Partida Rol por web

Namir se subió al caballo con ayuda. No era ajeno a las cargas de caballería y estaba familiarizado con la lanza, pero la espada era el arma que él prefería, y esa lanza de madera era endemoniadamente larga. Levantó la voz para que Ragar le oyera desde el otro lado.

¡Muy bien ser Ragar!¡A ver de qué estás hecho!

Dicho eso espoleó al caballo y mientras el animal se lanzó hacia adelante comenzó a reducir la inclinación de la lanza apuntando al pecho del caballero.

Ragar procedió igual que Namir sólo que más acostumbrado a aquellas armaduras y lanzas. Si pierdo contra él poco podré hacer en el torneo... Cabalgó dando lo mejor de si, esperando impactar contra su contricante y derribarlo.

- ¡Vamos espadachin! ¡Muestrame lo bueno que eres con la lanza!

El escudero solo pudo observar las armaduras y soñar que algún día poseería una de esas. Pero para ello aun le faltaba un largo camino. Tuvo el doble de trabajo al tener que ayudar a ambos hombres a vestirse. Luego observo el combate.

Namir se lanza espoleando su caballo en pos de ser Ragar. La armadura estaba en su sitio y la lanza preparada para el envite.

- Ser Ragar, prepárate, hoy no lucharás con un palo inmóvil!!

Hago un ataque agresivo moderado aportando un +1 a la tirada de c/c.

Ambos jinetes se lanzan a por su rival, justa en mano. La mayor experiencia de ser Ragar en estas lides, le da cierta ventaja y consigue acertar en Namir que recibe un roce en el brazo, de consecuencias no mayores al tener la armadura que le protege del golpe, causandole un poco de daño.

Cuando llegan al otro extremo, esperan un poco y Dickon le deja otra lanza a ser Ragar, la primera se había despuntado un poco por el golpe a Namir. Ambos están listos de nuevo para el proximo lance.

Ser Ragar envite de nuevo contra tu contrincante. El primer golpe leve que ha impactado en Namir ha sido insuficiente para hacerlo caer.

- ¡Vamos! ¡Esta vez caerás! grita Ragar.

Ataco apuntalado con un -1 en c/c.

Ataque agresivo +2; -2 en valor pasivo Trato Animal

Este segundo envite fue definitivo, y ser Ragar asestó de lleno en el imprudente Namir que no pudo esquivar el golpe y caer al suelo inconsciente.

Pronto fue en su ayuda Dickon y lo llevaron dentro del castillo a restablecer sus heridas.

Ragar bajó del caballo preocupado por la salud de su amigo y compañero de entrenamiento. No quería darle tan fuerte... Entre él y Dickon lo llevaron al castillo y lo atendieron. Por suerte no había sido nada grave y en un par de días estaría mejor. Lo malo es que se había quedado sin nadie con quién practicar.

-Lo siento amigo, creo que me emocioné demasiado, no quería golpearte tan fuerte. Descansa y recupérate pronto. Le dijo a Namir cuando éste recobró la consciencia.

Aún quedaban algunos dias para que partieran y quería encontrar algo o alguien con quién seguir mejorando para el torneo. Por eso decidió encaminarse hacia los aposentos de su señora para pedirle alguna recomendación respecto a eso, quizás conociera o supiera de algún caballero por la zona que pudiera ayudarlo. En caso contrario buscaría en la posada más cercana, era posible que allí encontrase a algun caballero de paso o alguien con habilidades parecidas dispuesto a justar a cambio de algunas monedas. Como última alternativa pediría al carpintero y al herrero si podrían fabricar algún artilugio que almenos simulara un objetivo móbil. Después de todo algunos artesanos de la familia eran hombres muy hábiles.

Ross observaba la justa al igual que otros muchos aldeanos. Tras ayudar a Namir a llevarlo dentro del castillo y comprobar que no tenía nada grave, se dirigió a Dickon.

- ¿A qué esperas, chaval? coge la armadura de Namir y enseñanos de qué eres capaz. Ya no eres un crio, demuestranos de qué estás hecho si algún dia pretendes ser un caballero como tu maestro.

- Con su permiso ser Ragar, el muchacho podría seros un rival más duro que nuestro querido y maltrecho Namir. Yo mismo os ayudaré a los dos con las lanzas y a ponerle la armadura al joven, si ambos estáis de acuerdo.

A ser Ragar le resultaba un poco raro justar contra el muchacho, sin embargo el artesano tenía razón, Dickon era bueno con la lanza y quizás podría plantear más problemas de los que pensaba.

-Esta bien muchacho, por mi no hay problema. Muestranos de lo que eres capaz. Dijo Ragar dispuesto a volver a justar.

A Dickon se le ilumino la cara ante la propuesta del herrero, De acuerdo. Luego dudo un momento ante el ímpetu de su respuesta, ¿si mi caballero quiere?

Ante la respuesta afirmativa de Ragar comenzó a ponerse la destartalada armadura, quería demostrar de lo que era capaz.

Hago un ataque normal para no propasarme con el escudero y ver que nivel tiene.