Partida Rol por web

El tramo del viaje que supone costear el lago Encarthan es completamente tranquilo. La tripulación del Ábaco es callada y eficiente y conseguís llegar a la desembocadura del río Glass sin problemas. Una vez allí, vuestra embarcación se dispone a seguir hacia el este cuando Passad os llama bajo cubierta...
 

Bien... Parece que estamos entrando en Razmiran y tenéis que ayudarnos a tomar una decisión. Creo que lo mejor es que nos dirijamos a Xer y allí atraquemos y paguemos los peajes que sean necesarios.

De esa manera, nos regiremos por las costumbres locales lo cual nos ayudará a no llamar demasiado la atención.

Además, si no tenemos prueba de haber pagado, nos arriesgamos  a ser abordados por una de las ubicuas barcazas de fe río arriba.

Mientras él habla, saca un par de monedas de platino de su bolsa.

Además, si ese peaje incluye una "gratificación", será más fácil que no interfieran demasiado. Yo lo pagaré.

¡Qué rápido arregláis la cosas con dinero los humanos! Si nos paramos en Xer, les damos a las autoridades razmiranas una oportunidad para que registren el barco y nos descubran a nosotros y al cabeza dura del calistócrata. Llevo diciéndoselo dos horas por lo menos...

Es mejor que evitemos los muelles por completo y que nos arriesguemos con las barcazas. ¿Quién sabe? Lo mismo no encontramos ninguna...

El paladin frunció el ceño. Ninguna de las opciones parecía gustarle.

- Yo intentaría pagar el peaje. Pero mejor que ese pellizco sea generoso, si nos pillan en el barco ... debemos tener una sólida coartada. Seguro que si Clarissa estuviese aquí sugeriría pagar y hacernos pasar con odaliscas y guardias para un harem. O algo así.

- ¡Lo dudo! Y además en el estúpido caso que lo hiciera no sería capaz de fingir bien nada de eso. Pero recapacitemos... ¿Queremos pagar un peaje a malvados herejes? Metella tiene razón, la sabiduría y la intuición femenina hablan por su boca. ¡No a pagar a secuestradores! ¡No a dar un solo cobre a los Razmiri! ¿Queréis que lo empleen para sus malvados propósitos?

- Metella tiene toda la razón. - Repitió Larissa. No podían pagar a esos miserables ¡No, no y no!

Lorik se mesó la cabeza rapada y añadió.

- Lo siento Ethelnir, pero estoy con Larissa. Los Razmiranos son seres miserables, que roban, secuestran y aterrorizan y coaccionan a la gente para que se una a sus filas. Si podemos evitar pagar, no deberíamos de ir por el otro lado. Ahora bien, hay que tener en cuenta los peligros que eso puede traernos. - miró a los enanos - No podemos permitirnos ninguna baja.

- Contigo y con tu espada, no temo ningún peligro. - Comentó Larissa a Lorik. - Yo me encargo de que todos acabéis sanos y sin heridas. - continuó- ¡Hasta he comprado una varita de curación!

- Y otra cosa Ethelnir... "Clarissa estuviese aquí sugeriría pagar" ¡Clarissa nunca sugeriría pagar! es una avariciosa.* 

Si nos lo podemos permitir, opino que mejor será pagar y así intentar evitar que nos molesten. Quizá eso nos evite problemas. Pero si llegan, estaremos listos para enfrentarnos a ellos.

Digo tocando la hoja del hacha de mi urgrosh.

Harold escuchó atentamente ambas propuestas y a sus compañeros dividirse hacia un lado u otro.

Si las leyes locales indican que tenemos que atracar y pagar peaje, será la mejor forma de actuar, de tal manera que llamemos la atención lo menos posible. - se posicionó.

Sonrió a Ethelnir y añadió. Seguro que Clarissa no querría que el propietario del baro rompiese su contrato con las autoridades legales...

Seguro que Clarissa no querría que el propietario del baro rompiese su contrato con las autoridades legales...

- ¿Las autoridades legales? ¿Esas que adoran a un dios que destruye ciudades cuando le ofenden? ¿Vas a contribuir a pagar Ethelnir monedas de oro para que decoren el mármol de sus altares de sacrificios humanos?.

La mujer ya se veía capturada por las autoridades en Xer. En vez de combatir contra unos pocos matones en una barcaza.

Lorik suspiró - Entiendo entonces que si vais a Cheliax, permitireis que esclavicen a quien quieran, ya que las leyes de alli permiten el esclavismo. Una cosa es seguir las leyes, y otra muy distinta apoyar este tipo de dictaduras.

Tantas y tantas veces habia entrado en discusiones con otros pathfinders sobre la necesidad o no de seguir las leyes a rajatabla. Pero sabía que era posible que tocara una fibra en Harold y Ethelnir apelando a la esclavitud chelexiana.

Ethelnir se masajeo las sienes. Porqué siempre acabamos discutiendo ... que dificil es ponernos de acuerdo ...

- A ver, compañeros. Mi idea es evitar fricciones con las autoridades para que podamos pasar inadvertidos. E imagino que esos peajes no sean destinados a pagar tributos demoniacos, si bien la idea me perturba. Pero lo que más preocupa es que zafarnos en caso de ser descubiertos sea más dificil en el puerto que de una barcaza. Temel es el que mejor conoce la zona y nos recomienda atracar. Por el bien de la misión, creo que es lo más prudente.

En Cheliax no se esclaviza a todo el que se quiere, y por otra parte, muchos campesinos de Andor se cambiarian por esclavos Chelaxianos, al menos estos ultimos saben que seran premiados por su buen hacer, y no que sus ganancias les seran arrebatadas para que las cigarras sobrevivan

Meneo la cabeza

Soltemosle sus impuestos y su soborno, aunque lo quieran llamar impuestos, y no perdamos tiempo en guerras que no nos conciernen, mientras trabajamos para la Sociedad debemos dejar detras otros propositos que no sean los de la sociedad

Passad parece satisfecho de vuestra elección y sonríe a la enana que suelta un bufido y se va un poco más allá.

Bien, pues atraquemos en Xer...

Larissa se llevó a Lorik a un lado.

¿Siempre son así... siempre eligen...? - La mujer parecía atragantarse con algunas palabras, como si no le gustaran. - El camino fácil...

Parecía muy disgustada con los demás. Pero miraba a Lorik con algo de aprecio. Como si debajo de todos esos músculos hubiera un Espiritu, un corazón.

La ciudad de Xer ocupa la orilla norte del Río Glass, y sus docenas de muelles están ocupados pues barcos que se dirigen tanto hacia el este como al oeste los utilizan como atraque.

Patrullando los muelles hay hombres y mujeres con pinta sucia y abultados chaquetones y no es que se vean demasiadas caras sonrientes...

El capitán del Ábaco se dirige a un muelle algo aislado. Un par de almacenes bastante altos sirven para que no esté muy a la vista. Uno de los marineros se dispone a lanzar un cabo a un trabajador del puerto...

Mirella mira a Temel con una sonrisa

No me cabia ninguna duda, pero sin duda vuestra fama es merecida