Partida Rol por web

Seguís debatiendo las estrategias. Trillo aboga por una acción directa, quirúrgica. Recuperar el maletín cuanto antes y eliminar a la competencia. El capitán Díaz prefiere no convertirse en el objetivo primario de las potencias que están allí representadas, pero cree en la acción y no en postergarlo demasiado.

Silva se mantiene callado durante unos segundos y al cabo de un minuto os dice:

- Los camareros que estaban aquí, parece que ha abandonado la sala...o al menos no se les oye hablar ni hacer ruido...

Eso no es algo extraño en principio, pero si para comprobarlo. Trillo que es el más cercano a la salida del reservado mueve ligeramente la gruesa cortina que separa donde estáis del resto de la sala y todos podéis ver el cuerpo de un camarero en el suelo. Parece respirar pero inconsciente, hay otro en la barra en el mismo estado. En el aire notáis un olor dulzón, parece algún tipo de gas aunque de momento no ha llegado hasta donde estáis vosotros.

El reservado donde os encontráis tiene una mesa amplia (capacidad para doce personas) y posee una ventana que da al exterior (jardín interno de gran amplitud con árboles), no hay puerta solo una cortina pesada y gruesa. 

La cafetería es luminosa con un amplio ventanal que da al jardín interno y posee dos entradas, una interna a la derecha y otra al jardín a la izquierda. Hay una amplia barra que va desde una puerta a otra. Tras la barra hay dos puertas a izquierda y derecha que dan acceso a cocina. Entre las barras y los reservados hay cuatro filas de mesas, cuatro mesas por fila para cuatro personas cada una. Son mesas redondas de color caoba.  Las puertas se encuentran cerradas, al igual que las de la cocina en estos momentos. 

- Gas- informa Trillo, volviendo a cerrar la cortina con discreción.- Ya hemos perdido la ocasión de tomar la iniciativa, parece- añade, en voz baja. Ahora tenían la opcion de hacerse los dormidos. Al menos él, que no respiraba, o de tomar alguna acción drástica.

- ¿Es todo el hotel o sólo aquí?- se preguntó, en un cuchicheo. Por lo que sabían sus compañeros podrían estar tirados por ahí inconscientes. Si así era ya habrían descubierto a Ballesteros ¿no? ¿regresaría a la normalidad con la inconsciencia o sería un cuerpo invisible tirado por ahí? No había tiempo para elucubraciones, había que tomar una decisión ya.

Con todo el silencio del que fue capaz, Trillo se levantó de la silla y se tumbó en el suelo, boca abajo. Levantó un centimetro de la cortina e inspeccionó la sala. ¿No había nadie más aparte de esos camareros? Si era cosa de los rusos, pronto entrarian con máscaras de gas y armas enormes o directamente con las armaduras listas. Parecía su estilo. Si era cosa de otros, quizá fuera algo más delicado. Se concentró para levantar un campo de fuerza lo suficientemente denso para detener el gas, pero Trillo no estaba hecho para trabajos sutiles. ¿Balas? Sin problema, pero parar el aire era ponerle puertas al campo.

La conversación se vio interrumpida abruptamente, y con ella toda posibilidad de establecer una planificación adecuada. Al igual que en la guerra en el norte de África, la Inteligencia no había sido capaz de ofrecer toda la información necesaria. Y al igual que en la guerra, nos tocaba ir a rebufo e improvisar.

Un simple gesto de Trillo, apartando la cortina del reservado ante el aviso del sagaz Silva, era suficiente para comprobar de qué se trataba. Gas. En qué consistía el plan del enemigo, incluso de qué enemigo se trataba, era aún un misterio insondable para nosotros. Pero lo que sí tenía claro es que, si bien habíamos perdido la iniciativa, no tenía intención de jugar con sus reglas.

Sea su intención capturarnos o únicamente dejarnos fuera de juego, lo que está claro es que no nos quieren fuera de aquí. -Murmuré discretamente, para evitar que nos pudiera oír alguien que se moviera por allí con una posible máscara antigás. Miré el contenido de la mesa, valorando empapar un pañuelo con licor. Funcionaba con agua, al menos un tiempo, pero dudaba que el alcohol hiciera el mismo efecto- Y ese me parece bien motivo para, precisamente, salir de aquí.

Desvié mi atención a la ventana, poniéndome en pie y desabrochando mi americana, a fin de obtener mayor comodidad y libertad de movimientos. Me acerqué al cristal y comprobé que no hubiera "moros en la costa" en el jardín, antes de probar a abrir la ventana si era posible. Otra opción era romperla, pero eso llamaría mucho la atención. De hecho, si era preciso romperla tal vez fuera mejor idea hacerlo y aguardar tras la cortina a que alguien apareciera apresuradamente, tendiendo una emboscada que les pillase desprevenidos.

Xabier revisa y ve como el humo comienza a expandirse.

- Parece que sólo es aquí... - señala el patio y comenta - Ahí no hay gas...deben venir a por nosotros, puede que nos reconocieran.

Trillo parece querer detener el gas pero aunque logra evitar que se expanda hacia vuestra dirección de momento, no logra contenerlo aunque su intento ha sido útil para vuestra supervivencia a corto plazo.

Álvaro se acerca a la ventana y puede abrirla sin problemas, así que ya tenéis una vía de escape para salir de la "zona cero". Escucháis toses en la cocina de la cafetería, parece que hay miembro del staff del hotel allí. Pero ahora mismo poco podéis hacer por ellos sin arriesgaros con el gas, aunque una opción para ayudarles sería ir por el patio y acceder desde el exterior a la cocina para sacarlos de allí. 

Álvaro revisa si hay tiradores que os pudieran estar esperando pero por suerte no los hay así que tenéis vía libre para moveros por el patio. 

Un rápido vistazo fue suficiente para determinar que la zona estaba libre. Si había tiradores, no estaban a la vista, y si se ocultaban tanto eso nos concedía aún sumos instantes de iniciativa para movernos. Si no estaban ocultos, y lo cierto es que nuestros agresores no habían cubierto esa ruta, era una negligencia por su parte que valía la pena aprovechar.

Salir al patio dejó claro dos cosas: que el gas estaba concentrado exclusivamente en la cafetería, y no en todo el hotel; y que el personal de cocina empezaba a verse afectado. Resultaba curioso que éste hiciera tanto ruido en forma de toses, mientras que los camareros habían caído en silencio. ¿Se debía a la intensidad de la dosis, o había algo más?

Trillo, sin ánimo de dármelas de entendido en el tema, ¿hay algo de cierto en las historias acerca de qué los vampiros no requieren respirar? De ser así, podría ocuparse de sacar al personal de la cocina y reunirse con nosotros después. -Sugerí sin mirarle, pues mis ojos recorrían intensamente cada esquina del patio y de las plantas superiores donde un tirador pudiera mantenerse a cubierto hasta el momento de salir y disparar a discreción- Mientras tanto, Silva y yo deberíamos subir a las habitaciones, armarnos y comprobar si el resto del equipo también ha sufrido ataques similares. ¿Estamos de acuerdo? -Comenté a mi antiguo compañero de armas, dedicándole una breve mirada.

- Álvaro, en la cocina hay gas...si el gas apagó la llama de algún fuego puede darse una deflagración...así que lo mejor es que me acerque y rompa los cristales que den al patio de las cocinas...con eso el gas saldrá... - echa un vistazo - ...el problema son los tiradores...seré un blanco perfecto, por casualidad no tendrás un arma encima ¿no? -  pregunta el capitán - Si me cubres de algún posible tirador me sentiría más seguro...

- Yo te cubriré- afirma Trillo

Mi gesto se torció en una mueca de desagrado poco llamativa, apenas un movimiento de mi bigote mientras mis ojos buscaban en las alturas a los tiradores que tanto preocupaban a Silva y, por qué no admitirlo, a mí mismo. 

Ojalá contase con un arma, sí... pero me temo que no esperaba que las hostilidades comenzasen tan pronto, y después de lo acontecido en el tren no quería arriesgarme a que hubiera controles de algún tipo en el hotel. -Tuve que admitir con resignación. Tenía un arma, mi Tizona, pero ésta se encontraba entre mis cosas, en la habitación, que en aquel momento parecía demasiado lejana. 

Silva quería alcanzar las ventanas de la cocina, para romper los cristales y que el posible gas del interior comenzase a evacuarse. Trillo se ofrecía a cubrirle, no estaba seguro de cómo, pero Silva estaba en lo cierto en que, si había tiradores apostados, eso le convertía en un blanco relativamente fácil. Al menos, si lo hacía sólo y con un objetivo concreto. 

Dos blancos se lo harían más complicado. -Corregí a Silva con seriedad, mirándole con la complicidad de quienes han compartido campo de batalla- Correré en esa dirección. -Indiqué, señalándola, una linea diagonal que cruzaba el patio hacia el extremo contrario- Si hay tiradores y desvelan su presencia, los atraeré el tiempo suficiente para que podáis encargaros de esas ventanas. ¿Listos?

Nadie estaba jamás listo para algo así, pero así es como era precisamente la guerra. Nos superaba a todos, y todos hacíamos lo que podíamos con lo que teníamos. Si me movía rápido y en zigzag, podía cubrir aquella distancia evitando los disparos, esquivar el ataque enemigo. O eso esperaba, al menos.

La situación es así, Álvaro está preparado para salir por el ventanal abierto y moverse atrayendo los disparos si hay algún tirador. Trillo puede cubrirlo con su campo de fuerza mientras Xabier se prepara para salir corriendo a romper el cristal que da a la cocina a través del patio.

Álvaro sale y nadie le dispara. Un par de segundos después sale corriendo Xabier hacia la ventana de la cocina para intentar romperla. Trillo sigue en la misma posición.

En el interior de la cafetería se escuchan ruidos, parece que hay gente que está entrando aunque no podéis verlos desde vuestras posiciones. Por el sonido parece que son más de una persona. 

El amago de carrera en zigzag que emprendí, asumiendo la muy seria posibilidad de que ya con mis primeros pasos comenzasen a silbar las balas a mi alrededor, se quedó en nada. Fui reduciendo la velocidad de mis pies, mientras giraba sobre mí mismo alzando la mirada hacia las ventanas superiores del patio, correspondientes a habitaciones del complejo hotelero, todas cerradas o, al menos, sin muestra alguna de tiradores a la vista. 

Tras de mí, Trillo permanecía escondido mientras que Silva trataba de abrir un buen respiradero en la ventana de la cocina, haciendo añicos el cristal. Estábamos, de hecho, rodeados de cristales, ventanales que daban a pasillos diversos del hotel, y en mi mente aquello representaban salidas de aquel atolladero, vías de evacuación mediante las que salir de la trampa que nos habían tendido. 

Pero estábamos lejos de permanecer a salvo. Más allá de la ventana que habíamos cruzado para escapar del reservado, se oían los ruidos de más de una persona, a buen seguro aquellos que trataban de tomarnos por sorpresa. ¿En qué consistía su plan inicial? ¿Secuestrarnos? ¿Matarnos? Una carnicería así por las buenas no representaba una operación de espionaje muy seria, pero todo era posible. 

Caballeros... -Llamé la atención de mis compañeros, señalando una de las ventanas que calculé darían a los pasillos más alejados de la cafetería, y aproximándome a ella aguardé a que Silva rompiera aquella ventana de la cocina para golpear el cristal del ventanal y abrir así una salida para todos que nos alejase de aquella gente. 

Ansiaba alcanzar mi habitación y tener a Tizona en mis manos...

Trillo escucha que hay personas accediendo a la sala y le dice a sus compañeros:

- Marchad y avisad a los otros. Los retendré.

El gas no hacía efecto en sus pulmones por lo que decide dejar de usar sus poderes telequinéticos y dejar que el gas avance para posteriormente hacerse el dormido en el suelo del reservado. Nadie podría esperar a que alguien sobreviviese despierto a dicho gas así podría tomarlos por sorpresa o incluso escuchar lo que tenían que decir si es que decían algo.

Mientras se tira en el suelo, escucha como hablan en un idioma desconocido para él pero que sabe perfectamente de qué país son. Están hablando en alemán, aunque no es su idioma materno sin lugar a dudas. Incluso escucha como uno de ellos habla en otro idioma que identifica como latín, idioma que si entiende y sabe además el sexo de la persona ya que sin duda es una mujer.

- Hablan en alemán, tres en total. Dos hombres y una mujer. La mujer habló el latín, están haciéndose pasar por miembros del Die Tempelritter. Parece que es una operación de bandera falsa.

Este último añadido deja claro a Silva y a Díaz de que seguramente sea otra organización que pretende crear el caos en el hotel y matarlos o capturarlos evitando luego que España tome represalias sobre ellos. Aunque las operaciones de bandera falsa eran muy típicas en la Alemania que recordaba de cuando aún respiraba, cuando el incipiente fascismo luchaba contra el comunismo y el anarquismo.

Tras decir esto, ve como Silva y Díaz se alejan de la ventana. Parece que van a intentar subir a la planta superior y alejarse de todo. Trillo se tira al suelo y se "echa a dormir" esperando que sus captores decidan atraparle para darles una sorpresa.

- Subamos al primer piso, yo avisaré al resto que conozco mejor el hotel. Tú ve a buscar tu equipo porque puede que sea necesario algo de potencia de fuego... - comenta.

Se coloca para ayudar a subir a Álvaro al primer piso lo que permitirá a ambos desaparecer en cuestión de segundos del patio interior.

No terminé de entender el motivo por el que Silva insistía en ascender trepando al primer piso, cuando la simple rotura de un cristal nos abría el acceso a los pasillos de la planta baja con suma facilidad. Sin embargo, razoné, si esos agentes salían al patio y veían el cristal roto, asumirían que nos encontrábamos en esa planta, lo que nos concedería algo de tiempo para movernos con cierta libertad desde la primera. Era como soltar un señuelo.

Trillo se mostraba dispuesto a quedarse atrás y fingir ser víctima del gas, pero no sin antes informarnos de lo que sus oídos inmortales le decían. Eran tres agentes, y desarrollaban una operación de bandera falsa, una operación encubierta para hacerse pasar por un equipo al servicio de otro gobierno. En este caso, se hacían pasar por alemanes. ¿Serían los rusos? Los japoneses no podrían fingir una nacionalidad europea... Aunque podía haber otras potencias implicadas. Pero ¿por qué el latín?

Asentí a Trillo, mostrándole el respeto que merecía su ofrecimiento, y acepté el gesto de Silva de ayudarme a escalar hasta la primera planta. Tomé un par de pasos de carrera para apoyar el pie en sus manos y me aupé hasta aferrarme a la barandilla, ascendiendo rápidamente y tumbándome para ofrecer mi mano a Silva para que él pudiera subir también.

Voy a por mi equipo. -Indiqué a mi compañero de armas, una vez ambos estuvimos arriba- Reúne a los demás lo antes posible. ¿Punto de reunión?

- Nos vemos aquí, es la zona cero. Si no estamos iremos a un punto alto donde puedas vernos ¿entendido? - dicho esto - Date prisa...

El plan era simple, que no necesariamente sencillo. La simpleza radicaba en que no había grandes carambolas que ejecutar sino un simple destino al que llegar, y un segundo destino que alcanzar lo antes posible. Debía llegar a mi habitación, y lo más rápido era recorrer los pasillos públicos y subir por escaleras para mayor seguridad. Lo último que quería era quedar encerrado en un ascensor por un corte de corriente o alguna manipulación premeditada.

Una vez en mi habitación, debía ponerme el equipo, el equipo completo, tanto uniforme como propulsor y casco, y tomar mi arma convenientemente cargada. Estábamos bajo ataque, así que no me iba a andar con remilgos. Ya habría tiempo de poner alguna excusa, en caso de necesidad, para cubrir mis actos. Un vuelo de prueba previo a la exhibición programada, por ejemplo.

Acudir al punto de reunión era algo que pensaba hacer a la mayor velocidad posible, por lo que abandonaría mi habitación por la ventana y sobrevolaría el complejo hotelero. No había tiempo que perder.

Entras en la cafetería haciendo gala de tus poderes, la situación dentro es tranquila. Escuchas toses que vienen de lo que parece ser la cocina. Y notas la presencia de al menos tres hombres armados con máscaras de gas que van hacia los reservados aunque te cuesta ver ya que el gas está saturando el espacio totalmente.

Puedes ver varias granadas con escritura cirílica de las que está emanando en gas. Echándolas al pasillo o por la ventana reducirías la concentración del mismo aunque alertarías a los tres "enmascarados" que hay alguien más aunque claro, no deberían poder verte.

Escuchas la voz de Xabier, está en el patio exterior sin dudas aunque no escuchas a Trillo ni a Álvaro.

Trillo seguía en el suelo, esperando a los atacantes. Llevaba unos segundos meditabundo, preocupado por algo. Todo aquello parecía un intento muy chapucero de ataque, no tenía mucho sentido pensar que fuera obra ni de los rusos ni de los japoneses. ¿Otro comprador? ¿El vendedor sembrando el caos para ver a que se enfrentaba? No lo sabía.

Podía ser cualquier cosa en realidad, aunque sus instintos le decían que tenía que hacer algo, lo idóneo era esperar, fingir ser un cadáver y ver que buscaban. Tenía el inconveniente que tendría que esperar

Tras llegar a tu habitación, logras ponerte el traje en un tiempo récord. Sales por la ventana y sobrevuelas el hotel, ves el humo que sale de la cafetería. Parece que es el único foco de acción, al menos no sale humo en ningún otro lugar. Ves que Xabier ha roto la ventana de la cocina y sale más humo a través de ella. 

Activas el radar del casco por si acaso y ves que hay tres objetivos que sobrevuelan el perímetro del complejo hotelero a gran altura. Sin duda por la señal son tecnoarmaduras de combate, es una marca intensa que indica fuertes medidas de protección. Así que están vigilando el perímetro con lo que la misión se complica y mucho.