Partida Rol por web

Renacer

Epílogo: El hospital

Cargando editor
Cargando editor
13/06/2010, 15:02
Director

Abres los ojos, y los vuelves a cerrar rápidamente. Unos débiles haces de luz se cuelan por la ventana, travesando una fina cortina. No es mucha luz, pero tus ojos se resienten como si hubiesen estado mucho tiempo sin ver.

Estás en una cama, blanca. En una habitación de aspecto antiséptico. A tu lado unas máquinas monitorizan tus constantes vitales. Y se escucha un molesto piip… piip… piip…

Parece la habitación de un hospital.

Cargando editor
13/06/2010, 15:05
Director

Abres los ojos, y los vuelves a cerrar rápidamente. Unos débiles haces de luz se cuelan por la ventana, travesando una fina cortina. No es mucha luz, pero tus ojos se resienten como si hubiesen estado mucho tiempo sin ver.

Estás en una cama, blanca. En una habitación de aspecto antiséptico. A tu lado unas máquinas monitorizan tus constantes vitales. Y se escucha un molesto piip… piip… piip…

Parece la habitación de un hospital.

Cargando editor
13/06/2010, 15:05
Director

Abres los ojos, y los vuelves a cerrar rápidamente. Unos débiles haces de luz se cuelan por la ventana, travesando una fina cortina. No es mucha luz, pero tus ojos se resienten como si hubiesen estado mucho tiempo sin ver.

Estás en una cama, blanca. En una habitación de aspecto antiséptico. A tu lado unas máquinas monitorizan tus constantes vitales. Y se escucha un molesto piip… piip… piip…

Parece la habitación de un hospital.

Cargando editor
13/06/2010, 16:49
Kate Davis
Sólo para el director

La luz era molesta cuando abrí los ojos, al principio, no distinguía nada, aunque poco a poco y después de muchos y contínuos parpadeos, mis ojos se acostumbraron.. una ventana, aquello era una ventana. No tardé en fijarme en el resto de cosas que me rodeaban y sólo había una explicación para aquel lugar, un hospital y máquinas.. ¿ qué me había pasado? Aún recordaba como aquel niño nos había engañado a todos, pero aquellos no eran mis recuerdos o tal vez sí, pero no estaba segura de ello así que lo primero era cercionarse, como aquel que tiene una crisis de personalidad y por un momento duda sobre quién podrá ser en ese momento.

Despacio, pues no sabía lo que me ocurría, levanté una de mis manos para poder verla sin tener que incorporarme, simplemente para mirar el color de mi piel y así averiguar si esta Kate, Jessie o alguien a quien aún no tenía el gusto de conocer.

Cargando editor
13/06/2010, 22:10
Walter Bailey
Debilitado, Walter levanto el brazo interponiendo la palma de la mano para cubrirse el rostro de tan molesta luz. Miro ha su alrededor, atorado por la situación y las terribles sospechas que estaban cruzando por su mente. ¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Donde estaba Margaret? ¿Se habría enfrentado sola a Sandra? ¿Tal vez le hubiese herido y por eso no se encontraba allí? Tenia que descubrir que es lo que había pasado en su ausencia.
 
Lentamente, casi como si fuese un anciano, se irguió en la cama hasta acabar sentado en el margen del colchón. Chasqueo con la lengua pastosa, una acción que le izo sobrevenir una ligera tos provocada por la sequedad que sentía en la garganta. Tapándose la boca molesto por su situación se decidió por relajarse unos instantes y pensar que es lo que tenia que hacer. La lógica le impelía ha esperar a que alguien viniese a ver como estaba, pero las ultimas semanas le habían enseñado que la lógica no valía para nada. Con gesto de desagrado cogió los sensores de las maquinas y procedió a despegar las ventosas tan rápido como podía y soltó un gruñido a la hora de quitarse la aguja que le suministraba alimentos por via intravenosa. 
 
Armándose de valor, se impulso poniéndose en pie, el tiempo justo para que sus piernas fallasen y se fuera al suelo cuan largo era. Tosiendo de nuevo resoplo dolorido y poniéndose a cuatro patas uso el respaldo de la cama para apoyarse en el y levantarse otra vez. Permaneció así unos momentos con las piernas temblorosas esperando a que la circulación mejorase y se encontrase lo suficientemente seguro como para intentarlo de nuevo. Finalmente se separo de la cama y comenzó a caminar con un tembleque peligroso pero una decisión implacable en su mirada.
 
tenia... tenia que encontrar a Margaret. Tenia que cerciorarse de que estuviese bien. Extendió sus poderes mientras se dirigía hacia la puerta, intentando localizar ese pitido característico que era la psique de Margaret.
Cargando editor
13/06/2010, 22:33
Director

Ves una mano. Tu propia mano, aunque con una aguja clavada en el brazo. Más concretamente de esas que suministran alimento de forma intravenosa. No puedes evitar suspirar al ser tú misma de nuevo. Pero... ¿Qué haces aquí?

Pasan los minutos mientras te devaneas mentalmente, tratando de desentrañar el misterio. Y de pronto se abre la puerta de la habitación. Entra por ella una joven, una chica que te suena de mucho. 

¡Es ella! ¡La chica que salvaste del derrumbamiento!

Se acerca con una sonrisa, y se sienta junto a tu cama.

- Veo que ya te has despertado. Has estado en coma unos cuantos días... Los médicos no sabían lo que te pasaba. - hace una pausa, sonriéndote de nuevo. Se te acerca en un ademán confidente y te susurra. - La señora Dawson sólo pudo salvarte a ti y a otro chico de ellos, mientras estábais en coma. No me dijo dónde estabas, pero me dijo que viviese con normalidad, y que te buscase hoy. Tiene un mensaje para ti.

Cargando editor
13/06/2010, 22:41
Director

Llegas a la puerta. Posas tu mano en el picaporte. Y justo en ese momento alguien lo acciona desde el otro lado de la puerta. Todo pasa muy de prisa. De pronto la puerta se abre y caes sobre alguien.

Reconoces su voz por su chillido. Reconoces el tacto de su cabello al caer sobre ella. Reconoces su conciencia al sentir ese pitido inconfundible. Es ella…

Pese a haber descargado todo su peso contra Margaret no caéis. Ella te sostiene, y te abraza con fuerza. Tú la abrazas también. Entonces ella te susurra algo al oído.

- Ya pensaba que nunca te despertarías…

Cargando editor
13/06/2010, 23:26
Walter Bailey
Con gran alivio abrazó a Margaret con el corazón bombeando de la emoción. Estaba bien, estaba segura, ahora podía tranquilizarse y tener un poco de esperanza en que las cosas fuesen bien. Si ella estaba a su lado desde luego no habría nada que temer.
 
-   No hay sueño que pueda alejarme de ti.- le correspondió Walter con una sonrisa. 

Apartándole un mechón de pelo, le acaricio el rostro y la beso con ternura. Cuando sus labios se separaron, ya se encontraba mejor. Suspiro lánguidamente con una perpetua sonrisa bobalicona.

Estaba en el séptimo cielo, pero aun así había una cosa que le extrañaba. Cuando había besado a Margaret había sentido una especie de picazón rara en la cara. Se rasco la mejilla, dándose cuenta que durante el tiempo que había permanecido en la ilusión del Maestro de los Sueños, le había crecido una incipiente barba. 
 
-   ¿Que ha ocurrido en mi ausencia? ¿Donde estamos?- Pregunto de repente acordándose de la situación en la que se encontraba.- Y... ¿Cuanto tiempo llevo "inconsciente"?-
Cargando editor
13/06/2010, 23:57
Margaret Bregman

- Primero ve a sentarte. ¡Acabas de despertarte de un coma! – te dice mientras te empuja suavemente hacia la cama, donde te vuelves a sentar.

Ella coge una pequeña butaca que hay en la habitación y la arrastra para ponerla junto a la cama. Entonces se sienta y te mira, sonriente. Toma una de tus manos entre las suyas mientras habla.

- Es una larga historia. Los 3 os quedasteis como dormidos mientras íbamos en el avión. No hubo forma de despertaros, por lo que abortamos la misión. En cierto modo me sentí relajada por no tener que enfrentarme a esa mujer…

Su mirada se pierde en la ventana.

- Cuando volvimos todo fue muy extraño. Tú y los otros dos estabais en… coma. Nadie sabía cómo había sucedido. Yo me pensaba que te ingresarían allá mismo, la Corporación tiene medios suficientes para ello. Pero no, a ti te enviaron aquí, no sé por qué. A los otros dos se los quedaron. – acaricia tus dedos mientras sigue mirando al vacío, rememorando los sucesos de estos últimos días. – Yo vine contigo. Noté que la gente estaba muy rara, y continuamente notaba ese molesto pitido, el que oigo cuando la gente miente. Pero no era cuando alguien me hablaba. Estaba por todas partes…

- Durante el tiempo que hemos estado aquí, una semana creo. No me he separado de ti… ¡Y justo cuando me voy te despiertas! He ido a tomarme un café y, ¿sabes? He conocido  a una chica muy simpática. Se llama Elisabeth. Venía a visitar a alguien, a una amiga que estaba ingresada aquí. Y curiosamente también estaba en coma, creo que llegó poco antes que nosotros aquí.

Margaret se aferra a tu mano con fuerza y se te acerca.

- ¿Y sabes qué es lo más curioso? Creo que es especial, como nosotros. No sé por qué… pero lo presiento. ¿Tú qué crees?

Cargando editor
14/06/2010, 00:05
Kate Davis
Sólo para el director

Sonreí al ver mi mano. Sí, esta vez era la mía y no es porque me molestase ser negra ni mucho menos, ya que normalmente el color de la gente me daba igual, o más bien la gente en sí, como si querían ser verdes pistacho, pero lo que no me hacía tanta gracia, era lo de tener que estar en un cuerpo que no era mía, como si fuera una maldita intrusa a la que echar, una ladrona de cuerpos o algo así.. sonaba demasiado a película de esas que te estrujan los sesos para decirte al final que todo se lo estaba imaginando.

Algo me había pasado y para eso no hacía falta ser demasiado inteligente, sino no tendría una intravenosa en el brazo ni estaría en un hospital, pero ¿ qué? Quizás mi cabeza no había podido soportar todo aquello o algo así..

No tuve mucho tiempo para pensar nada más, pues cuando la puerta se abrió me quedé mirando a la muchacha unos instantes y no tardé en reconocerla y sus palabras me hicieron asentir, aunque lo hice aún sonriendo, casi alegrándome de estar viva.

- ¿ Qué mensaje? - susurré pero tenía la boca seca y mis palabras salieron graves, haciendo que el aire rozara mi garganta casi provocándome algo de dolor.. tenía la boca seca y pastosa.. sin duda, llevaba días sin hablar y me vendría bien un vaso de agua, aunque quizás aún no podría beber..

Cargando editor
14/06/2010, 00:26
Elisabeth

La joven respira hondo. Mira hacia la puerta durante unos instantes, y luego se vuelve a acercar a ti.

- La señora Dawson me dijo que… - se detiene durante unos instantes. – que la profecía ha cambiado. El futuro ha cambiado, desde que entrasteis en el coma.

Se aleja un poco de ti. Su expresión denota que no sabe muy bien de que va ese mensaje que te acaba de transmitir. – Por cierto, no pude presentarme, ni agradecerte que me salvaras de ese derrumbamiento.

Ladea la cabeza, sonriente.

- Me llamo Elisabeth, puedes llamarme Eli. Ah, y muchas gracias por salvarme. La verdad es que no sabía que existieran más especiales, a parte de mi hermano y yo…

¿Ha dicho especiales?

Notas de juego

En el epílogo notarás que el ritmo sube un poco. Es que ahora soy libre, y quiero acabar bien bien la partida sin que se haga pesado.

Cargando editor
14/06/2010, 00:26
Walter Bailey
-   Creo que si estas segura de eso deberíamos echarle un vistazo...- Comento guiñandole el ojo con picaresca antes de besarla de nuevo.
 
Al final había estado en coma durante una semana. No era tanto tiempo como se había temido, pero aun así era un intervalo de inconsciencia demasiado largo para lo que le había acontecido en el sueño. El Maestro de los Sueños tenia que haber cambiado su percepción del tiempo con sus poderes. Ahora que había presenciado lo que había acontecido, no sabia que pensar. Tal vez les hubiese dicho la verdad, pero había la misma posibilidad de que todo hubiese sido un engaño bien planeado. Ciertamente a esas alturas no estaba como para darle mas vueltas al asunto. Ahora lo único que quería es mantener a Margaret a salvo de todos esos tejemanejes, y laberintos de mentiras.
 
-   Perdona por despertarme cuando no estabas, mi madre siempre me dice que soy un inpuntual irremediable.- Comento cómicamente para restarle hierro al asunto.
 
Masajeándose el cuello suspira de nuevo con profundidad.
 
-   Bueno, ¿Vamos a ver si tu teoría es acertada?- Pregunta mirándola con un brillo especial en la mirada.
 
Casi se sentía como un crió que jugaba a ser un aguerrido explorador en busca de un magnifico tesoro.
Cargando editor
14/06/2010, 00:32
Margaret Bregman

- En ese caso… - comienza Margaret, con una pícara sonrisa en su rostro. – No sé dónde estará exactamente, pero seguro que está por aquí.

Se levanta y se queda frente a ti.

- Aunque vestido así, ¿vas a vagar por el hospital? – te miras a ti mismo y te ves vestido con una bata de hospital. Margaret suelta una carcajada y te señala una bolsa.

- Ahí tienes ropa, puedes cambiarte en el baño. Yo voy a esperar fuera, a ver si veo a Elisabeth.

Se dirige hacia la puerta y posa su mano en el picaporte. Te dedica una sonrisa antes de salir.

Cargando editor
14/06/2010, 00:36
Kate Davis
Sólo para el director

No había nada más agradable que despertarte para descubrir que ya íbamos a empezar con los acertijos y las bromas, vamos, que lo que más me gustaba era eso precisamente, con lo feliz que me hacía siempre las personas que decían como yo lo que pensaban sin importarles una mierda si te gustaba o no lo que decían.. como mucho, eras un poco sutil si la persona con la que hablabas te caía bien..

- Ya estamos jodiendo con el puto futuro y ahora va y cambia.. ¿ y qué quiere que haga? Pero si estoy en un hispital.. seguro que casi me muero y ya vienen a no dejarme ni descansar.. la vieja de los..

Traté de relajarme pues la pobre muchacha que traía el mensaje no tenía ninguna culpa de que tanto misterio y tanta cosa sin sentido me sacara de mis casillas y por suerte, no me costó demasiado pensar en otra cosa cuando siguió hablando.

- Yo soy Kate, aunque supongo que ya te lo habrán dicho y bueno, siento no haber podido ayudar también a tu hermano yo.. soy rápida pero no lo suficientemente fuerte como para haberos sacado a los dos a la vez.. - En realidad aquello era algo que no había superado del todo. - ¿ Y qué es exactamente eso especial que haces?

Cargando editor
14/06/2010, 01:01
Walter Bailey
Correspondiendo a la sonrisa de Margaret se queda ahí sentado mirando como sale de la habitación. 
 
Rascándose la cabeza se levanta con cierta desgana influenciada por el agarrotamiento de los musculos y el cansamiento que sentía generalizado por su cuerpo desde que se ha despertado de su "coma". Ciertamente aun no comprendía muy bien como era posible lo que les había pasado, pero esperaba que los demás se encontrasen bien. Acababa de conocer a Joel y Will, pero le caían bien y esperaba que allí donde estuviesen se encontrasen bien...
 
acercándose al saco de ropa lo coge y se va al baño. Primero procede a mirarse al espejo, y la verdad es que se veía horrible todo desmejorado, despeinado y con la barba de una semana.
 
-   No ganarías un concurso de belleza muchacho.- Le comenta al reflejo.
 
Negando con la cabeza procede a quitarse a bata y ha asearse con el agua del lavamanos. Acto seguido habré la bolsa y comienza a vestirse con diligencia. La verdad es que no le quedaba mal después de todo. Unas botas de cuero marrón que se asemejaban a unas bambas, unos pantalones tejanos y una camisa de manga larga, de color azul marino que se arremanga hasta la altura del codo. Ciertamente podía decirse que el estilo le pegaba.
 
Suspirando por ultima vez se arregla el pelo un poco usando para ello las manos, y después de secarselas sale al pasillo donde Margaret le espera.
 
-   Vamos, intentare ver si puedo localizarla con mi habilidad.- Le comenta cogiéndole de la mano.
 
Mientras caminaban por el pasillo, extendió sus poderes en busca de cualquier pensamiento que se saliese de la norma. ¿Quien sabia? quizás podía notar algún patrón desconocido...
Cargando editor
14/06/2010, 01:06
Elisabeth

Elisabeth parece encoger un poco al sentir que quizá te has incomodado con el mensaje. Esboza una tímida sonrisa.

- Bueno, por lo de mi hermano… no pasa nada. Vinieron dos chicos a visitarme. Ellos también eran especiales. Uno hizo que me despertara, me curó… El otro me dijo que mi hermano estaba vivo, pero que no podría encontrarlo hasta un día en concreto.

Se encoge de hombros y se te vuelve a acercar en ademán confidente.

- Yo puedo encontrar a la gente. Si cierro los ojos, y pienso en alguien… puedo ver dónde está. Sea donde sea. Aunque hay gente… otros especiales, que pueden esconderse de mí, o evitar que encuentre a alguien. Por eso no puedo ver a mi hermano… Porque sé que está vivo, que está ahí… Pero no puedo encontrarle.

Cargando editor
14/06/2010, 01:11
Director

Extiendes tu mente por el hospital. A parte de la repulsión hacia tu poder que produce Margaret, consigues encontrar algo peculiar.

Es una mente normal, a primera vista. Pero si te fijas un poco puedes sentir como esa mente tiene algún tipo de… conexión. Es como si pudiese proyectarse muy lejos. Sabes que hay telépatas que pueden proyectar sus sentidos, según el doctor Voltaire, pero este es diferente. No es un telépata, no. Si no ya se habría percatado de tu presencia y habría erigido defensas mentales o… ¡o algo parecido!

Esta mente especial no parece darse cuenta de tu presencia. Pero sientes algo especial en ella. Algo que te llama la atención. Coges de la mano a Margaret, dispuesto a seguir a la volátil conciencia cual faro.

Cargando editor
14/06/2010, 06:29
Walter Bailey
-   La he encontrado.- Declara con emoción.- Tenias razón hay otra especial en este hospital.-
 
Apretando el paso comienza a guiarla por los pasillos hacia la persona cuya mente había localizado. De todas maneras en todo aquello había algo que no le encajaba. Si la mujer no era una telépata ¿A que se debía aquella conexión?... Se le ocurre la idea de que tal vez ella no era la fuente de proyección, si no el "receptáculo" ¿Seria posible que algún telépata la estuviese observando? podía ser, pero eso ya escapaba a sus conocimientos y su control. Ahora lo único que le interesa es llegar hasta donde se encuentra. La emoción lo embargaba por todos lados, pese a que su perenne prudencia le advertía que tenían que ir con cuidado.
Cargando editor
14/06/2010, 10:48
Kate Davis
Sólo para el director

Sonreí con tristeza a sus palabras y coloqué unos segundos la mano en la suya, aunque en seguida la aparté, tan sólo para demostrar que sentía lo que la estaba sucediendo.

- Espero que puedas encontrarlo pronto. En eso no te puedo ayudar mucho, aunque si cuando salga de aquí puedo seguir corriendo como lo hacía hasta ahora, siempre te puedo acortar el camino para que vayas a su encuentro.. Creo que no tardaría demasiado en dar la vuelta al mundo si no tuviera que saltar océanos..

A lo que me quedé pensando si yendo tan rápido podría pasar por encima del agua sin hundirme, pero quizás mejor que por un mar, sería probarlo en una piscina, ya que sabía nadar pero no me apetecía ser el alimento de algún tiburón..

- Yo también tengo un hermano.. pero no nos hablamos.. - Me encogí de hombros, ya que jamás le perdonía que hubiera acabado en la cárcel por su culpa.