Archivo General del Estado

Hasta el momento el día había sido tranquilo, como todos los que has tenido sentado en tu pequeño despacho en los sótanos del Archivo General, con la única compañía de archivadores y más archivadores. De vez en cuando tu soledad se rompe cuando alguien de los pisos superiores se acerca a solicitarte un expediente o un dossier específico.

Sabes que hay un grupo de funcionarios de la segunda planta que sólo bajan para hacerte perder tiempo pidiendo informes que nunca se llegaron a redactar, pero hasta ahora nunca has caído en ninguna de sus "trampas". Simplemente no entiendes porqué la gente pierde el tiempo en entorpecer el trabajo de otros.

En tu mesa se presenta un hombre con una trenca oscura y un sombrero de ala ancha que le tapa un poco el rostro. Te fijas en su traje que es de corte ejecutivo, y acompaña con zapatos Oxford sin picado de color negro. Por el costo de sus ropajes el hombre no es un funcionario corriente.

Con voz grave y firme el hombre te pregunta:

- ¿Germán Ballesteros? Soy Ramiro Ledesma, seguramente haya oído hablar de mi abuelo en los campamentos de las JONS...

Efectivamente el hombre tiene un aire al ideólogo del movimiento nacional, fusilado sin juicio por los rojos en Aravaca. Pero lo interesante es qué hace aquí y porque conoce tu nombre.

"Fue el 6 de abril de 1327, día de Viernes Santo. En la iglesia de Santa Clara, en Avignon, el poeta ve por primera vez a la mujer que había de inspirar sus  rimas amorosas a lo largo de una vida entera. Aquella mujer se llamaba Laura, y estaba casada con el aristócrata Hugo de Sade. Según decía el propio Petrarca, los encuentros entre ambos fueron poquísimos y casuales, y el amor jamás correspondido. La pretensión de que "Laura" no fuera otra cosa que una imagen ideal, una entidad simbólica, una alusión metafísica, teológica o, peor aún, críptica, ha tenido alterna fortuna a través de los siglos; pero, en verdad, semejante interpretación es un atentado contra la verdad histórica y el sentido común. Si bien su amor nunca llego a ser más que una utopía, a él se debe la inspiración y creación de sus versos más perfectos e innovadores de la lírica hasta entonces. Versos que luchan entre el sentimientos de espiritualidad y el amor pasión que experimenta por su amada Laura. Su relación con ella y su esposo es frecuente, y pasado un cierto tiempo, fue la propia Laura de Noves quien pone freno a ese trato continuado, reduciendo su relación a una respetuosa y lejana amistad. En 1348, el año de la "gran plaga", obtuvo una canonjía en Parma, adonde en mayo le llegó la noticia de la muerte de Laura, suceso que lloró en sus versos durante muchos años.

Pero, ¿cuál fue realmente el alcance de la relación entre Francisco Petrarca y Laura de Noves?"

Probablemente aquella fue la quinta o sexta vez que Germán leyese aquella sinopsis en la contraportada del libro sin que esta provocase un resultado distinto al del mohín de tedio. Ese relato de falsa biografía novelada inspirada en la vida del rapsoda italiano no era de su agrado. Y sabía de cierto que igualmente devoraría aquellas páginas en apenas un par de días. Esa era una de las grandes ventajas de tener aquel trabajo en el Archivo General del Estado... el tiempo libre. Pero la última recomendación de Dolores, su librera de cabecera,  a buen seguro no acabaría en el estante de los éxitos sino más bien en el cajón de los innombrables. La muchacha, Dolores Román, había heredado de su padre, Felipe, una librería pequeña y mohosa en el centro de Madrid, cerca de la Plaza de Santa Ana. Un establecimiento que apenas daba para salir adelante si no fuese porque también ostentaba uno de los exclusivos puestos ambulantes en la conocida Cuesta de Moyano. La posibilidad de tener una ubicación fija allí era como tener una licencia de taxi... se heredaba de padres a hijos y suponía un estatus muy a tener en cuenta. La hija, no poseía el ojo para los grandes clásicos que en su día hizo de D. Felipe un imprescindible, pero sí le iban las historias románticas y los nuevos autores y, siendo así, a uno de sus clientes más fieles e insignes, Germán Ballesteros, le daba una de cal y otra de arena con la intención de hacerlo sin éxito "de los suyos".

- Dónde se ponga un buen soneto que se quiten las ficciones noveladas. - Masculló a la vez que soltaba el volumen pesadamente sobre su mesa de contrachapado.

Irán mis pensamientos a la riba
cuando no dé hojas verde el laurel; 
quieto mi corazón, secos los ojos,
verán helarse al fuego, arder la nieve: 
porque no tengo yo tantos cabellos 
cuantos por ese día aguardara años.

Germán recitó casi de memoria como una cantinela que uno recuerda para calmarse. Para recordar que, aunque ahora se beba de cartón, también hay grandes reservas que deleitan paladar y alma. Y, quizá precisamente por eso, por que uno no puede pretender beber siempre solo de lo bueno, al no corresponder ni por posición ni por herencia, lo mejor es agradecer el cartón y brindar a la salud propia.

Y tal trajín se vio interrumpido por aquellos pasos que repiqueteaban en el enlosado con el ritmo y el peso de quien sabe pisar. Y a los pasos les siguió la imagen y a esta la presentación... dejando de piedra a Germán. Éste, apenas de un salto, se levantó de su silla más tieso que una vela y, con un golpe seco y marcial de sus talones y una leve inclinación de su cabeza, se brindó al servicio del recién llegado, rubricando todo ello con un servil:

- Y tanto que he oído hablar de su abuelo, señor Ledesma... que en gloria esté. Un honor conocerle. ¿Qué puedo hacer por usted?

- Una pregunta interesante... - responde Ramiro - ...realmente no es lo que usted pueda hacer por mí, más bien lo que usted puede hacer por su patria. He tenido acceso a su expediente y sé de lo que es capaz. - hace una pausa para que interiorices un poco las palabras que acaba de soltar por su boca ya que si ha tenido acceso a tu expediente lo sabrá todo. - No me interesa el pasado, sólo lo que puede aportar en el futuro a nuestra patria. Ahora mismo estamos en una encrucijada y necesitamos de alguien de sus habilidades para solucionar un entuerto que afectaría a la jefatura de estado.

Realiza una pausa larga mientras te mira fijamente, ves seguridad en sus ojos aunque notas la duda de qué decidirás...

- ¿Acepta ayudar al estado a salir de una situación difícil? Es una gran oportunidad para usted, será considerado agente de campo pero conservará su puesto aunque claro está recibirá una mayor retribución y compensaciones...¿Qué me dice? Si acepta, me gustaría que me acompañase para poder informarle de los pormenores de la situación...

La frase "He tenido acceso a su expediente..." puso a Ballesteros en una posición algo incómoda. Conocía las repercusiones de aquellas apenas cinco palabras y era algo que le hacía sentirse realmente nervioso. Desconocía como funcionaba el entramado estatal y mucho menos lo relacionado con metahumanos como él. Pero en lo particular, siempre que su patria le necesitaba para algún encargo de esos que requerían de sus habilidades especiales, el protocolo era similar. El mismo contacto, palabras parcas y, casi el cien por cien de las veces, escasa información y nula capacidad de decisión. Y no es que le importase pero el hecho de estar acostumbrado al "haz esto y punto" le hacía ahora sentirse nervioso y en un inminente y nuevo peligro con aquello de "¿Qué me dice...?"

Lo primero que se cruzó por la mente del archivero fue que todo aquello debía de tratarse de una especie de prueba de determinismo o fidelidad al régimen. Sin embargo esto tampoco le tranquilizó. Jamás había enseñado los dientes a la mano que le daba de comer y, a buen seguro, mucho tenían que cambiar las cosas como para que hiciese algo de semejante envergadura. El hecho de que enviasen ahora a alguien a comprobar cómo de comprometido estaba con la patria era, como poco, para levantar sospechas. Y, más aún, el hecho de que ese alguien fuese el nieto de Ledesma hacía que las alarmas internas de Germán chillasen como una jauría de perros encadenados a un edificio en llamas.

- Por supuesto que sí, señor Ledesma. A la patria le debo la vida y es eso justo lo que puedo y debo ofrecerle.

La respuesta llegó como el rayo... justo un segundo después de que la pregunta hubiese sido formulada. Si ello le conducía a alguna debacle, el daño ya estaba hecho. Por otro lado, jamás pensó Germán Ballesteros que aquello de "Si acepta..." ofreciese una verdadera posibilidad de negativa más que la que la propia gramática brindaba.

- Le sigo sin dilación... - rubricó guardando el libro en el primer cajón de su mesa.

Salís del edificio y camináis por las calles de la capital con tranquilidad. A cierta distancia Ramiro decide comentarte los pormenores de la situación:

- ¿Conoce usted a la vedette Bárbara Rey? - te pregunta Ramiro. - ...seguramente haya escuchado hablar de la Lista Jano...nombrada así por el dios romano Ianus...el que posee dos caras... - realiza una pausa y continua - ...la señora Rey posee un expediente extenso en dicha lista...y en los últimos meses ha chantajeado al estado con entregara la prensa fotos, vídeos y cartas que demostrarían una relación de carácter sexual con alguien de la realeza española. - escuchas que susurra - El rey Juan Carlos...

Seguís caminando pero ya ves que la situación es peliaguda, un chantaje al régimen no es buena idea pero la señora debe tener contactos o algún as bajo la manga para haber evitado que la hayan eliminado.

- No podemos hacerla desaparecer ya que es un personaje mediático, y conocido por la prensa rosa de este país y de otros como Francia e Italia. Posee además amigos entre los altos cargos del partido y de cierta noble. Intentamos comprarla y ya hemos realizado un pago de cincuenta millones de pesetas...pero ella ahora ha exigido quinientos millones y que le concedan un título... - hace un gesto de que eso no se puede consentir - ...así que vamos a destruir sus pruebas y luego estará callada un tiempo. En Biarritz posee una caja de seguridad de la que otro equipo se encargará...tu trabajo es conseguir las pruebas que tiene en su caja fuerte particular en su casa a las afueras de Madrid... - hace una última pausa antes de preguntarte - ...¿aceptas ayudar al estado otra vez?

El archivero miró en derredor. En verdad aquello no tenía ni pies ni cabeza. Le buscaban para ayudar a la patria... hasta ahí bien. Incluso la naturaleza del encargo en sí le parecía apropiado. Él no era un hombre de acción y, dadas sus habilidades lo esperable era que se contase con él para extraer algo de una cámara de seguridad. No era la primera vez que le pedían algo así. Pero que, en esta ocasión fuese el nieto de Ledesma le seguía chirriando a más no poder.

- Por descontado... en cuanto me digan la dirección me encargaré de ello. No creo que presente mayor dificultad. Y por mi parte siempre es un honor servir a España y al Rey. Y tratándose del Rey Emérito... razón de más. - apostilló abriendo los ojos como platos ante la evidencia de su propio comentario.

Aquella mañana que se antojaba plomiza y gris parecía comenzar a despejarse y un sol blanquecino teñía los cielos madrileños de cierta luz esperanzadora. Afuera la ciudad bullía en su constante ir y venir y, sin embargo, en el interior de Germán Ballesteros algo se removía con acuciante inquietud.

- De todas formas, señor Ledesma... ¿están ustedes seguros de que la señora Rey no tiene más copias de ese material comprometido? Quiero decir... una operación simultánea combinada en Biarritz y en Madrid sería lo más apropiado. Lo digo por eso de que "estará callada un tiempo"... ¿cómo podríamos hacer para que se callara de una vez por todas?

- Buena pregunta Ballesteros, pero no se preocupe. Posee varias cajas de seguridad en diversos puntos del país, pero dichos bancos son nacionales y tenemos acceso a ellos. Sabemos que una amiga suya le guarda algunas copias, pero su marido es un alto funcionario del actual gobierno y se las ha entregado para evitar problemas. - continúa caminando y sigue hablando - ...en su casa de Totana posee alguna copia, pero sufrirá un incendio esta misma noche...con ello mandaremos un mensaje claro tras hacer desaparecer el resto de las copias. No se preocupe, la casa está vacía y lo comprobaremos antes de iniciar el fuego que claro está parecerá un simple accidente eléctrico...

Entráis en un parque y tras encontrar un banco de su agrado se sienta y te invita a acompañarle.

- Lo que nos preocupa son la caja de seguridad que posee en el extranjero, ya que al banco francés no tenemos acceso y la que posee en su casa de Madrid ya que es la que tiene más vigilada. La del extranjero le he encargado a un equipo su cambiazo, ya que queremos que piense que le queda esa opción ya que además de mandarle el mensaje si intenta publicarlo sin pruebas quedará retratada y podremos lanzar a la prensa rosa y amarillista a por ella sin ningún pudor. Pero la caja fuerte que posee en su casa...eso es harina de otro costal...sabemos que es de una empresa de seguridad israelí, de última generación y no tenemos especialistas que sean capaces de abrirla de momento...así que ahí entrará usted...debe sacar esos documentos y vídeos de la casa sin levantar sospecha ni ser descubierto y entregárnoslos. No creo que le lleve más de una noche realizar la tarea, de todas formas contará con un grupo de apoyo táctico para vigilar el perímetro...¿alguna petición que desee hacernos?

- Ninguna... - replicó al instante diligentemente. - Aunque, me cabe la duda... en caso de que el material no pueda ser extraído, ¿debo destruirlo? Entiendo que sería mejor opción que simplemente dejar que lo recuperase la señorita Rey, ¿verdad? En cuanto a lo del apoyo táctico... ¿acaso tiene vigilantes armados en la casa? ¿Sistemas de videocámaras...? ¿Algún "aparatejo del demonio" que nos haga la vida imposible?

Germán se sentó al lado de Ledesma. Aún envarado hablaba y gesticulaba con cierto nerviosismo. Se preguntaba cuál sería la reacción si alguien reconocía a su interlocutor. Que le vieran hablando con él en un lugar público podría resultar chocante pero a Ledesma parecía no importarle. Más aún, era como si en verdad disfrutase de aquel banco, de aquel parque y de aquella conversación aparentemente distendida.

- Y, claro... la fecha. Necesito saber cuándo va a ser el "asunto".

- Sí, en caso de que no pueda ser extraído debe ser destruido todo el material. - sobre el apoyo táctico responde - La urbanización es privada por lo que cuenta con seguridad, lamentablemente la firma es francesa por lo que los guardias son extranjeros...y no hemos podido sobornarlos sin temor a que relevaran algo...y también dispone de varios perros que pueden dificultar la tarea, no hemos pensado todavía en cómo adormecerlos sin dejar un rastro...

Saca un papel y te lo pasa, va la dirección de la casa y los días que se puede realizar. Tienes tres intentos ya que la diva estará fuera de casa durante esas noches la semana que viene.

- Tendrás tres intentos pero es preferible que no llegues al tercero o sentirás la presión...¿necesitas algo de equipamiento para la tarea?

- Bueno yo... - dudó durante unos instantes - ...no, supongo que no. 

Siempre que Germán pensaba en algún sistema que pudiese contrarrestar con sus habilidades especiales la mente divagaba en aparatos de alta tecnología. Capaces de detectar el más leve sonido... incluso sus propias pulsaciones. Pero algo tan prosáico como un perro, capaz simplemente de olfatearle, le había dejado fuera de juego. Y ahora el señor Ledesma le instaba a pedir algún tipo de equipamiento extra pero a él lo único que se le pasaba pro la cabeza era frotarse bien el cuerpo con jabón sin aroma y piedra pómez antes de la incursión en casa de la señora Rey. Sí... algo así debería valer.

- Los perros podrían constituir un problema... por su olfato. - comentó sincerándose no sin cierta sensación de apuro. - Sin duda estarán entrenados así que habré de extremar las precauciones. De cualquier modo, señor Ledesma, le doy mi palabra que pondré todo mi empeño. Me hago cargo de la situación. Claro que, si pudiéramos conseguir algún calzado que amortiguase el sonido... o algo para el olor.

Esto último hizo en Ballesteros se pusiese rojo como un tomate. Hablar de olor... de olor corporal con alguien del rango de Ledesma era del todo vergonzante pero aquellos animales le preocupaban y, siendo como era aquella un encargo de extraordinaria delicadeza, no debía permitirse el lujo de ser confiado. Había que tener éxito... sí o sí. 

- También algún arma... preferiblemente blanca. Un machete o algo así. Son más silenciosas. - añadió.

Hablar en aquel contexto de armas le recompuso. Se presuponía de él que habría de ser algo como un experto en infiltración y, aunque atesoraba a sus espaldas decenas de misiones en aquellas lides, él nunca se sentí preparado para la ejecución de las mismas. Por mucho campamento de las JONS él no era un soldado. Era un archivero... nada más.

- O quizá... - continuó hablando casi abstraído de la presencia de su interlocutor. - Ante la imposibilidad de anular por completo el olor de una persona podría resultar utilizar un olor mucho más fuerte para contrarrestarlo... algo como un animal muerto. Colocado estratégicamente en algún sitio de los jardines de la señora Rey... algún lugar por el que yo no vaya a pasar... para que los sabuesos lo busquen mientras yo paso por otro flanco de la propiedad. Una distracción... ¡una distracción olfativa!

- Tendrá el arma blanca sin problemas, lo del olor podríamos ponerle en contacto con uno de nuestros científicos...el doctor Fisher que nos ayuda en temas militares pero perderíamos demasiado tiempo...la opción de un animal muerto es algo más práctico y podríamos llevarlo a cabo sin ningún problema...suerte que no hay animalistas escuchándonos... - comenta con cierta gracia - ...si es necesario pondremos un par de ellos...así distraeremos el olfato de los animales...

Ledesma parece satisfecho y contento al ver que ya has pensado en los puntos claves de la misión.

- Sabía que estaría a la altura, señor Ballesteros. Si le parece bien, hoy al anochecer le recogerá un coche con parte del grupo de apoyo para llevarlo hasta la finca y observará el terreno...así tiene tiempo de estudiarlo antes de proceder...

Durante un instante, a Germán Ballesteros se le pasó la fugaz idea por la cabeza de dar indicaciones sobre la dirección de su vivienda. Obviamente, acto seguido, fueron descartadas. Seguro que le encontrarían. Sólo esperaba tener tiempo suficiente para comprar bicarbonato de sodio en la ferretería con el que lavarse el cuerpo por completo. De ese modo intentaría mitigar todo rastro de olor corporal antes de la misión. Sin embargo, Ledesma había indicado que aquella noche sólo harían un leve reconocimiento... que la noche del primer intento sería otra con lo que no parecía que fuera a suceder todo de manera tan apresurada.

Pero, ¿y si aquella misma noche se daban las circunstancias propicias para la extracción? ¿Dejaría mucho que desear su trabajo si no estaba a punto y preparado para intervenir al instante si así se le requería. Estaba claro... llamaría por teléfono al Archivo y aduciría un intenso y repentino cólico intestinal para poder tomarse el día libre y prepararse como era debido. Muy probablemente allí alguien estuviese al tanto ya de la nueva ocupación de Germán y, por ende, las preguntas serían oportunamente acalladas. Siempre lo eran.

- Perfecto, señor Ledesma. Muchas gracias de nuevo por contar conmigo. - afirmó con un nuevo movimiento asertivo de su cabeza.

<h2>La casa</h2>

El GAT (Grupo de Apoyo Táctico) te recoge en el sitio acordado y tras un viaje de cerca de una hora llegáis a las afueras de Madrid donde está situado el piso del objetivo.

Es un chalet de lujo, en ese momento piensas en lo que llega a pagar el estado para el silencio de algunas...y en tu cabeza rememoras los amoríos del rey emérito a los que el estado ha callado. Por lo menos tiene un perfil claro, rubias y de buena planta.

Examinas el perímetro, al menos cuentas dos canes de gran tamaño que tienen pinta de fieros. También ves que hay varias cámaras de vídeo, bien situadas. Modelo israelí de precisión, esos no se consiguen en el mercado nacional. Claramente son importadas.

El sistema de alarma es también reciente, de calidad...en principio no ves sensores de movimiento en el perímetro lo que facilitaría tu acceso. Pero puertas y ventanas están conectadas a el, aunque por suerte tú no tienes problemas con los impedimentos físicos.

Ahora debes trazar un plan de acción, dispones de todo lo que hayas solicitado y los del equipo táctico te apoyarán en lo necesario siempre que no revelen su presencia.

Germán se mantuvo en silencio todo lo que duró el viaje. Por experiencia propia sabía que, si bien un efectivo como él podía ser clave para la consecución de la misión, los operativos de las fuerzas de seguridad del estado no siempre veían con buenos ojos que se requiriese de un meta humano para llevar a cabo el encargo. Y mucho menos cuándo el meta humano en cuestión era personal civil. Era como menospreciarlos... como decirles a la cara que no valían para hacer el trabajo por el cual cobraban un sueldo. Y en no poca ocasiones se había encontrado Germán con agentes altamente colaboradores y agradecidos por su discreción y entrega... a la par que veces en los que se había encontrado quienes, aún habiéndoles ayudado, le dirigían una mirada despreciativa de soslayo.

Con todo y con esto, casi que al llegar a las inmediaciones de la casa de la señora Rey Germán Ballesteros despegó los labios por primera vez. No quería sonar excesivamente cargante por lo que optó por un tono calmado y humilde. Si bien el éxito de aquel encargo dependía casi en exclusiva de él, una de sus intenciones era que todo el operativo pudiese apuntarse un tanto.

- Supongo que una de las cosas que mejor nos podrían servir sería un plano de la vivienda así como la ubicación del despacho o el dormitorio principal. La ubicación de la caja de seguridad probablemente ronde esas dos estancias. Aunque una vez dentro espero que todo vaya a mejor y casi con toda seguridad pueda registrar la vivienda sin demasiadas complicaciones, prefiero ir "lo más directo posible". Igualmente, con un plano de la zona podríamos ver qué flanco es el que queda más cerca de la verja. Entrando por ese lado y cruzando la parcela por el lado más corto minimizaríamos la exposición a los chuchos. ¿Qué decís... tenemos algún plano?

Uno de los agentes del GAT te indica.

- No hay plano de la casa, se ha reformado recientemente y los planos no estaban todavía actualizados en los registros... - dice con cierto pesar. - Pero la empresa de seguridad sabemos que instaló la caja fuerte en el dormitorio principal, debe estar tapado con un cuadro grande o mismo un armario...la puerta mide de alto sesenta centímetros y de ancho cuarenta. No se puede tapar fácilmente.

Otro agente te indica:

- La distancia más corta para entrar en la casa es desde el punto donde nos encontramos. Será saltar el muro y en un sprint de 20 segundos deberías llegar a las paredes de la casa. Es una entrada lateral, seguramente dé a la cocina. Por los perros no te preocupes, los dormiremos con un juguete de gas que recogeremos... - en sus manos ves un hueso de plástico enganchado con un cordel de nylon metalizado, todo ello articulado con una especie de caña de pescar. Tecnología "punta" sin lugar a dudas. - Con este gas dormirán al menos un buen rato...tendrás tiempo de sobra, además te haremos el favor de provocar un corte de luz en todo el barrio...uno de esos cortes con cizalla que suelen ocurrir de vez en cuando...de todas formas las alarmas de la casa al menos sobreviven con una batería aislada de gran duración por lo que tendrás que tener cuidado con ella igualmente. Las cámaras supongo que sacarán fotos cada pocos segundos en estado de ahorro de batería...pero no es algo que hayamos podido comprobar....¿alguna cosa más?

La cara de Germán era un poema. O no había entendido la naturaleza de la misión o el comando que habían asignado como apoyo tenían la misma delicadeza de una bomba H. 

- ¿Dormir a los perros...? ¿Cortes de luz con cizalla...? Perdonar pero... ¿no se supone que esto consistía en sustraer la información sin que la afectada supiese que ya no la tenía? No sé... quizá haya sido yo el que lo entendiese mal pero me parece poco sutil. 

Germán se frotó la cara y los ojos como para ordenar sus ideas. Quería re ordenar todo aquello. Quizá no fuese necesario y aquello de "ser sutiles" solo existiese en su mente como prioridad. De cualquier modo no se iba a quedar callado y que luego le cayera una buena bronca por bestias.

- Si los perros olfatean un animal muerto acudirán... es un olor dulzón y potente, capaz de enmascarar el mío. Al menos eso espero. Si encuentran varios animales muertos y, además, estos están envenenados será evidente que algo raro está pasando y los guardias no tardarán en dar la alarma. Si además desconocemos el protocolo de alarma puede que nos estemos metiendo en la boca del lobo. Igualmente para el asunto del corte de luz "por las bravas". ¿No podemos provocar una sobrecarga...? No sé... yo no sé de eso pero debería funcionar mejor hacer algo que pudiese ser considerado una metedura de pata de un operario imbécil. La gente siempre es más benévola ante las idioteces.

Germán intentaba leer en los rostros del resto de miembros del grupo algo de feedback. Quizá se estaba extralimitando pero igualmente ahora ya no podía callar todo lo que tenía para decir.

- No tengo intención de dejar que me graben o fotografíen y, aunque en mi caso es relativamente fácil, voy a necesitar un pasamontañas por si acaso. ¿Algún problema con eso? Y, bueno... ¿cuándo podemos hacer el primer intento? ¿Mañana a la noche? Cuánto antes, mejor.

- No te preocupes, los perros dormirán un rato pero usaremos un juguete para atraerlos y luego los rociaremos con gas...cuando muerdan el hueso todo animal que esté en un radio de cinco metros quedará dormido al instante... - te comenta uno de los miembros del GAT - ...usar animales muertos es mala opción, no podríamos recuperar los restos y si están envenenados los detectarían fácilmente con una visita al veterinario.

El otro miembro del equipo añade:

- El corte de luz será muy amplio, afectará a este barrio y a varios. No se hará cerca de la casa, y al día siguiente en los periódicos saldrá que ha sido un error de un operario que ya ha sido despedido...el operario es un agente de la Casa y ya cuenta con el despido... - hace una pausa y añade - ...si el corte es amplio no sospecharán que es por esto...y como bien dices la gente es benévola con un error humano...

Sobre el pasamontañas uno de los hombres del GAT te tira uno, mientras te dice:

- Podemos incluso proporcionarte ropa...como mono oscuro de obrero, botas, etcétera...lo que necesites. El primer intento puede ser mañana a la noche. Intentaremos averiguar un poco más sobre el protocolo de la alarma para que estés más tranquilo pero no podemos prometerte nada...

Al día siguiente te dejan un sobre por debajo de la puerta de tu casa, es información sobre la empresa de seguridad.

Las alarmas están conectadas a una central en el centro de Madrid. En cuanto saltan las alarmas se avisa a la comisaría de la Policía Armada más cercana, tiempo de respuesta entre 10 y 15 minutos. Los de seguridad de la empresa tardan sobre 20 minutos en llegar. Si tienen contratado el servicio VIP, que entendemos que sí el tiempo de respuesta bajaría a la mitad de tiempo.

Las alarmas son sonoras y luminosas. Hemos averiguado que todas puertas y ventanas están conectadas directamente a la central de alarmas. La conexión es inalámbrica pero desconocemos cómo se conecta ya que esos planos tienen secreto empresarial por las patentes utilizadas.

Esta es la información que te llega en el sobre.

Germán se limitó a asentir ante el ofrecimiento de los hombres del operativo que le acompañaban sobre el asunto del vestuario. Sólo esperaba que estuviesen al tanto de sus necesidades "especiales" en lo que a moda se refería. Nunca había preguntado cómo confeccionaban aquellas prendas que le ayudaban a volverse invisible o intangible sin necesidad de andar "en porretas" pero lo cierto es que funcionaban con absoluta precisión. Otra opción habría sido la de especificar a aquellos hombres la naturaleza y los límites de sus capacidades especiales... pero Germán siempre procuraba en la medida de lo posible no dar excesivos detalles sobre aquello a prácticamente nadie. "Quien debe saberlo ya lo sabe..." se repetía a sí mismo como un mantra. Si los de arriba, fueran quienes fueran, no habían informado al operativo, era cosa de ellos. Su trabajo era el que era... no otro. Y si ello comportaba tener que quedarse a mitad de la misión como su madre le trajo al mundo... pues ya vería cómo se las componía llegado el caso. Alguna situación similar le había pasado en su juventud, en los Campamentos de las JONS... pero claro, las reticencias y las implicaciones de mostrarse con el disfraz de Adán ante el mundo no son las mismas cuando uno tiene menos de veinte años a cuando ronda los cuarenta.

Por lo pronto el asunto parecía sencillo. A velocidad media, sin necesidad de correr como un loco, cubrir la distancia de la cerca exterior al interior de la casa no debería llevar más de unos segundos. Ya dentro, localizar el dormitorio principal, otros tantos... y si la caja, por sus dimensiones, estaba tras un armario o un cuadro las posibilidades de dar con ella rápidamente también eran grandes. Con lo que hacer el trabajo "de una tacada" con el tiempo con el que Ballesteros contaba en estado invisible/intangible tras su entrenamiento, era más que factible.

- Aunque... - una palabra. Una simple sucesión de seis letras supuso de pronto un alto en su camino. Había un problema. Un problema con el que no había contado. 

Si la misión era la de extraer la información de la caja, en forma de fotos, grabaciones en vídeo o lo que fuera, la posibilidad de entrar él físicamente en la caja era tremendamente sencilla. Podría asomar la cabeza hasta localizar el "paquete" y luego introducir la mano para definitivamente tomarlo. El problema era... ¿cómo sacar aquello de allí?* Siempre podría romper el soporte... el cd o lo que fuese, pero preferiría extraerlo limpiamente tal y como se le había encargado.