Partida Rol por web

La niebla se levantaba en los densos bosques de Irlanda, llevabas ya tiempo viviendo allí, pero la marcha de tu hermano había minado parte de tus ánimos y encontrabas el paisaje algo deprimente. 

Sin embargo pronto empezaste a notar que algo te llamaba desde el bosque, una fuerza misteriosa, pero benévola que te invitaba a adentrarte en él y descubrir quien te llamaba.

La neblina apenas te dejaba ver, pero de forma instintiva eras capaz de esquivar todas las trampas naturales que presentaba el bosque, como raíces y ramas. Resultaba extraño, pero era como si algo en ti te advirtiese de esos peligros.

Tras un tiempo caminando, empezaste a sentir algo de agotamiento, ¿cuántas horas podrían haber pasado? no lo podías saber, la neblina era ya tan intensa que apenas dejaba ver la posición del Sol. Fue en aquel momento que encontraste una pequeña cabaña en medio del bosque, con unas luces encendidas dentro de ella... No sabías porqué, pero algo en tu interior te decía que este era al lugar al que querías llegar cuando te adentraste en el bosque...

Eilish avanzaba por aquel terreno con el rostro algo compungido, sobretodo después de la marcha de su hermano y de sufrir aquel sueño con ese hombre que al parecer era Ares, el de los mitos, que le atormentaba... Todo aquello era una locura, y Eilish no entendía el porqué de que le amenazasen... Se sentía totalmente indefensa, sin saber bien qué hacer, pero al ver esa cabaña y sentir aquella extraña presencia pareció recuperarse de tales sentimientos: allí había alguien... ¿Y si le estaban esperando? ¿Sería... ella, Maëlys? Bertrand le había dicho que tenía que seguir adelante, que conseguiría verla y que todo saldría bien... 

Cuando llegó enfrente a las puertas de la cabaña se quedó un rato dudando sobre qué hacer, qué decir... Pero antes de que pudiera pensarlo demasiado, llamó dando unos toques con los nudillos a la vez que llamó: ¡Disculpen!

En su mente rogaba que le ayudasen, que por favor, necesitaba saber qué era lo que estaba ocurriendo... Que por fin alguien le diese respuestas... Lo necesitaba: su vida y a lo mejor, la de los suyos, corría peligro.

Tras llamar a la puerta oyes unos pasos y empieza a abrirse lentamente. Ves a una mujer muy guapa, que tiene un parecido a ti que te perturba, salvo por el color de los ojos que es heterocromático.

- Llevaba tiempo esperándote Eilish, entra dentro, seguro que la caminata hasta aquí no ha sido agradable... - te dijo al mujer a la vez que se adentraba en la cabaña y se sentaba al lado de la chimenea.

Al entrar te das cuenta de que el interior de la cabaña es arcaico, como si por ella no hubiese hecho mella el tiempo desde la Edad Media.

Eilish mira con un gran asombro a Maëlys y sin darse cuenta, entra en la cabaña siguiendo la recomendación de su antepasado: era impresionante ver a alguien de tu familia que viviera hace cientos de años... ¿Cómo era posible...? 

Con cuidado avanzó hacia donde se había sentado Maëlys bastante nerviosa: - Disculpe... Es que... Usted y yo... Usted no es un... ¿fantasma? 

Enseguida bajó la cabeza avergonzada y añadió rapidamente: - ¡Perdón! No quería decir eso... Quiero decir que... mi hermano y yo le vimos en nuestros sueños... Usted es nuestro antepasado: Maëlys de Armorica. Mis padres me hablaron de su historia, lo poco que siempre continuó de generaciones en generaciones y ahora, verle así en esta casita... Parece un sueño... ¿Lo es?

Se le notaba algo agitada pero a su vez miraba inocentemente a Maëlys y hasta con ilusión: había una parte de Eilish que estaba muy emocionada por encontrar a lo que consideraba un ejemplo a seguir no solamente de su familia, sino de toda la historia. 

- Por favor... no me trates como si fuese una antigualla y acercarte al fuego, así podré explicarte mejor lo que se avecina... - dijo amablemente Maëlys con cierto tono burlón viendo la ingenuidad e inocencia de Eilish.

Una vez te acercas a la chimenea Maëlys empieza a relatarte...

- Ese hombre que te encontraste ni era un sueño ni un farsante, era el genuino Ares, Dios de la Guerra... - notas que la palabra dios la dice con tono de burla - ...bueno si es que se le puede llamar dios a un farsante, tanto él como todos los Olímpicos... pero lo que está claro es que pretenden acabar con la humanidad y saben que tu eres una de las que tienes el poder para impedirlo... - continuo hablando Maëlys.

- Dudo que lo sepas, pero yo también tuve que enfrentarme a varios Olímpicos en mis tiempos... pero una vez terminaron esas batallas se me encomendó la misión de velar por mis descendientes, y preparar a aquella que sería la elegida para continuar mi misión... - dijo mientras sus ojos se clavaban en los tuyos.

Eilish se sentó tal y como le había dicho Maëlys a la vez que le escuchaba con atención sus palabras, pero no pudo ocultar su asombro: ella sabía lo de Ares, lo de sus sueños... Tenía sentido pero hasta cierto punto. Pero lo que más le dejó sin palabras fue lo que esos falsos dioses, entre ellos el propio Ares, querían hacer y si eran falsos ¿qué eran?... Sin pensarlo demasiado dijo con voz que denotaba confusión: - Pero ¿por qué pretenden acabar con la humanidad? O más importante aun: ¿si no son dioses de verdad, lo cual tiene sentido, qué es lo que son? Usted lo tiene que saber...

Luego miró a los ojos de Maëlys: - Por favor, dígame todo lo que sepa, porque seguiré su ejemplo y haré lo que Dios me ordene pero necesito entender esta situación. Aun no comprendo muy bien mi papel o mis capacidades pero las pondré al servicio de quien lo necesite, como usted hizo.

Después de decir estas palabras se asomó en el rostro de Eilish una dulce y sincera sonrisa.

- Pequeña, en ti reside latente un poder que pocos alcanzarían a imaginar, tanto tú como otros 6 jóvenes habéis sido tocados por la gracia de Dios y tenéis a uno de los 7 arcángeles salvaguardandoos, pero has de saber que vuestra tarea no será fácil... - dijo amablemente Maëlys mientras acariciaba algo el pelo de Eilish como si tuviese algo de nostalgia.

- Los Olímpicos no son dioses, pero sus poderes rozan lo divino, eso es cierto, más nadie ha conseguido averiguar su verdadera natura, solo se sabe que sus últimos adversarios estuvieron cerca de hallar esa respuesta y fueron derrotados y condenados al olvido... pero Dios no se ha olvidado de la humanidad y por eso estáis aquí, para terminar por fin con la tiranía de estos falsos dioses... - terminó de explicar mientras cogía algo de agua para beber.

Eilish se quedó pensativa pero con una sonrisa tierna de felicidad cuando Maëlys le acariciaba el pelo: sentía algo muy maternal en aquella mujer... Sin duda, ella era mucho más amable de lo que podría haber imaginado y se encontraba muy feliz de haberle encontrado. Pero cuando Maëlys oyó la palabra arcángeles no pudo evitar el exclamar sorprendida: - ¡Hubo un chico que me protegió de Ares! No le vi el rostro, únicamente algo de su pelo y su piel, porque iba vestido con una túnica blanca que le cubría... Al estar él fue como si la amenaza de Ares y el miedo que me produjo se marchase, y como si una sensación de paz y seguridad me invadiese... Le dijo a ese dios de la guerra que yo tenía algo que hacer y que no iba a morir...

Luego se quedó mirando sus manos: - Todo fue tan extraño que aun hoy pienso que fue todo real... Palidezco cuando recuerdo el rostro de Ares pero a la vez siento que él me tenía lástima... Decía que quería matarme rápido y sin dolor, para que no sufriese... Porque sin duda los demás desgraciados, como les llamó él, no tendrían piedad y me harían sufrir.

Su rostro quedó triste y con una mezcla de indignación y pena, añadió: - ¡Dios no les ha hecho nada! ¡Ni la humanidad! ¿Por qué osan engañar y mancillar la Creación? No sé los demás dioses, por así llamarlos, pero Ares parecía obsesionado con ese título ficticio... Como si le fuese todo en ello, su propia identidad... Dígame, por favor, dígame que hay una manera de parar toda esta locura: no quisiera hacer daño a nadie, ni siquiera a él, pero no puedo quedarme quieta...

- Desconozco sus motivos, pero a los que tuve que enfrentarme en mi tiempo no hacían más que insistir en como ya no los rendíamos culto y como estábamos mancillando el planeta... pero lo que a fin de cuentas deseaban era la completa dominación y recrear la humanidad a como ellos desean... - explica Maëlys a su descendiente.

- Probablemente esa presencia que notaste fue el arcángel que te protege e hizo huir a Ares, aunque dudo que pueda manifestarse de nuevo en mucho tiempo, así que ten cuidado de aquí en adelante. Pero para eso estás aquí, yo te enseñaré a usar tu poder y así estarás preparada para enfrentarte a los desafios que te esperan... - dice mientras ves que saca un rosario del que cuelgan una cruz y una imagen de la zarza ardiente

Eilish mira el rosario con mucha curiosidad a la vez que dice: -Qué bonito rosario, ¡y qué particular! Con la zarza ardiente... Es interesante porque con esa secuencia, por así llamarlo, de la biblia he soñado muchas veces. Simplemente se veía arder y había una sensación de paz y calidez; pero a la vez era algo tan absoluto, tan abrumador... 

Luego sonríe a Maëlys: - Todo esto resulta tan confuso que no sé qué podría decirle... No sé si podré dar la talla pero tampoco podría negarme. Siempre pensé que mis aspiraciones eran sencillas y a la vez difíciles: vivir tranquila con el amor de mi vida, en una casita junto al bosque... Ayudando siempre a todo el que lo necesitase, luego tener hijitos... ¿Suena tonto, verdad? Pero ahora veo que mis sueños y los de todos se pueden romper por el capricho de los "Falsos", por intentar hacer realidad algo que no corresponde y despreciando a Dios y a su creación. 

Al decir esto aprieta sus manos la una contra la otra a la vez que añade con voz más pesarosa: - Y Ares, sean cuales sean sus motivos, no tendrá la oportunidad de acabar conmigo. De todas formas tengo mucha suerte: usted es un ejemplo para mi y por ello me pongo en sus manos... Tengo la sensación de que usted también vivió algo parecido y probablemente más duro, y el hecho de que me haya esperado hasta el día de hoy, sacrificando su descanso... Aun hay muchas cosas que no entiendo pero prometo, Maëlys de Vannes, que haré todo lo necesario en nombre de su sacrificio y que no le decepcionaré. 

Maëlys sonrió al descubrir la fuerte voluntad de Eilish.

- Pues espero que estés preparada porque el entrenamiento será duro... pero por el momento puedes descansar... hay una habitación que hace tiempo que ya no tiene huesped, puedes usarla hasta que finalicemos con tu preparación... - dijo mientras ella también se levantaba y se dirigía hacia su cuarto.

Lo que era cierto es que estabas agotada... la niebla apenas te dejaba ver, pero jurarías que ya sería de noche y tu cuerpo ya te pedía descanso. Una vez entraste en la habitación, ves que la misma al igual que el resto de la casa, parece sacada de la Edad Media... solo que en esta te llama la atención que hay dibujos y algún libro que hacen referencia a la antigua Constantinopla...

Eilish se queda mirando el lugar con asombro y curiosidad, y pronto se acerca a la cama muy cansada... Pronto miró su reloj y se quedó pensando durante un rato en Maëlys: la pobre mujer había estado durante siglos esperando este momento, sin su adorado y sin sus hijos. Sin duda, era algo muy triste. Luego se le vino por la cabeza que tendría que llevar algunas cosillas a aquella habitación la próxima vez y a lo mejor anular alguna clase con los niños... Tendría que hacer un horario más consistente, pues estaba claro que sin dinero no podría seguir durante mucho tiempo en Irlanda.

Se inclinó sobre su cama y cayó en ella muerta del cansancio y sus últimos pensamientos antes de quedarse dormida fue para su familia y sobretodo su hermano, pero el rostro de Ares lleno de rabia volvió a su mente... Pero fueron tan solo unos segundos.

Despiertas al día siguiente con los primeros rayos de sol... ves que la neblina se ha disipado algo y puedes ver con más claridad donde te encuentras, se trata de una pequeña cabaña oculta entre la frondosidad del bosque... todavía sigues preguntándote como fuiste capaz de llegar hasta allí sin darte un solo golpe.

Al salir de la habitación ves a Maëlys sobre un viejo sillón esperando.

- Bueno pequeña, hora de tus lecciones, pero empezaremos por lo básico... aparte de tus sueños, ¿ha habido algo que te pareciese extraño en ti? ¿cómo si tuvieses algún tipo de habilidad especial? - pregunto tu ancestro con curiosidad por saber que tipo de conocimientos tenías sobre tu poder latente.

Eilish miró a Maëlys como si algo extrañada por la pregunta: - La verdad es que si comparamos con otra gente sí tengo ciertas cualidades que podrían meterse en el saco de "excepcionales". Siempre me pareció que era más ágil de lo normal y quizás también más fuerte, muchos ejercicios físicos complicados para los demás a mi me resultaban muy sencillos... No sé, no es fácil de explicar. Comparada con mi hermano mis habilidades son menos notables... 

Luego se ríe tímidamente: - La gente desconfiaba de mi pero ya le digo que no soy tan rara... Se me da bien tocar el violín, cantar, pegar brincos y poco más. ¿Después de eso? Visiones a lo largo de toda mi vida. ¡Ah! Y que no sé por qué el fuego apenas me quema y... los pinchos de las zarzas y de los erizos no... no se me clavan. Eso es lo más extraño, quizás.

Maëlys se quedo pensativa cuando relatabas tus anécdotas con tus extrañas habilidades.

- Ya veo, pero me parece que no terminas de coger el concepto básico de tu poder, lo que has manifestado no son más que pequeñas minutas al lado de todo el poder que tienes por desarrollar... - explicó con una sonrisa algo burlona, como si esperase que tu creyeses que era una exagerada... - ...por ejemplo ¿crees que serías capaz de reducir a pedazos una piedra solo cerrando la palma de tu mano? - y ves que te arroja una piedra para que pruebes y se queda mirando expectante a ver si eres capaz...

Eilish se quedó mirando primero a Maëlys y luego a la piedra con curiosidad y sonriendo: - Vale, ¿y qué debería hacer? No creo que se destroce por mucho que mi mente lo quiera.

Al decir eso se echa a reír: - No es por fuerza bruta, imagino... Así que debe haber un truco ¿no? 

- Bueno... es un comienzo...  supongo que el hecho de no haberte roto la mano intentándolo es un consuelo... - dijo Maëlys al ver tus dudas... - Pero sí... se podría decir que tiene truco... Dios al crear el universo, lo compuso de un cumulo de pequeñas partículas que llamamos átomos, pues la esencia de tu poder y el mío es poder romper los átomos de manera que cosas que parecen indestructibles, pueden destruirse con facilidad... - entonces ves que Maëlys con un solo golpe de dedo hace arena una piedra que ella conservaba en la mano.

- Así que lo que aprenderás conmigo será a controlar esa fuerza, y más adelante veremos que particularidades presentas, pero al escuchar sobre el fuego y las espinas puedo hacerme a la idea... - dice mientras sale fuera de la cabaña... - ¡Sígueme! Es hora de ponernos en serio...

Eilish se sorprendió un poco por la explicación, pero las últimas frases de Maëlys la dejaron algo dudosa... ¿Quería decir Maëlys que la capacidad de no ser afectada por el fuego o las espinas era una señal de ese poder? Con gran curiosidad, se levantó y siguió obedientemente a su antepasada. Eilish, mientras seguía a Maëlys, dijo con una sonrisa: - Espero que no sea algo de tirarme a una hoguera, no creo que sea una buena idea.

- Es una idea curiosa... pero poco práctica... no quiero quedarme sin descendiente y aprendiz así que de momento me conformaré con que aplastes unas pocas rocas... después ya veremos si te arrojo a un fuego o a un zarzal... - dijo mientras soltaba una pequeña risilla, sin duda tus ideas la parecían graciosas.

Maëlys te preparó entonces unas cuantas piedras para que empezases a practicar, algunas más grandes que otras. Mientras tanto Maëlys se limitaba a darte consejos y observar.

Eilish pensaba que no iba a conseguir gran cosa con todas esas piedras, pero hizo lo que le mandaban con bastante diligencia. En principio pensaba que aplastar rocas era tarea para un bruto, pero si se lo pedían sería por algo. Miraba de vez en cuando a Maëlys, como si buscando su aprobación en su expresión o simplemente en su mirada...