Varios estudiantes se dedican a preguntarle por masters, dudas y algún que otro cabo suelto. Un par de chicas le piden un mail de contacto y el les da el oficial de su Universidad.
La conferencia se termina.
-Buenos días y muchas gracias.-
El auditorio le aplaude mientras el sonría.
-Una última cosa, ¿podría la señorita Berit Schneider, si se encuentra entre el público acercarse un momento?.- dicho esto se aleja del estrado y baja a la altura de los asientos.
Siento el impulso de salir entre el resto de los alumnos y hacer como que nunca he estado alli cuando le escucho pronunciar mi nombre.
Por alguna razon mi corazon gana a mi mente y me acerco a el con paso tranquilo, como si no me muriera de ganas por darle un abrazo. No se que a hecho Jorge, con todo el lio de mi cabeza no me e dado cuenta de si a salido o esta aun sentado alli.
- Hola Richard.- Le saludo escuetamente en Aleman, aun no se a que atenerme con el.- Magnifica conferencia.
-Gracias Berit.- te contesta tambien en alemán.
El auditorio se vacía poco poco y cada vez escuchais vuestras voces con más claridad.
Tu hermano, siempre tan dueño se sí mismo, parece nervioso.
- Solo si quieres, claro, me gustaría invitarte a comer para presentarte a mi prometida y para que... bueno, hablásemos.-
Unas pequeñas gotas de sudor empiezan a perlar su frente.
- ¿Que ha pasado hermano?.- Le pregunto con autentica preocupacion posando mi mano en su hombro, buscando su mirada.- Estas nervioso, tu que siempre has sido un bloque de hielo.
No aparta tu brazo, pero tampoco se mueve.
-Estoy bien, solo quiero hablar contigo. Irina me espera en el hotel. Es el Pazo dos Escudos. Me gustaría mucho que vinieses.-
Recalca el muchos, y espera una respuesta.
Esta bien, ire.- Le respondo apartando la mano.- Solo dime cuando quieres que este alli.
-Está alejado de la ciudad, dame una dirección y mando un coche a que te busque. Vigo no parece muy seguro.- te dice torciendo el grsto.
Estais solos en el auditorio, aunque ves que Jorge se ha a quedado fuera esperándote.
No hace falta que mandes un coche, puedo coger el autobus despues de clase.- Le respondo con una sonrisa.- Supongo que estaras cansado, el viaje y todo eso. Nos vemos luego.- Me despido ya que parece que no tiene nada mas que decirme y salgo para reunirme con Jorge.
La reaccion de mi hermano no es normal, nada en el lo se. Algo a pasado, de eso estoy segura ¿Acaso el mundo entero a elegido el mismo dia para volverse loco?
Jorge te espera en la puerta, apoyado en la pared.
-¿Todo bien con tu hermano?. No parecía que os estuvieseis sacando los ojos ni nada así. A ver si todo sale bien, que cuando estás preocupada pareces una paranoica.- dice mientras se separa de la pared muy a desgana.
- Puede que lo este...- murmuro absorta en mis pensamientos.- Siempre hemos tenido formas muy diferentes de pensar pero ahora es como si no lo conociera...- Miro a Jorge e intento cambiar la expresion y bromeo.- Estoy pensando seriamente a acudir a un especialista. Lo mio no es normal. Como siga asi voy a terminar con una camisa de fuerza.
-Paranoica y exagerada. Lo único que pasa es que has salido de tu burbuja y empiezas a relacionarte otra vez. Está oxidada. Me voy a casa. Y tu hermano, normal que lo veas raro, si hace un montón que no hablabas con él. Relájate. Me tengo que ir a casa, mañana me cuentas.-
Te mira como si temiese que te fuese a dar un ataque de histeria de un momento a otro.
- Vale Jorge, ve a casa y cuidate. - Me despido sin demasiado entusiasmo. Puede que este nerviosa o paranoica pero mi hermano no habia cambiado un epice desde que nacio y ahora esta... raro, aunque pasara mucho tiempo su reaccion no a sido ni medio normal.
Termino las clases que tenga y me preparo para ir a ver a mi hermano. ¿Quien sera esa tal Irina? Puede que su cambio se deba a ella pero por alguna causa ni esa posibilidad me relaja.
Se te pasa el tiempo mientras te arreglas. Cuando te das cuenta, te suena el telefonillo.
-Señorita Schneider, tiene su coche abajo.-
Cuando bajas te encuentras una limusina negra esperándote en la calle.
Te lleva directa a Los Escudos, uno de los pocos hoteles de cinco estrellas de Vigo.
El coche aparca justo en la entreda y sale un recepcionista a recibirte.
-Bienvenida señorita, su hermano la espera para comer.-
Dice mientras te guía hacia en comedor.
Te deja en un reservado en el que tu hermano ya está sentado.
-Hola Berit, gracias por venir.-
El lujo es algo que no impresiona, la casita de verano de mi padre es el doble de grande que esto. Paso al comedor y me siento.
- Te dije que vendria.- Digo con una media sonrisa que expresa mi pensamiento. Vas a contarme ya lo que pasa aqui o tengo que esperar a los postres.
Tu hermano te sonríe.
-Irina llegará para los postres.-
El camarero os trae la carte y tu hermano pide un vino que, con lo que cuesta, podrías mantenerte al menos un mes.
-Y, ¿cómo te va en la universidad?.-te pregunta mientras mirais la carta.
- Bien, aprovando por los pelos pero voy pasando ¿Y tu que tal?¿Que tal las casas por la mansion?.- Le pregunto con interes, que no tenga diferencias con ellos no implica que no los extrañe.
-Ya no vivo allí, papá no está de acuerdo con mi relacción con Irina.- suspira - espera a conocerla, es genial. Es una economista brillante. Nos conocimos porque me quitó una beca de investigación. Ya la verás.-
Se le ilumina la cara cuando habla de ella.
- No sabes cuanto me alegro.- digo soltando un profundo suspiro de alivio, eso va en mas de un sentido.- Bienvenido al clud de los desheredados, es algo duro pero te aseguro que compensa. Cuentame ¿como es la princesa que te ha convertido de rana a principe?
-Tampoco es que me desheredase, hace como contigo, me ingresa dinero en la cuenta, pero despues no cge mis llamadas. Pero por supuesto, sí se molesta en llamar a mis superiores para ver como estoy. Lo de siempre.-
El camarero os interrumpe para tomaros nota. Cuando se va, Richard vuelve a hablar.
-Irina se crió en Rusia. Es muy inteligente, y muy dulce. Es una persona y tranquila, ya sabes, un poco como yo.-