Partida Rol por web

El gorila me arrastra como si fuese un simple saco de patatas hasta la puerta!

-¡Bueno, bueno! ya me marcho! ¡diantres! que bruto...

Sacudiéndome el polvo de mi chaqueta larga y limpiando un poco el sombrero comienzo a andar, mientras enciendo un cigarrillo.

No hacía falta ser tan agresivo amigo... Con un no lo hubiese entendido.

Me alejo de la casa de Alexei, una pena que no me atendiese, esto es serio... Pero tengo otras fuentes dispuestas a ayudarme... O eso creo!

Suelto una ligera risilla mientras aprovecho el cigarro, con las manos en los bolsillos, y me acerco a la cabina más cercana.

Guareciéndome en ella, y frotándome las manos, saco mi vieja agenda, buscando el número de alguien que me pueda ayudar.

Anticuarios... periodistas... polis... hum... ¿a quien debería llamar?

Tras rebuscar en mi agenda, decido decantarme por Amie Rosenburg, la crítica literaria del New Yorker, quizás podría hecharme un cable con el dichoso "libro de los muertos" o sobre la carrera de Alaquin... Además es posible que conozca algo del pasado de su hermana, algo que huele también bastante a chamusquina...

-tuut... tuut... tuut...

-¿Diga?

-Hola Amie, belleza, ángel de los cielos, afrodita mía!

-Mierda, señor Cleveland, ¿usted nunca duerme?

-Lo siento, Amie, pero necesito tu ayuda. Tengo ganas de tomar algo contigo, ¿te apetece? 

-A cuento de que, ¿señor Cleveland?

-Es en serio, muñeca, necesito que me eches un cable con una investigación. ¿en el Coconut Hole en 30 minutos?

-Hrmpfff...

-Lo tomo como un sí ! hasta entonces!

Cuelgo el teléfono lentamente, mientras clavo mis ojos en la guía telefónica... No pierdo nada por mirar!

Busco el nombre de Kaynak Bilgini en el listín, en busca de una dirección.

La búsqueda en el listín no da resultado alguno, así que media hora después estás esperando a que Amie aparezca en el Coconut Hole, cosa que hace con casi una hora de retraso. No parece de muy buen humor, pero ese es su aspecto natural. Se sienta a tu lado, pide una ginebra con tónica y saca un cigarrillo.

- Desembucha, Cleveland. Ando muy ocupada...

Sentado en la silla, ladeo la cabeza

Ya, ya, Amie, pero te necesito! Eres mi aire, mi... Oh por Dios, será mejor que lo dejé.

Apoyo los codos en la mesa y junto las manos, al lado de mi libretita y un lápiz.

¿Qué me puedes contar algo acerca de un tal Alaquin Hirt? Tenía un tipo que era su editor, un tal... Bueno, no me acuerdo, pero el asunto es que iba a publicar un libro sobre los cultos en la América de hoy, y ha aparecido muerto en circunstancias poco deseables. Antes de morir mencionó a su agente literario algo de que había firmado en "el libro de la muerte" o "el libro de los muertos" o algo así... ¿te suena algo?

- Pensaba que tenías algo interesante que contar. Oh, ¿por qué me sigo haciendo ilusiones contigo?

Lanza una nube de humo y continúa.

- ¿Libro de Los Muertos? Cleveland, ¿has vuelto a hablar con el loco de Alexander? Alaquin Hirt... es un periodistucho. Escribía cosas de sociedad de tanto en cuanto, nada importante. No sabía que tuviera interés en publicar algo. Recuerdo lo del pleito por la herencia hace unos años, pero creo que no era un hombre muy dado a llamar la atención. ¿Dices que está muerto?

Sacando un peine del bolsillo y mesando mi melena digo:

Bueno, muerto muerto, no. Pero desaparecido en extrañas circunstancias si, lo cual es prácticamente un sinónimo, sabes?

Apoyando los codos sobre la mesa y guardando el peine en el bolsillo interior de la gabardina añado, con una sonrisa chulesca:

¿que sabes de ese pleito, monada?

- Bueno, los Hirt eran una familia de dinero viejo, yankees de pura cepa. Al parecer, cuando los padres de Alaquin y su hermana murieron, el hermano de su padre intentó impugnar el testamento al poco. La cosa estuvo coleando en los tribunales una temporada, y al final ganaron los chicos. Poco más.

Ahá, ahá, ahá...

Voy apuntado todos los detalles en la libreta, entre montones de dibujos de caballitos, focas y patos que hice mientras esperaba.

¿Y sobre el libro de los muertos?, Ah, ¿y del pirado de Alexander que sabes? Está muy restrictivo últimamente... ¿le han hecho vudú en la "cosita"?

- No lo creo, nadie sería tan estúpido. Ya sabes que Alexander tiene muy buenos amigos en los sitios indicados.

Da una calada final y apaga el cigarrillo.

- Lo cierto es que ha estado algo recluido, por lo que sé. Algunos dicen que se le ha terminado de ir la cabeza, pero lo cierto es que hace dos semanas que no atiende llamadas, visitas ni fiestas. Y con lo que Alexander es para las fiestas...

No pretenderás escaparte tan fácilmente, eh Amie? -Digo con una sonrisa mientras le acerco un cigarro de mi pitillera a sus labios.

¿y lo del libro de los muertos? Alexander seguro que sabe algo, pero no tenía intención de importunarle, poco más y uno de sus gorilas me arranca un brazo...

- No lo sé, querido, pero suena a alguna de sus locuras místicas. ¿Fuiste a su casa? Debiste haber insistido, ya sabes que le gusta hacerse el interesante.

Si... Quizás tengas razón... ha sido un descuido por mi parte, ¿no crees? digo, mientras me balanceo en la silla pegándole un lento sorbo a mi bebida

Hablemos de puentes querida. Si digo puente lunar... ¿Que es lo primero que se te viene a la cabeza?

La mujer sonríe.

- Me quieres liar en algo, ¿verdad, Cleveland? Tu has hablado con Alexander y quieres sacarme algo. ¿De qué se trata? ¿Otra de sus fiestas salvajes? ¿Quieres que mande a alguien a hacer unas fotos picantes?

me río enérgicamente, dando unos suaves golpes en la mesa

¡¡Amie, por favor!! Cáspita, sigues igual de encantadora de que siempre, querida! Sin pelos en la lengua y de letales estocadas!

Mi rostro se pone un poco más serio, mientras las cenizas del cigarro siguen cayendo monótonamente en la mesa

Vale, otra pregunta monada, ¿Te suena un tal Kaynak Bilgini? Ah, y por cierto... ¿Llevas al día el tema del arte? Hay un cuadro que puede que esté relacionado que fue encontrado en la escena. Y, llámame imbécil si quieres, monada, pero es lo más romántico que se me ocurre a estas horas.

- Mmmmm, no me suena de nada. ¿Es un nuevo local? Si tienes el cuadro puedo dejárselo a alguien que le eche un ojo.

No, nena, no tengo el cuadro, aunque supongo que podrían valer unas fotos; ¿serviría? Si necesitas que tu chico mire el cuadro avísame y veré que puedo hacer... Digo mientras recojo mis cosas.

Toma preciosa, aquí las tienes.

Hago un gesto a la camarera indicando que traiga la cuenta y digo:

Mañana te llamaré a eso de las 4, a ver que me puedes contar, ¿vale Amie?

Voy a ver a Alexander, si te apetece venir...

Dicho eso parto pues a casa de Alexander, a ver si esta vez tengo más suerte.

- Oh, cariño, nada me gustaría más. Así que es lo que voy a hacer: Nada. Y seguro que lo disfrutaré más. Llámame mañana, monada.

Apaga su cigarrillo y se aleja a buscar un taxi.