Miraflores de la Sierra, Madrid

Observas con tranquilidad las vistas que tiene tu nueva casa, cortesía de IDESS por los servicios prestados. En el sótano posees un laboratorio de primer nivel para tus experimentos. Un entorno tranquilo y anti estrés para que puedas trabajar a tu ritmo y cumplir los objetivos que el gobierno te imponga.

Miraflores de la Sierra es un sitio bonito y tranquilo, tu chalet posee una finca cercada de al menos un par de hectáreas para que ningún vecino te moleste con ruidos o tonterías. Vigilando la finca sabes que hay un pequeño dispositivo de agentes del CESID ya que según el gobierno eres un recurso valioso.

En la mesa de la terraza tienes una carta del Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales que te piden que les ayudes a desarrollar una nueva arma química, en concreto un gas lacrimógeno más potente que penetre en las máscaras antigás de carácter civil e industrial. No es una tarea sencilla ya que esas máscaras poseen filtros potentes, pero eres un químico de renombre y tienes que sacar todo tu potencial para este desarrollo.

La situación fuera de España es pésima con migrantes llegando a puertos y provocando disturbios, la URSS sigue dando guerra y amenaza a Europa que está rota por los tejemanejes de británicos y alemanes. España es el único faro de esperanza ante las hordas rojas, eso no ha cambiado en los últimos sesenta años.

A tu viejo amigo Gilberto Ocaña le han ordenado también mejorar un arma aunque no te ha comentado en qué rama, tienes interés de comentarlo con él durante el próximo simposio estatal que será dentro de un mes. En Enero de 2022, tienes ese tiempo para mejorar el gas lacrimógeno y cumplir con tus objetivos...

Seguía removiendo con la cucharilla el café solo que me estaba tomando mientras acababa de leer la carta – ja… seguro que Gilberto estará contento… mira que darle a él el principal proyecto armamentístico secreto mientras a mí me toca hacer el trabajo segundón – renegué para mis adentros mientras tomaba el último sorbo del amargo líquido aún caliente que todavía desprendía un fuerte aroma que inundaba el ambiente.

Dejé la carta en la mesa de la terraza, recordando la vieja rivalidad que arrastrábamos desde hacía un tiempo con Ocaña – cuando vean mi prroyecto esos estúpidos del CESID, se van a quedarr erstaunen! – comenté en voz alta mientras me regocijaba en mi más que probable futuro éxito.

Unos minutos más tarde, después de ojear el periódico del día y ver que todo seguía igual, recogí las cuatro cosas que había por ahí, como la taza del café, el plato aún con migajas de las tostadas, el periódico y la carta y me encaminé hacía el interior de la casa para guardar cada cosa en su sitio.

- Sólo esperro que mi nuevo ayudante no haya desordenado nada al dejarr el material para trabajarr con el nuevo proyecto – dije quejándome en voz alta mientras me dirigía hacía el laboratorio del sótano.

Tu ayudante es un joven recién salido de la Compluetense de Madrid que promete mucho en los campos de la química y la física. Por lo que sabes, está bien relacionado con las familias del régimen, por lo que debe pertenecer a una de las familias del círculo del búnker que rodea a las esferas del gobierno así que deberías comportarte con cierto respeto ya que si está bien relacionado podrías lograr contactos para mejorar tu calidad de vida y ampliar la mira de tus investigaciones y alcanzar metas más elevadas.

Por suerte para ti ha hecho bien su trabajo. Revisas que todo está en su sitio y que ha preparado ya varias muestras del gas y las ratas de laboratorio listas para que puedas realizar la primera tanda de pruebas, ratas que serán víctimas del progreso...aunque podrías considerarlas mártires para la causa nacional.

Tu idea inicial es primero comprobar la composición exacta del gas que tendrás que mejorar, aunque tienes un estudio que te indica la composición exacta no te sueles fiar de nada que no hayas comprobado tú mismo antes.

Preparas los vasos de precipitados y decantadores  ya que tienes el compuesto en fase líquida para poder analizarlo y trabajar con el. Empiezas a calentar la mezcla y preparas una serie de compuestos para ir analizando la composición exacta.

Con el estudio al lado para poder ir corroborando los resultados que me iban dando las distintas pruebas, empecé a preparar varias placas de Petri para analizar más a fondo cada composición por separado.

El característico sonido de los fuegos bunsen cubrían el bien iluminado laboratorio, blanco, impoluto y un agradable olor a nuevo y desinfectante. Pasaron apenas unos minutos cuando el suave tintineo de las primeras gotas empezó a escurrirse por los condensadores mientras se separaba del H2O de la mezcla. Era un buen truco para minimizar los costes de producción, pero si querían mejorar el compuesto, debía mejorar la formula en su vertiente más pura.

Me aseguré de llevar correctamente puestas las medidas de seguridad básicas: guantes aislantes, mascarilla con filtros auxiliares, gafas protectoras y la típica bata blanca de laboratorio… aunque de momento sólo era la fase inicial para analizar y documentar, era esencial estar bien protegido - verdad, ¿amiguitas? - pensé sonriendo bajo la máscara mientras miraba las atemorizadas ratas aún en sus cajones de transporte. Aunque sólo iban a ser útiles para las fases iniciales del plan, ya hace tiempo que me había acostumbrado a trabajar bajo la mirada de esos pequeños ojos rojos característicos de las ratas de laboratorio.

Tras la destilación inicial, siguieron las fases de centrifugación y filtración, sin olvidar cada uno de los pasos intermedios de medición y documentación de los resultados obtenidos entre un proceso y el siguiente.

Había perdido la noción del tiempo cuando obtuve la primera tanda de compuestos para analizar, bien sellados en el interior de la placas de Petri que había preparado con anterioridad, los dispuse uno a uno bajo la mirada del microscopio para saber exactamente que tenía entre las manos.

Analizas la composición exacta y sonríes al ver que tu esfuerzo no ha sido en vano. En uno de los derivados del benceno que incluye el compuesto lacrimógeno había un error de composición. Pero bueno el error es nimio, aunque seguramente le dedicarás un memorándum para que corrijan las etiquetas de la composición del compuesto.

Miras el reloj y ves que has estado trabajando durante cuatro horas sin detenerte, es hora de un descanso y ver porqué tu ayudando todavía no ha hecho acto de presencia ya que debería de haber llegado hace al menos un par de horas...y no es alguien que se retrase sin avisar.

Sales de tu laboratorio y lo cierras a cal y canto. Nunca lo dejas abierto por seguridad. Notas un inmenso silencio en tu casa, un silencio extraño ya que no escuchas ni los pájaros que canturrean normalmente en el exterior...notas un extraño olor también, un olor que al que ya has estado expuesto hace muchos años...un derivado del cloroformo. Hay alguien en tu casa...

Tras cerrar la puerta blindada y activar la seguridad, enseguida me invadió un suave olor dulzón y cítrico, típico de los derivados del triclorometano.

Manteniendo la calma analicé mi situación actual. Aparentemente había dos posibilidades: que mi ayudante hubiese llegado hace un rato y por accidente se le derramase un bote de cloroformo y aún lo estuviese limpiando, lo que explicaría su retraso y el olor, o que se trate de un intento de secuestro a mi persona.

Basándome en mis suposiciones, decidí tomar medidas para la segunda opción, por lo que rebusqué en mis bolsillos algo de utilidad para la ocasión. Siguiendo por ese camino, seguí desarrollando la hipótesis: dada la seguridad de la finca seguramente se tratase de un grupo pequeño, de 3 a 5 integrantes como mucho. Quizás lleven algún vehículo todoterreno, o una furgoneta ya que su objetivo, por el olor a cloroformo, es mi sustracción. Incluso si han conseguido infiltrarse en la finca o eliminar a los guardias, sólo era cuestión de tiempo que alguien se diese cuenta de lo sucedido… Por otra parte su objetivo era el de llevarme con vida, por lo que podía aprovechar eso y el factor sorpresa a mi favor.

- Helfer, erres tu? Esperro que tengas una buena excusa para llegarr a estas horas mein helfer. - sabía que en este preciso momento estaba delatado mi posición, pero también era una forma de corroborar cualquiera de las dos posibilidades…era un riesgo que debía correr.

Notaba la adrenalina recorriendo mi organismo, incluso una pequeña gota de sudor bajaba por mi frente… ¿hacía cuantos años que no me encontraba en una situación así? Mi memoria empezó a divagar remontándose a los años 30 en alguna operación con las SS, pero siempre éramos nosotros los que contábamos con ventaja táctica y numérica, sin mencionar que mi aparición sólo se efectuaba una vez asegurada la victoria en la confrontación. Sin embargo, no era momento para tal cosa, sacudí esos pensamientos de mi cabeza y continué con el plan.

Con todo el cuerpo en tensión atento a cualquier estímulo externo, caminé despacio y sigilosamente hacia la cocina con la esperanza de conseguir armarme antes de ser sorprendido. Fijándome en cada detalle de la casa, cortando incluso mi respiración antes de cruzar una esquina o puerta, intentaba prever por dónde llegarían los posibles agresores.

Nadie contesta a tus palabras. Escuchas un sonido de un objeto de cristal que se rompe en una de las habitaciones del primer piso. En ese piso no sube tu ayudante así que tiene que ser alguien que está rebuscando, lo has alertado aunque también dado un susto. Eso puede indicarte que no esperaba que estuvieras en la finca, aunque el bote de cloroformo indique lo contrario.

Llegas a la cocina y ves a tu ayudante dormido. No ves pañuelo mojado en cloroformo, por lo que han debido de romper una botella o utilizarlo en forma gaseosa. Por suerte para ti, la concentración del compuesto es baja ahora, aunque es preferible que abras una ventana para que se airee y puedas respirar con normalidad ya que podrías llegar a sentirte mal expuesto al gas tras varios minutos.

Escuchas pasos en el piso de arriba, acelerados como una pequeña carrera...puede que el ladrón intente escapar...o se esté preparando para atacarte. Ahora es el momento de hacer algo...las únicas formas de bajar del primer piso son o por las escaleras o a través de alguna ventana y sería un salto con cierto riesgo, a no ser si usa la ventana de la habitación principal que da a un porche bastante amplio y que permite un salto más bajo.

Al entrar en la cocina y ver la situación, abrí una ventana que encontré a mi paso hasta llegar a mi ayudante. Me agaché un momento para comprobar su pulso y confirmar que su vida no corría peligro. La concentración de triclorometano aún era alta… seguramente la había distribuido por los conductos de ventilación de la casa y por eso mismo no llegó al laboratorio, ya que por seguridad tenía un sistema totalmente independiente del principal.

Cogí uno de los afilados cuchillos de cocina y una servilleta de tela negra con la que me cubrí parte de la cara para intentar filtrar mínimamente el gas somnífero.

Instantes más tarde intenté deducir la dirección de huida del intruso que aún se encontraba en el piso superior. Noté mi mente algo más lenta y torpe de lo habitual… los pasos del piso superior me llegaban algo confusos dificultando el deducir su destino. La decisión más lógica fue dirigirme hacía la salida del porte. Si sólo era un ladronzuelo, intentaría huir lo más rápido posible y esa estructura era el lugar menos peligroso para saltar y escapar.

Con pasos acelerados, empuñando el cuchillo en la mano derecha y con la servilleta aun tapándome los orificios respiratorios llegué a mi destino, aunque en ese momento me di cuenta de mi torpeza… - ¿Y si habían descubierto mi identidad? Aunque poco probable por los indicios, era una posibilidad que no había tenido en cuenta.

Justo ahí, debajo del porche y con las dudas y el temor aflorando en mi mente, esperé expectante y alerta mi porvenir.

Escuchas pasos sobre tu cabeza, parece que has deducido correctamente la ruta de escape. Lo que no esperabas es que el ladrón saltase varios metros para caer rodando sobre el césped con suavidad, luego se gira hacia ti y ves que en la mano derecha lleva una automática. Una M1911 para ser exactos, un calibre 45 ACP.

El hombre a distancia decide hablar contigo, lleva capucha y una tela cubriéndole la boca por lo que apenas puedes identificar algo de él, salvo que es caucásico, de complexión física atlética y sobre 1,80 metros de estatura. 

- Doctor Fischer, no esperaba que estuviese en casa...ni tampoco su ayudante la verdad...la información que me facilitaron era incorrecta y siento las molestias ocasionadas. Espero que su ayudante esté bien...y será mejor que suelte ese cuchillo...no quisiera lamentar el hacerle daño... - su voz es calmada, y de una persona joven. - ...luego retroceda y quédese en la casa...mientras escapo...

Ahora te toca decidir qué hacer, el va armado con una capacidad de ataque a distancia y tú con un cuchillo.

La suave brisa acariciándome el rostro una vez fuera y sin la servilleta en la cara fue suficiente para quitarme esa somnolienta sensación de la mente.

Aunque en un primer momento me alegró acertar en la dirección elegida, al ver las capacidades, tanto físicas como psicológicas, ya no lo tenía tan claro.

Dejé caer el cuchillo y levanté las manos… estaba muy lejos de llegar a su capacidad de combate y el cementerio está lleno de valientes, así que opté por una vía más diplomática... ya que el intruso estaba tan calmado y confiado, yo no iba a ser menos y desaprovechar una oportunidad como esta.

- Él esta bien, nada que prreocuparrse más allá del dolorr de cabeza por la pequeña contusión causada por la caída. - pero no era por aquí por dónde quería llevar la conversación, y si quería obtener más información sobre aquel sujeto, debía hacerlo hablar un poco más. - Antes de que se vaya, he de comunicarle que, si ha venido buscando información sobre mi nuevo prroyecto, siento decirle que pierrden el tiempo… como ve, mi casa no son una instalaciones secretas o fortificadas, por lo que no encontrarán nada más interesante que el periódico del día, una gran colección de discos y una exquisita selección de licores.

Estaba seguro que detrás de todo eso había una agencia involucrada y aunque habían varias que podrían estar interesadas en mi proyecto actual, una destacaba por encima de las demás.

El joven sigue calmado y apuntándote. Está atento a todos tus movimientos, si das un paso en falso disparará y no ves temblor en sus manos así que sabe utilizar un arma.

- No venía a buscar nada de su nuevo proyecto, de todas formas no nos interesa que potencia un gas lacrimógeno...buscaba algo más grande... - hace una pausa - ...y por suerte lo encontré...

No dice nada más, dejándote con la intriga. Dicho esto se aleja unos metros y cuando está seguro que no lograrás atraparlo comienza a correr a toda velocidad hacia el muro exterior que no tarda en alcanzar y superar con una agilidad fuera de lo común.

En ese momento te queda la duda de qué estaría buscando, realmente estaba en la zona de dormitorios y baños...y si buscaba tu mayor secreto: tu código genético...

Me quedé petrificado mientras el tipo huía, con un semblante sombrío y una gota de sudor frío bajándome por el rostro… si no habían venido por el proyecto, sólo podía significar una cosa.

Las dudas y el pánico me invadían por dentro, temiendo que mi peor pesadilla se estaba volviendo realidad… algo que tras tantos años ocultando había normalizado hasta tal punto de relajarme y creerme intocable -Maldita sea ¡idioten! - empecé a gritar mientras me cagaba en todo y daba unos pisotones al suelo, roto de ira.

Entré en la casa dando un portazo y dirigiéndome hacía la cocina. Cogí el teléfono y busqué en un pequeño listín el número de la agencia de seguridad… - ese hijo de puten me las va a pagarr... ¡idioten! Te crreías invencible en tu casita de campo, ¿no, Wolf? - marqué el número mientras seguía lanzando insultos al aire - tenías que pensarr que tenerr a un grupo de palurdos como seguridad erra suficiente y tu podías dedicarte a jugarr en el laboratorio, no? ¡Idioten! ¡Idioten! - llené un vaso de agua y se la lancé al joven ayudante que aún estaba tendido en el suelo - Levanta… tenemos una emerrgencia! - comenté mientras dejaba el vaso y me pasaba la mano por el pelo para arreglarlo y recobrar la compostura. Para mi era imposible perseguirlo… pero estaba bastante convencido de haberme quedado con su voz y su fisionomía.

Tu ayudante despierta tras varios gritos y un par más de vasos de agua. En el momento que despierta escuchas con una voz dubitativa te pregunta:

- ¿Qué ha pasado? - mira a su alrededor y vuelve a preguntarte - ¿Por qué estoy en el suelo y mojado?

La agencia de seguridad te llama pasados unos minutos al teléfono desde el cuál has llamado.

- Seguridad España, ¿en qué podemos ayudarle señor?

Te has quedado con la voz y la fisionomía, pero el problema que tienes es que puede haber miles de opciones en todo el territorio nacional y muchos más si resulta que no era de aquí.

Tras ayudarlo a incorporarse y sentarlo en la pequeña mesa de la cocina, le comenté la situación por encima ahorrándome algunos detalles como que iba armado y sobretodo su verdadero propósito.  – Intenta hacer memorria chico y ahora me cuentas lo último que recuerrdes, enseguida vuelvo – comenté saliendo de la cocina después de dejarle un vaso de agua al lado.

Dejé a joven recuperándose de los efectos del compuesto químico que aún tenía por el organismo. Seguramente estaría una hora con vértigo y mareos, aunque por desgracia, otro de los efectos del anestésico era la amnesia, por lo que no tenía mucha esperanza en que recordase algo.

Me encontraba revisando el piso superior cuando la agencia me devolvió la llamada – Aquí el Doctorr Fischerr, envíen inmediatamente un equipo de investigación a mi casa en Miraflores de la Sierra, ha habido un allanamiento y es de vital importancia interrceptar al ladrón… cierren carreteras, establezcan perímetros… hagan su trabajo, AHORRA! – de nuevo estaba a punto de perder los papeles, aunque esta vez logré controlarme respirando profundamente. Mientras tanto, busqué qué había roto el ladrón… quizás saber en qué habitación se encontraba, me daría una pista.

El ladrón había entrado en las habitaciones principales pero no notabas que hubiera tocado nada, es claramente un profesional. Revisas cajones, baños, debajo de las camas,...realmente no ha tocado nada o aparenta eso. Pero...¿habrá dejado algo? Puede que estuviera poniendo micrófonos. Podría tratarse de un caso de espionaje.

Tu ayudante empieza a recordar y te comenta lo siguiente:

- Noté una brisa y fui a ver si había una ventana abierta o una puerta, pero en el momento de acercarme alguien me ponía un trapo en la boca y creo que caí al suelo perdiendo la consciencia. Había alguien detrás mía pero no lo escuché ni vi, debía ser muy silencioso o muy rápido.

Tras diez minutos escuchas el timbre de la puerta del perímetro, es un coche de la Guardia Civil que viene a investigar el allanamiento. Los agentes tras aparcar en la puerta del chalet, acceden a la casa y tras comprobar que no hay nadie en la vivienda aparte de vosotros dos.

- Señor, ¿puede indicarnos qué ha sucedido?

Tras una breve inspección en el piso superior y algún que otro ansiolítico, acudí a la cocina para escuchar el fugaz recuerdo del joven ayudante. – Lo has hecho bien chico – lo tranquilicé poniéndole una mano en el hombro y dándole unos golpecitos de una forma bastante paternal – te encuentrras mejor? Quierres que avise una ambulancia? – su diagnóstico no era grave, seguramente ya había pasado la peor parte de los efectos secundarios, pero ahora mismo no tenía ni el tiempo ni las ganas de examinarlo más a fondo ya que el hecho de que seguramente habían descubierto mi tapadera era mucho más prioritario.

Después de esperar pacientemente a que llegasen las autoridades y, contrariamente a mi voluntad, procedieran al registro de la casa y seguramente a la contaminación de posibles pruebas dejadas por el sujeto, el oficial de mayor rango de los presentes se dirigió a mí. – Verá agente, estaba trrabajando en el laboratorrio del sótano cuando el ladrón entró en la casa, dejándolo inconsciente – comenté señalando a la víctima - Alrededosr de las 12 y media, he salido del laboratosrio para descansasr y averiguasr porqué mi ayudante aún no había llegado. Al cerrar la puesrta escuché un ruido en el piso superiosr y al llegasr la cocina me encontré al joven desmayado. En ese momento, el ladrón empezó a corrers por el piso en dirección al porrche de la habitación principal, donde saltó hacia el exteriorr y huyó. Segurramente se tratase de un profesional, ágil y de complexión atlética, con la carra tapada, armado con una pistola y… sabía demasiado… Sólo la dirrección de esta casa ya es confidencial, sin mencionarr que sabía mi nombre y mis horarios... se supone que hoy no debería estarr aquí, pero me enviaron por errorr el material para el nuevo proyecto aquí y no al complejo como debía serr.

El Guardia Civil anota todo en su libreta, su compañero inspecciona la casa y ve que no hay nadie en ella. Mientras el compañero te hace algunas preguntas:

- ¿Nunca lo había visto? ¿Alguna vez ha comentado la dirección con alguna persona, alguna amante? - el agente es educado y ves que le cuesta hacerte estas preguntas - ¿Confía en su ayudante? ¿Está al tanto de que posee una residencia restringida? ¿Sabía alguien más que le enviarían el material hoy? ¿Ese material necesita una custodia especial?

Tu ayudante ya se encuentra bien, pero su memoria no rescata ningún dato más que pueda ser de interés para la Guardia Civil. El otro agente lo lleva hasta el coche y lo trasladarán a las oficinas de la Dirección General de Seguridad para que conteste allí unas preguntas y permitan ver si estaba o no implicado aunque aparentemente no lo está.

- Durante esta noche la casa estará custodiada por tres vehículos de la Guardia Civil oficiales y por un par de ellos camuflados. Active la alarma y compruebe que todas las puertas y ventanas están cerradas. Mañana me han comunicado que vendrá un equipo especial para recabar datos forenses y ver si pueden sacar algo más. Si no desea dormir en la casa podemos llevarle hasta un hotel en la capital y custodiarlo allí.

- No - contesté algo molesto – llevaba la carra tapada y no lo rreconocí, ni tampoco he compartido esta dirrección con nadie – odiaba tener que repetir las cosas dos veces. – Basilio es de fiar, aunque le aconsejo preguntarr a sus superriorres antes de molestarr demasiado al joven – comenté sin dar muchos detalles sobre las posibles influencias que pueda tener su familia, al fin y al cabo, no era mi trabajo ni iba a ser el perjudicado si se pasaban con durante el interrogatorio, pero era mejor evitarlo. – Porr lo demás, no crreo que mucha gente sepa sobre esta casa o mi investigación… aunque quizás algún deparrtamento más especializado o el prropio ejérrcito deba encargarse de este tipo de investigación, "agente" – solté con aires de superioridad… claramente esta investigación le quedaba grande a la Guardia Civil… muy poca gente es conocedora mi secreto y prefiero que siga siendo así.

- Si no les molesta, prefiero quedarrme en casa, usted asegúrese que sus hombres tienen los ojos bien abierrtos – aunque en el fondo sabía que nadie iba a volver.

- Gute Tag - concluí. Tenía mucho en lo que pensar y algunas personas a las que llamar... Ciertamente el tema requería los servicios de gente más "especializada" en el tema.

Tras irse la benemérita recibes una llamada de teléfono, es de tu viejo amigo Gilberto Ocaña. Aunque sabe tu verdadero nombre siempre te llama Leopoldo si es por teléfono o carta.

- Leopoldo, me acabo de enterar de lo sucedido. También han entrado a robar en mi laboratorio durante la noche. No somos los únicos...según sé han sido cinco laboratorios que estaban en casas de investigadores relacionados con el gobierno. Parece una acción coordinada...me huele muy mal el asunto...tú estás bien ¿no?...en mi casa no había nadie por suerte pero se llevaron mis mejores descubrimientos...algunos muy peligrosos si caen en malas manos...

 - Esto es algo serio Gilberto - comenté tas escuchar sus palabras y sentarme en la pequeña mesa de la cocina. De momento poco más había para hacer aparte de mover los hilos indicados y seguramente Gilberto Ocaña fuese uno de ellos - Por aquí más o menos bien, no ha habído que lamentar ninguna baja. Mi ayudante ha sido el peor perjudicado pero simplemente le administraron tricloruro de metilo, por lo que perdió el conocimiento mientras ocurria el robatorio. Y Yo me encontraba en el laboratorio trabajando... empezando con el nuevo proyecto del gas lacrimógeno, pero con todo el aislamiento de las nuevas instalaciones no me percaté de nada. Quien crees que puede estar detrás de todo esto? - esperé unos segundos esperando una hipotesis o divagación, pero los nervios me consumian -  Me conocían Gilberto, sabían mi nombre y lo que venían a buscar... y no era el estúpido gas. - traté de serenarme de nuevo. Todo ese asunto me enerbava com demasiada facilidad, pero estaba en una situación muy delicada donde mi cuello estaba en juego.