Partida Rol por web

La joven se fue en dirección a su casa, dejando sólo a Jalabar para que éste dispusiese de su tiempo antes de la cena.

Espero sin problemas, gracias master :)

Al acercarse al edificio donde desarrollaría su trabajo, Jalabar pudo ver como un joven soldado hablaba con los guardas de la puerta. Ante las palabras del soldado, que Jalabar no pudo oir debido a la distancia, uno de los guardas señaló en su dirección, tras lo que el joven militar agradeció la indicación con una inclinación de cabeza y se dirigió apresuradamente hacia él.

-Señor Jalabar, lamento interrumpir su día de descanso pero el Comandante le solicita con urgencia. -Antes de que Jalabar pudiera hacer ninguna pregunta, el soldado se adelantó a sus intenciones- No puedo contarle nada aquí, lo siento, tendrá que esperar a que el propio Comandante le informe.

Me habia percatado de que se hablaba sobre mi persona cuando los jovenes soldados señalaron mi posición, el que me buscaba, al parecer, se acerco deprisa hasta mí y yo hice lo propio caminando hasta el para acortarle un poco la carrera...

- Tranquilo joven, que ocurre -dije sosegado al imberbe soldado... tras escuchar el apuro con que me solicitaba el Comandante, como siempre, me temí malas nuevas... - Bien soldado, guieme hasta el Comandante pues... aprisa -expresé aun sereno.

El soldado condujo a Jalabar a la zona norte de las instalaciones, hasta un pequeño edificio, donde antes no había estado. El cartel sobre la puerta anunciaba que era el Centro de Comunicaciones. El soldado habló con los guardas que custodiaban la puerta y atravesó el umbral, indicando a Jalabar que lo siguiese. Encontraron a Dunoyer en una habitación lateral, junto con otras tres personas a las que no conocía y la señorita Kamo, que observaba la escena desde un rincon sin decir nada.

La atención de todos estaba centrada en un hombre que se afanaba alrededor de una máquina situada en el centro de la estancia.

-Es inutil, no lograremos comunicación hoy. Creí que el rayo que cayó el otro día no había causado desperfectos, pero alguna de las piezas debió resultar dañada y ha acabado por no soportar la tensión de estar tanto tiempo en funcionamiento.

-Necesitamos saber lo que está pasando-Dijo el comandante en tono sereno, pero bajo el que se adivinaba la urgencia

El soldado que acompañaba a Jalabar llamó la atención del comandante y tras cuadrarse ante él, le dijo que había cumplido sus órdenes. Fue en ese momento cuando Dunoyer reparó en la presencia del enano, pues ni siquiera se había vuelto a mirar cuando la puerta se había abierto, demasiado concentrado al parecer en lo que estaba ocurriendo con aquella máquina.

Al ver al ingeniero, pareció al mismo tiempo sentirse aliviado y preocupado, si es que realmente eso era posible.

-Señor Jalabar, me alegro de verlo. Aunque puede que su presencia sea inutil. Sin embargo Herr Wenning habla maravillas de sus capacidades, y es la última esperanza que no queda. Sin embargo, antes de continuar, e incluso antes de que le diga lo que ocurre, debe jurarme por su honor, que nada de lo que vea u oiga hoy aquí saldrá de esta sala.

Ladee mi cabeza intentando ver atónito la escena y aparataje desplegada ante mis pequeños ojos... obviamente mi rostro se contorsiono en una muesca de desagrado al sentir de nuevo la mágica presencia de la señortia Kamo.

El señor Duyoner, tras advertir mi presencia, hizo hacerme jurar sobre la mesura y reserva con que debía ser tratado el asunto por el que me encontraba allí... - Santo cielo señor Duyoner!!! - dije con fingido resentimiento... - Pueden confiar en mi señores, la palabra de este enano es una sola... decidme, en que puedo ayudar? -exprese intrigado y con amabilidad, esperando descubrir que problema habria acontecido...

-Los detalles de lo que aquí ocurre son secretos, y no puedo contar mucho. Pero estamos en medio de una operación de gran importancia para el futuro del proyecto. Ciertos agentes enemigos están en la zona, trabajando por desbaratar este proyecto. Y debido al accidente con la torre de comunicaciones, nuestro hombres ahí fuera están aislados, sin posibilidad de pedir ayuda si la necesitan.

Tras una señal de Dunoyer, el técnico comenzó su explicación

-Esta es la torre de comunicaciones. Aquí están centralizados distintos sistemas de comunicación, cuando alguien necesita enviarnos un mensaje: telégrafo, heliógrafo, grabador de señales...incluso tenemos algo nuevo llamado telégrafo parlante que conecta la torre de Nouvion con esta, el invento de un americano llamado Meucci. Pero nada está funcionando, esta estúpida chatarra se niega a funcionar haga lo que haga-el técnico golpeó la cubierta de madera con su puño en señal de frustración.-Tendré que desmontar todo y buscar las piezas dañadas, en lo que tardaré buena parte del día, y si no tenemos repuestos en el almacén...Lo dije, es imposible conseguir que funcione hoy.

Arremangue mi camisola hasta los codos y con gesto serio me acerque al técnico y la susodicha máquina... - Manos a la obra!!! caballero, necesitare de su ayuda, cuatro manos y dos mentes son mejores que su mitad total... -dije dirigiendome al ofuscado técnico de comunicaciones...

Antes de seguir me pare a preguntar un momento... - Por que no tenemos aqui a algún técnico inventor especializado en estos aparatos? como su inventor el señor llamado Meucci... si es la primera vez que lo usamos, deberia estár aqui para comprobar que su aparato funciona correctamente.... bueno disculpadme señor Duyoner, lo cierto es que no es mi propósito juzgar, plantear o modificar algo en esta base... solo arreglar y construir, lo dicho caballeros, manos a la obra!!! - y luego me dispuse a desarmar con delicadeza, la carcasa o tapa que me permitiera ver el interior del aparato, esperando que el técnico mayor puesto en este tema me echara una mano con el asunto...

Las reparaciones llevaron bastante tiempo, y acabaron cubiertos de sudor y grasa. Algunas de las piezas estaban dañadas más allá de cualquier arreglo, pero cada vez que ya estaban a punto de tirar la toalla, alguna ingeniosa alternativa se le ocurría al enano. Mientras aún estaban comprobando lo que habían hecho, una voz empezó a sonar, entre crujidos y chirrido metálicos, por uno de los altavoces de la máquina.

-¿Alguien puede...brzzzt...rme? Repito, han salido del ....briiiii...

-Chiraq, ¿que ha ocurrido?-Dijo Dunoyer abalanzándose sobre lo que parecía un pequeño embudo que salía de la máquina

-¿Coronel? Casi no ...brsssssh...ucho. Maldito cacharro. Se la ha lle...crsssh...do. Los bávaros los están siguiendo, pero...criiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii...tancia. Repito, han salido del pueblo.

-Está bien, veremos lo que se puede hacer. Intente informarme de cualquier novedad. Manténgase en su posición.

Dunoyer dejó el pequeño embudo unido por un cable a la máquina en la horquilla que lo sostenía y se volvió hacia Tsubasa.

-Tendremos que arriesgarnos y usar sus métodos

-Esperemos entonces que no tenga ningún sistema para detectar la magia...y que no haya magos cerca. Haré lo que pueda, aunque...-Tsubasa miró a Jalabar con una expresión inescrutable-los artefactos funcionan mejor si existe alguna conexión entre el portador y la persona que actúa como vidente. Creo que nuestro talentoso ingeniero podría cumplir ese papel. Supongo que no le importará ayudarme

Dunoyer dudó durante unos segundos, pero finalmente se encogió de hombros y dijo:

-Supongo que ya poco importa que sepa un poco más, y no podemos arriesgarnos. ¿Y bien, señor Jalabar, está dispuesto a satisfacer la petición de la señorita Kamo?

Saque la cabeza del interior de la máquina al escuchar las pocas palabras que salian de esta, contento por haberlo arreglado sin mucho conocimiento en la materia y maravillado ante el ingenio del invento... - Parece que casi lo tenemos mi señor -dije al técnico a mi lado...

Tras prestar atención a las dicciones del tal Chiraq llegue a la sombria conclusión de que quizás nos haya acaecido algún mal, fruto del espionaje y el sabotaje quizás... escuche el fastidioso plan... - Ohhh oh oh.. -dije con las manos delante de mi... - No tengo ningún problema mi Señora Kamo pero no termino de entender el plan y someterme a sus artes es algo que no me agradaria experimentar... con todos los respetos por supuesto, usted no es la culpable... -intente terminar amablemente ante unas palabras quizás incomodas para la joven oriental y algunos presentes...

Ante la respuesta del enano, la mujer se rió con suavidad

-No se preocupe, Señor Jalabar, no le estoy pidiendo que entienda nada. De todas esas cosas dificiles ya me encargo yo.-Sujeta a la cintura, llevaba una pequeña bolsa de terciopelo. La cogió y rebuscó en ella hasta encontrar lo que deseaba, dejó la bolsa sobre una mesa cercana y le mostró Jalabar lo que llevaba en la mano. Una pequeña esfera formada por aros dorados, idéntica a la que Miranda había usado como colgante la noche anterior

-Espero que no se sorprenda demasiado si le digo que esto es un artefacto mágico. Permite realizar una conexión mental entre dos personas. Por supuesto, estoy más que capacitada para hacerlo funcionar, pero agotarme innecesariamente, cuando mis talentos pueden ser de utilidad más tarde, sería absurdo. Y como le he dicho, funciona mejor si existe una relación previa entre el portador y el vidente. Y había entendido que usted era su mejor amigo. Lo único que le pido es que sujete esta esfera, yo me ocuparé del resto

Volvieron a mi cabezota las palabras de Miranda, en las que ya creí intuir algún peligro para mi querida amiga. Pero me empeñé en creer lo contrario a pesar de su advertencia, y ahora estaba pagando esa confianza:

- ¡Señora Kamo, ¿no querrá decir...?! ¿Le ha pasado algo a la señorita Wenning? -dije mientras salía torpemente de debajo de la máquina, con claro tono de preocupación.- Yo no... no sabía... -mi mirada quedó entonces fijada en el colgante que también había visto sobre el cuello de Miranda.- Por favor, señora, ¡proceda de inmediato! ¿Qué debo hacer? -y di un paso adelante mostrando mi voluntad. No me gustaba dejarme manejar por aquella señora de la que desconfiaba, y mucho menos entrar en rituales mágicos; pero si de alguna forma podía ayudar a Miranda, no podía permitir que mis prejuicios pudieran actuar en su contra.