Partida Rol por web

Aparece de nuevo la despampanante Laura, contoneándose, como siempre, sonriente como siempre, plasticosa, como siempre. Y Dan se queda con vosotros como sie... Ay no. ¿Cómo que se queda?

Interviene Dan - Yep, chavalines, la fase final la realizaremos entre los dos. Por que si no os habéis dado cuenta, hacer de “subasteros” es agotador. Hay que “blablar” muy rápido. Y eso agota, agota las neuronas, agota al pensamiento, agota a vuestra paciencia y a gota a gota llenemos lo que haga falta.

La rolliza Laura también sabe hablar con rapidez, cuando no se traban sus labios de botox con la nariz - Bien pimpollitos sedientos de trastos. Tres de vosotros habéis logrado pasar a la final. Que no se os suban los humos que hay que seguir afinando muy bien el valor de las cosas. ¿Estais preparados para el siguiente guardamueble? ¡Quiero oír un si bien fuerte...!

Cri, cri, cri, solo se oyen los gritos, no obstante ella sigue como si nada - ¡Así me gusta! Seguidme, vamos al turrón – Caminan ambos hacia el correspondiente trastero

Ser el que más trasteros tiene en su haber le hace a Huan Cho poder chulearse un poco del granjero*:

-Vaya, vaya, señol Falmel.. Tanto que ibas a complal.. al final no te llevas nada. Aún espelo vel cómo tus blabatas quedan en algo. Si tú quelel te doy calnet VIP de mis tiendas pala lecomplal a más plesio lo que saco de aquí. Jejejeje.. -cómo se reía entre dientes, el muy chino -. A la señolita Helshel hago lebajas.. ¡Ella al menos compló un tlastelo!

Mientras, aprovechaba para ojear el siguiente trastero. Su técnica depurada de despiste y cabreo a los contendientes para despistarlos no siempre funcionaba.

Me gustaría contestar al chino pero, en realidad, no he entendido nada de lo que ha dicho. Sí sé que se está pavoneando como... como... como los pájaros que tengan en China y que se pavoneen.

- Muy bien, muy bien, - digo entre dientes - no te reirás tanto cuando me lleve el mejor trastero y os dé una buena paliza.

Estos pretenden que intente llevarme un guardamuebles a toda costa y gaste más de lo que vale... pues van listos.

- ¡Apartad! No me he llevado ningún trastero porque no merecían la pena, sin en cambio, éste puede ser mío. ¡MÍO!

¡Bien! Segunda parte del concurso y ella seguía en cabeza. Aunque había que tener cuidado, seguramente ahora esos dos irían a por todas… ¡Había que darlo todo!

 -Apartaos, dejar pasar a la reina de las subastas. Tengo que mirar mi próxima compra.

Y el primer paso para darlo todo era subir un poco la autoconfianza. Sólo un poco.

Laura intenta abrir el candado con su lima para uñas y mientras Dan hace las pertinentes explicaciones.

- Un paso atrás, dejad que trabaje el albañil... - Laura se gira y le lanza una mirada de odio.

Por fin se abre la puerta y se ve... Otro guardamuebles de tres por seis metros. Lo primero que se ve es un gran bulto cubierto con una lona. Que lástima, si tan solo se pudiese echar una ojeada. Pero los subastadores están atentos a que nadie toque nada. En los laterales hay un par de armarios metálicos. No se ve más.

- Comenzamos el primero de la final ¿Quién da cincuenta?

- ¡Cincuenta!

Me voy a llevar este trastero por unos pocos pavos y a hacer negocio.
Aún a riesgo de parecer un demente, decido carcajearme reírme partirme el pecho de mis rivales.

- JAJAJA. Es mío. Míiiooooo.

Insatisfecho con mi puja inicial, opto inmediatamente por subir mi propia cantidad, pues me da la impresión de que al chino no le importa malgastar el dinero.

- ¡Cien dólares!

Sonrío y se me queda aún más cara de tonto de lo habitual.

- ¡No, no, no! ¡TRESCIENTOS DÓLARES!

Vuelvo a soreír. Esta vez, un fino hilillo de baba resbala por la comisura derecha de mis labios.

-¿Sincuenta? Buuuuuhhhhh... ¿Dónde quedal el que pujaba de quiniento en quiniento? Jaajaja.. Venga, yo... cuatlosientosincuenta. Ala, Farmer.. Tú aplendé a complal pol fin.

Huan Cho ya había hecho negocio, su tienda estaba bien abastecida hasta para Halloween, así que ahora pujaba por vicio. Y por codicia, todo hay que decirlo.

Tiene razón el jod... chino, esto es un negocio de hombres (y mujeres con más plástico en el cuerpo que una recicladora de Ecoembes).

- ¡Ochocientos dólares, ChuanJo! ¿Me has oído? ¡OCHOCIENTOS DÓLARES!

De nuevo el chino estaba en modo On Fire, y no pudo resistirse a una nueva puja:

-Jajaja.. No aplende, tú.. ¡Mil! ¡Que voy soblado! -dijo, estirándose la barba blanca con gesto de relax. Por algo los chinos inventaron también el rollo Zen.

Buf, esos dos estaban “on fire”. Tanto, tanto, que se habían olvidado de ella. Ah, pero eso tenía fácil solución.

 -¡Apartad las manazas de mi trastero! ¡Mil cien dólares por aquí, caris!

Ese bulto podía ser cualquier cosa. ¡Hasta podía ser un barco! Con la ilusión que le hacía a ella tener uno.

Pues si os lo queréis llevar, os va a costar un ojo de la cara.

Claro, podría ser que Brittany tuviese alguno de repuesto en el bolso...

- ¡Mil doscientos y no se hable más!
¿Eh? ¿Eh? ¿Qué dices, McCoy?
Tienes razón, ¡MIL QUINIENTOS!
 

... Y cuando Farmer ya pensaba que era suyo, un pai-pai se lenvanta tan repentinamente que una mosca que volaba por allí colisionó con graves consecuencias contra la puerta del trastero.

-¡Mío tambié! ¡Milquinientosincuenta! -ya era acaparar por acaparar, pero miró a sus contrincantes dejando flotar al viento su larga barba blanca-.. ¡porque yo lo valgo!

¿1550? Ese bulto no valía tanto.

 -Para vosotros caris…

Mejor una retirada a tiempo con dinerito en el bolsillo que perder pasta por un truño oculto bajo una lona.

La puja subió rápidamente. Los tres concursantes que quedan muestran el cuchillo entre los dientes. ¡Realizador, un primer plano! Si, ahí se ve el cuchillo...

Al final y de nuevo, el chino se llevó el gato a la sartén. Ah no era así ¿Tuvo la sartén por el gato? Va, que más da. Que ganó la puja.

El ganador va directo a por el bulto grande, quita la lona y.. wow. ¡Un Kart que podría vender fácilmente por 1500 dólares! Y hay más, herramientas en los armarios por valor de 500 y los armarios que también valen sus 500. Si lo deseas puedes consultar el Kart con tu amigo especialista en Vespinos y cosas con ruedas, por si te puede contar más cosas.

Apenas mutando su sonrisita de satisfacción, Huan Cho pensó.. "¡otla cosa que no van a tocal mis soblinos! que luego montan calelas en ves de cosinal lollitos de plimavela".

Pero todo eso lo pensó. Decir, no dijo nada, fue aún más expresivo (abandonando por un momento la sobria educación recibida de su milenaria cultura de procedencia):

Pensó en llamar a su amigo Cu-Ñao Ping, que curiosamente no era pariente suyo, y consultar  a ver si podía colocar el kart por algo más de dinero. Quién sabe.. igual tenía la junta de la trócola forrada de adamantium.

Consultas con tu amigo experto en cacharros con ruedas. Estás ávido de conocimiento (mentira, solo te interesa la pasta) y le preguntas por el Kart

- Me alegro de que me hagas esa pregunta Chú Chó, no es un Kart cualquiera, es un Kart de competición. Valorado en 3000 dólares

- Venga Mike, si está casi nuevo - Le suplicas - que sean 4000

Tu amigo se lo piensa - Hagamos una cosa, echemos una carrera, el que de la cuenta a la manzana más rápido gana. Si ganas tú, te doy 4000, si gano yo 3000.

Huan Cho no lo duda y se sienta a bordo del kart. Por un momento se saca su gorrito chino, y puede apreciarse un largo "pelo Pantene" atado en una trenza tradicional. Se pone el casco preceptivo, y se transforma en una máquina de correr carreras.

Por suerte, un pariente francés suyo es profesional en ésto de las carreras, y le enseñó algunos trucos. Se encomendó a su memoria y la de su perro ("Pieg Nodoyuna, Patán.. va pol vosotlos..") y arranca como una centella, arrasando con todo a su paso.

Tras ponerse el casco "anticonceptivo" Juan Cho se dispuso para la carrera. Su pariente Alain Cho Prost, le había enseñado bien unos trucos y el chino acabó ganando la carrera al amiguito listillo que todo lo sabe. Huan también demostró algún toque también a lo Michael Schumacher pues lo acabó echando fuera en diversas ocasiones y aparcando en medio de la pista para que no pasara.

Con cara de resignación - En fin, me has ganado, es justo que te pague lo acordado - Le acaba pagando los cuatro mil del Kart. A esto hay que sumarle los mil del resto de cosas y deducirle lo pujado.