Partida Rol por web

- Joder...o sea que resulta que esta chica está tan pringada como lo estamos nosotros. - suelta a modo de reflexión acerca de lo recién descubierto sobre Verónica. No le había dado mala sensación cuando la habían conocido, pero ahora casi la sentía como alguien muy cercano. Prima de Sarah, había tenido la mala suerte de tener unos padres lo suficientemente curiosos como para acabar muertos. Como decía aquel dicho muggle, "la curiosidad mató al gato". - Sin duda. Si consiguió salvar algo de lo que recopiló su padre en sus inquisas eso puede resultar sumamente útil. Quizás incluso ella sepa cuál es la guarida de Clarks. - Trabajaba para el ministerio y como la mayoría o incluso la totalidad de sus miembros habría estado ocultándoles cosas. Olvidando mencionarlas. Todos parecían verles como unos malditos críos en los que no se podía confiar. ¿De qué han servido tus esfuerzos de los últimos años Arianna? Mira cómo ha acabado todo. Con la pérdida de la mayoría de sus seres queridos había empezado a dejar que las emociones se adueñasen de la razón más a menudo de lo que a ella le habría gustado. 

Entonces, sorprendentemente, Ryan se muestra de acuerdo con su plan. Arianna abre la boca para decir algo cuando este continúa y sus siguientes palabras le pillan completamente desprevenida. El calor en sus mejillas le comunica que se ha puesto roja como un tomate. Ante todo, evita mirar a Liam y desvía la mirada esperando que el rubor desaparezca cuanto antes. Está tonto. Por suerte, Ryan continúa hablando y eso le facilita el poder ignorar sus palabras anteriores. 

La chica no puede dejar de estar de acuerdo con muchas de las palabras del ex-Slytherin. Por supuesto que había sido un grandísimo hijo de puta durante mucho tiempo. Eso no se lo iba a negar. Pero también era cierto que, por mucho que le gustase seguir llevando el papel de malote, había cambiado. Había mucho de noble en sus acciones últimamente. Aunque su actitud pudiese seguir sacando de quicio con facilidad. Aún así, era un cambio a mejor. Si no lo hubiera sido, Arianna no se habría planteado en ningún momento el colaborar con él, el permitir algo así como una amistad. Y las amistades eran su punto débil. Esperaba que aquello no le impidiese actuar correctamente en el momento adecuado. 

Establecida la prohibición de decir palabra, Arianna alza el puño con el pulgar levantado en dirección a Ryan y el asomo de una sonrisa. - No eres tan malo como te gusta hacer creer.- murmura a las espaldas del chico, una vez que este comienza a andar de nuevo, incapaz de contener las palabras.

Y en ese momento, llega el codazo y las palabras de Liam. Arianna le devuelve el codazo ipso facto, con intensidad quizás más alta de lo que tenía intención. ¿O quizás no?- ¡Pero bueno!- exclama, fingiéndose indignada y soltando una pequeña risa. Pero el mensaje en sus ojos es otro. El mensaje en aquellas ventanas verdes es "quizás no sea tan mal plan".

Cuando se da cuenta de lo que está pensando, Arianna acelera el paso, alejándose un poco del ex-Gryffindor. - Venga. Tenemos que llegar a Hogwarts. - ¿En qué cojones estás pensando, Ari? Tienes cosas mucho más importantes en las que centrarte. 

Por suerte para Arianna, apenas quedaban unos metros para dar con la salida de ese oscuro, húmedo y ligeramente opresor túnel. Con el aire fresco, la tenue luz de los candelabros y los curiosos ojos de los cuadros, sería más sencillo dejar atrás esa tan inapropiada como tentadora proposición.

No tardasteis en comprobar que os encontrabais en una de las torres de Hogwarts, algo más alejadas del Gran Comedor de lo que os hubiera gustado. No os habían dado ubicación exacta, pero de ser algún lugar debía ser allí. Las tradiciones siempre se mantenían en Hogwarts.

- Es un peón con demasiada manga ancha.

Era la primera vez que Isaac había abierto al boca en todo el trayecto. Sorpresivamente, Andrea había seguido sus pasos, absorta en las escuetas y abstractas palabras que habíais intercambiado.

Por fin habíais llegado hasta la entrada principal de Hogwarts. Se trataba de un trayecto que no dejaba indiferente ni a quienes lo habían disfrutado centenares de veces. La puerta estaba cerrada, pero algo os decía que no tardaríais en dar con lo que estábais buscando.

- Os importa... - no necesitó decir nada más para que Verónica y Andrea entendieran la indirecta. No solo por el gesto de su mano, sino por la cortante tensión que había habido entre sus dos acompañantes desde el momento en el que se habían unido a ellos en la salida del bar.

Había estado pensando, al fin y al cabo no podía decirse que la conversación con Veronica y Andrea hubiera sido fluida y sin silencios incómodos. Ya había tomado la decisión de que Isaac debía irse y aunque lo único que le producía aquella determinación eran sentimientos negativos sabía que era lo que debía hacer para priorizar su seguridad, por más dolorosa que pudiera ser aquella separación.

Tal vez por eso no la cogió por sorpresa que el chico decidiera que era el momento de tener aquella conversación a solas, antes de encontrarse con Ryan y compañía. Le miró, sin intentar evaluar el humor del que se encontraba el chico pues poco podía hacer en aquel momento. Seguramente se sentía triste, herido, angustiado y enfadado, aunque no sabía en qué proporción aquellas emociones estaba relacionadas con ella, si realmente lo estaban de algún modo.

- Está bien - dijo por fin. No, no le gustaba que pensaran que no estaban juntos pero entendía la utilidad de ello. Teniendo en cuenta que acostumbraba a dar órdenes a Isaac esperando a que éste las obedeciera no iba a ponerse pejiguera por una idea suya -. Lo haremos a tu manera. Vamos a tener una discusión delante de todos. Te echaré en cara no haberme contado antes lo de tus poderes, te irás a dormir enfadado y por la mañana no estarás - a aquellas alturas le resultaba imposible conservar el tono analítico con el que acostumbraba a exponer sus planes pero tampoco iba a romper a llorar, o eso esperaba. Simplemente aquella gravedad que poco a poco se había convertido en parte de su registro de expresiones estaba patente en la mirada que le dirigía a Isaac, manteniendo una distancia prudencial con él -. Tenemos que acordar un sitio donde poder enviarnos cartas y recogerlas para que no sea fácil localizarnos a través de ellas - el anillo sería el último recurso para mantener el contacto pero no podía hacer más. Ojalá le hubiera dado el espejo a Isaac en lugar de a Ryan pero no se le había ocurrido que aquello podría pasar. Sacudió un poco la cabeza, tensa, mientras una parte de ella pensaba que era un error enviarlo lejos donde no pudiera controlar que estuviera bien -. Ahora que nos vamos a separar, tengo que pedirte un favor.

Isaac te escuchó en silencio. Lo serio, tenso y callado que estaba demostraba lo poco que le gustaba el plan. Tanto por alejarse de ti como por venderse ante los demás como un cobarde o traidor. Pero en el momento en el que frunció el ceño sabías que algo más le pasaba por su mente. Algo que por el momento se quedaría dentro de él.

- Muy bien. Podemos usar el apartamento de soltera de mi madre, está cerca de el Callejón Diagón. Dudo que alguien vaya a pasarse por allí apartir de ahora.

El sarcasmo con el que soltó la última frase te provocó un escalofrío. Para entonces, Isaac ya estaba pensando en tus últimas palabras.

- ¿Qué necesitas?

No mudó el gesto ante su último comentario pero decir que no le había gustado era mera palabrería vacía. Le daba miedo lo que pudiera pasar por la mente del chico en aquellos momentos, terror, porque sabía que sus pensamientos nunca habían sido tan oscuros y que ella, a pesar de sus pérdidas, posiblemente no llegara ni a comprenderlos.

Tal vez fuera por eso o por querer alargar el instante que empezó dando un rodeo en lugar de ir directa al grano.

- No te voy a decir que no intentes vengarte - empezó, con una leve carraspera en la voz -. Sería inútil por mi parte y además hipócrita porque yo misma pienso hacerlo. Pero últimamente - en la última hora, a decir verdad -, he estado pensando en lo que querría Faye. O tu hermano, o tus padres - le conocía demasiado bien como para saber que sus facciones iban a cambiar sólo por mencionar a sus seres queridos pero no intentó edulcorar el golpe -. Sé que mi hermana estaría o está triste de que yo no pueda ser feliz por culpa de su muerte. Ella no querría que la vengara, querría que rehaciera mi vida - torció la boca, y por un instante parecía que iba a sonreír, pero no lo hizo -. Pero sobre todo sé que estaría enfadada conmigo y no sólo por estar jodiendo mi vida de todas las maneras posibles sino porque ella quería a Jason, no sé que coño le ha pasado pero está claro que no es lo más normal que haya asesinado a sus padres, que no podía ser él. Sé que ella querría que intentara ayudarlo - pero no podía. No sólo porque todo pareciera ser mucho más urgente que aquello sino porque no sabía si podría perdonar al chaval aunque estuviera bajo imperius. Al fin y al cabo, no había perdonado a Moses -. ¿Puedes intentar averiguar algo más sobre él? ¿Localizarlo?

Por supuesto, sus facciones cambiaron por mucho que intentara controlarlo. Por ello apartó la mirada y dio un par de pasos hacia la izquierda, asegurándose que su rostro quedaba semioculto de ti.

- Lo haré - contestó sin pensarlo. A decir verdad, que Isaac tuviera una misión en la que centrarse mientras os ibais a Bulgaria era lo mejor que podía pasar.

Guardasteis silencio durante cinco largos segundos, en los que cada uno estuvo esquivando su propios demonios.

- Ten cuidado Vinny. No puedes fiarte de ninguno de ellos. Mantente cerca de Rouvin... y de tu hermano/B] - esa última palabra llegó justo en el momento en el que su mano rodeaba a la tuya, como esperando contener tu reacción. - [B]Todos esconden algo. Sobre todo 'ellos'. - Sabías perfectamente a quien se refería. Ryan y Liam.

Cerró los ojos mientras le aconsejaba desconfianza, sabiendo la verdad que había tras sus palabras y aún así doliéndole cómo su vida se había convertido en el paradigma de la misma. No es que nunca hubiera sido especialmente confiada pero los últimos meses habían sido un horror de dudar y ocultar. Los últimos días en Hogwarts habían empezado a marcar una diferencia que ahora volvía a hacerse añicos.

Respecto a fiarse de su hermano era algo que entraba en contradicción consigo misma pero a decir verdad llevaba meses haciéndolo aunque aquello supusiera insultos constantes por parte de ambos.

Sólo abrió los ojos cuando notó aquel gesto de acercamiento por su parte, mirándole al desnudo, triste y agotada y con por lo menos diez años más en el alma de los que tenía en el cuerpo.

- Todos escondemos algo, Isaac - respondió con un suspiro lacónico. Aquella era la máxima verdad, puesto que incluso él le había escondido algo importante. Ahí se acababa su conversación, su despedida. No estaba de ánimos para carantoñas y no creía que él fuera a ofrecérselas, ni siquiera una declaración de amor que de repente le hubiera llegado por inspiración divina. Aquello no era una novela y la vida de Isaac estaba demasiado rota en aquel momento, como le había pasado a ella, como para pensar en algo así, por no decir que él tenía más a encerrarse en sí mismo mientras que ella se había apoyado demasiado en él. Al final, decidió acercarse para darle un beso largo en la mejilla -. Ten cuidado tú también.

Pronto llegaría el momento de la actuación pero sabía que el adiós acababan de dárselo. Sólo esperaba que no fuera para siempre.

La estampa con la que os encontrasteis en el Gran Comedor os cogió desprevenidos. No solo por la cantidad de gente que había reunida (ahora entendíais por qué la ubicación inicial no era el lugar ideal para lo que estaba por venir), sino por las caras que se intercalaban en la gran habitación.

Las que más os llamaron la atención fueron las del sector más adulto. Tener a la viceministra de Magia, Mencia Vaionalli, el subdirector del Departamento de Seguridad Mágica, Jerald Carrow, el jefe de la oficina de Aurores,Erik Grey y otros altos cargos como el indescrifable Ayron Black en la reunión clandestina resultaba de lo más desconcentrante.

Colocada al lado de Vaionalli se encontraba Erika Rouvin, una de las personas a la que más esperabais escuchar. Incluso en ese ambiente parecía tener una excesiva influencia. Sus inseparables compañeros, Ethan Vaionalli, William Reedmon, Ian Muller y Dorian Strauss también estaban allí. Al igual que Andelin, marcando la distancia de rigor con el resto de los mortales.

Os costó algo más reconocer a otras figuras del Mundo Mágico como Constantin Blair, o los directores de prensa Evelyn Jackson y Rick O'Connor.

Algo más alejados, y con la misma cara de desconcierto que vosotros, algunos de vuestros compañeros: Reuben y Rachel Lacroix, Alex Connely, Oliver Teason, Daniel Brooks, Nicky Dupeaux. Y a escasos metros de ellos, Lucas Reedmon. Vosotros formabais una sola línea. Ocho personas dispuestas a llegar hasta el final. Se tratase de lo que se tratase.

- Gracias por venir. - La voz de Erika Rouvin no tardó en llenar la estancia. Con los meses se había vuelto incluso más fuerte, clara e imponente. Que no quedara eclipsada por la presencia de Vaionalli ya decía mucho de ella. - Muchos de vosotros ya conocéis gran parte de la información que se va a conocer aquí. Os pido paciencia, pues todos debemos saber a qué nos enfrentamos y en qué estamos a punto de vernos involucrados.

No necesitasteis mirar a los demás para saber que compartían la misma tensión que bloqueaba vuestro cuerpo.

- Llevamos algo más de un año trabajando con la resistencia búlgara, intentando desenterrar lo que durante tantos años ha sido un misterio. Y parece que estamos a punto de conseguirlo. - Como si hubiera sido invocado, en ese momento hico acto de presencia Greg. Junto a Biger Evens servían de apoyo para un débil y malherido James Jackson.

- Hace diez años los laboratorios del afamado mago y científico Frederick Clarks sufrieron una explosión. A pesar de no encontrarse su cuerpo, el daño de las instalaciones dejaban más que claro que a que había muerto. Hoy todo apunta a que no solo está vivo, sino que es la cabeza pensante de todo lo que está pasando a nuestro alrededor.

- Calculamos que hace unos veinte años Frederick Clarks, aprovechando su posición y acceso a medios técnicos, comenzó a hacer experimentos con magos descendientes de familias de sangre pura. - Prosigió, acompañándose de un movimiento de varita. En un abrir y cerrar de ojos un pequeño dossier apareció en vuestras manos. - Durante dos generaciones y con un campamento de verano como tapadera, experimentó con dos generaciones de magos. Podemos confirmar que su objetivo era dotar a estas personas de poderes especiales que los convirtieran en alguna especie de arma secreta. La razón de su existencia la desconocemos. En los papeles encontraréis las identidades y los sujetos que resultaron exitosos.

Primera generación.
-Derek Malfoy (ligado a Josh Malfoy): Activado. Desaparecido.
-Andrew Carrow (ligado a Victor Carrow): negativo
-Ethan Vaionalli (ligado a Regina Oswald): negativo
-Andelin Blair (ligado a Berenice Blair): latente.
-Muller Grey (ligado a Samantha Grey): Activado. Desaparecido.
-Ian Muller (ligado a Mathew Trial): latente.
-William Reedmon (ligado a Lucas Reedmon): latente.

Segunda generación.

-Sarah Clarks (ligada a Sofia Clarks): Positivo. Poder desconocido.
-Rebecca McLaggen (ligada a Alex McLaggen): Positivo. Telepatía.
-Isabella Black (ligada a Katherine Black): Activado. Desaparecida.
-Isaac Fisher (ligado a Kino Fisher): Positivo. Telekinesis.
-June Flatter (ligado a desconocido): Muerta.
-Janeth Smith (ligada a Jay Smith): Activado. Desaparecida.

- ... que sus investigaciones fueron más allá. - Os sorprendió que fueran una voz masculina la que ahora os daba información. Vuestros ojos buscaron ávidamente a Ethan. - Lo ocurrido con Moses Weather, Scott Seen y Jason Starks es el ejemplo de ello. Sangres mestizas convertidos en peones prescindibles para cumplir misiones suicidas. Por los reportes obtenidos de Bulgaria en los últimos años sobre desapariciones, muertes y mestizos convertidos en asesinos, creemos que echó mano de la dictadura para dar rienda suelta a sus necesidades científicas. Por desgracia para él, no fueron suficientemente cuidadosos a la hora de cubrir sus huellas, ni en sus intentos de volver a nuestro país. 

- Sabemos de buena mano que el ministro de magia búlgaro y la célula de Rebecca McLaggen marionetas de Clarks. Pero todo apunta a que encontremos incluso más resistencia. - Biger Evens fue el primero de los grandes 'adultos' en tomar la palabra. - La familia Oswald, Spence, el supuesto suicidio de Emmerick Jackson y el atentado en nuestro Ministerio llevan su huella. No en vano... - un pequeño movimiento a su lado hizo que parara de hablar. - No en vano... - continuó James Jackson - ... se ha encargado de acabar a quienes podían hacerle más daño. Bien por sus recuerdos o por su cercanía en el pasado.

- Por todo esto hay que estar preparados. - De nuevo llegó el turno de Rouvin. - Tenemos entre tres y cinco días para cumplir todos los objetivos. Los medios de comunicación - continuó, señalando hacia ambos directores - se han comprometido a cubrir nuestros movimientos. Los principales líderes de cada departamento se quedarán en el país para mantener la normalidad en el ámbito internacional. Los grupos son inamovibles. Cada uno debéis cumplir con vuestra misión.

- En el ataque al Ministerio desaprecieron gran parte de los documentos recopilados. Muchos de ellos que aún no habían sido descifrados. - Era la primera vez que hablaba Andelin Blair. Seguía siendo igual de deshumanizado y desagradable. - No creo que sea necesario recalcar lo importante que es que Lucas Reedmon y Berenice Blair vuelvan sanos y salvos. Matthew Trial está siendo buscado. No necesitamos más magos susceptibles a caer en el control de Frederick Clarks.

Grupo 1.
Misión: Rescate de Amycus Mcnair
Líder del grupo: Biger Evens
Miembros
-Berenice Blair
-Reuben Lacroix
-Rachel Lacroix

Grupo 2.
Misión: Rescate de Sarah Clarks e Isabella Black
Lider del Grupo: Ayrton Black
-Liam Nathiel
-Daniel Brooks
-Andrea Fabrizi

Grupo 3.
Misión: Secuestro de Frederick Clarks
Lider del grupo: Erika Rouvin
Miembros
-Verónica Stein
-Lucas Reedmon
-William Reedmon

Grupo 4.
Misión: Secuestro de Rebecca McLaggen
Líder del grupo: Andelin Blair
-Arianna Weasley
-Alex Connely
-Cassandra Williams
 

Grupo 5.
Misión: Secuestro de Anastas Yovkov (Ministro de Magia búlgaro)
Líder del grupo: Cassandra Black
-Ryan Jackson
-Isaac Fisher
-Oliver Teason
-Nicky Dupeaux
 

No os había pasdo desapercibida la ausencia del apellido Grey en la distribución. Estabais seguros de que al resto tampoco.

- Esta noche os reuniréis con vuestros equipos para preparar vuestros movimientos. - Por fin Mencia Vaionalli tomaba parte en el asunto. - Mañana partiréis. Seréis equipados con todo lo que necesitáis. Cualquier duda o comentario que tengáis, este es el momento de hacerlo.
 

El cielo estrellado que reflejaba el techo del Gran Comedor siempre era algo digno de ver pero aquel día no era lo más impresionante que encerraban aquellas viejas paredes. El cónclave ahí reunido empequeñecía la magnificencia de la sala con creces y lo único que pudo pensar al entrar fue en por qué querrían tales autoridades del mundo mágico británico codearse con chicos de dieciocho años. Realmente el mundo se estaba yendo a la mierda teniendo en cuenta que llevaban meses mintiendo y ocultando lo que había detrás de todo, creando debates que no eran más que mera pantomima, pura maniobra de distracción, todo por seguir engañando a la gente. Y ahora estaban ahí, iban a contarles la verdad, iban a depositar el futuro en ellos porque aunque todavía no lo supieran los adultos responsables ya habían sido derrotados.

Que visión más cínica de la vida, se dijo a sí misma mientras tomaba asiento y clavaba la vista en su padre con una ceja enarcada. Todos los reproches que solían acudir a su mente nada más verlo cayeron en saco roto aquella vez y aunque su mirada lo había buscado precisamente por la costumbre de evocar aquel tipo de pensamientos acabó por perder interés y buscar un nuevo objetivo en el que volcar sus frustraciones.

No lo encontró. Era gracioso pero no era precisamente porque los asistentes de aquella reunión tuvieran un expediente sin mácula sino porque sus quejas, su rencor, había empezado a perder identidad para dirigirse a aquella pandilla de ineptos que se aferraban al poder. ¿Quién les había dado derecho para autoerigirse salvadores del pueblo cuando a la vista estaba que no eran capaces ni siquiera con la motivación adecuada?

Al final y casi sin darse cuenta se encontró contemplando uno de los cuadros que hacía las veces de decoración y entretenimiento de la estancia. Ella no era así o no había sido así siempre pero últimamente la ineptitud la escamaba demasiado. Sino fuera porque hacía ya meses que habían cortado diría que Ryan estaba teniendo una curiosa influencia en ella que no podía calificar de negativa pero teniendo en cuenta los acontecimientos de las últimas horas, días y meses lo raro era que no estuviera toda la Gran Bretaña mágica empuñando las varitas contra los dirigentes de su país. Por desgracia llevaban demasiados años de bonanza y la gente se había aferrado al bienestar con tanta fuerza que temían lo que pudiera pasar si se soltaban.

Barrió la sala con la mirada hasta encontrarse con la de Erika, que en aquel momento había empezado a hablar para su audiencia repitiendo cosas que en su gran mayoría ya sabían. En otro momento habría estado asintiendo a la vez que seguía sus palabras con atención pero no ese día, simplemente había posado una mano sobre su boca mientras escuchaba a una de las pocas personas con autoridad a las que aún respetaba.

Su ceño se crispó levemente cuando la palabra fue pasando de uno en uno en lo que parecía ser un diálogo ensayado aunque por suerte se vio distraída cuando de la nada un dosier apareció sobre su regazo. Lo abrió y sus ojos no tardaron en dar con su nombre. Aquello ya lo sabía pero no dejaba de ser impactante. Se pellizcó el puente de la nariz entre dos dedos antes de desviar de nuevo la vista, esta vez posándola en su hermano que en aquel momento explicaba la distribución de los grupos, archivando la información de que supuestamente Clarks y Rebecca pertenecían al mismo grupo.

Le sonrió sin humor al verse envuelta en la misión de rescate al Ministro. No era por infravalorarse pero tenía claro que era casi la peor opción de aquella sala teniendo en cuenta que habría pelea y se desmayaba con la sangre. Por no decir que entraba plenamente en contradicción con su petición de mantenerla con vida. Si tuviera que juzgar aquella situación hacía alrededor de ocho meses hubiera dicho que claramente prefería sus poderes a su hermana pero ahora pensaba que simplemente era un cabronazo que por algún motivo tenía un extraño sentido patriótico que le llevaba a conservar parte de lo que en esencia era ser buena persona.

Por fin Mencia dio el pistoletazo de salida para las preguntas lo que la llevó a una encrucijada. Miró a Isaac de reojo. Mierda, aquello le iba a causar problemas pero le parecía lo más lógico.

- Hay algo que no comprendo. Estamos intentando detener a toda costa que surjan este tipo de poderes - aunque obviamente el fracaso era más que evidente cuando la larga lista de personas a proteger se había reducido a dos nombres, entre los cuales se encontraba el suyo -. Pero enviamos a Isaac a la boca del lobo cuando sabemos que van tras él, por no decir que tiene un poder que no controla y que podría poner en peligro a sus compañeros de misión. ¿No sería más sensato que se quedara aquí a buen recaudo entrenando ese poder?

- No me jodas.

A pesar de ser casi imperceptible, a ninguno os pasó desapercibido el comentario de Isaac al encontrar su nombre dentro de los grupos. Tampoco la mirada de odio destinado a su odiado 'compañero'.

Se había mantenido en silencio demasiado tiempo. Como todos aquellos cuyo nombre había aparecido junto a un ser querido muerto. Los cadáveres eran algo que cada vez era más rutinario, pero eso no lo hacía menos doloroso.

- ¿También vais a darn... - No terminó la frase. Se limitó a girarse incrédulo hacia Vinny, mientras daba un paso en dirección contraria a la que se encontraba ella. - Por encima de mi cadaver. - Con una sola mirada repasó a gran parte de los presentes. Nadie esperaba ver a Isaac en su mejor momento, pero la falta de emoción en sus ojos no podía ser nada bueno (*). - No veo que hayan tenido ningún problema en daros una misión a ti y a Reedmon. Preocúpate de sobrevivir, que yo haré lo mismo.

No hubo más palabras después de la afirmación de Arianna. Solo una mirada de desaprobación hacia la pelirroja, que después de mis palabras y su afirmación, aquel gesto solo hacía que apoyar la idea de la pelirroja como única verdad. En aquella sala, dejé aquellas dos bolsas en el suelo para tomarme un descanso. Ahora, en un espacio más abierto hice mano de uno de los cigarrillos cedidos por Liam, encendiéndolo con el mechero y dándole una larga calada, dejando escapar el humo por la nariz. Mi mirada escudriñó el lugar en que estaban, observando los cuadros. Había pasado mucho tiempo durante los últimos años buscando un lugar apartado y solitario como para no reconocer la base de la Torre Oeste.

Fue un suave golpecito en la bota lo que hizo que bajara la mirada rápidamente en busca del causante de aquello. Solo vi la bota teñida de rojo y mi mirada fue al techo, esperando algún desagradable regalo por parte de aquellos que habíamos dejado atrás. No encontré nada, y mi mirada me obligó pasar al autoexamen. El responsable era una herida abierta en el brazo, cuya sangre había conseguido traspasar las vendas. Con un resoplo hastiado, saqué de uno de los bolsillos otra venda, dándole un par de vueltas al antebrazo.

Al menos, disimularía el estado en el que me encontraba.

- Esto es la Torre Oeste. Lo mejor será comenzar por ir al Gran Comedor. - Acabé por decirle a la pareja de Leones, mientras me echaba el cigarro a la boca y recogía ambas bolsas, reanudando la marcha. Todo tan vacio, tan frio... tan muerto. La comparación entre el colegio y mi propia vida comenzaba ser inevitable, y lo peor es que tenía sentido. Los pasos resonaron en un trayecto sin palabras, sin gestos, ni nada significativo o importante. Cada esquina traía un recuerdo, no necesariamente bueno. A decir verdad, buenos recuerdos eran los que comenzaban a escasear.

Fue el detenernos ante las puertas del Gran Comedor, lo que hizo que pensara las veces que me había parado allí, esperando a que se abrieran... y jamás imaginé de aquella, que alguna vez me encontraría aquí, así. A punto de asistir a una reunión donde se decidiría el futuro del mundo mágico a todos los niveles.

Al abrirse las puertas, comprobé que habíamos sido los últimos en llegar. No es que me importara, pero no me gustaba llegar tarde. Di una larga calada, iluminando la punta del cigarro de forma deliberada, caminando hasta un lateral de la puerta para dejar con cuidado aquellas dos bolsas negras, y una vez de espaldas, volví a repetir aquel gesto para colocar más vendas sobre el antebrazo derecho.

Pero fue al girarme y enfocar a los allí reunidos, cuando me di cuenta del terrible cariz que estaba tomando todo aquello. La primera en la que centré mi mirada fue Mencia. La más incompetente de las Directoras, con diferencia, de Hogwarts. Y en su línea de trabajo solo había dos cosas: Incompetencia y excusas. Por supuesto, después de aquello no era difícil mejorar el plantel. Por desgracia, no fue así... ya que el segundo de la lista en mi visionado fue el pederasta e incompetente hijo de Mencia, Ethan Vaionalli. Siempre a la sombra de su madre, donde pudiera mamar de las viejas tetas de la más incompetente de entre sus iguales.

Por si aquello no fuera poco, y más propio de la Corte de los Milagros que de una unidad de combate, allí estaban gente de la categoría de Jerald, Erik, William, Ian, Dorian, Erika, Rachel, Alex, Oliver, Fisher, Daniel y Nick. Hacer mención individual de cada uno de ellos sería sobrestimarlos (Además, de sobrestimarlos de una forma exagerada), así que lo mejor era pensar que si aquello era lo mejor que podiamos haber reunido, lo mejor sería pensar en alguna forma imaginativa de suicidarse. La Gran Biblioteca podría ayudarnos en ello.

Por suerte, algunos balanceaban aquella ecuación que por momentos, iba poniéndose de lo más difícil. Ayron Black, el Señor Blair... y nada más. Quizás una de las cosas más destacables al llegar fuera que ni miré a mi madre, allí en cuerpo presente. Mis saludos se dirigieron (y se limitaron) a Ayron y el Señor Blair, los únicos que daban medianamente la talla entre los adultos. No hubo saludo para mi madre, ni una mirada, ni un gesto. Para mí solo era otro incompetente allí presente, que no había movido un dedo ni siquiera cuando lo había necesitado.

Tomé asiento, en el más rotundo silencio.

Las únicas acciones que mi cuerpo articulaba fueron, en primer lugar, seguir fumando con cierto desdén aquel cigarro a medio consumir. El otro, jugar con el mechero en la mano contraria, y, que a pesar de las heridas, hacia con cierta habilidad.

Cuando Érika abrió la boca, quedó clarísimo que la incompetencia de Mencia había llegado a un nivel cataclísmico, y además, delante de todo el mundo. Muy bien Mencia, siempre imaginando nuevas formas para demostrar que eres toda una Squib. No hubo nada que me sorprendiera de lo mencionado. Mi único ojo siguió centrado en la persona que hablaba, hasta que entraron en escena Evens y Jackson. Fue un alivio pensar que aquellos dos podían mejorar un poco las cosas, ahora, quizás, había una opción de victoria.

Cuando el cuaderno apareció, lo abrí, comenzando a leer. Según iban hablando de cosas que bien suponía, sospechaba o sabía, fui leyendo con detenimiento. Personalmente, a mi la lista me importaba una mierda. Solo buscaba un nombre, pero fue el hecho de encontrar otro el que me aguijoneo el pecho. Apreté los dientes, apartando la vista del cuaderno mientras intentaba que los recuerdos no me enviaran a las peores escenas de mi pasado cercano. Cerré los ojos, devolviendo la mirada a la lista para acabar encontrando el nombre que no quería ver allí, junto con el de su hermana al lado.

No dije nada. Decir algo estaría de más, eso estaba claro. No era capaz de razonar correctamente, intentando repasar mentalmente toda conversación o momento con ella desde el principio de curso. Pasé la pagina del cuaderno, observando los grupos y las misiones...

...así como los compañeros.

Estaba en uno de los pocos grupos donde no veía que pintaba en él. Para mí, habría tenido más sentido ir junto a Evens, o marchar en busca de Isabella. Joder, incluso la parte en la que iba a por Rebecca -con la intención de matarla, no de secuestrarla- le veía más sentido.

Pero no, me había tocado el grupo más incompetente. En primer lugar, Nicky. Alguien que se definía por torpe y no ser demasiado buena con los conjuros. Oliver, alguien que había tenido problemas para acabar el colegio por inútil. Isaac, que lo mejor que podía decirse de Isaac era que era un completo incompetente. Estaba claro que para compensar, me habían enviado a mí y a Cassandra.

Entonces llegó la pregunta de Vinny. No sabía si la hacía por pura ignorancia, o realmente era una pregunta. Que Isaac intentaría que en algún accidente con sus poderes, Cassandra o yo saliéramos mal parados era una verdad que todo el mundo conocía.

Y para miradas avispadas, podría ver que la mano con la que cogía el papel solo mostraba el dedo corazón en dirección a Isaac, en una disimulada y sincera respuesta a por donde podía meterse sus miraditas de estreñido. Eso es lo que podía hacer delante mío, mirarme mal pensando que me importaba una mierda.

Fisher... para ser Ravenclaw nunca has sido demasiado listo.

Pero la conversación entre Isaac y Vinny prometía. No diría lo contrario... Me sorprendía la forma de tratarla delante de todo el mundo, aunque claro, que podía esperarse de un gilipollas como él... por mi parte, tenía otros intereses ahora mismo.

- Nos veremos esta noche. - Fueron mis únicas cuatro palabras, poniéndome en pie de una forma solemne. Me di la vuelta, marchando hacia la salida del Gran Comedor sin decir nada más.

Cuando por fin sali de aquel tunel lo hice con una delgada sonrisa dibujada en mis labios, a pesar de la reaccion de Arianna... O mas bien por su mirada, es mirada que decia algo muy distinto a lo que contaban sus gestos y palabras. Una sonrisa que se ladeo ligeramente al escuchar, ademas, cual era la reaccion de Ryan a las palabras que habia dedicado al Slytherin.

No, si cinco minutos mas ahi adentro y comienza el apocalipsis.

Aquel pensamiento cruzo mi mente, al ser consciente de hasta que punto habiamos sido todos sinceros ahi adentro. Parecia que aquella cloaca habia sido mas eficaz que el mejor de los veritaserums.

-Bueno, tu si eso te lo piensas.. - fue lo ultimo que dije, preparandome ahora si, para aquella colleja, de la que quizas podia salvarme nuestra llegada a Hogwarts. O quizas no me la llevaba y entonces lo que mi mente habia deducido de lo que acababa de pasar se corroboraba. A saber.

En cualquier caso, alli estabamos, de nuevo en Hogwarts. Un Hogwarts muy distinto al que habia sido nuestro hogar en años anteriores. Ahora se antojaba vacio, tetrico, escalofriante. Un lugar gelido que distaba mucho de ser el calido colegio al que habiamos llamado hogar.

Mire a mi alrededor, observando aquellos pasillos en los que tanto habia vivido en los ultimos años. Y al acabar aquel reconocimiento, mi mirada se poso en Ryan. No estaba bien, se le veia a la legua- Ryan. - fue lo unico que dije, sin añadir nada mas. No era necesario. Aquella simple palabra era capaz de transmitir todo un mensaje: que si necesitaba ayuda o queria hacer un alto alli estariamos. Y que realmente, a aquellas alturas, me preocupaba su estado. Nunca lo habia visto tan hecho polvo. Ni siquiera despues de nuestros enfrentamientos en Hogwarts.

Aun asi, como era de esperar, el Slytherin no paro y acabamos por llegar al Gran Comedor, donde nos encontramos, por fin, con la plana mayor del reino, que parecia haber decidido salir de una vez de su escondrijo. Salude a Vinny con una media sonrisa, y alce una mano al ver alli a Reuben y a Rachel, las dos personas a las que mejor conocia alli... aparte de Lucas.

Mi sonrisa se ensancho al ver alli al chico, con el que ultimamente las cosas parecian haber ido mucho mejor, desde que Kate no era un obstaculo entre ambos. Hacia tiempo que habia enterrado aquel rencor y que me habia dado cuenta de que ella no merecia aquella pelea con mi amigo. Y, desde que nos encontraramos en Hogwarts la ultima vez, la cosa entre nosotros parecia haberse arreglado.

Le dedique un breve guiño, haciendole un gesto de que hablariamos despues, y observe a los adultos que conformaban el variopinto grupo que alli se encontraba, mientras por fin alguien se dignaba a dar lo mas parecido a una explicacion que habiamos obtenido en mucho tiempo.

Sin embargo, una vez mas, al termino de la explicacion quedo mas que claro que, para variar, nadie habia contado con nosotros, ni con nuestra opinion.

No es que me molestara la division pero, sinceramente, no la veia logica. En absoluto.Ryan con Fisher, en lugar de ir a buscar a Isabella, que habria sido lo mas logico. Y yo con el padre de Isabella, que probablemente no tardara demasiado en lanzarme descuartizado a una cuneta. En serio... ¿Quien habia hecho los grupos?

Suspire entonces, negando, e indique que iba a intervenir. Ya estaba cansado de callarme y asentir. -¿No seria mas logico que Jackson fuera en el grupo de busqueda de Isabella y Sarah? - dije, sin especificar los motivos, aunque aparte de la relacion entre ambos, quizas la seguridad de la mision era el motivo principal de mi pregunta- No tengo problemas en ofrecerle mi sitio si prefiere ir con ese grupo. acabe por decir, clavando mi mirada en Ryan, esperando que dieran o no el visto bueno a aquello. Era lo menos que podia hacer con el.

Entonces me di cuenta de que nadie hacia alusion a lo obvio: Grey. Ni estaba alli, ni nadie lo habia nombrado. Algo que no hacia mas que confirmar nuestras sospechas- Tengo ademas, otra pregunta. ¿Que hay de Grey? Supongo que el que su nombre ni siquiera haya aparecido significa algo...- dije claramente, esperando una respuesta congruente a mi pregunta.

Y entonces me puse en pie, con intencion de salir de alli tambien, cuando me acorde de los sacos, y del mensaje de Carrow. Y me acerque directamente a Erika, señalando los sacos que habian dejado en el rincon:

-A proposito. Carrow nos dio esto. Dijo que le disculparais, pero que no lo esperais. - dije entonces, mirando directamente a Rouvin, quien suponia que sabria de que iba aquello.-Que le hicierais llegar las cosas por el metodo tradicional..- reproduje todo lo que nos habia dicho el joven en Las Tres Escobas, mientras escuchaba de fondo, como Fisher protestaba ante la ocurrencia de Vinny.

- Tranquilizaos.

Las palabras de Andelin se mezclaron con el silencio de Vinny e Isaac y la marcha de Ryan. Justo antes de que tomara la palabra Liam.

- No, Nathiel. No tiene nada de lógico que Jackson esté en el grupo de búsqueda de su novia, amenazada de muerte, con poderes que desconocemos y con un desequilibrio mental palpable.

- Cuidado Blair. - Si Andelin se dio por aludido tras el aviso de Black no hizo alarde de ello. - Si no te sientes preparado... - continuó el joven con desinterés - ... podemos relevarte.

Cuando Liam se acercó a Erika esta se limitó a señalar una de las mesas de los laterales para que las dejara en ellas.

- Grey ha cambiado de bando. Se desconoce el motivo. Si ha sido manipulado o ha sido premeditado. - Evitó verbalizar la palabra 'traidor', lo que no hizo que no apareciera en vuestra cabeza.

- En las bolsas encontraréis tres tipos de botellas. Deberéis llevar con vosotros una de cada. La triangular es una poción para venenos mejorada. Os servirá tanto para comunes como complejos. La rectangular es una Rebastecedora de Sangre. - Guardó silencio durante dos segundos. - La más pequeña... es la más importante. Debéis tomarla si os encontráis con Rebecca MacLaggen. Os protegerá de su poder... durante un tiempo.

Al llegar al pasillo te diste un par de segundos para reflexionar. Una vez que la puerta se cerró dejó de escucharse cualquier murmullo del interior. No había tiempo que perder.

La realidad de que acabara matando a Andelin era cada vez más palpable. No solo era un incompetente incapaz de proteger a su propia hermana, un llorica que lo único que hacia era quedarse a un lado, amenazar a los más pequeños y esconderse como el cobarde que era cuando las cosas iban mal. Menudo un imbécil acojonado, se notaba que era un inútil con todas las de la ley y que no tenía lo que le hacía falta para ser un hombre para haber solucionado este problema antes. Necesitaba un grupo de niños que hicieran el trabajo por él, y, en el mejor de los casos, eso no lo dejaba muy por encima de ser el mierdas que era.

Por primera vez en años, la idea de que Rebecca le diera bien por el culo a alguien -como Andelin- se me sugirió como de lo más placentera.

Así que la primera parada fue la estatua de la segunda planta, metiendo la mano en aquella ranura vacia en busca de dos notas para saber si alguien las había cogido o no. La siguiente parada seria un lugar tranquilo, que me permitiera hacer un análisis de la situación y pensar en lo ocurrido. Además, desde el día de Halloween no había ido, y tenía cierta curiosidad de contemplar el lugar donde Faye había muerto. Aquel lugar agridulce donde había vivido lo mejor y lo peor de aquel colegio.

Por eso, puse rumbo a la Torre del Reloj.

No quería enfadarse con Isaac, realmente era contraria a entrar en el trapo tras lo sucedido aquel día. Pero claro, había circunstancias atenuantes, como el secreto de su poder del que se había enterado hacía apenas unas horas. Tal vez fue por eso que una pizca de irritabilidad asomó a sus facciones antes de que recuperara el control de sí misma y exhalara el aire con lentitud, a punto de perder la paciencia.

- Isaac - empezó lentamente -. No tiene nada que ver. Entiendo que estés cabreado - empezó con un tono un tanto condescendiente que enseguida se encargó de corregir, sabiendo que sólo empeoraría la respuesta del chico -. Si yo muero a las malas Andelin desarrollará un poder que incluso puede resultar de ayuda a la causa pero si a ti te capturan - puso buen cuidado en no mezclar sus sentimientos en aquello pues si le decía algo como que no quería que muriera estaba segura de que sólo lo incitaría a arriesgarse más - tendrán un arma poderosa en su favor. No te creas que todo lo que decimos es para joderte o es algo personal, joder, pero nos puede afectar a todos.

Tenía el presentimiento de que si aquella conversación no fuera fingida, Isaac estaría cabreándose igualmente. Quizás fuera de lo más oportuno porque así el chico no tendría problemas para fingir algo que realmente sentía. Tendría ganas de poner los ojos en blanco sino fuera porque en realidad estaba bastante destrozada con todo aquello.

Arianna no supo muy bien cómo interpretar el comportamiento de Ryan tras sus palabras por lo que evitó hacer ningún comentario y siguió caminando. ¿Cómo podía estar Hogwarts tan lejos? Tenía unas ganas tremendas de llegar, no solo por lo que iban a encontrar ahí y lo que necesitaban averiguar sino por olvidar un poco lo que estaba pasando dentro del túnel. Por ello, ante el último comentario de Liam decide hacer como que no lo ha oído, aunque no puede evitar poner los ojos en blanco y esbozar una fugaz sonrisa. 

Cuando llegan a Hogwarts el lugar está mucho más lleno de lo que esperaba. Tras recorrer a los presentes con la mirada, dedicando una cálida sonrisa a Lucas y Alex, llega al grupo de los más mayores. Su corazón le sorprende con un pinchazo. Si aquella reunión hubiese tenido lugar unos meses atrás su padre y su tío podrían haber estado en ella, vivos. Conforme los adultos se pasan la palabra de unos a otros la tristeza provocada por aquel último pensamiento se transforma en rabia. Si sabían ya todo aquello, ¿por qué no habían decidido actuar antes? ¿Por qué habían dejado morir a tanta gente y desaparecer a otros tantos? Que varios de los muertos o desaparecidos fueran importantes para ella todavía le provocaba más dolor. 

De todo lo que dicen, hay varias cosas que le sorprenden- como por ejemplo la existencia de aquella lista de la que les hacen entrega- y otras que consiguen aclararle muchas de las dudas que tenía. Así que por eso todos eran sangre limpia. Sin embargo, una de las cosas que más le sorprende es no encontrar el nombre de Ryan en la lista. Había dado por hecho que todos los que habían estado en el campamento habían sido sujetos de los experimentos de Clarks. 

- ¿Qué pasa con aquellos que estuvieron en los campamentos y no aparecen en las listas? ¿Podría ser que hubiesen más intentos exitosos o fallidos de los que no tengamos constancia?- había cambiado la palabra tengáis por tengamos por el riesgo de que lo tomaran como una ofensa. 

Entonces llega el momento de la verdad. Los grupos. No le sorprende ver la misión a la que ha sido asignada, puesto que la nota que le habían dado en el bar ya se lo había advertido. Aún así, aquel hecho no consigue evitar que la mente de Arianna se centre de nuevo en Rebecca. Había quedado claro que estaba en el bando de Clarks. Que eran parte del mismo gran grupo. Lo que no tenía del todo claro era si lo que hacía lo hacía bajo el control del hombre (al fin y al cabo él era quien le había convertido en un arma telepática) o por voluntad propia. La última vez que la había visto, le había parecido que la chica disfrutaba con lo que hacía y tenía motivos más que de sobra para odiarla- por su culpa, había muerto su padre y toda la familia de su tío. Pero, aquella amistad que antaño les había unido le gritaba que no podía ser así, que tenía que estar haciéndolo de forma forzada. 

Sacudiendo la cabeza, aparta la mente de esos pensamientos y los centra en los nombres de aquellos que van a convertirse en su nuevos compañeros. Esboza una pequeña mueca al ver el nombre del líder. Las pocas veces que había tenido el placer de cruzarse con el hermano de Vinny no habían sido encuentros muy agradables y lo cierto era que siempre le había dado mala espina. No le gustaba la idea de que estuviese al mando. ¿Y si le ordenaba matarla? ¿Sería capaz? Afortunadamente, no está sola en esa misión. Alex había sido asignado a la misma. ¿Quién te habría dicho que acabaríamos trabajando juntos en el mundo mágico? 

No conocía demasiado a la última integrante del grupo pero no le importa pues en ese momento Erika les aclara el contenido de los sacos y Arianna se acerca a ellos para hacerse con su parte. Guarda las dos primeras en su mochila pero la última la guarda en uno de los bolsillos interiores de su ropa. Ya había probado de primera mano lo que Rebecca podía hacer y no quería que volviese a suceder. O al menos eso pensaba. Quizás una pequeña parte de sí ansiaba lo contrario. Solo cuando se comunicaba mentalmente le recordaba a la vieja Rebecca. 

- Durante un tiempo...¿cuánto es eso más o menos?- echaba de menos el tener al menos dos más de pociones. Su grupo era el que seguro, si la misión tenía éxito, que se iba a encontrar con la susodicha. - ¿Están justas? Creo que al grupo al que he sido asignada nos vendrían bien unas pocas extra.