Partida Rol por web

Pasan dos días desde el ataque de los Olímpicos y la situación es fatídica, el Arca de la Alianza, que era la única reliquia del Vaticano capaz de evitar la catástrofe, en manos de los Olímpicos...

Y por si no fuese poco, vuestro líder, el exPontífice Benedicto XVI había sido malherido durante el ataque de Dionisio... por lo que ahora queda el Cardenal Gregorio a vuestro mando, que os ha mandado reunir a todos para estudiar la situación y evaluar de cuanto tiempo disponéis para salvar a la humanidad...

Al principio, justo cuando regresaron al Vaticano, Eilish se movía de forma muy cautelosa y cuidaba no solamente su herida sino que también sus palabras. Callaba y observaba más que hablaba... Sin embargo, se la veía muy preocupada y constantemente pegada a su hermano, con el que parecía algo molesta. Pero cuando todos se enteraron del ataque de Dionisio al pobre Benedicto, pareció entristecerse más: aquellos enemigos estaban incluso dispuestos siempre a hacer daño a todos, daba lo mismo... Serían tan capaces de atacar a un anciano como a un niño... Era horripilante. Y para colmo, para satisfacerse y glorificarse, tirar un meteorito... ¿Hasta qué punto eran de degenerados aquellos seres? 

Aunque, meditando sobre lo ocurrido y viendo a su grupo,  algo hizo que se sintiera mejor: y era que Neithan había vuelto con ellos. El recordar que si el Señor quería eso, era por algo que escapaba a su comprensión, le tranquilizaba: porque si todo pasaba, era por una razón. Pensar en ello le hizo reflexionar sobre todo lo ocurrido.

En lo siguiente fue algo más expresiva, sobretodo con su hermano, al que se dedicó a echarle una buena bronca por meterse él también en líos. En el fondo sabía que Bertrand tenía una misión que cumplir, por poco que a ella le gustase, pero eso no evitaba el disgusto. También se interesó por aquellos compañeros suyos que habían llegado para ayudarles: se presentó ante ellos de manera educada, aunque no dejando de ser la torpe y tímida Eilish de siempre.

En cuanto a la llamada del Cardenal Gregorio, la chica acudió rápidamente, porque quería saber cual era el siguiente plan a seguir... Y analizar sobretodo sus posibilidades. De ellos dependía todo, al fin de al cabo.

Al terminar la batalla, y cuando las presencias amenazantes dejaron de sentirse, la armadura abandono mi cuerpo, volviendo a su forma de reliquia y con un suspiro relajo mis piernas, no faltaba mucho para caer. Sin demasiadas ganas, ayudo a revisar el lugar, antes de ir a por mi merecido descanso, sin embargo encontramos el cadaver del papa, que junto con 2 de nuestros compañeros, eran las bajas que mas directamente sentia.

Tuvimos un par de dia de descanso. A mi pesar, ni siquiera me dedique a entrenar, ya que preferia recobrarme del todo. Durante este tiempo, hubo una suceción, para el puesto de papa. El nuevo papa mando a reunirnos para hablar con nosotros y presentarse. Acudi, con la mejor ropa que tenia al encuentro, no con muchas ganas, ya que no me gustaba todo eso del protocolo y esas cosas cursis.

Han pasado un par de días desde el ataque... Fisicamente ya estamos curados, pero no así en otros aspectos. 

Aunque eso tendrá que esperar, ya que la prioridad ahora es solucionar todo el tema de la aniquilación del mundo y todas esas cosas.

Una vez vestido y preparado, voy al encuentro de mis compañeros. 

- Hola. - Les saludo al verles. - Espero que estéis todos bien... - Miro a mi alrededor. - ¿Ya hemos llegado todos? 

Lo ultimo que recuerdo es el sendero de regreso a la Santa Sede, luego creo que me desmayé. No importa.

Despierto cuando alguien llama a la puerta de mi habitación. Atiendo tan rápido como puedo porque mis heridas han sanado - tal vez fueron los sacerdotes pero no importa - aunque mi cosmos todavía se encuentra herido y fatigado por el gran esfuerzo en defender nuestro sitio sagrado. El guardia me informa de una reunión urgente, que han pasado dos días, que Benedicto ya no esta a cargo y ahora Gregorio nos comanda, el robo del Arca de la Alianza y la destrucción reinante. Mucho ha pasado en setenta horas...

Camino a la reunión recuerdo que la amenaza es aun vigente. Los olimpicos y su plan para erradicar a la humanidad. El meteoro que se aproxima..

- Hola. ¿Y los demás? pregunto al entrar. - Sinceramente no recuerdo si falta alguien...

Al ver a sus compañeros llegar, Eilish se acerca a ellos contenta de verles de nuevo: - Hola de nuevo. ¿Qué tal todo? Luego mira a Noah y a Dante, que eran los que habían preguntado, y respondió a los dos: Parece que falta Neithan y bueno, si vienen los comandantes de las Órdenes... no han llegado aun tampoco. 

No podia evitar sentir todo el peso de aquel fracaso, el altisimo me habia enviado a aquella batalla luego de regalarme una segunda oportunidad. Sin embargo les habia fallado a todos. Desde que se retiraran los olimpicos me habia sumido en un silencio pesaroso, acudi a los oficios por los caidos, especialmente el del sumo pontifice y nuestros compañeros. 
Sin embargo me mantuve algor retraido, rehusando de toparme con Bertrand, o el gran Maestre, sentia que habia fallado en cuidar de mi armadura casualmente el arca del pacto. Si se me habia sido entregada era porque era mi deber y responsabilidad, ahora no solo no tenia mi armadura sino que tambien se habian llevado el arca.

Aquello tenia todo un sentido, y la principal razon de esto era mi debilidad para con mi hermano. Mi incapacidad de enfrentarme a él. Sin embargo el no habia dudado un instante en acabar con mi vida una vez, y posiblemente lo hiciera con gusto una segunda. Aquella era mi prueba, mi tentacion en el desierto...

El llamamiento me hizo recordar que no podiamos estar ociosos culpandonos, si aun quedaba algo que hacer por salvar a la humanidad y luchar por el Altisimo habia que hacerlo. El cometa como una amenaza constante cada vez iba haciendose más grande con cada día que pasaba.

En silencio acudi a la sala, baje la mirada al encontrarme con mis camaradas, aunque quizas podia ser tomado como una inclinacion de cabeza en respetuoso saludo.

Esperáis todos en la sala donde habíais hablado todos con Benedicto cuando llegasteis por primera vez a la Santa Sede, y miráis con cierta pesadumbre los dos asientos que corresponderían a Mateo y Vreist...

Poco después llegan los comandantes de las Órdenes que acudieron en vuestra ayuda durante la batalla...

- Buenos días a todos... espero que tengamos buenas noticias en esta ocasión... - dice Bertrand al llegare mientras se sienta en uno de los asientos que quedan vacíos...

Aunque trata de disimularlo, podéis ver con claridad en sus rasgos que está bastante preocupado por la situación en la que os encontráis...

- No sé que buenas noticias esperas, cuando está más que claro lo que tenemos que hacer... - dice la muchacha claramente tensa debido al poco tiempo que os queda a todos antes de que el cometa impacte contra la superficie terrestre...

- Tened paciencia, el cardenal Gregorio sabrá que hacer... - dice un más sosegado Tristán, quizás debido a su veteranía y edad...

Fonseca se sienta y pone sus piernas sobre la mesa: - Bah... si está claro... hay que ir al Olimpo y pegarles una olímpica paliza a esos engreídos... - dice en un tono más informal y descarado que el del resto de sus compañeros...

Las palabras de Fonseca son inapropiadas para el tono de la reunión, más cuando ni siquiera participó en la batalla. Solo llegó en el último momento para ver como los olímpicos se retiraban con el botín.

¿Y tú que sabes sobre los Olímpicos? ¡Son muy fuertes! Por ejemplo Poseidón nos costó muchísimo trabajo y ni hablar de esos idiotas que atacaron la Santa Sede como una manada de ovejas miedosas. Aun así un leve movimiento de sus puños fue suficiente para derribar a dos de los nuestros. –

Respondo a sus impetuosas palabras. Los demás son pacientes y cuidadosos en hablar pero la imprudencia nos ha costado mucho últimamente. - ¿Qué podremos hacer para volvernos más fuertes en tan poco tiempo? Nuestro poder no es suficiente, maldición. – reniego de la capacidad del grupo y de la premura por solucionar el inminente fin del mundo. 

Los comentarios iban de todo un poco. El plan de Dante me gustaba, pero no habia tiempo para entrenar. Ademas habia algo que me preocupaba mucho, y era que aunque hagamos lo imposible y venzamos a los dioses, el meteorito ya esta en camino, y no hay forma de pararlo.

Sin embargo, vinieron a llevarse una reliquia de aca, quizas eso que contenia podia para la amenaza del meteorito.

- ¿Que se sabe sobre lo que vinieron a robar los olimpicos?

Entonces me percato, que quizas la reunion era para hablar de eso, pero ya habia hecho la pregunta

Rompo mi silencio tras las altaneras palabras de Fonseca y la consecuente respuesta de mi compañero Dante. Era verdad que aun habia algo por hacer, y de seguro la clave estaria en la sagrada Arca de la Alianza. Teniamos la llave y sin ella no podrian abrirla.

Podriamos tener una chance si lucharamos todos juntos contra cada uno de ellos,  he visto a Noah poner en aprietos a Artemisa, creo que si combatieramos al unisono podriamos incluso contra Ares en todo su esplendor.

No podemos abandonar a la humanidad sin luchar, nosotros somos la esperanza. Como dice el mito que los olimpicos se cansaron de repetir cuando Pandora abrio la caja, solo atino a cerrarla luego de que todos los males escaparan y alli quedo la esperanza. Eso somos nosotros y el arca de la alianza sera nuestra caja de pandora.

Intentaba darme animos, creer que aun podriamos hacer algo para corregir nuestros errores, o mejor dicho mis propios errores.

Eilish observó en general las actitudes de sus compañeros según iban llegando, y le sorprendió mucho (y al parecer, como al resto) la confianza de Fonseca. Por no decir que la palabra confianza podía ser sustituida por arrogancia... Cuando el chico habló de aquella manera y Dante le respondió llamándole la atención, la chica se llevó las manos a la cabeza pensando que aquello podía desembocar en una pequeña pelea dialéctica. Por suerte, parecía que no iba a acabar así... Ante la pregunta de Cain, se quedó un poco pensativa y se encogió de hombros haciendo un gesto de "no saber" como respuesta a su compañero. Y al final escuchó las ideas de Neithan de cómo actuar cuando volvieran a enfrentarse a los olímpicos: todos a una. Tenía razón en todo, y sobre todo en la idea final: siempre hay esperanza.

Cuando por fin oyó todo lo que dijeran sus compañeros, se acercó a Dante y le dijo con voz calmada: - Neithan tiene razón: tanto en la manera de actuar como en que no podemos perder la esperanza. Estate tranquilo, además... También tenemos que tener fe, y más nosotros... No siempre entendemos por qué suceden algunas desgracias o no llegamos a conseguir lo que nos proponemos, pero lo cierto es que hay una razón. Quizás más allá de lo que podemos comprender, pero la hay. Y cuando todo es desesperación, es cuando la fe y la esperanza son una fuerza decisiva, no lo olvides. 

Después de decir esto miró a Fonseca y añadió con una sonrisa algo triste: - Esta bien confiar en uno mismo, pero tampoco hay que pasarse...

Neithan y Eilish tienen razón. Tampoco hay que desesperar, solo tener fe e n que todo saldrá bien. - Tienen razón. Dentro de la santa sede pude derrotar a uno de esos sin recibir un solo golpe pero Artemisa y los demás juntos suponen un serio problema para todos. Creo que tendremos que idear un plan para separarlos y que no luchen en grupo. ¿No hay ninguna reliquia, arma, poción o lo que sea para ayudar en la lucha final? - respondo a mis amigos y pregunto al superior que se encuentra presente. 

- Temo que nuestra única arma era el arca... pero contamos con la llave que me han dicho que obtuvisteis en el Templo de Poseidón... quizás si atacamos todo podamos llegar hasta Zeus y derrotarlo... - decía el comandante de la Orden de la Suprema Orden

- Saben que tenemos dicha llave, y parecieron ignorarlo, así que no debe preocuparles mucho que ataquemos el Monte Olimpo... - dice la joven comandante algo desanimada por las expectativas de la misión...

Mientras habla empiezan a entrar en la sala varios soldados de la Guardia Suiza papal a la estancia...

- ¿Pasarme? ¡Si ya habéis mandado a Poseidón a criar malvas! - responde de forma burlona a Eilish...

- Y esa será su perdición... si Noah pudo pelear de mano a mano con Artemisa, es posible que el único "dios" con la capacidad de pelear en condiciones sea Ares... es posible que el resto ni siquiera sean rivales para nosotros los comandantes... - dice confiado Fonseca de sus habilidades y de las vuestras...

Mientras por fin llega el cardenal Gregorio que se pone en la silla que en reuniones anteriores ocupó Benedicto...