Partida Rol por web

Argantonio susurró en voz baja al adepto-aparte de pregonar a quien venimos a ver, ¿podrías explicarnos que significa lo que el niño dijo?

Espero que sepan lo que hacen porque este atajo de engreídos no saben que en un antro como este una simple mirada a destiempo puede acabar en un tiroteo y ya no te digo infringir el código de "conducta".

 Pienso para mí mientras me muerdo la lengua.

El adepto se giró hacia el tecnoadepto contó mentalmente hasta tres y dijo. - Básicamente que el si alguien te ataca con una pistola no puedes responderle con un fusil automático y que si no llevas ningún arma a la vista nadie podrá pegarte un tiro o darte un navajazo y a la inversa.

Luego volvió a hablarle al chico de la puerta, sin una descripción de Orday podrían entrar en la taberna y pasarse las horas tomando cerveza a su lado sin saber con quién tenían que hablar. Se quedó mirándolo unos segundos pero al ver que no decía nada siguió hablando. - ¿Vas a indicarnos en que mesa está nuestro anfitrión? ¿O vamos a tener que esperar un rato en la barra?

- Eh, tranquilito que yo tengo todo el día - dice bastante resabiado - además no es mi trabajo, entra y pregunta a alguna camarera.

....si yo tuviera tiempo te iba a borrar esa sonrisita idiota de sabelotodo....

- Supongo que en este punto entramos todos ¿verdad?

Sin decir nada mas y entendiendo las reglas del desenvainado, Argantonio entro en el antro dejando a la vista su espada dejando claro que si alguien quería problemas seria a espada y no a cuchillo.

El interior del Santo Ladrador está formado por el mismo material que el de fuera: mampostería arruinada. Oscuras alcobas de diversas formas se han excavado de forma tosca o se han montado a partir de fragmentos inconexos de mármol. No hay mesas, sólo grandes trozos de varias clases de piedra que realizan su función. La "barra" central es un largo pedazo de granito apoyado sobre los extremos cortados de dos columnas acanaladas. Labarra está abarrotada con un heterogéneo grupo de habitantes de la colmena y el ruidoso tamborileo de als conversaciones. Detrás de ella, un hombre corpulento y empapado de sudor está sirviendo bebidas.

Aeregan asintió con cara de poker, todo aquel acertijo le resultó extraño pero agradeció que uno lo hubiera pillado, o al menos en apariencia. El noble dejó a la vista al entrar sus dos armas, la espada sierra y la pistola bolter, todas bien a mano pero en su sitio, no quería saltarse las normas desde el primer minuto que todos acabaran muertos o algo peor.

Te hes reconocible entre los olores del local el aroma de la obscura*.

Una de las camareras se acerca a vosotros: ¿Qué pasa chicos? ¿Vais a pasar a tomar algo?

Argantonio no era el típico humano que disfrutase de este tipo de antros pues ya había comenzado su camino para desprenderse de las debilidades de la carne años atras, pero había que pasar desapercibido por lo que preguntó: ¿Que tenéis de beber?

Cafeina, gracias. Digo mientras miro alrededor buscando un tipo con que encaje con la descripción que tengamos de, nuestro objetivo

- ¿Estáis buscando a alguien? Podría serviros en la mesa directamente - dice con una sonrisa.

Es posible que busquemos a alguien. ¿Es posible que alguien nos este buscando tambien a nosotros?

- Claro dulzura...el típico piropo queda extraño dirigido al tecnosacerdote... pero no es compañía lo que buscáis ¿verdad? Le viejo lobo está en la parte de atrás, tercera cortina por allí.