Partida Rol por web

Como hijo menor del clan Redhammer habéis llevado una existencia privilegiada. Sois el orgullo de la familia, caminando la senda del sacerdote en honor a Moradín, el respetado patrón de los enanos. Además demostrasteis tener capacidades para la minería e incluso la ingeniería, dos artes muy apreciadas dentro de la comunidad subterránea.

Habéis llegado a un punto en el que poco más os queda por aprender de vuestro hogar en el interior de las colinas. La senda del clérigo es una que no se puede vivir en reclusión, y vos sois muy consciente de ello. Es menester para todo aspirante a comunicarse con los dioses salir en su búsqueda. - ¡Qué equivocados vamos si creemos que Moradín descenderá a nuestra montaña particular a visitarnos! - Bromeáis, el último día de estancia en vuestro hogar.

Las guerras del Mar de la Luna están causando un gran revuelo por toda la región, aunque estáis seguro de que, si llegase el momento y la necesidad, los enanos podrían defenderse perfectamente. Además vuestra comunidad no tiene intereses mezclados con Mulmaster y es improbable que os veáis involucrados, al menos por el momento.

Una vez aclarado todo esto, vuestro padre os entrega una pequeña bolsa de oro. - ¡No te lo gastes todo en aguamiel! - Te aconseja, cariñosamente. Agradecido y resuelto a emprender vuestro viaje, agarráis vuestro martillo y maza preferida junto con el escudo portador del emblema del clan y emprendéis el rumbo a la superficie.

El cielo y el sol os dan una calurosa bienvenida. - Estúpidos humanos... ¿Por qué se empeñarán tanto en construír sobre tierra? - pensáis, bajo el bochorno del mediodía. Sin perder ni un solo segundo cruzáis el Valle de la Sombra y prefiriendo evitar la influencia de Mulmaster a toda costa os dirigís hacia el sur, arribando a la ciudad de Yhaunn tras unos pocos días de viaje.

Yhaunn se halla situada en una antigua y enorme cantera de roca y tiene el aspecto de un barranco que abre los bajos riscos rocosos al mar alrededor de la bahía. Sus murallas se alzan frente a las aguas y avanzan alrededor del borde superior del barranco atestado de edificios de la ciudad. Los edificios constan de tres o cuatro pisos y tejados pronunciados. Los pisos superiores se extienden por encima de las calles - Un trabajo de novatos. - Pensáis, mientras proseguís juzgando la arquitectura del lugar.

La visita va resultando una decepción tras otra hasta que vuestro olfato capta un delicioso aroma que provoca el rugido de vuestras tripas. Acabáis de pasar por al lado de la posada de "Los Bebedores de Fuego", un establecimiento cuyo lujoso aspecto promete no defraudar. ¿Tal vez sea un buen lugar para descansar? ¿Enterarse de algún rumor u aventura interesante, quizás?

Las palabras de vuestro prudente padre resuenan en tu cabeza, por lo que decidís daros otro pequeño paseo. Unas cuantas calles más abajo, frente a los muelles, descubrís otro establecimiento: "El Refugio de Reldegar", de una apariencia mucho menos alentadora pero seguramente más económica para vuestro bolsillo.

La luz se va escondiendo tímidamente y la vida nocturna comienza a tomar las calles, la mayoría de ellas repletas de humanos cuyos ojos inquietos te persiguen con curiosidad, analizando el desconocido escudo de Redhammer. Es un buen momento para pensar donde esconderse y pasar la noche, antes de que os arrepintáis y decidáis volver a vuestra cómoda y rocosa ciudad natal.

Rohar dejó que su mirada pasease por los muros del Refugio de Reldegar,
¿como era posible que los humanos construyan tan mal?, mi pueblo es capaz de construir mejores estancias bajo el peso de toda una montaña y un viento fuerte sería capaz de derribar esto pensó para sus adentros.
Sin duda mi padre tenía razón he de ser cuidados con mi preciado oro, dormire aqui y mañana si es necesario pasare a tomar alguna cerveza por los bebedores de Fuego y enterarme de las últimas noticias y de algún trabajo, necesito más dinero si quiero seguir recorriendo esta agreste región.
Rhorar palpo con su callosa mano la bolsa de cuero donde llevaba su dinero y se decidió a entrar tirando con fuerza del asa de madera de la desvencijada puerta del Refugio, abrió la puerta sin miedo a que se encontrase allí, un redhammer nunca mostraría miedo delante de un grupo de humanos.

Si la primera impresión que os causaron los muros de el Refugio de Reldegar no fue buena, todavía peor se vuelve cuando penetráis en su interior. La mitad del mobiliario presenta graves desperfectos, contando las sillas y mesas con innumerables reparaciones chapuceras y poco fiables. El hedor es insoportable y la clientela poco más que un grupo de borrachuzos armando jaleo y tragando cerveza como si Cyric fuese a descender esta noche del plano de Hades para llevárselos a su reino. Francamente, todas las tablas de este lugar hubieran criado moho de no ser por la sangre vertida en todas ellas.

Os dirigís a hablar con el dueño del local, esperando que el precio de estos aposentos se corresponda con su calidad, cuando un marinero desdentado choca con vos y cae al suelo. Cuando a duras penas consigue incorporarse, exclama:

- ¿¡Quién cojones me ha hecho la zancadilla!? Ah... ¡Mirad chicos, mirad a quién tenemos aquí! Debe de ser uno de esos moradores de las montañas... ¿A qué se debe su honor, alteza? ¿Habéis venido a robar la lujosa madera de Reldegar?

El grupo de borrachos estalla entre risas. No os gusta la dirección que está tomando esto, pero por el momento decidís ignorar al individuo pues presenta un más que evidente cuadro de intoxicación aguda.

- Vaya, vaya... Nos ha salido callado... Oye, tú, el bajito... ¿Sabes hablar común por lo menos? ¿Qué mierda significa el martillo rojo ese de tu escudo? ¿Será que te aplastaron con él y por eso te quedaste así?

De nuevo la clientela suelta una ruidosa carcajada y vuestra sangre entra en ebullición al escuchar el emblema de vuestro clan siendo víctima de un chiste barato. Os encaráis con el pobre miserable que se está burlando de vos y os planteáis si valdrá la pena enseñarle una lección sobre modales y respeto.

Rohar miro desalentado a su alrededor, pasando su vista por el destartalado mobiliario, parándose a contemplar a cada uno de los borrachos. No allí no encontraría a nadie que le pudiese ofrecer un trabajo decente. Sin duda se había equivocado pensó para si mismo.
Con determinación en su rostro sostuvo la mirada de aquel babeante borracho que trataba de insultar, sin duda sus necias palabras hubiesen provocado a cualquier otra persona, a cualquier otro enano, pero el honor de tu familia estaba en las propias acciones de uno mismo. Rohar había sido muy tonto al creer que alli encontraria algo, pero sin duda era lo suficientemente sabio para no empezar una pelea en un taberna de mala calaña.

Se giró sobre sus talones y se dirigió de nuevo hacia la puerta, dispuesto a buscar un mejor sitio para pernoctar, abrió la puerta y girando su cabeza alzó su voz ronca y grave:

Venia buscando a la ramera de tu madre, pero sin duda esta taberna es demasiado buena para ella, seguire buscandola por algún otro prostíbulo vociferó mientras cerraba la puerta sin esperar una respuesta y encaminó sus pasos hacia otro lugar, vigilando atentamente que nadie saliese con la idea de seguir aquella disputa.

Poco después de abandonar el Refugio de "mala muerte" con sumo porte y elegancia, el propio Reldegar sale de la posada de un portazo y trata de perseguiros. Vos no os giráis, pero cuando el pobre hombre consigue alcanzaros, os detiene para disculparse:

Estimado y respetable enano, forastero de tierras lejanas, debes estar cansado después de tu largo viaje, sea de donde sea que vienes... Mira, lamento lo que ha ocurrido ahí adentro. Me voy a encargar personalmente de echar a ese impresentable que te molestó. Ese desgraciado lleva dándome la tabarra toda la semana y ya nadie le soporta más. Mi negocio es pobre pero no es un antro de criminales. Por favor, os ruego que reconsideréis vuestra decisión. Si volvéis os rebajaré el precio de la estancia a tres monedas de oro por noche.

Reldegar es un hombre mayor, de facciones bastas y poco carismático. Reconocéis en él cierto aire adulador, pero no os parece que esté mintiendo. Claramente lo que más le preocupa es perder otro más de los pocos clientes que ponen el pie en su establecimiento...

Rohar con su característico rostro ceñudo va asintiendo ante las palabras de Reldegar, transformando con cada palabra su adusta cara en una franca sonrisa , hasta que amigablemente explota con una carcaja:
Si sumamos a eso un plato caliente y compartis un par de pintas de cerveza conmigo hasta yo mismo os ayudo a echar a ese granuja. Nunca fue mi intención ofenderos con mi comentario, disculpad mis palabras.
Mientras ambas figuras se dirigian de vuelta al refugio, Rohar busco el mango de su familiar martillo y lo asió firmemente, no creía que un borracho le causara problemas, pero siempre había que ser precavido. Al menos esperaba encontrar un sitio decente donde dormir y una buena charla con Reldegar sobre la región y sobre algún trabajo, no pudo dejar de pensar que una buena cantidad de su oro iría a pagar una noche en aquella posada, quizás no se podría permitir muchas más noches allí pensó con amargura, necesitaba ganar dinero y lo necesitaba ya, sus lugubres pensamientos lo acompañaron de vuelta al refugio con aquel hombre.

De vuelta en el refugio, el borracho que os insultó no volvió a molestaros más, pues después de vomitar todo lo que había ingerido en las últimas horas quedó inconsciente y durmiendo como un bebé en el rincón más apartado del lugar.

Reldegar accedió a invitaros a cerveza durante la noche, aunque su sabor aguado no pasó inadvertido a vuestro paladar. Tampoco la comida que os sirvieron no era de lo más apetecible, pero por el precio que pagasteis tampoco estabais en condiciones de pedir más. No obstante, la charla que mantuvisteis compensó todo lo demás.

Para empezar os enterásteis de una leyenda que rodea la malvada Calaunt. Antiguamente todo el Vast era un gran reino enano que, excavando bajo tierra, encontró de una gran cantidad de tesoros de inestimable calidad. Según cuenta la leyenda, esos tesoros se hallan ocultos y olvidados en alguna parte de la ciudad.

Por otra parte, cuando Reldegar se enteró de que poseíais conocimientos de minería os comentó que Procampur estaba localizada muy cercana a una de las más viejas y codiciadas minas de gemas de la costa norte. Definitivamente sería un lugar apto para cualquier minero que buscase hacerse con unas cuantas piedras preciosas.

Por último, un tercero se sumó a la conversación al escuchar que camináis la senda del sacerdocio. Os informó de que en Tantras, el Templo de la Llegada de Torm está buscando activamente aliados en su lucha contra "la cofradía de los Garras Grises", un gremio de ladrones que está castigando con dureza a sus ciudadanos.

Si os interesa cualquiera de estas opciones, entonces tendréis que comprar un pasaje de barco a la fuerza, ya que para arribar a los lugares mencionados debéis atravesar el Estrecho del Dragón. Mientras escaláis hacia vuestra habitación (pues las escaleras se encuentran demasiado dañadas como para poder subirlas con normalidad) meditáis vuestras elecciones. La idea de viajar por mar es de todo menos alentadora para un enano, pero por lo menos ya tenéis de donde elegir...  

Rohar refunfuñaba en cada peldaño que subía, malditos humanos es que pensaban que somos monos para ir trepando, con lo mal construida que estaba la casa era más unárboll que otra cosa pensó jocosamente haciendo gala de un humor que solo otro enano entendería.

La habitación no ofrecía mejor aspecto que el resto de la casa, aunque no le prestó mayor atención, con cuidado dejó sus pertenencias en un rincón y sacando un paño encerado procedió a limpiar el escudo con la insignia de la familia, quitando restos de polvo y suciedad. Dejo el escudo sobre el camastro con sumo cuidado y cogiendo su martillo procedió a limpiarlo con igual cuidado, dejo ambas piezas sobre el camastro y elevó una plegaria a moradin para decidir su camino. Rohar se imaginó recuperando el gran reino enano en Vast, pero se vio a sí mismo lleno de canas y arrugas, no para que esa visión ocurriera debería pasar mucho tiempo aun. Pensó en las minas de Procampur, quizás pudiese ganar algún dinero, pero había salido de su hogar para conocer mundo y ayudar a la gente, sólo le restaba el camino de ayudar al templo de Torm, una deidad humana que era bien conocida por ser un iglesia recta y justa, si sin duda trataría de ir hasta allí.

Con esos pensamientos rondando por su cabeza trató de conciliar el sueño con la idea de despertar pronto, tomar un desayuno frugal, despedirse amablemente de Redgar, y buscar un pasaje que se pudiese permitir.

Vuestro despertar es abrazado por la emoción de la aventura – y de abandonar esa cloaca llamada "refugio". A pesar de su deficiente calidad, hicisteis buenas migas con Reldegar, quien os invitó a desayunar y a brindar con una última cerveza por la suerte y la prosperidad en las vidas de ambos.

Sin perder ni un segundo dirigís vuestros pasos hacia el ajetreado puerto e intentáis informaros del rumbo de los barcos y de sus horarios, pero no os enteráis de nada. El bullicio es tal que los hombres se tienen que comunicar gritando, y aún así muchos de ellos se ven ahogados bajo el ruido y castigados con una severa afonía.

El leve crujir de la madera proveniente de una nave cercana a vos capta vuestra atención. Está a punto de partir y su patrón está anunciando a pulmón vivo la venta de los últimos pasajes hacia Tantras por cuarenta monedas de oro. Justo lo que buscáis...

Rohar se apresura hacia aquel barco pasando a empujones entra le gente. Necesitaba aquel pasaje, quien sabe cuando volveria a salir un barco hacia tantras. Observo el barco con detenimiento intentando saber si aquel barco seria seguro, aquel mastil de madera podria aguantar el peso de varias toneladas de tierra sobre el , asi que esperaba que pudiese aguntar una tormenta. Por un momento se le paso por la cabeza la idea de regatear el precio pero descarto la idea rapidamente, no deseaba perder aquel barco, le saldria mas caro tener que quedarse varios dias mas en aquel puerto.

¿Sera tu barco lo bastante seguro para llevarme hasta Tantras ? pregunto directamente mientras jugaba con el dinero del pasaje en la mano para darselo a aquel capitan, mientras subia con algo de miedo por las tablas de madera hacia la cubierta del barco.

El patrón os mira de reojo, sopesando vuestras palabras – No es al barco a quien debes temer, enano. - ¿Qué habrá querido decir? Vuestra mirada se dirige hacia el cielo despejado y descarta la posibilidad de tormenta, al menos por ahora. Sin más dilación entregáis las monedas y, apretado como una sardina atrapada en una red, comienza vuestro viaje por alta mar.

Transcurridas unas cuantas horas de trayecto, comprendéis el motivo de aquellas palabras. Sentado al lado del mástil de popa, mientras ojeáis un arrugado mapa, escucháis un grito de desesperación: - ¡Nos atacan! - Justo a la par que comprobáis que la localización de "Las Islas Piratas" está a una amenazadora proximidad del Estrecho del Dragón

- ¿¡Quiénes!? ¿¡Luskanos? - Pregunta la voz de una joven aterrorizada.

- ¡Calla, estúpida! No vamos hacia Noivern... ¡Son Calaveras Negras! ¡Coged las armas, todos! ¡Se acercan! - Responde la voz gastada de un capitán que ha bebido demasiado.

Antes de que nadie pueda esperarlo, una lluvia de virotes aterriza sobre cubierta. Vuestra escasa estatura y lejana posición os mantiene a salvo, pero no se puede decir lo mismo de un desafortunado oficial que cae al suelo con la garganta atravesada.

La tripulación entera rueda de un lado a otro del barco enmedio de la confusión y el pánico, pero vos tratáis de permanecer impasivo en la popa y analizar la situación. De todos los presentes, contáis a un total de cinco hombres capacitados para luchar. Por otro lado, la nave enemiga acaba de situarse costado a costado con la vuestra. No posee un tamaño formidable ni tampoco parece estar en buenas condiciones, pero igualmente es una amenaza a tener en cuenta.

Al mismo tiempo que varias cuerdas aseguran que los dos barcos quedan atados el uno al otro, una primera oleada de cuatro saqueadores salta sobre cubierta. Todos los tripulantes desarmados se dispersan y huyen desordenadamente, amontonándose unos sobre otros e intentando alcanzar la bodega. - ¿¡Cuál es el plan!? - Grita un hombre ansioso.

La respuesta no se hace de esperar. - ¡Sobrevivir! - Contesta el capitán, mientras huye cobardemente hacia su camarote, que está situado justo debajo de vos. Uno de los asaltantes reconoce en su indumentaria su alto rango y se dirige corriendo hacia él, a la vez que los otros tres desenvainan sus alfanjes brillantes y afilados, listos para derramar sangre.

Arghhh madlita sea mi suerte, que se me caiga barba si vuelvo a subir en un barco alguna vez penso para sus adentros Rohar mientras observa el fatal abordaje. No sabia cuantos enemigos habria pero pensaba preseter combate. Sin dudar ni un momento tomo su escudo y su martillo, y alzando su voz hacia el cielo grito Kargh zoek atung Moradin, sin duda nadie habria entendio sus palabras pidiendo a moradin que bendijese sus acciones. Esperaba que Moradin bendijese sus acciones y las de sus alidos y en su mente solo cabia un pensamiento mas , el agarra el firme mango de su martillo levantar su escudo y dejar que el grito de Redhammer resonase por la cubierta mientras atacaba al pirata mas cercano.

--- Comienza el combate: Rohar y Marinero contra Pirata. ---

Iniciativas: Rohar 7, Marinero 7, Pirata 10

1- Rohar: ¡Kargh zoek atung Moradin! Conjura Bendición, que es recibida por todos los marineros del barco. Su moral aumenta de sobremanera y cualquier rastro de temor desaparece de sus caras.

2- Marinero hace acoplo de valor y ataca fieramente a Pirata. No obstante, el pirata advierte su movimiento y consigue esquivarlo.

3- Pirata contraataca a Marinero, el cual intenta esquivarle pero fracasa por una milésima de segundo. El alfanje del pirata le abre una grave herida en el abdomen, obligándole a revolcarse y chillar de dolor, pero por el momento se mantiene consciente.

4- Rohar, furibundo ante el dolor de su aliado, golpea al pirata con su martillo. El impacto recae con gran puntería sobre el pecho de su rival, causándole una gran contusión y desestabilizándolo.

5- Marinero consigue reincorporarse e intenta una estocada a la desesperada contra el pirata. Desgraciadamente su ataque falla por unos pocos centímetros de distancia.

6- Pirata responde a la estocada con un tajo horizontal, pero fracasa miserablemente en su intento por acertar.

7- Rohar prepara un nuevo aplastamiento, pero sus nervios le juegan una mala pasada y no consigue impactar.

8- Marinero, haciendo un esfuerzo sobrehumano, agarra su cimitarra con ambas manos y, siendo sonreído por la fortuna, consigue impactar en el pirata, causándole varias heridas en el pecho y los brazos.

--- Conclusión:  Las heridas del pirata son demasiado graves e, incapaz de soportarlas, se desfallece. ---

Pocos segundos después de que vuestro rival caiga derrotado, el resto de marineros consigue neutralizar la amenaza de los demás piratas, enormemente inspirados por la bendición y el primer éxito que vos obtuvisteis. Pero el jolgorio es efímero, pues el comandante de los piratas ha reconocido la amenaza de vuestros conjuros y, mientras luchábais contra su secuaz, ha cargado su ballesta de mano y ha disparado apuntando hacia vuestra cabeza.

Pero la dama Tymora tiene grandes planes reservados para vos, y por ello una intuición os hace alzar el escudo Redhammer justo en el momento oportuno para bloquear el virote. El comandante, rabioso como un perro enfermo, deja caer su ballesta al suelo y se lanza contra cubierta con su espada en mano y sus ojos inyectados en sangre fijados en los vuestros, acompañado por otros tres piratas que se dispersan para combatir al resto de marineros, excepto vuestro aliado, que se encuentra demasiado herido como para plantar cara ahora mismo.

El ruido del metal entrechocando resonaba por la cubierta mezclándose con gritos de dolor y pánico. Rohar rugió satisfecho , mientras se parapetaba detrás de su escudo y notaba el tremendo impacto del dardo sobre la superficie del escudo.
Redhammer Redhammer !!![B] gritaba eufórico mientras golpeaba el escudo con su martillo .

El capitán se acercaba a grandes zancadas entre los enemigos hacia Rohar, la sangre del enano hervia fruto de la inminente contienda.

[I] No no debo correr a su encuentro, ese pobre hombre me necesita , ha luchado fielmente junto a mi [I] pensó mirando al marinero que tenía a sus pies mientras se arrodillaba sobre el y ponía su callosa mano sobre su pecho manchado de sangre, [B] Karuk Moradin [B] imploro a su dios solicitando ayuda para curarle.

Rohar se giró con toda la premura que era capaz hacia su enemigo que se acercaba amenazadoramente,
[B] Aún me guardo una pequeña sorpresa para ti pirata de mala muerte
Salta!!! chillo señalando la cubierta más cercana al mar, esperando que la orden mágica lograse que su enemigo saltase graciosamente hacia el mar.

--- Comienza el combate: Rohar y Marinero contra Comandante ---

Iniciativas: Rohar 2, Comandante 8.

1- Rohar: Karuk Moradin. Conjura Curar heridas ligeras en asistencia del marinero. El efecto es mediocre, pero más que suficiente para salvarle de su estado crítico.

2- Comandante está intentando evitar los combates con los demás marineros para abrirse paso hasta Rohar.

3- Rohar conjura Ordenar. Comandante reconoce el sortilegio e intenta resistirlo, pero sus esfuerzos son en vano. Sus músculos se niegan a obedecerle y, en contra de su voluntad, se arroja a si mismo al mar, vociferando contra los dioses y maldiciendo su suerte.

--- Conclusión: ¡Hombre al agua! El comandante ha abandonado el campo de batalla y sus secuaces se retiran ---

Esta vez la victoria sí que es definitiva. La mayoría de piratas han sido derrotados en combate y los pocos que quedan ilesos están huyendo como ratas. Su comandante está intentando trepar a la desesperada para regresar a su nave y alejarse de vos tan rápido como los vientos le empujen. Los marineros de vuestro barco vitorean y exclaman vuestro nombre llenos de júbilo.

Dos de vuestros enemigos han sido desarmados y capturados. Como la victoria se ha debido en gran medida a vos, el capitán os ha concedido el honor de decidir su destino. Ambos son inmediatamente llevados ante vuestra presencia y, sin atreverse a miraros a la cara, se arrodillan y esperan temblorosos vuestro veredicto. Su vida está a vuestra merced.

Moradin , Redhammer , gritaba con orgullo el nombre de su dios, gritaba henchido de orgullo el nombre de su clan por toda la cubierta. Se palmeaba alegre con el resto de marineros, disfrutaba con la victoria, pasados unos segundos, se empezó a preocupar por los heridos, dispuesto a usar su magia para ayudar a algún pobre marinero herido.

Agradeció al capitán sus palabras , mientras pensaba tener una charla con el cobarde capitán cuando pudiesen encontrarse a solas, iba a recriminarle sus cobardes acciones.

Miro a los dos piratas , no sentía pena por ellos, cargarles de cadenas exclamo en alto, si algún marinero muerto tenia familia serán vendidos como esclavos y su dinero entregado a las familias de los valientes marineros fallecidos, de no ser así , serán entregados por mi personalmente a la justicia,seran entregados a la iglesia del justo torm, en tantras, donde me agradaría que fuésemos a la mayor brevedad posible, concluyo mirando a todos los presentes.

Realmente pensó para sus adentros estaba disfrutando de aquella travesía.