Partida Rol por web

Mientras caminas al lado de Xisela, tu vista se pasea por los múltiples espejos del pasillo. No puedes evitar recordar con desagrado lo sucedido detrás de uno de esos espejos.

Hasta que algo capta tu atención. En el reflejo de Xisela, una extraña sombra parece seguirla. Una sombra que, cuando no la miras directamente, toma forma antropomórfica. Sin embargo, al intentar fijar la vista en ella, no parece nada más que una niebla oscura que camina a la par de tu sire.

Continúo caminando algo nerviosa, sin dejar de observar la sombra que sigue a Xisela. No puedo evitar recordar el momento del espejo la otra noche. No me fío de ella, pero ¿qué puedo hacer? Me encuentro cada vez más incómoda caminando a su lado, pero trato de aparentar normalidad. Necesito volver a casa, necesito hablar con Aleixandre...pero tengo que aguantar aquí...

Por fin llegais al salón del Elíseo. Al menos allí no hay paredes con espejos en los que tengas que ver a la sombra reflejándose. Hay muchos menos vampiros que ayer, lo que te da más libertad de movimientos.

-Nora, es costumbre que te presente al Primogénito de nuestro clan en tus primeras noches. En Vigo es Marlenne. Ya la conoces. Pero te presentaré a mi sire. Ya conoces a Miguel, será una interesante reunión familiar.- dice divertida.

La ves tan sincera, tan cariñosa siempre, que te cuesta mucho creer que pueda hacer algo malo.

-Edgar no vive en la ciudad, pero esta noche ha venido a conocerte.-

Miles de dudas asaltan mi mente, me costaba mucho creerlo, pero todo apuntaba a que algo pasaba allí, esa sombra...y lo del otro día... Estaba claro que Xisela oculta algo, y tengo la intuición de que nada bueno... no se por qué.... pero lo creo. 

¿Y Miguel? también estaría metido en todo esto? y ahora debería estar con ellos juntos... y Marlenne.. y ese tal ¿Edgar?

Los nervios comenzaban a apoderarse de mi. Recordando el mal trago de la noche anterior con aquel vampiro, no quería ni imaginar lo que podría pasar entre todos estos. ¿También podrán controlar mi mente y obligarme a hacer lo que ellos quieran?

Continúo caminando con Xisela en silencio escuchando sus explicaciones tratando de mantener la calma, pues estaba segura de que cualquiera de ellos podría notarme así, o incluso saber lo que pasaba por mi mente en esos momentos. Dios... como odio eso...

Xisela te mira interrogante. -Nota, ¿qué pasa? Estás demasiado preocupada. Tranquila, esta noche no pasará nada.- dice cogiéndote del brazo con un gesto consolador.

Entonces recuerdas la "conexión familiar" que tienes con ella. Al ser tu sire, puede percibir tus sentimientos. Y tu debería poder hacer lo mismo, pero parece tranquila y relajada. Te lleva ahsta un conjunto de sofás en los que está sentado Miguel, que te mira con cierto aire de culpabilidad. Se levanta para darte un abrazo.

-Eh pequeña, ¿cómo va todo?. Perdona por lo de ayer.- te saluda.

Sonrío a Xisela, tratando de calmarme un poco. Me cosuela saber que piensa que mi estado de nerviosismo es por lo sucedido anoche, y no por mi desconfianza hacia ella.

Cuando llegamos junto a Miguel, le devuelvo el abrazo y un beso.  Tranquilo, no ha sido culpa tuya.. y no ha pasado nada - digo de modo tranquilizador. Realmente no fue culpa de él, ¿o quizás sí? ¿y si estaba metido en el ajo y lo de ayer lo hizo a mala idea? Trato de no pensar en todo esto, y tratar de despejar mi mente de todas esas sospechas, por si acaso. -

Qué tal todo? - le pregunto cambiando de tema.

Xisela, dando un voto de confianza, os deja solos.

-Voy a avisar al camarero, espero que no pase nada esta noche.- dice mirando directamente a Miguel.

Miguel se sienta en los sillones de forma descuidada. -Me merezco la bronca. Lo siento, no se que pasó ayer. Becka y yo te perdimos de vista, y despues no había forma de encontrarte.-sus palabras parecen sinceras, pero la duda está ahí- hacía muchos años que no la cagaba, supongo que se había acostumbrado. A parte de la bronca, todo bien. Hoy vas a conocer a Edgar, es un día importante.-

En serio, no tiene importancia... no pasó nada, mejor olvidarlo - sonrío tratando de dejar el tema a parte.

Mientras Miguel continúa hablando echo un vistazo a mi alrededor viendo quién hay por ahí. Al mencionar lo de Edgar vuelvo de nuevo mi mirada hacia él - ¿importante? ¿Por? Creí que lo importante era conocer a Marlenne, ¿por qué es tan importante conocer al sire de Xisela? - pregunto bastante intrigada pues no terminaba de entenderlo y quizás Miguel pudiera aclarármelo sin tener que preguntar directamente a Xisela.

Miguel te mira sonriendo, mucho más relajado.

-Porque es el sire de tu sire. Y estás conectada a el de una forma parecida a como lo estás con Xisela. No se, imagínate que vienes de una familia de pijos, y tienes una cena con tu abuelo, el patriarca. Pues algo así. Es un aliado importante.- te explica.

Al parece un poco más joven, empieza a resultarte más fácil comunicarte con Miguel. Usa un lenguaje más simple que el resto y parece estar a medio camino entre tu situación y la de los vampiros más antiguos del pazo.

Xisela se acerca a vosotros seguida por un camararo que deja cuatro copas en la mesa.

-Edgar no tardará. No te preocupes querida, seguro que le agradas.- dice intentando tranquilizarte.

Me acerco ligeramente a Miguel y en tono bajo, como quien cuenta un secreto, confieso bromeando: Uf... siempre he odiado ese tipo de cenas... - vuelvo a colocarme hacia atrás apoyando de nuevo mi espalda en el respaldo de mi silla.

Sonrío cuando llega Xisela y asiento con la cabeza a sus palabras. Inspiro tratando de tranquilizarme un poco, pues está claro que siguen notándome nerviosa, aunque puedan achacarlo al estar de nuevo aquí o al conocer a Edgar. Cojo una de las copas y le doy un sorbo. Gracias.

El placer de beber sangre te relaja un poco. Charlais unos minutos de temas intrascendentes, hasta que Xisela levanta la vista. -Ahí está.- dice con una sonrisa.

Ves como se acerca a vosotros un hombre que ronda los treinta años, con el pelo castaño claro, un poco revuelto y los ojos claro. Lleva ropa elegante, pero muy pasada de moda. Te de la impresión de haber salido de una foto antigua.

-Buenas noches.- dice con una voz que te resulta encantadora.-  Veo que esta vez tenemos la reunión familiar al completo.-

Xisela se levanta para saludarlo con una pequeña reverencia. -Sire, te presento a Nora, mi nueva chiquilla.-

Observo al hombre según llega, fijándome especialmente en su aspecto. Es algo que me sorprende bastante. Tratando de ser amable ante las palabras de Xisela, me acerco y le doy dos besos, pero sin tener claro si ese es el modo correcto o no de presentarse, sino más bien por costumbre - Encantada. - digo mirando de soslayo a Xisela, esperando ver en su expresión si he metido la pata en mis modales o todo va bien.

Edgar se inclina para besarte la mano, saludándote con un formalismo tan arcaico como su vestimenta.

-Bienvenida a nuestro mundo, chiquilla de mi chiquilla.- dice con su voz melodiosa.

Percibes como Xisela responde a tu mirada con una sonrisa reconfortante. Parece que todo ha salido bien. Miguel y Edgar se dan la mano cordialmente y os sentais alrededor de las copas.

Edgar empieza a hablar. -Por lo que me han dicho, parece que hay algunos problemas en Vigo. ¿Habeis considerado la posibilidad de mudaros de ciudad?. En Berlin seríais acogidos sin ningún problema.- dice para todos.

Berlin. Eso está muy lejo. ¿Qué pasaría si te vieses obligada a mudarte tan lejos? Xisela es tu sire. ¿Hasta que punto podrías negarte?*.

A pesar de parecerme una idea un tanto descabellada, no hago comentario alguno. Como de costumbre me limito a observar y escuchar mientras en mi interior le doy vueltas a esa posibilidad. Lo primero que me viene a la mente es Aleixandre ¿él también vendría? Si el va yo iría, si el se queda yo me quedaría... Estaba claro que en tan solo estos días, había conseguido engancharme a él mas que a cualquier otro hombre en mi vida... quizás la sangre tenga más poder del que antes como mortal pudiera darle... tan solo sabía que en esta situación solo quiero estar donde él esté. Pero la posibilidad de que él se quedase en Vigo y Xisela quisiera que nos fuéramos a Berlín me horrorizaba. ¿Sería necesario tener que irme con ella? ¿Podría quedarme aquí con Aleixandre? Ella confía en él, pero, lo suficiente como para dejarme a su cargo? Y si él no quisiera hacerse cargo? ... ventemil preguntas azotaban mi mente mientras los demás continuaban hablando.

Notas como una ola de emociones encontradas se desliza por el aire. Xisela mantiene la calma, pero sabes con toda seguridad que está muy agitada.

-Sire, hemos creado lazos y planes en esta ciudad durante mucho tiempo. No tengo intención de huir ahora. Por mucho que el XIII esté en la ciudad. No creo que sea el peor peligro al que nos hemos enfrentado. Y uno de nuestros miembros ha conseguido infiltrarse en esa Alianza, pronto veremos resultado.-

Edgar parece bastante impresionado.

-Sin duda, si sobrevive, tendrá datos interesantes. Si me disculpais, tengo que reunirme con Marlenne. Hace tiempo que no hablamos. Volveré a reunirme más tarde con vosotros.- se disculpa levantándose de la mesa.

Se aleja de vosotros mientras el ambiente se va relajando. -Joder, el abuelo está preocupado. Eso sí que da miedo.- murmura Miguel.

Cuando Edgar se levanta para ir a hablar con Marlenne, por mi cabeza pasan más dudas... tendrá él algo que ver? Xisela acaba de contarle que tenemos a alguien infiltrado... habrá hecho bien en decirlo? Esto no me gusta... no se de quién fiarme o de quién no... todos son dudas... y más dudas... tengo ganas de llegar a casa y hablar de todo esto con Aleixandre, él sabrá decirme...

Mientras todo esto se baraja en mi cabeza, mantengo mi mirada en Xisela y Miguel según hablan, pero sin decir nada al respecto, al menos de momento.

-No lo llames así.- reprocha Xisela a Miguel - es una falta de respeto.-le avisa.

Mientras ellos hablan, escuchas una fuerte explosión que viene de fuera. Se escucha amortiguado, pero la naturaleza del sonido es inconfundible.

Xisela y Miguel, así como todos los vampiros de la sala que estaban sentados, se levantan de golpe. Ves como todos los colmilllos, incluyendo los tuyos, se adelantan ante la promesa de una nueva amenaza.

-Llévatela de aqui por si acaso... salid por atrás, a ver si hay suerte.- os susurra vuestra sire. Miguel te coge del brazo, llevándote hacia el fondo de la sala.

Desorientada durante unos segundos, miro a mi alrededor observando la reacción de todos los demás. Me sorprendo a mi misma reaccionando al igual que ellos... Aún desubicada y asustada por la explosión, me dejo llevar arrastrada por Miguel.