó que quien lo hubiese robado lo habría vendido por unas cuantas monedas, susurra el herrero al ver el escudo.

El escudero se sorprendió al escuchar las palabras del herrero de la casa. ¿Ahora como podrían defenderse? La prueba era solida, el escudo no era falso, y decir que había sido robado no disiparía las dudas sobre su casa. Espero a que Lady Nymeria contestara a la acusación, mientras le comentaba sus pensamientos en voz baja a Albian. Creo que la única manera de limpiar el nombre de la familia será mediante un duelo.

Escuchaba cada palabra que Adham decía con una furia intensa, deseaba saltar del banco y sacarle esa maldita cabeza de sus hombros, En ningún momento saque la mano del pomo de la espada, tenía un fuerte deseo de blandirla contra ese hombre siete veces maldito.

Aun así haciendo acopio de todo mi autocontrol conseguí mantenerme en mi lugar.
 Las cosas no estaban a nuestro favor pero un escudo en una masacre no significa mucho, el rey no se arriesgaría a condenar a nadie con tan pocas pruebas.

Sin embargo deseaba la posibilidad de que todo se resolviera mediana las espadas, esa podía ser mi oportunidad de liquidar a ese mal nacido sin riego de que me ahorquen o me manden al muro por hacerlo.

Miro con extrañeza a mi padre cuando susurra aquellas palabras. No estaba al tanto de que un escudo había desaparecido hacía tanto tiempo... Pero claro, ¿por qué debería de estar al tanto? No es un tema que le interesara a una joven dama, ¿verdad? Aunque ahora lamentaba no haberme interesado más por esos temas.

-Espero que no sea así, Dickon...- susurro en su mismo tono al joven escudero mientras miraba a los demás con preocupación. Lo último que quería era que se derramase sangre innecesariamente. 

O tal vez acusándolos de otra manera. Hay que darle la vuelta a esto ...Y entre sus pensamientos susurra a su señora: ... o al vez, mi señora, no sólo sea el Danet un mentiroso, sino además, un ladrón, que tiene un objeto robado de vuestros salones, y ahora miestra con jactancia la prueba de su delito. Tenemos a uno de los mayores conocedores de todos lo producido en vuestras forjas aquí con nosotros y puede dar fe de lo dicho. Ese estúpido se ha metido él solito entre los dientes de un lobo. ... hasta el gaznate.
 

Nymeria sonríe irónicamente meneando la cabeza.

- Esa es toda tu prueba, Dannet? Un viejo escudo? Mi Señor... la Casa Dannet ha tratado de robarnos nuestras tierras durante varias generaciones... y siempre han fallado. Hemos luchado una y otra vez contra ellos. Los campos de batallas han quedado siempre regados de escudos... generalmente los de ellos, claro, pero algun escudo nuestro por supuesto que se puede haber perdido.

Hace una pusa para respirar y tratar de serenarse.

- Aunque siendo ladronzuelos como son, tampoco me parecería raro que lo hubiesen robado. Nuestro Maestro Herrero aquí presente nos dice que hace años un escudo como ese fue robado de la herrería. Ese escudo que exhibes es una prueba, claro, pero una prueba de tu propia calaña Dannet!!!

Os juro por mi honor de Dannett majestad, que ese escudo se hallaba en el lugar de la matanza.

Si bien nuestras casas han tenido sus desacuerdos y rencillas en el pasado, esto va mucho más allá de lo tolerable; asesinar a inocentes y quemar su granja es algo grave por lo que tienen que pagar.

Vos decís que la casa Bredford asesinó a unos inocentes en sus tierras, y que se encontró un escudo roto en el lugar.

Ellos niegan todas las acusaciones y os acusan de haber organizado todo este tinglado

Por los Siete, grita el rey.

Necesito más argumentos para creer a uno u otro; es cierto que un escudo no es prueba suficiente para culpar de tan grave acusación.

¿Alguien tiene algo más que añadir a estos sucesos? añade dirigiendose a todos los presentes.

El escudero intuía que la presencia del caballero Zorro en la zona tenía algo que ver, pero no tenía ninguna prueba concluyente. ¿Por qué si no el caballero Zorro había tratado de iniciar una guerra entre las familias, haciéndonos creer que los Dannett  nos habían tendido una emboscada? ¿No podría haber hecho lo mismo con los Dannett?. Pero en ese momento no sabía como expresarse sin parecer un tonto o un entrometido. Había que encontrar más pruebas solidad y una de las pruebas había muerto, el caballero Zorro, ahora no podían hacerle confesar.