Partida Rol por web

Retorno

Capítulo 10. Déjà vu

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13/06/2015, 00:26
Narrador

La sacaste de allí, aunque no tenías claro que de la mejor forma. Sin saber a donde llevarla, sin familia en el mundo mágico y con apenas información de la familia de tu madre, no te quedó otra más que reaparecerte en el lugar donde inicialmente la habías encontrado. Tu casa. Ese lugar con el poder de recordarte a tu padre con cada centímetro.

Hiciste tripas corazón y la dejaste allí, siguiendo tu instinto. Volviendo al Ministerio, a ese lugar en el que por alguna razón el cuerpo inerte de tu padre seguía tendido en el suelo. Y fue entonces cuando sucedió. Cuando por fin encontraste a las dos personas que más te preocupaban en ese momento... y a su escolta.

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13/06/2015, 00:30
Narrador

Al final no hubo apartamento, cura ni protocolo prestablecido. Las ansias de Ryan por llegar al Ministerio, el agotamiento de Verónica y el extraño pasotismo de Greg y Arianna permitieron a los acontecimientos seguir su curso.

Por supuesto, no se trataba del panorama idílico. Ryan cada vez estaba más débil, por mucho que no quisiera reconocerlo. Si seguía así, acabaría perdiendo el conocimiento. Lo único que podíais hacer era rezar a Merlín para que lo hiciera una vez estuvierais fuera de peligro.

Por suerte para el exslytherin, nadie parecía tomarse a pecho su actitud. Antes de poner en marcha le traslador, sus brazos eran rodeados por dos seguras y femeninas manos. Por el momento, nadie se quedaría detrás.
 

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13/06/2015, 00:48
Narrador

Cuando el grupo se apareció en el Ministerio, lo único en lo que fueron capaces de fijarse era los escombros. El único motivo por el que eran conscientes de que estaban en el lugar correcto era su instinto, así como la atónita mirada de Liam Nathiel, plantado frente a ellos. Y es que no era para menos.

La estampa era de lo más estrambótica. Verónica Stein, la becaria del departamento de Cooperación Internacional, junto a una Arianna algo pálida y un Ryan en dudoso estado. El cuarto en discordia era un adulto totalmente desconocido para Liam, que no parecía tener gran interés en su persona, y que no tardó ni cinco segundos en separarse de los demás. El mismo tiempo que necesitasteis vosotros para fijaros en los cinco cuerpos tendidos en el suelo. De izquierda a derecha, Anthony Weasley, John Nathiel, Bridget Fisher, Nicholas Fisher y Julia Clarks. R.I.P.

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13/06/2015, 12:30
Ryan Jackson

Aquel último viaje fue crítico. Cuando la realidad se dobló para llevarnos de vuelta a casa mi cuerpo volvió a quejarse del sobresfuerzo al que le estaba sometiendo. La visión del Ministerio me obligó a levantar la vista lentamente mientras intentaba enfocar todo cuanto había a mi alrededor. Pude fijar la vista en el techo, reconociendo al menos una parte como parte del ministerio. La esperanza de que Sonnia se hubiera equivocado murió en aquel mismo instante. Habían atentado contra el ministerio y estaba practicamente irreconocible.

Una punzada de dolor acosó mi costado, obligandome a llevar la mano derecha al lugar como si pudiera contener el dolor unicamente con las manos. A decir verdad el ministerio era el claro reflejo de mi estado actual. Tenía una de las cejas abiertas de las cuales había salido abundante sangre, ya seca. Tenía uno de los pómulos hinchado y el otro abierto por algun o varios golpes recibidos. El labio partido, el ojo ensangrentado, marcas en el cuello y al alzar la mano para sujetar el costado, quedó a la vista que las muñecas también estaban duramente castigadas. Y aun quedaba por ver lo que la ropa tapaba.

Un suave pitido inundó mis oidos, dejandome durante unos segundos totalmente quieto, intentando volver a centrarme en el aquí y ahora de donde estaba y que estaba haciendo. La vista se nubló obligandome a cerrar los ojos con fuerza para volver a la realidad solo como gesto de pura voluntad.

Cuando mi visión enfocó, vi a Liam ante mi. Me lo quedé mirando, serio, sabiendo que ahora comprendería no solo que le habíamso mentido si no además el motivo por el cual jamás salí en el plano de aquella conversación que tuvimos unas horas antes. Él también estaba cambiado, distinto a cuando hablamos con él.

Bajé la mirada solo para entender el porqué.

Al primero que vi fue a Weasley, el padre de Arianna. Tragué saliva sin decir palabra, mirando de reojo una sola vez a Arianna para volver la vista a los cuerpos. El siguiente era Nathiel, el padre de Liam. Aquello si cayó como un jarrón de agua fría. Miré el tercer y cuarto cuerpo, los Fisher. Jódete Fisher, disfruta como todos. Pensé cargada de rabia en ese momento. Por último estaba la viceministra, Clarks, la madre de Sarah. Tenía una buena relación con esa mujer.

Aquello no había sido un atentado, había sido una carnicería. Me llamaba la atención que el mismísimo ministro no estuviera allí. Tras largos segundos de silencio levanté la mirada hacia Liam. - Lo siento. - Dije alto y claro, para después mirar a Arianna. - Lo lamento. - Que sintiera algo, usando aquellas palabras tenía mucho más significado de lo que pudiera parecer -entre otras, por que no podía mentirles y porque nunca había dicho tales palabras, ni siquiera cuando fue mi padre el que estuvo como el suyo ahora-.

Alargué el brazo izquierdo hacia Arianna, dandole un suave apretón en el antebrazo. En cuanto a Liam, di un par de pasos hacia él y le di un corto pero emotivo abrazo, separandome rápidamente de él guardando silencio.

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13/06/2015, 13:06
Liam Nathiel

Habia perdido la cuenta de las veces en las que me habia aparecido y desaparecido aquel dia. Algo, desde luego, traumatico para mi, desde aquel nefasto día en que perdi mi mano. Sin embargo, a aquellas alturas, aquello parecia un mal menor comparado con lo que acababa de suceder. Terapia de choque. ¿Que mejor que tu padre muerto para hacer que te olvides de una mano que deberia estar en su sitio?

Cuando volvi a aparecerme en el Ministerio, despues de dejar a mi destrozada madre en casa, tenia los ojos enrojecidos, y la mirada perdida. Mentiria si dijera que estaba bien, que aquello habia dejado de afectarme. Sin embargo, en aquel corto viaje, habia una preferencia: intentar llegar al Ministerio a tiempo para recibir a Ari y a Ryan. Habia estado preocupado por ellos, mas de lo que nadie podria imaginar, y la sensacion de que habia algo que no sabia, de que me habian ocultado algo, seguia alli, mucho más potenciada tras la informacion que Rouvin me habia proporcionado sobre los ataques y la evacuacion en Bulgaria.

Sin embargo, aparte de su bienestar, habia una razon mas para mi premura. Arianna. La imagen del cuerpo sin vida de su padre, que reposaba junto al mio, estaba grabada a fuego en mi mente y ahora mismo la angustia por la reaccion y el dolor de la chica eran aun mayores que mi propio dolor.

Afortunadamente, lo primero que vi al aparecerme fue a ellos, acompañados por dos personas a las que no conocia, aunque la chica me sonaba de algo. Suponia que seria alguien del Ministerio, y que la habria visto junto a mi padre en alguna otra ocasion.

Pero aquello ahora no importaba. Mi mirada se quedo fija en mis dos amigos, ante la estampa que habia ante mi, bloqueando completamente mis sentidos. Alli estaban los dos. Ari, en buen estado, afortunadamente. Y Ryan, mucho peor de lo que me lo habia imaginado tras aquella charla a traves del espejo.

Me dirigi hacia ambos, apretando los labios, en una mueca de angustia- Lo siento mucho... . dije, negando, mientras miraba a Ari, justo al mismo tiempo en que Ryan se acercaba para darme aquel significativo pesame, acompañado de aquel corto pero intenso abrazo- Gracias. - fue lo unico que dije, correspondiendo el gesto, en una imagen mucho mas cargada de significado que cualquier frase que pudiera haber pronunciado en aquel momento.

Y, tras aquel gesto, me acerque a Ari, abrazandola, en silencio, en una muestra de apoyo al ver lo sucedido. No me quedaban lagrimas, aunque mis ojos dejaban claro que ya las habia derramado, quizas cuando nadie podia verme. Y, aun en medio de aquel abrazo, que intentaria prolongar todo lo que Ari necesitara, mire a Ryan, evaluando su estado, con un solo pensamiento en la cabeza- Ryan... Lo siento mucho... Katherine. - fue lo unico que dije, sabiendo que no necesitaria mas para saber que su cuñada estaba muerta.

Tenia miles de preguntas y miles de respuestas. Sobre lo que habia sucedido en Bulgaria, sobre el estado de Ryan, sobre Isabella y la pequeña muerta, cuyo cuerpo inerte habia dejado yo mismo junto al del resto. Sin embargo, aquel momento era lo suficientemente denso, lo suficientemente doloroso, como para permitirnos unos segundos de respiro.

-Tenemos que hablar. Isabella y Sarah han desaparecido. - añadi, tras unos segundos, aun con mi brazo atrayendo a Arianna, con una mezcla de dolor y alivio por volver a tenerla alli, por volver a tenerlos alli a ambos.-Creo que se quien puede tenerlas.

Y guarde silencio, a la espera de una reaccion por parte de ambos, preparado para cargar con la responsabilidad de lo sucedido, a pesar de haber sido un mero mensajero, de no haber tenido posibilidad alguna de hacer nada por evitar aquello.

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13/06/2015, 15:06
Berenice Blair

Había salido de San Mungo sintiéndose culpable por el alivio que la invadió pero al fin y al cabo, ¿qué podía hacer? No era como si su fobia fuera algo agradable para ella pero había pasado a formar parte de su responsabilidad y combatirla con tanto ahínco era agotador, tenso. Por eso había puesto tanto empeño en no apartar los ojos de ninguno de sus tres compañeros porque posara donde posara la mirada había un mudo recuerdo de la muerte que solía campar entre aquellas cuatro paredes.

- Tengo una idea.

Aquellas fueron las primeras palabras que salieron de su boca después de caminar unos cuantos metros sin rumbo fijo, simplemente permitiendo que la brisa nocturna le refrescara el rostro y los pensamientos. Al final, el vuelo errático de un murciélago había sido la solución. Cogió a Isaac de la mano para indicarle que iban a desaparecerse e instantes después estaban de vuelta a su casa, en concreto frente a la jaula de la lechuza familiar, que permanecía impoluta gracias al cuidado de los elfos domésticos, siempre presentes, siempre invisibles.

Fue entonces cuando le explicó lo de las lechuzas, demostrando que a veces su sed de conocimiento era verdaderamente útil. Las lechuzas eran criaturas con una extraña afinidad por la magia, tanta que nadie había descubierto todavía cómo encontraban al destinatario de las misivas que portaban incluso cuando éstas no tenían dirección. Aquella era la primera parte de su plan, enviar una carta a su madre. Pero, ¿cómo seguir a una escurridiza lechuza? Ahí era donde entraba Isaac, aunque tampoco lo hubiera dejado sólo de no necesitarlo. Si ella ponía el anillo que él le regaló en el sobre podrían detectar su posición a través del anillo de Isaac. A veces tenía aquellos momentos de brillantez que la identificaban con la antigua Vinny.

No fue hasta una hora más tarde* de miradas sin palabras que la lechuza no llegó a su destino, algo que Isaac le indicó mostrándole su anillo. Sacó la varita antes de volver a cogerle del brazo y dejar que en aquella ocasión fuera él el que tomara el control de la desaparición.

Un desagradable tirón después junto a aquella horrible sensación de estrecharse para pasar por un tubo la dejaron mareada sobre las calles adoquinadas de Hogsmeade, oscuras, desiertas y hasta cierto punto inquietantes. Sentía la tensión como un organismo vivo que se había apoderado del aire que respiraba y de todo lo que la rodeaba, esperando la oportunidad para asfixiarla; por suerte, Vinny había aprendido hasta cierto punto a ignorar aquellas sensaciones agobiantes o por lo menos a convivir con ellas.

Cuadró los hombros, analizando la situación en un intento de sacar a relucir su mente clínica y analítica a la par que recuperaba su anillo y se lo colgaba del cuello, agradeciendo el peso tranquilizador al que se había acostumbrado en los últimos meses.

- Tenemos que separarnos - odiaba aquellas palabras. Siempre prometían cosas desagradables y más en la situación de Isaac pero lo cierto es que le parecía casi imprescindible -. Es posible que de todos modos quien esté ahí con mi madre haya escuchado la aparición - porque estaba convencida de que su madre no estaba sola -. Ve a la ventana e intenta entrar echándote antes un desilusionador, así les cortaremos cualquier vía de escape. Yo iré de frente y que sea lo que tenga que ser... Si es Rebecca quien está detrás de todo esto, como parece ser, no creo que me maten - ahogó un suspiro antes de encogerse levemente de hombros. Todo su mundo estaba tan hecho trizas en ese momento que suponía que era el instante de los "ahora o nunca". Cogió al chico de las solapas y le dio un beso de aquellos apasionados que solían preceder a sus momentos de pasión -. Que no te pase nada pero por si acaso, te quiero Isaac, vas a tener que convivir con ello.

Bueno, ya estaba dicho, en realidad hacía tiempo que pendía sobre ellos y siempre había temido que enviaría su extraña relación al garete pero llegados a aquel punto prefería arrepentirse de decirlo que de no decirlo. Por supuesto no esperaba que el chico se lo tomara bien, más bien lo contrario sobre todo porque Vinny no podía haber escogido un peor momento para ponerlo al límite, cuando sus padres acababan de morir. Lo sabía, pero había tantas posibilidades de fallecer en los próximos minutos, horas, días, semanas o meses que había llegado el momento de actuar más y pensar menos.

Volvió a cuadrar los hombros. Estaba preparada para entrar así que le dirigió una última mirada a Isaac para indicarle que tomara su posición y se encaminó hacia la puerta.

Notas de juego

*Yo creo que tardaría mucho más pero bueno xDDDDDDDD

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13/06/2015, 16:17
Arianna Weasley

Sex shops. Mugrientas toallas a modo de trasladores. La maldita fobia de Ryan a que le toquen. Arianna prefería dejar aquellos últimos detalles de su viaje atrás. A decir verdad, prefería dejar atrás mucho más que eso. Sin embargo, jamás en la vida habría llegado a adivinar lo que les esperaba a su llegada al ministerio. Había estado tan cegada por la ironía de la poca separación entre ambos ataques que no se le había ocurrido pensar en aquellos que podían haber estado dentro del ministerio en el momento del ataque de Londres. No se le había ocurrido pensar en su padre. 

Verlo ahí, tendido en el suelo, inerte, hace desaparecer todo rastro de sangre de sus venas convirtiéndola en poco más que una estatua. Siente la palmada de Ryan en su espalda, escucha sus palabras, nota los brazos de Liam a su alrededor y aunque es consciente de que el padre del chico también está ahí en la pila de cadáveres, es incapaz de pronunciar palabra. Tan solo tiene pensamientos para una cosa: su padre. Las lágrimas corren por sus mejillas pero le da igual. A estas alturas autocontrolarse es lo que menos le importa. 

El sentimiento de que es la peor hija que nadie podría desear le invade al instante, haciéndole sentir culpable. Culpable por no haber podido evitar la catástrofe. Tendría que haberle llamado tras descubrir el ataque al Ministerio de Bulgaría. Podría haber evitado esto. Podría haber evitado todo. "¿Siempre has sido tan patética?". Aquel último pensamiento, procedente de boca de otra persona tan solo unas horas antes, convierte lo que hasta aquel momento había sido una tristeza insoportable en una ira intensa, emoción que no hace sino aumentar al ver el cuerpo de la pequeña Black. 

Hija de puta.- Aquellas tres palabras están cargadas de veneno y cualquiera que esté en contacto con la chica puede sentir como sus manos se cierran apretándose en dos firmes puños. Si le quedaba alguna duda de los sentimientos o verdaderas intenciones de Rebecca, todo aquello se esfuma al ver el cuerpo de la niña. Víctimas colaterales...¿se puede ser más hija de la gran...? Voy a destrozar tu vida. Ten por seguro que lo haré. 

Pero parece que las malas noticias no han hecho más que empezar. Sarah ha desaparecido. Ella y la loca novia de Ryan. Por un instante se le pasa por la cabeza que la segunda sea quien haya secuestrado a la primera, pero lo descarta. Por mucho que quisiese que la realidad fuera esa, no puede ser tan sencillo. Pero antes de que Liam pueda añadir nada más, Arianna se deshace suavemente de su abrazo, separándose lo justo para tener a los dos bajo su ángulo de vista.- Dadme un momento. - Sí. Había que hablarlo. Pero no así, no en esa habitación. Antes de separarse de los dos chicos, pronuncia unas últimas palabras, mirándoles a los ojos mientras lo hace.- Yo también siento lo vuestro. 

Sus pasos se dirigen hacia el montón de cadáveres, hacia los cabellos pelirrojos, característicos de la rama Weasley que destacan en uno de los cuerpos. Al llegar se arrodilla a su lado y lleva una mano a su mejilla, acariciándola, sin importarle que sus dedos queden bañados en sangre y que as marcas de sus muñecas, probablemente fruto de unas ataduras, queden a la vista de todos. - Papá...- le gustaría decirle un montón de cosas, le gustaría despedirse, pero sería inútil, ya no puede oírle. Aún así no puede evitar que de sus labios escapen unas únicas palabras: una promesa.- Vengaré tu muerte. Te juro que lo haré. - Y plantando un dulce beso en su mejilla, se levanta dirigiéndose a las dos personas que le están esperando, dejando aquella gran parte de su vida atrás. 

Al llegar junto a ellos su mirada a cambiado. En la palidez de su rostro, tan solo quedan los restos secos de las lágrimas derramadas. Por lo demás, todo atisbo de tristeza ha desaparecido, sus sentimientos han quedado enterrados bajo el cadáver de su padre y todo lo que quedan en esos ojos verdes es una dureza extraña. - No hablemos de eso aquí. Salgamos fuera

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13/06/2015, 23:27
Narrador

No habías estado muy desencaminada. Todavía tenías grabado el cambio en su rostro y su cuerpo. El beso interrumpido por su falta de movimiento. Sus ojos posados sobre los tuyos, abiertos y congelados. La mandíbula tensa tanto como su cuerpo. Pero no se había marchado. No hasta que habían pasado el tiempo suficiente como para saber que no lo había rechazado... del todo.

Cerraste los ojos, obligándote a dejar todo eso en un segundo plano. Estabas a apenas medio metro de la puerta. Y tocaba darse un momento para pensar en el siguiente paso. No podía ser tan fácil como abrir la puerta y entrar en la casa. ¿Verdad? Algo te decía que debías intentarlo. Si se trataba de una trampa, cuantas más facilidades te pusieran antes cumplirían sus objetivos.

No pudiste contener la risa sarcástica. Estaba empezando a ser demasiado predecible. Con el picaporte entre tus dedos, empujaste la pesada puerta con cuidado. Ni un ápice de luz se colaba por la rendija. Respiraste hondo, intentando activar todos tus sentidos. En la otra mano, la varita preparada para reaccionar ante cualquier movimiento.

Pero no hubo ninguno. Hasta que tus ojos se acostumbraron a la oscuridad y viste la siguiente puerta. No tenía nada que ver con la primera. Esta era de hierro reforzado, con un panel informático muggle a su derecha. La pantalla roja y los números que le acompañaban dejaban claro que debías incluir una contraseña que, por supuesto, no conocías.

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13/06/2015, 23:54
Veronica Stein

Una vez en el ministerio me quedé en un discreto segundo plano, observando el mortífero escenario con gesto grave, seria como la estatua de un cementerio. Tenía una sensación extraña y terriblemente familiar, una horripilante sensación de dejà vu, tan real como las uñas que se me clavaban en la palma de la mano que tenía libre.

Aun sujetando el traslador, un juego de cartas, miré con conmoción como la pelirroja se inclinaba sobre el cuerpo inerte de su padre y por alguna razón, se me ocurrió pensar que detestaba las jodidas máquinas de café, la memoria a veces te sorprende. Sacudí la cabeza de forma casi imperceptible, obligandome a centrarme. No podía hacer más, necesitaban su momento y Greg se marchaba, escabulléndose de forma más que efectiva entre la confusión.

Y una mierda...

Apreté la mandíbula y le seguí con discrección. No se me había olvidado porqué estaba aquí en primer lugar.

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14/06/2015, 15:59
Berenice Blair

No podía decir que la reacción de Isaac la pillara por sorpresa, de hecho era más o menos lo que esperaba. Pero si él esperaba algún reproche o alguna exigencia por su parte se equivocaba. Se lo había dicho porque le parecía que en aquel momento necesitaba saber que alguien vivo le quería para devolverlo un poco a la realidad del mundo claro que sabía que la jugada podía salirle terriblemente mal. Ella estaba convencida, fuera cierto o no, de que Isaac estaba enamorado de ella pero que él no lo sabía o bien no quería reconocerlo. El problema radicaba en que posiblemente si lo supiera la alejaría de él.

Pero había decidido que era el momento de tomar riesgos y por eso tras aquel segundo de desconexión apartó aquel asunto a un lado. No, definitivamente no pensaba preocuparse por aquello en un momento donde había asuntos más acuciantes así que sin esperar a ver si Isaac había tomado su posición, abrió la puerta con cuidado.

La oscuridad se cernió sobre ella. Sus dedos, sudorosos, se cerraron con más fuerza alrededor de la varita mientras sus ojos buscaban desesperadamente adaptarse a la negrura de su entorno, sin atreverse a lanzar un lumus para no alertar de su posición. Con ese mismo fin cerró la puerta inmediatamente para que la escasa luz exterior no dibujara su silueta.

No fue hasta que no se adaptó a la oscuridad que no se dio cuenta de que los únicos ojos que la habían estado observando era, probablemente, los de la araña que descansaba en su red y por la manera en que disfrutaba de su presa cabía pensar que ni siquiera para ella había estado digna de atención.

Avanzó con cautela para no tropezarse hasta ver un panel claramente muggle. Arrugó la nariz con extrañeza. ¿Objetos muggles en Hogsmeade, la única población enteramente mágica de Gran Bretaña? Era bastante raro, tanto que por un momento su mente empezó a divagar sobre quién habría instalado aquella tecnología allí hasta que por fin la atajó hacia el asunto que la concernía: una puerta que no podía abrir. Por lo menos no al modo muggle.

Metió la mano en su bolsillo, hurgando en él hasta dar con los Polvos de Oscuridad Peruana que habían estado aguardando a ser útiles desde la fatídica noche de Halloween. ¿Sería aquel el momento? Por si acaso, prefería estar preparada porque su siguiente acción sí que atraería la atención de cualquiera en diez metros a la redonda.

Adiós al sigilo.

- ¡Bombarda!

- Tiradas (1)
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14/06/2015, 17:00
Ryan Jackson

En aquel preciso instante, mi vista permanecía perdida en el vacio intentando encontrar dos piezas que encajaran en aquel extraño y bizarro puzle. Nombres, lugares, sucesos y promesas se mezclaban mientras iban y venían hasta que Liam me llamó por mi nombre. El claro ejemplo de que estaba lejos de allí, mentalmente hablando fue que mis ojos se encontraron con los de Liam, pero todavía no lo había enfocado en un primer lugar.

Su figura, borrosa durante los primeros segundos fue tomando cierta nitidez a la par que a una cámara muy, pero que muy lenta, iban saliendo la segunda y tercera palabra a la par que mi corazón tomaba cierto ritmo acelerado. Sentí el aire en mis pulmones, bajando la mirada hacia el grupo de cadáveres y prestando atención al último detalle que había escapado a mi visión inicial.

Un sexto cuerpo tapado con una sábana.

En aquel preciso momento, situándome en el peor de los escenarios pude notar como algo se rompía dentro de mí. Como me faltaba el aire y el dolor físico había pasado a ser solo un guiño puramente anecdótico. Yo ya lo había perdido todo. No me quedaban amigos, ni familia. Estaba solo, completamente solo... restándole a ella.

La última palabra de Liam confirmó que aunque no se trataba del peor escenario posible, si se trataba de una de esas pocas personas que aun me importaban. Katherine Black. Restándola a ella, lo más parecido a una familia que me quedaba.

Por eso, a partir de aquel momento mi entorno pareció oscurecerse, así como el sonido parecía distorsionarse en el tiempo y el espacio. Cada paso que daba solo era para acercarme un paso más a ella, hasta dejarme caer de una forma abrupta junto a ella. Como un saco de patatas que caía derribado por la gravedad. Solo era capaz de mirar el perfil de la sábana mientras una imagen mental me mostraba lo que había debajo.

Apreté el puño, tragando saliva en un rotundo silencio, totalmente desconectado de la realidad. Mi mano se alargó hacia aquella sábana, tirando de ella lo suficiente como para destapar su rostro.

Solo era una niña.

Después de varios segundos, mi vista seguía clavada en ella. No me movía, no era capaz. No hablaba, no me salían las palabras. No razonaba, no podía. Me había visto una vez más transportado a una rápida proyección de todos aquellos cadáveres, de todos aquellos muertos que dormían mientras yo permanecía de pie junto al ataúd y los llantos se convertían en toda orquesta que el momento necesitaba. No escuchaba a nadie llorar. Solo era una niña, y yo era el único que ella podría haber considerado familia que era sabedor de que estaba muerta.

Con mi mano derecha, agarré aquella tela para volver a cubrirle la cara, en una silenciosa ceremonia. Aquello volvía a repetirse. Cerré los ojos, intentando no derrumbarme allí mismo cuando reparé en algo. En Ella. - ...Liam.... - Apreté los dientes, intentando sustituir aquel sentimiento de culpa o resignación por algo más provechoso como ira o rabia. - ...Katherine estaba a su cuidado... - Abrí los ojos, girando la cabeza hasta que pude meter a Liam en mi campo visual.

Mirándolo fijamente.

- ¿...dónde está ella...? - Su respuesta no tardó en llegar. Aquella primera frase, tenemos que hablar, solo fue la antesala del jarro de agua fría más grande que me habían echado encima en mi vida. Han desaparecido. Aquella frase hizo que buscara automáticamente un culpable. Y lo tenía delante, por supuesto.

De un salto me puse en pie cargando directamente contra Liam, agarrándole de la pechera y mirándolo fijamente. - ¿¡¿Cómo que han desaparecido?!? ¿Dónde estaban? ¿Dónde? - Guardé silencio, mirándolo fijamente. Yo había cumplido mi parte, la había traído de vuelta. - ¿...dónde...?  - acabé por susurrar en lo que dejaba claro que era un acto de desesperación en el sentido más clásico.

Lo solté. Matarlo allí mismo con mis propias manos no habría servido de nada. Ni siquiera estaba seguro de haber podido hacerlo teniendo en cuenta el estado en el que me encontraba. Ahora, mientras el bajón machacaba mi consciencia, culpa y mente, el dolor físico volvía a ser un problema de gravedad que me hacía plantearme volver a sentarme... o esta vez sí, a quitarme la dichosa camisa.

- Arianna tiene razón. Salgamos. -

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14/06/2015, 17:46
Liam Nathiel

La forma en la que Ryan me embistio me pillo totalmente desprevenido. A decir verdad, a pesar de que me habia preparado para cualquier reaccion posible, lo cierto era que era imposible estar preparado para vivir el dolor de ambos, de forma simultanea ademas.

Mi mirada se alternaba entre ambos, mientras se acercaban a sus respectivos cadaveres y, finalmente, me deje caer contra una de las paredes, demasiado agotado fisica y mentalmente para sostenerme siquiera sin aquel apoyo, cerrando los ojos un instante.

Alli fue donde Ryan me agarró, zarandeandome, sin que yo siquiera ofreciera resistencia. Y es que, a pesar de no haber tenido que ver nada en todo aquello, lo cierto era que la idea de que Ryan acabara alli mismo conmigo resultaba hasta gratificante. Si me mataba, todo aquello acabaria, dejaria de doler, dejaria de sentir aquella angustia. Por fin podria descansar.  Sin embargo, ni siquiera el parecia por la labor, tan agotado o mas que yo que ni siquiera tenia fuerzas para canalizar aquella ira.

Volvi a dejarme caer contra la pared cuando dejo de zarandearme, manteniendo mi mirada clavada en el, una mirada cargada de significado, de impotencia, de frustracion y de rabia, un sentimiento que dejaba claro que, bajo mi punto de vista, aquello se podria haber evitado, que tenia un culpable.

Y, sin mediar palabra alguna, eche a caminar, deslizando un cigarrillo que no llegue a encender hasta mi mano, mas como una especie de talisman que como otra cosa. No iba a fumarmelo. Alli y entonces no.

-Isabella y Sarah estaban a su cuidado, hasta que Grey fue a buscarlas, para traerlas hasta Las Tres Escobas, tras el atentado, para tomar parte en la reunion con Andelin y compañia. Tras la reunion, se las volvio a llevar, justo antes de hablar con vosotros. Cuando acabamos la conversacion, supe que algo no iba bien, sabia que de alguna forma no nos habiais dicho toda la verdad y tras ver los que habia sucedido en el ministerio, cansado de esperar y de escuchar una y otra vez que no ibamos a hacer nada aun, me plante en casa de Isabella, dispuesto a ir con ella a buscaros, a Bulgaria. Tenia miedo de que os hubiera pasado algo, y sabia que ella me acompañaria. - dije, mirandolos a ambos, una vez en el exterior- Sin embargo, cuando llegue, no habia nadie en la casa. Todo estaba literalmente helado. Y, tras buscarlas por todas partes, di con una habitacion con las paredes cubiertas de hielo. Y alli fue donde la encontre, en el suelo, completamente sola. No podia dejarla alli, y la traje... No podia abandonarla... - dije entonces, tragando saliva, sintiendo como las emociones volvian a ahogarme.

-Creo que el es el culpable. El las saco de la casa. El dejo a Katherine sola, sin decirnos nada al resto... Creo que Grey allano el camino para que mataran a Katherine... Y creo que ambas pueden estar en Sofia, en los laboratorios de Clarks. Es alli donde Rouvin me dijo que estaban... Alli donde quieren que vayamos, tras la reunion de esta noche... - segui dando a Ryan la explicacion que creia que merecia- Lo siento... Yo... No lo sabia... Ellas debian ir a casa... Debian haber vuelto alli... - le dije, mirandolo, con el rostro completamente desencajado,  la sensacion de haberle fallado. El habia traido a Ari de vuelta, la habia protegido, la habia cuidado, tal y como le pedi. ¿Y que habia conseguido yo? Que su cuñada acabara muerta y su novia desaparecida.

Realmente merecia que me estrangulara alli mismo.

Notas de juego

¿Marco a Veronica? Se supone que se ha ido, ¿no?

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14/06/2015, 18:08
Narrador

Tu hechizo fue acompañado de un fuerte cruijdo que te sacó una gran sonrisa. Parecía que había funcionado. Aun así, tu cuerpo seguía en tensión, sujetando los polvos en una mano y la varita en el otro lado.

Durante un par de segundos te quedaste en silencio, escuchando como se desvanecía el sonido de la explosión. Pero la tranquilidad duró poco. Ni siquiera levantaste un pie que unas fuertes sirenas comenzaron a sonar, acompañadas de unas intermitentes luces rojas cegadoras.

Tus párpados se abrían y cerraban constantemente, en un intento de ver lo que ocurría a tu alrededor y, a la vez, protegerte de la amenaza. No obtuviste mucho éxito. El sonido era cada vez más ensordecedor, y cada vez te era más dificil ser consciente de lo que estaba pasando.

Fue entonces cuando el sonido se paró, las luces se apagaron, y llegó el verdadero silencio. Junto a la capucha que inesperadamente rodeó tu cabeza, los fuertes brazos que tiraron sobre ti y te tiraron al suelo. Antes de que pudieras responder unas cuerdas rodearon tus brazos y piernas. Y en abrir y cerrar de ojos, estabas levitando en dirección desconocida. Sin señales, sin sonidos, sin palabras.

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14/06/2015, 18:26
Narrador

Te moviste rápido y conseguiste no perder de vista a Greg. Se había alejado lo suficiente como para perder de vista a tus nuevos 'compañeros', adentrándose en una zona todavía más derruida que a la que habíais llegado. Seguramente, habría sido allí dónde se había recibido el mayor impacto. Te entró un escalofrío al darte cuenta de que se trataba del despacho del Ministro de Magia, de quien no habíais tenido noticias hasta ahora.

Ese pensamiento desapareció en el momento en el que la viste a ella. La persona a la que Greg iba a toda prisa, dirigiéndose a una de las zonas donde podrían pasar más desaparecidos. Apenas necesitaste tiempo para saber que se trataba de Erika Rouvin. Era idéntica a su hermana, pero solo ella tenía esa frialdad, seriedad y ligera altivez.

- ¡Verónica! ¿Cómo estás? ¿Cómo ha ido todo? - La voz apremiante de Ethan impidió que te acercaras hacia ellos. No escuchabas nada de lo que estaban diciendo, pero parecía importante. Por otro lado, también necesitabas hablar con el chico. ¿Por qué siempre se te complicaban las cosas?

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14/06/2015, 18:50
Narrador

Todavía sin la respuesta de Ryan, y más destrozados que nunca, os alejasteis de allí. A uno de los pisos inferiores del Ministerio, donde pudierais hablar con tranquilidad, fuera de miradas ajenas y lejos de la visión de los cuerpos inertes de vuestros seres queridos.

Os sentíais agotados, pero no podíais parar en estos momentos. Necesitabais poneros al día y descansar. Las cosas iban a ponerse todavía mas feas.

Cargando editor
14/06/2015, 19:52
Veronica Stein

Seguí los pasos de Greg procurando no hacer ruido, sorteando los restos de moviliario y cascotes con movimientos fluidos y seguros, como un gato. Me sentía extraña, hacía solo unas horas que había recorrido esos mismos pasillos limpios, llenos de ruido y gente atareada, y ahora, ahora la mayoría habían quedado reducidos a un amasijo informe de madera, cristales, hierros y cascotes, todo ello bajo la onírica visión de las escasas vetas de luz que atravesaban el polvo en suspensión. Tragué saliva al reconocer el despacho del mismísimo ministro de magia, ¿cuanto tiempo llevarían planeando esto?.

Aquella pregunta y todas las que la seguían quedaron irremediablemente relegadas en un segundo plano en cuanto descubrí la identidad de la persona a la que Greg buscaba con tanta premura: Erika Rouvin. Entorné la mirada suspicaz, arriesgándome a acercarme un poco más al resguardo de las sombras.

En esas estaba cuando la voz de Ethan a mi espalda hizo que saltaran todas mis alarmas, obligandome a detenerme. Era la segunda vez en el mismo día que me sorprendía de un modo muy similar.

- Oh, Ethan – me llevé una mano al pecho con expresión de fingida sorpresa y confusión. – Merlin… ¿estás bien?, ¿como…?, ¿quien…?- desvié la mirada un instante a mi alrededor antes de volver a centrarme en él, en mi papel de inocente y confundida becaria- ¿Que ha pasado? - pregunté con el rostro lívido, percepción que se acentuaba aun más al no contrastar con mi acostumbrada melena oscura.

- ¿Que como ha ido? - Su última pregunta sí que logró descolocarme de verdad, ¡¿Que clase de pregunta era esa?!, – Ethan era una trampa - añadí frunciendo el ceño, tratando discretamente de no perder de vista a Greg y a Erika. - ¿Y Andrea?, ¿está bien? -

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14/06/2015, 23:33
Berenice Blair

Estaba tensa y alerta pero aún así el sonido que siguió a su hechizo consiguió arrancarle una amplia sonrisa satisfecha que reflejaba cuán alejada estaba en verdad de la antigua Vinny. Había perdido parte de su sentido de la gravedad al encontrarse disfrutando de los pequeños logros que le otorgaba aquella vida tan desagradecida que llevaban.

Por supuesto, aquello era un error. Si algo le sobraba a la antigua Vinny era sensatez y ella habría sabido que regodearse por una pequeña victoria sin sentido era absurdo e incluso imprudente. No bien hubo cesado el sonido por su explosión la locura estalló a su alrededor en forma de luces rojas y pitidos ensordecedores. Era sobrecogedor, abrumador, tanto que le resultaba difícil permanecer centrada. Su instinto la forzaba a llevarse las manos a los oídos y a cerrar los ojos mientras que su cerebro racional le impelía a mantenerlos abiertos a la par que mantenía la posición de guardia, varita en ristre. Por desgracia ninguna de aquellas dos partes parecía vencer la victoria y Vinny se encontraba parpadeando como una tonta como si de aquel modo pudiera evitar quedar ciega y a la vez ver a alguien acercarse.

No sirvió de nada. Sólo gozó de un segundo de paz en que estuvo a punto de derrumbarse, demasiado abrumada por la sobrecarga sensorial cuando unas manos se encargaron de cumplir con los deseos de su cuerpo. Sin poder oponer resistencia su rostro quedó cubierto por una capucha mientras su espalda tocaba el suelo durante el breve instante en que tardaron en lanzarle un hechizo para hacerla levitar, atada e indefensa.

La capucha se pegaba a su boca y nariz mientras respiraba como loca, con la adrenalina recorriendo sus venas como puro fuego. Movió sus dedos a la desesperada, intentando llegar a la cuerda pero su movilidad estaba restringida. ¿Cuándo había perdido la varita? Sin embargo, aún notaba el pequeño sobre que contenía los polvos. Estuvo tentada de dejarlos caer y sumir todo en una oscuridad absoluta que ni el lumus podría atravesarla pero era consciente de que tampoco podría ir a ningún sitio. Pero quizás, si Isaac entraba a por ella, podrían serle de ayuda.

Se mordió el labio con tanta fuerza que estaba segura que se hizo sangre, algo en lo que prefería no pensar. Pero por lo menos la ayudó a mantenerse cuerda y momentáneamente serena. No, no dominaba la situación aunque tampoco estaba muerta, ¿no? Aquello tenía que significar algo.

- ¿Quién eres? - exigió, como si estuviera en posición de pedir algo así. Si se paraba a analizarlo sabía que los brazos de su madre no eran tan fuertes y que aún bajo imperius sus métodos nunca serían tan muggles -. ¿Dónde está mi madre?

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15/06/2015, 14:17
Arianna Weasley

Arianna observa en silencio la reacción de Ryan a la noticia. En su interior brotaron sentimientos de empatía, una rabia muy similar a la que estaba descargando el chico. De todas maneras, lo único que hace es apretar los labios esperando que pase. Liam no tiene la culpa de todo aquello. Ya tenían suficiente con que todos los adultos y miembros de ambos ministerios desconfiasen de ellos como para empezar a amenazarse entre sí. Menos aún, cuando Liam también acababa de sufrir una enorme pérdida. Cuando Ryan le deja en paz, Arianna se acerca al exgriffindor y le acaricia levemente el brazo, mientras camina a su lado. 

No es culpa tuya. 

Cuando llegan a un sitio apartado donde, a primera vista, no parece haber nadie más, Liam añade detalles sobre su versión de los hechos. Conforme avanza en el discurso, el ceño de Arianna se va frunciendo. No tiene ni idea de quien se supone que estaba a cargo de la protección de las chicas en un primer momento, pero le interesa más la parte en la que el chico expone sus sospechas. 

Grey...¿sospechabais de él antes? - Entonces el chico añade algo más: los laboratorios de Clarks, Sofía, Rouvin...La cara de Arianna es todo un cuadro.- ¿Cómo sabe Rouvin todo eso...?- ¿Podían fiarse de ella? ¿Podían fiarse de alguien?. Lo único que tenía claro era que volver a Bulgaria no era muy buena idea si querían seguir vivos, al menos dos de ellos. 

Liam. Hay un par de topos aquí. Hay que averiguar de quienes se trata. Quizás podáis hacerlo vosotros dos mientras el resto vamos a Bulgaria. Si vais a Bulgaria Rebecca os matará.- su rostro se endureció tras decir esas últimas palabras, pero de su boca no salió nada más. 

Arianna deja caer el peso de su cuerpo contra la pared de uno de los lados. Se siente agotada pero salir de aquella sala ha sido como un soplo de aire fresco para sus pulmones. Su cerebro al menos era capaz de pensar un poco. 

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15/06/2015, 21:21
Ryan Jackson

Caminaba como un alma en pena. No por lo que sentía, aquello hacía muchos años que había aprendido a tragarmelo, apretar los dientes y a no mostrar sentimiento alguno a la palestra, fuera lo que fuera aquello que se cociera en mi fuero interno. Era el dolor físico lo que me obligaba a marchar más lento de lo que me habría gustado.

Cuando nos hicimos con un lugar más privado, golpeé la espalda contra la pared, apretando los dientes y mostrando una mueca de dolor mezclada con rabia en estado puro, en un deje de mostrar lo que sentía y pensaba. Dejé que la espalda se deslizara hasta acabar sentado en el suelo con cierto aire derrotado, apoyando la frente en las rodillas.

Escuché el relato de Liam sin decir palabra. Sin queja, sin interrumpir, sin moverme. Si no fuera por el suave temblor de los puños, bien se podría pensar que estaba incosciente, o muerto. Apretaba los puños como si aquella fuera la única vía de escape a todo cuanto ardía en mi interior. A aquel deseo de destrucción gratuita contra cuanto tenía a mi alrededor y que era incapaz de ejecutar por limitaciones físicas.

El final de su relato solo me arrancó una frase. - Era una pradera verde, eterna. En lo alto había un árbol con una mesa de madera. Allí estaban todos alrededor de Rebecca, recibiendo a los recién llegados... y entonces me ví llegar. - Repetí de forma mecánica como si de algún chakra se tratara, como si aquella frase hubiera ocultado algún significado que llevaba buscando desde hacía meses... y todavía no lo había encontrado.

Pero fue algo que dijo Arianna lo que hizo que alzara la cabeza, que despertara. Que hizo que olvidara el dolor para ponerme en pie y cargar hacia ella. Avanzar hacia ella a paso ligero hasta quedar cara a cara con ella. - ¿Quedarme aquí cuando es mi novia la que esta allí? - Le pregunté claramente, señalando con la mano hacia el infinito. Fue entonces cuando afirmó que si marchabamos, Rebecca nos mataría. - Entonces id preparando las rosas. - Dejé clarísimo que iía aunque aquello fuera mi tumba. No dejaría a Isabella allí, a merced de aquella hija de puta. Precisamente lo que quería evitar dejándola aquí, en Londres, era que ocurriera aquello, y parecía que el destino tenía otras intenciones.

Resoplé.

- Como iba diciendo Arianna. - La miré, antes de volver a mirar a Liam. - Tenemos como mínimo, dos topos. Por suerte, a uno le tenemos bien echado el cerco. - Apreté los dientes, mientras clavaba las uñas en la palma de la mano.

- Cuando llegamos, sabían que ibamos a ir. Nos estaban esperando. Dejaron que entraramos al Ministerio y al salir, nos golpearon y nos metieron en varios coches. No tengo claro si el atentado iba en realidad contra nosotros, y la manía persecutoria de una búlgara nos salvó la vida, pero sea como sea, sabía que ibamos allí. Y solo había seis personas que conocieran esta información. Tres de ellas están aquí. Otras dos son Vinny e Isaac y por último, tenemos a la zorra de tu exnovia, Starks. Uno de ellos es uno de los topos. El otro de los topos es alguien que debía estar trabajando como agente doble, pues ofreció muchísima desinformación al Ministerio inglés. - Retrocedí lentamente hasta dar con la pared, y repetir el gesto, dejandome caer por ella hasta alcanzar el suelo.

- Allí el Ministerio se ha hecho con el control del pais, Liam. Secuestran a la gente por la calle, metiendolos en coches donde no vuelven a aparecer. El departamento de objetos muggles estudia sus armas. Allí todo el mundo sabe que existimos. Sabe que podemos hacer. Los Búlgaros quieren vengarse por lo que hicimos allí. Por llevarles el acercamiento muggle. La pregunta es... ¿Que sabían vuestros padres? ¿Por que el acercamiento, si sabían que pasaría? Que querían cambiar, que querían hacer... cual era el plan. -

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15/06/2015, 22:38
Ethan Vaionali

- ¿Que qué ha pasado? - Te miró desconcertado, hasta incrédulo. Después pasó la vista a tu alrededor, como esperando encontrar algo que le indicara cómo habías llegado hasta allí. O con quien. - El Ministerio búlgaro nos ha atacado. Hemos perdido a gran parte del consejo superior, y... las cosas están un poco descontroladas - Tragó saliva, evitándote la mirada durante un momento. - Mi madre está bien. - Se notaba el alivio en sus palabras. - Lily y Valentine también. - añadió con rapidez. - Andrea... - se quedó callado durante un par de segundos, como si fuera algo que no se había planteado hasta el momento. - No sé nada de Andrea. Creía que habría venido contigo.

Esta vez fuiste tú la que se quedó congelada. No podías dejar de mirar a Ethan, aunque el ángulo te permitió ver un pequeño movimiento en Erika Rouvin. Como un amago de estar queriendo marchar. Por suerte, no se había decidido por el momento.