Partida Rol por web

Mi primera opcion es Namir, pero si la señora no lo permite tal vez el joven Dickon podria aprender algo de esa experiencia, tiene la voluntad a tope y confio plenamente en el entrenamiento que le da Ragar, lo he visto yo mismo en persona. Ademas, tiene sangre Manwoody por lo que tendra mejor trato entre los organizadores.

Al dia siguiente por la tarde llegáis hasta el castillo, donde todo sigue igual. 

El joven estuvo apunto de proponerse el como caballero, pero se dio cuenta de la estupidez que era y cerro la boca antes de decir nada. No, aun no me he ganado las espuelas no puedo competir.

No sabía mucho que decir en la conversación, tampoco sabía mucho de la gente y no conocía a mucha gente que quisiera venir con nosotros. - Esto... ¿y si preguntamos a algun herrero? Ellos seguro que saben algo. - Dice añadiendo a la conversación.

Que alegría llegar al castillo sin ningún contratiempos, pensó Ragar. Era por la tarde y decidió mandar a su escudero a preparar todo lo necesario para al alba empezar las prácticas para mejorar su técnica en las justas, si es que nada más importante lo reclamaba.

No estas seguro pero recuerdas de cuando eras un niño, que tu padre decía que acudir a un torneo solía costar caro, y qué solo las grandes casas presentaban mas de un caballero. No recuerdas porqué decía esto.

Namir estaba adormilado cuando se dio cuenta que se estaba llevando a cabo una conversación importante. Cogió a medias lo que se estaba diciendo y se frotó los ojos mientras intentaba organizar sus ideas.

Por mucho que me aprecie no creo que tu madre te deje ir a Desembarco sin mi protección.

Llegados al castillo decidió ir al patio de armas con Ragar para participar en su entrenamiento. Decidiera su señora que debía participar o no, su espada era la única que de verdad podía poner en un aprieto a la de Ragar.

En cuanto llego al castillo aprovecho a dormir una siestecita para poder tener mi mente a pleno y despertarme para el almuerzo, despues del cual me hecho otra siestecita, pero en los bosques cercanos al castillo como era habitual, el solcito era ideal para dormir a esas horas.

Mas entrada la noche, recorro el castillo en busqueda de la señora para ver si tomo alguna determinacion con respecto a quien sera el segundo caballero.

Nymeria sonrió ante las palabras de Namir. - Ya veremos que decide. Como fuere, espero que uses tan bien la espada como tu otra "herramienta". Aceleró el paso y continuó pensativa todo el viaje, haciendo planes y fantaseando con alguna que otra cosa.

Al llegar al castillo mandó preparar su bañera. El polvo del camino había oscurecido su piel y su cabello. Descansaría un rato mientras se bañaba y luego se reuniría con su madre, tenían muchas decisiones que tomar.

El joven escudero se mojo los labios antes de hablar, no le gustaba ser el centro de atención en las conversaciones de los "señores". Creo.. creo que llevar dos caballeros podría ser excesivamente caro. Creo que mi padre alguna vez lo dijo, que las justas son un pasatiempo muy caro. Creía que también había dicho algo mas pero ahora mismo no se acordaba.

Lady Druila citó a todos los que habían ido a Sepulcro del Rey para la cena y que les contara como había discurrido el viaje y que le contaran los detalles del acuerdo al que habían llegado con lord Dagos.

Tras ser informada de todos los detalles, lady Druila habló:

Bueno Nymeria, la decision está tomada, ahora hay que ser consecuentes y empezar a planear el viaje; tenemos poco más de 3 semanas para el torneo, así que tendréis que partir en una semana y llegar a Desembarco con tiempo para inscribir a sir Ragar.

En cuanto a si debe participar algún miembro más de la casa Bredford, lo tendré que meditar, siempre que acarreeis con los gastos con los dragones de oro que os cedió lord Dagos. Parece que el único que sabe que participar en un torneo es el joven Dickon, ¿verdad? normalmente los torneos que organizan las grandes casas cobran cierta cantidad para evitar que se inscriban demasiados caballeros errantes y sin fondos, así seleccionan sólo a los mejores caballeros, o mejor dicho, a los de las grandes casas.

Para empezar, preparaos sir Ragar y Namir para entrenar mañana para las justas. Intentaremos hacer un buen papel, de acuerdo sir Ragar, y tenemos poco tiempo para prepararte.

Nymeria y Gilliant, ireis a Wyl a comprar un buen caballo para justar. La casa Wyl es famosa por sus sementales. Os acompañaré.

La cena pareció agradar a Nymeria, pero lo que mas la alentó fué el vino. Estaba un poco cansada por el viaje, pero muy entusiasmada. Asintió ante las palabras de su madre.

- Será un placer acompañarte madre. Hace tiempo quiero conocer Wyl.

A la mañana siguiente, tanto ser Ragar, Namir y Dickon madrugan para empezar a entrenar con las justas. En este primer dia de entrenamiento monta al caballo ser Ragar y con la justa intenta ganar experiencia en puntería, asestando golpes a un supuesto rival representado con un palo, algo de paja como relleno y unas ropas viejas y un sombrero roto que le coloca Dickon. Namir y el escudero presencian las envestidas del caballero, comentando entre ellos los aciertos y fallos del caballero, así como le dan consejo para mejorar el ataque al inmóvil objetivo.

Algo más tarde emprenden el viaje hacia Wyl lady Druila, Nymeria, Albian y el maestre, acompañados de una escolta de varios soldados. Volverían en tres o cuatro dias si todo marchaba bien con un buen caballo para ser Ragar.

El maestre asiente con la cabeza en señal de aprobacion y reverencia y se dispone a prepararse para el viaje.

Dickon contempla el espectáculo con entusiasmo, soñado ser algún día el que monte el caballo y participe en la justa, aunque eso aun estaba muy lejos de ocurrir. Ser Ragar, ¿creéis que os enfrentareis a algún miembro de la guardia real? Dicen que son los mejores espadas del reino, puede que derrotéis a alguno de ellos y os ofrezcan la capa blanca.

Ser Ragar sigue entrenando ante la atenta mirada de Namir y Dickon durante todo el dia y el dia siguiente, ganando cada vez en puntería. Al dia siguiente por la tarde mientras termina de recoger los bartulos de entrenamiento, se acerca el herrero con algo a cuestas.

¿Cómo va el entrenamiento? aquí os traigo un par de armaduras que he conseguido medio arreglar por encargo de la señora. Si estáis preparados, mañana podéis entrenar en una justa más real y dejar tranquilo al espantapájaros ese (rie). Os traeré unas justas de torneo cuando estéis dispuestos; ¿os parece bien mañana temprano?

Ser Ragar había estado practicando un par de días sin descanso, se sentía cansado pero sólo había justado contra un objeto inmóvil, si bien no era lo mejor, almenos podía ganar puntería, aunque en las justas la dificultad sería mucho mayor. Cuando se disponía a recoger sus cosas después del segundo día vió como se acercaba el herrero para entregarle un par de armaduras para entrenar con alguien más. Parece que al fin podré probar mis habilidades, pensó.

- Muchas gracias maese Sirius, mañana temprano me parece un buen momento, tengo que mejorar de cara al torneo. ¿Que te parece Namir? ¿Me ayudas a probar con algo más difícil? Por cierto, muchas gracias a ti y a Dickon por indicarme en que debo mejorar.