Partida Rol por web

Tras pasar el día en Magnimar, los agentes Pathfinder regresan a la Logia. Cuando llegan tienen las habitaciones preparadas en el primer piso de la Casa Bakrakhan.

Cuando están entrando en el edificio, Aura oye unos ruidos extraños en la zona de sus habitaciones.

Aunque Vors parecía ser un extrovertido y amigable aventurero, Giltain no tardó en separarse de sus compañeros. Para el mediano era primordial pasear por las marmóreas calles del Distrito de Alabastro, contemplar la solemne estatua conmemorativa a Alcadyan Indros -fundador de la ciudad- y después acercarse hasta el distrito de la Clave para pasar un momento entre los adivinadores de la Roca de los Videntes.

El sacerdote intentó aprovechar al máximo su tiempo, con lo que nis siquiera entró a una taberna a comer o beber, simplemente se dedicó a mordisquear las raciones secas que llevaba y a beber agua de su odre.

Una vez dada por finalizada la jornada de relax, regresó a la casa que había sido puesta al servicio de la logia. Allí se encontró con sus compañeros.

- ¿Qué tal se ha dado el día?- preguntó con una sonrisa en los labios. - Verdaderamente esta ciudad es una preciosidad... ¡¿No opináis lo mismo?!- buscando algo de conversación.

Hatake decidió que al final no le iria mal conocer a ese personaje que se hacia llamar Vors, por lo que pasó un rato en la taberna con él. Parecia autenticamente amable y era extraño para el ninja encontrar gente realmente autentica. En los circulos en los que solia moverse, el engaño y el subterfugio eran casi estilos de vida. Era hasta agradable.

Cuando decidió que habia tenido bastante, se disculpó y se alejó buscando lo que le interesaba. Cuando encontró una herboristeria bien surtida, memorizó su localización, y decidió explorarla ciudad. Buscó un lugar apartado para subir a la azotea de un edificio y se pasó la tarde practicando saltos y trepando, siempre evitando que lo viesen los guardias. Era agradable sentir la ciudad a sus pies, por decirlo de algún modo. 

Hacia el final de la jornada volvíó a la residencia donde se alojaban todos ellos. Se aseó un poco y dejó su mochiola en la habitación, aunque sus armas y herramientas las llevaba siempre encima. De ese modo iria mas ligero.

Se encontró con el mediano. 

- Si, esta... bien. - Para Hatake todas las ciudades eran muy parecidas, incluso las de su lejana tierra natal. Aunque este lugar tenia un aire de misterio muy estimulante. - Es un buen lugar. 

Tras hablar, la escurridiza tiefling se habia retirado a una zona mas oscura de la sala. Ella preferia pasar desapercibida en los contextos sociales como aquel. Le parecia que el entusiasmo de mediano estaba justificado pues, en verdad, la ciudad resultaba impresionante, pero  revelar tan claramente su admiracion lo hacia parecer impresionable y poco acostumbrado a viajar. 

Annis habia aprendido a cuidar las apariencias, pues la reputacion de uno podia ser una defensa mas eficaz que cualquier escudo en ocasiones.

Aura mira sorprendida al techo, como buscando algo... "Creo que tenemos un problema en el piso de arriba, oigo ruido."

Ante el comentario de la elfa, agudicé el oido y traté de entender de que hablaba. 

- Tal vez sea el servicio... - Le comenté a la elfa. En Tian la gente solia ser mas silenciosa, por lo que no me extrañaria que los que cuidaban de la residencia fuesen de un lado para otro son prestar atencion y deferencia a sus superiores sociales. 

Vors parecía satisfecho con la visita a la ciudad.

- Ciertamente es un ciudad interesante. La civilización, el refinamiento, el vino ... me siento embriagado. Pero esto no debe menoscabar nuestra valía. Mañana deberíamos buscar algun lugar apropiado para entrenarnos. ¿Alguno de vosotros querría prácticar algo del noble arte de la esgrima? Como una buena espada, la habilidad hay que afilar y cuidarla.

Al escucha a la elfa mencionar el problema, la mira inquisitivo.

- ¿Que hay arriba, dulve Aura? ¿Quien esta en el piso de arriba? 

Se lleva la mano a la espada pero aguarda indeciso intentando no provocar un incidente desenvainando por lo que pueda ser una tontería, mientras avanza hacia las escaleras del piso de arriba.

Al entusiasmo del mediano tampoco pudo sino sonreirle y arquear largamente una ceja en señal de cierta sorpresa. Isobel no habia sido una mujer que viajara en exceso, pero lo cierto era que el caos urbano no le iba demasiado. Preferia la tranquilidad del campo y a ser posible lejos de la vista de los demás hombres. Lugares tranquilos donde practicar la magia sin necesidad de estar bajo juicio continuo.

La bruja no habia escuchado nada en el piso superior, pero no se atrevió a llevarle la contraria a la elfa. Quizás hasta podia tener razón. Viendo que Montoyen se lanzaba a la carga, como buen e inocente espadachin, se levantó lentamente sin intención de subir, pero al menos estar preparada por si realmente pasaba algo.

La tiefling, al fin y al cabo, les habia dicho que habia problemas con los revoltosos goblins, asi que nunca estaba de mas el ser prevenido.

Aura se lleva el dedo a la boca haciendo el signo de silencio, y sube en silencio las escaleras. Para intentar sorprender al invitado inesperado.

Annis se deslizo tras Aura, como una sombra viviente, zambullendose en cada retazo de oscuridad que se encontraba, gracias a su infravision. Mientras hablaba, pronuncio unas extrañas palabras y gesticulo con su mano libre y, al instante, aparecio una imagen fantasmal de un escudo frente a ella, que parpadeo un par de veces y desaparecio.

La Magus desenvaino su estoque con un siseo metalico y se preparo para sorprender al asaltante.

Giltain intentó afinar su oído. La afirmación de la elfa lo arrancó de su utópica y afable ensoñación, al tiempo que sus compañeros se preparaban para un duro combate. El sacerdote extrajo su cuchilla con forma de estrella, un arma muy común entre los adoradores de la Dama de las Estrellas y pidió a su diosa que lo congraciara con la suerte.

-Desna, diosa juguetona, permite que mis posibilidades de éxito sean algo más factibles- susurró el mediano en su lengua materna, al tiempo que una discreta lluvia de estrellas brillantes cayó durante un lacónico segundo sobre su cabeza.

Aura abrió la puerta de las habitaciones, seguida por Annis y Vors. El lugar estaba revuelto de forma evidente, y al lado de la ventana había un goblin a punto de saltar, que giró la cabeza hacia la puerta y puso cara de asustado cuando vio a los Pathfinders aparecer tras ella.

Aura grita:"¡¡¡Al ladrón!!!", y salta con acrobacias.

Annis entró silenciosa como un gato, como Aura y vieron a un solitario goblin tratando de escapar. La magus no lo dudó ni un instante, sacó de su bolsa de conjuros un poco de lana y, pronunciando unas extrañas palabras y realizando un rápido pase mágico, trató de confundir la mente de la criatura para que se quedara aturdida...

El goblin parece ligeramente aturdido, pero se recupera rápidamente y se lanza por la ventana, aterrizando en el suelo junto a Aura. Inmediatamente, se lanza a correr hacia la muralla con determinación.

Al escuchar el grito de la elfa me puse alerta, Por el sonido de lo que ocurria, parecia que ese ladrón se dirigia afuera por lo que me fui corriendo hacia la salida. 

Isobel también salió hacia afuera, con intención de correr, el grito de Aura no venia desde arriba, sino ¡desde fuera!