Partida Rol por web

William estaba bastante sorprendido por los acontecimientos. La verdad es que estaban en el peor escenario posible. Pues de los cuatro bandidos sólo habían derribado a uno gracias a Erika. Y encima habían dado la alarma. La situación no tardaría en ponerse peor de lo que estaba en estos momentos.

Sin mucho más que hacer, el explorador ajustó otra flecha y apuntó al mismo blanco. La saeta pasó rozando levemente al bandido, pese a que le hizo algo de daño.

Bueno. Espero que podamos elminar a alguno antes de que les lleguen refuerzos.

El rayo de Maedros golpea el muro, mientras la flecha de William se clava en el hombro de un bandido.
En el otro lado, uno de los bandidos zarandea a su compañero y es encamina con el arco en mano hacia vosotros por la muralla

El plan, si es que alguna vez hubo alguno, se había ido completamente al garete. A pesar de que la herida de Aslam tenía mucho mejor aspecto después de la plegaria divina de Alfrik, el pícaro seguía sangrando levemente por la cintura.

-Gracias--murmuró dolorido el joven de Absalom al enano cuando éste le sacó la flecha del costado.

Sin embargo, y a sabiendas del peligro al que se exponía de nuevo, Aslam volvió a salir del refugio que le proporcionaba el muro lateral para acercarse lo suficiente al bandido que se aproximaba peligrosamente por la muralla como para poder lanzarle la daga con precisión.

-¡Bien! ¿Y ahora qué? Como no baje, voy a tener que dejarlo grogui a pedradas--se guardó para el sí el andorano al verse ya sin armas a distancia.

La daga se clava en la pierna del bandido.

Apunto con mi arco al guardia que lleva el arco en la mano, y entonces el destello plateado de la daga de Habib hace que el matón se doble de dolor, la cuerda se afloja, mirando el arco chasco la lengua y Crik grazna a mi lado diciendome lo que debo hacer, y yo meneo la cabeza bajando el arco.

Tienes razón tienes razón, muy arriesgado

Estiro la mano, tras la cobertura que me da la esquina del edificio y alargo el dedo índice y en mis ojos salta una chispa azul que parece hundirse en mis pupilas y resurgir desde mi dedo en una delgada línea de luz azul que atraviesa el espacio que nos separa impactando directamente en el pecho del guardia que abre desmesuradamente los ojos a causa de este dolor de causa desconocida

Jejeje, uno menos...

Tras de mí las voces de Maedros me ponen sobre alerta, veo dos guardias tomando posiciones y de repente me veo en peligro así que corro abandonando la seguridad de la esquina para pegarme a la pared junto a Aslam, tratando de protegerme del guardia que recién se levantará....

Hola Aslam, cuanto tiempo... - Digo sardónicamente con la mirada fija en el guardia que está por caer derribado por el proyectil

Alfrik saca su jabalina y dice, creo que el sigilo ya no es necesario. Jabalina en mano se acerca a Aslam y Erika.

Maedros retrocede, y lanza un conjuro de "daze" contra el bandido que se acercaba a él y a William que aun no había sufrido daño alguno, esperando de esa manera impedirle realizar ninguna acción en el siguiente asalto.*

William seguia lanzando flechas al bandido que se les acercaba. Era consciente de que los demás también estaban con sus problemas, pero no tenía sentido ir a ayudarles mientras Maedros y él no acabaran con los suyos.

Una vez más la flecha salió disparada desde su arco. Pero nuevamente erró en su blanco, ya que está pasó muy lejos del guardia.

Mierda. Otra vez.
Se supone que soy bueno. Pero estoy fallando demasiado.

Por suerte para William y Maedros, los bandidos del norte no tienen mucha fortuna con sus disparos.
En cambio Aslam sufre heridas muy grave y Erika se tambalea por un flechazo

-¡Aaaaaaaaaahhhhhhhhh!--exclama Aslam desesperado cuando un nuevo proyectil se le clava en el muslo--¡Maldita sea! Hay que salir de aquí cuanto antes. ¡Vamos, Erika!

Rápidamente, el pícaro retrocede hasta situarse detrás del muro. Sin embargo, el joven de Absalom decide esperar a su malherida compañera en lugar de seguir corriendo para salvar la vida.

Muevo las manos, todavía quedan restos de energía celeste entre mis dedos, disolviendose como humo de tabaco, Aslam resulta herido y yo muevo el humo entre los dedos para concentrarlo en una pequeña voluta que empujo contra el matón impactándole de lleno otra vez, ¿¿Es que no se mueren nunca??, Trato de ponerme a cubierto pero no alcanzo a encontrar refugio

Señalo a los matones - Acaba con ellos William, ¡¡dispara!!

Cuando parecía que Erika iba a ser herida, la flecha sale desviada como por arte de magia.
Alfrik se acerca a Aslam y una luz brillante cubre al Andorano y a Maedros también.
El conjuro de Erika derriba al bandido que cae con todo su peso al patio.

Ante el grito de Erika, William no puede evitar fijarse como la maga ya ha eliminado a uno de los bandidos.

Será posible que una maga haya matado ya a uno de estos tipos y yo haya fallado tanto. Esto no puede ser.

Un tanto enfadado consigo mismo, el explorador vuelve a disparar al bandido. Pero la rabia no es buena compañera, por lo que nuevamente se pierde la flecha en la lejania.
Visto lo visto, se mueve un poco hasta los demás. Así por lo menos no lo tendrán tan facil para acertarle a él tampoco. O por lo menos eso espera.

William ha vuelto a fallar su disparo, o alguna bruja le ha maldecio o no es tan buen arquero como alardea.

Maedros lanzó un nuevo ataque con ballesta contra el ladrón mas herido de los que se enfrentaban a él y a William. La saeta volvió a tener éxito, clavándose en el cuerpo de su adversario.

La flecha de Maedros hiera al bandido. Maedros hiere a uno con su ballesta. Los hombres de Zamir centran el fuego en Erika y William. Solo una flecha hiere al explorador

Echo unos pasos hacia adelante en el intercambio de flechas que tengo con el bandido y mi disparo hace que la emplumada choque contra el muro haciendose astillas.... jo, vaya elfa estoy hecha.... - Estás muy herido Aslam, retírate, te cubrimos William y yo

Vuelvo a cargar una flecha pero veo que el bandido ha sido más rápido, así que solo puedo confiar en que el conjuro de defensa me proteja del siguiente ataque