Partida Rol por web

Dredmor se levantó de un salto y se sacudió la capa ostensiblemente. No había ni rastro de llanto o pena en el rostro del tiefling, quizá fastidio...

Joder Mordred, como te gusta romperme la inspiración... ¿Me estaba quedando creíble? ¿Verdad que sí? El pequeño se lo ha tragado ¿eh? Creo que voy mejorando....

Se movía de un lado para otro agitando su capa dando pasitos de baile. Como ya no había a quien vigilar el hechicero tiefling se dejaba llevar por sus impulsos y hacía lo que le salía del rojo orto. Bueno, siempre era así pero cuando le pagaban se comportaba de manera profesional.

Todo lo que ocurrió mientras tanto le importó una soberana mierda. Le hubiese gustado dirigir a él mismo los interrogatorios pero no dijo ni pío. Seguramente habría obtenido más información que aquellos aficionados pero le daba igual quién había perpetrado el intento de robo. Se sentó cruzando la piernas en el suelo en una esquina apartada del resto de personas y sacó de debajo de la capa la varita y los brazales. Empezó a inspeccionarlos detenidamente para desentrañar sus propiedades. Eso era lo único que le interesaba... La magia.

Cuando hubo acabado volvió a guardar los objetos y se acercó al variopinto grupo que se estaba formando en el Goblin Dorado.... Dos rojos, un niño, un mestizo orco y un negro... Una troupe de circo más bien... Se iba a divertir bastante.

Saul dibujó una gran sonrisa y acto seguido dijo:

 - ¡Estupendo muchachos! ¡Venid conmigo!

Y os dispusisteis a seguir a Saul. Os hizo pasar por una gran habitación, que constituía la cocina, dónde habían dos puertas que daban acceso a la sala principal del Goblin Dorado (dónde se había realizado el torneo). La cocina, integrada por una docena de cocineros, era la verdadera alma del Goblin Dorado. Permanece abierta de 11 de la mañana a 11 de la noche, sirviendo todo tipo de platos y aperitivos. Varias despensas tienen productos secos y también sirven como almacenamiento en frío para carne y verdura frescas. Cuando está abierta, la cocina sirve comidas y su tarifa estándar es de uno y medio los precios normales.

Saul siguió por una puerta que daba a una habitación de descanso para el staff del Goblin Dorado. Unas cuantas sillas maltrechas y varios cojines parecían servir para que los trabajadores pudieran descansar en los pequeños periodos de tiempo que Saul les dejaba. Una escupidera en una de las esquinas emana ciertos olores nauseabundos. Saul se dirige a un pasillo con unas escaleras que suben:

Las escaleras conducen a otro pasillo del piso superior, con tres puertas y Saul se encamina hacia la situada al fondo del pasillo, que desembocaba en una habitación con una mesa y varias sillas:

Os pide que os sentéis y pide a su escueto, por el momento, staff que traigan una botella de vino fino para serviros una copa, y mientras os comenta:

 - ¿Tenéis alguna ficha de juego? Si la tenéis os la cambiamos a un 150% de su valor. - Comentó con amplia sonrisa - ¡Qué menos, para los que han detenido el robo!

Una vez sofocado el problema con los clientes, Saul pidió al heterogéneo grupo que lo siguiera a través de las estancias del Goblin Dorado. Aquel lugar resultaba ser enorme. Estaba plagado de puertas y pasillos y Mordred tuvo que hacer un esfuerzo para no perderse mientras seguía al manco jefe. Le llamó la atención que aquel lugar dispusiera de una cocina tan grande, pero al parecer, no sólo de juego se abastecía el negocio de Saul -un tipo listo a la hora de abrir locales exitosos aunque la suerte no lo acompañara en el pasado.

Cuando llegaron a una especie de despacho, Saul sacó una buena botella de vino. Procedía de las viñas de Harse, una provincia bajo el recaudo de Korvosa -la ciudad estado más importante de Varisia- y tras descorcharla y esperar el tiempo necesario para que el caldo se aireara, la dejó sobre la mesa para que todos los que se hallaran allí se sirvieran.

El tiefling se sirvió una copa de vino. Se la había ganado. Luego, ante la pregunta de Saul, afirmó con la cabeza: -¡¡Por supuesto!! Esos mangantes tenían fichas de la casa...- dijo Mordred mostrándolas -Creo que el trato es justo Saul. No sé qué pensarán mis compañeros, pero yo me daría por bien pagado...- añadió el pícaro mientras miraba a su alrededor.

¿Tienes idea de quién ha podido ser?... Y no me vale decir que ha sido Cromarcky, ¿vale?...- el pícaro no deseaba desenterra antiguos enemigos, pero sabía que era una posibilidad demasiado factible.

- Ya empezaba a tener la boca seca... - Dijo Zendr cuando tuvo su copa en la mano.

Arrugó brevemente la nariz al percatarse de que era vino. Prefería la cerveza, pero hubiese sido descortés por su parte expresar su queja.

Probó el caldo y descubrió que no estaba tan mal como había pensado. De hecho, le gustó bastante.

Se dirigió entonces al muchacho que había traído la bebida y le hizo señas con una mano: - Chico, espera, no te lleves la botella muy lejos.

- Es muy amable por su parte... - se vio obligado a cortar su frase debido a un sonoro eructo que no pudo disimular. - Perdón... invitarnos a una copa y su oferta es realmente generosa, sí señor. ¿Dónde he puesto yo mis fichas? - el varisio se palpaba sonoramente la camisa y los pantalones.

- ¡Ah, aquí están! 20 fichas relucientes.

Zendr extendió las manos mostrando su recaudación con una amplia sonrisa en la cara.

Mirn acceptó de buen grado la copa de vino que ofreció Saul al grupo. Cuando el camarero se la trajo, dado su tamaño, esta parecía más bien un cáliz que el clérigo de Shelyn tomó con ambas manos y bebió con cierto gusto.

- ¡Pardiez! Excelente vino monsieur Vancaskerkin... - exclamó el clérigo, quién después añadió - En mi caso no tengo ficha alguna que canjear, pero tampoco pido recompensa. -

El hechicero tiefling siguió al resto tras la pista de Saul. Iba dándole vueltas a lo que había averiguado sobre la varita y en cómo podría hacerla servir para su uso y disfrute. Cuando volvía al presente miraba a sus acompañantes y se dibujaba una sonrisa en su rostro... Vaya banda.

Venga Saul, menos rollos y al grano.... ¿Quién crees que ha sido? Ciertamente han sido muy hábiles y si no llega a ser por mi se hubieran largado con el botín... Bueno, y también gracias a mi hermano y a su espada pedorra.... Bueno, y también gracias al niño del sombrero y su verbo florido... Bueno, y también gracias al varisio y también al negro... Un momento... ¿Qué ha hecho el negro? Bufff... qué cansado es ser diplómatico y cortés... ¡Venga Saul, menos rollos y al grano!

Saul se quedó recapacitando las acusaciones vertidas por Mordred y Dredmor. Sin duda eran los que más conocían su historia, pero su joven impulso estaba nublado por los oscuros hilos que movían el gobierno, si se puede llamar así al antiguo refugio pirata, de Riddleport:

 - Cromarcky es un mero regente en decadencia. Hace tiempo que el nombre de Elias Tammerhawk suena como posible sustituto, y sólo se cubre las espaldas para mantener contentos a los señores del crimen de esta ciudad. Es cierto que también tiene negocios del juego en el norte de la ciudad, ..., pero no creo que malgaste tiempo y dinero en un negocio que acaba de empezar. - Saul se quedó más tiempo pensando - ¿Clegg Zincher? - Saul arrugó momentáneamente el entrecejo - Creo, y espero, que ya se dio por satisfecho hace unos años, ..., aunque nunca se sabe, ...., ¿algún otro señor del crimen? - Saul siguió con su repaso - Podría ser, ...., a lo mejor actuaron por cuenta propia, ..., pero a tenor de lo confesado por los ladrones y de la ciudad en la que estamos, sería muy iluso el pensarlo, ..., como igual es de iluso que los gendarmes de la ciudad consigan investigar los hechos, ..., bien es sabido que la mayoría, por no decir todos, están comprados, o tienen "intereses". - Dijo con una sonrisa que poco a poco fue perdiendo mientras seguía su relato - Conocía a Angvar y su ramera tuerta, Thuvalia. Mucha gente conoce que Angvar es el líder de un grupo de matones callejeros que han sido visto por los alrededores. Se conoce también que han sido contratados por casi todos los Señores del Crimen de la ciudad, ...., incluso me planteé lanzarme a los pies de Clegg o de otro Señor del Crimen para pedir protección ...

Saul se reclinó, mientras agitaba en círculos su copa de vino como si pensase en el pasado, pero rápidamente se incorporó:

 - Pero no quiero entrar otra vez en esos "juegos", volvemos a estar juntos, y no quiero mezclarme en los asuntos turbios que empantanaron mi vida hace años ....., además, no seamos maleducados, muchachos - dijo con su siempre expresión, que ya comenzaba a ser incluso paternal - Tenemos invitados a los que atender, y que no sabrán ni de lo que estamos hablando, ..., jejeje. - Con una sonrisa, comenzó lo que sería un resumen de toda la situación.

 - Mi nombre es Saul Vancaskerkin, antiguo Señor del Crimen de Riddleport. Pero mi antigua "vida" estaba lejos de ser lucrativa, y de hecho, me costó mi salud, mi fortuna, mi familia y ....., mi mano izquierda. - Dice mientras levanta el miembro amputado dónde podéis ver un garfio con forma extraña - Con mi esposa muerta, mis hijos (Orik y Verik) exiliados y gran parte de mi fortuna perdida, conseguí reunir lo poco que me quedaba y comprar el Goblin Dorado, en tiempos famosa sala de juegos que cayó en tiempos difíciles.

Saul continuó con su decanteo de la copa mirando a través de ella como si pudiese ver escenas pasadas:

 - Pero como he dicho, soy demasiado viejo para cambiar de lugar o volver a una vida de crimen, y he tratado de convertir el Goblin de Oro en un negocio modestamente rentable. - Con un profundo suspiro confiesa - Aunque no soy una parte de la escena del crimen de Riddleport, aún tengo enemigos, entre los criminales de la ciudad, que les encantaría verme arruinado por puro placer, ..., a pesar de mis intentos de "ir de legal", aún vivo bajo la presente sombra eterna de la retribución a uno de estos criminales.

- Genial, ahora nos cuenta su vida...ya me extrañaba que nos diese vino gratis. - Pensó Zendr con cierto fastidio.

- De acuerdo, ha sido usted muy malo y hay gente a la que no le importaría verle muerto. Eso ha quedado claro.
Sin embargo, si queremos encontrar al instigador de todo esto... - ¿De verdad queremos? ...tendrá que ser más preciso. Estaría bien que nos procurase una lista con los que crea que han podido tener algo que ver y nosotros nos encargamos de que canten.

Incluso al propio Zendr le sorprendió el nivel de implicación que sus palabras transmitían. Dejó a un lado su copa; ya había bebido suficiente: el vino sería muy bueno, pero pegaba como una mala cosa.

- Vamos, grandullón. A este tío no le importas un carajo, ¿por qué deberías preocuparte por su mierda de negocio?.
De nuevo, el lado sano de su cabeza intentaba poner orden en el caótico erial que era su mente.

El varisio se reclinó de nuevo en su asiento a la espera de lo que los demás pudiesen añadir.

- ¡¡Joder Saul!!... ¡¡Te explicas como un puto libro cerrado!!...- exclamó el teifling desesperado mientras le daba un nuevo sorbo a la copa de vino y apuraba su líquido contenido.- Si no nos dices quién puede ser o por dónde buscar, nosotros no podemos hacer nada.- añadió el pícaro, mientras cogía la botella de vino que se llevaba el camarero en su bandeja. Luego la abrió con la boca y se sirvió un nuevo vaso. El mozo miró sorprendido a Mordred, pero éste sólo tuvo que mostrarle sus colmillos para que se marchara.

- ¡¡Aquí han venido unos cabrones a jodernos el festival y nosotros no sabemos ni por dónde comenzar!!- seguía maldiciendo el rojo seminfernal. - ¡¡Me cago en Calistria!!

Mirn dió un nuevo sorbo a la copa de vino y escuchó en silencio el relato del dueño del Goblin Dorado, lo cierto es que el mediano de Galt aún se preguntaba como había acabado en aquel entuerto relacionado con los bajos fondos de aquella ciudad de vicio y corrupción, pues un siervo de la diosa del arte y la belleza era realmente como blanco sobre negro en aquel lugar, más adecuado para los seguidores de otras deidades más pícaras.

No obstante, la curiosidad del mediano era su mayor debilidad, y si permaneció allí con aquel grupo tan extraño y barriobajero (bajo el punto de vista de Mirn) era porque su espiritu aventurero pedía a gritos descubrir quien había sido el artífice de aquel robo frustrado.

Bodhi dio solo dos sorbos a aquel vino rojo como la piel de los hombres-chivo, pues no estaba acostumbrado a aquellos caldos, tan solo al amargo y lechoso vino de palma. La historia de Vancaskerkin fluyó como la marea en la playa, suave pero imparable. Un hombre en apariencia arrepentido de una vida de chanchullos y tejemanejes convertido a respetable posadero que se encontraba con que el pasado le pasaba factura. Segun supuso el negro joven, una historia mas bien comun en aquel lugar de miseria humana y decadencia social. Y si bien para Bodhi aquel episodio de toma y daca entre grupos de mangantes se le daba un ceutí, bien es cierto que pendía sobre su conciencia una deuda de sangre para con el instigador de tamaña fechoria. Aquel hombre era responsable, de manera indirecta si, pero responsable, de la muerte de Martin. Y dicha perdida solo podia ser reparada con los huesos de aquel intrigante sumergidos en las negras aguas del siempre justo oceano.

- Como dicen estos hombres - dijo Bodhi moviendo la mano de ebano para abarcar a la concurrencia - si no nos dice quien cree usted que anda detras de esto, podriamos ahogar a todos los señores del crimen, como se dice aqui, y puede que aun ese malnacido siguiese respirando...

Mientras hablaba, sus ojos del color de la madera se fijaban en el dueño del Goblin. Seguía siendo consciente de que él allí pintaba menos aun que el pequeño hombre-flor, pero Martin debía irse al fondo del Mar convenientemene, es decir, acompañado del hombre que tenían que buscar...

Bla bla bla.... Todos cacarearon un rato mientras debían estar callados. Bueno, todos no. El pequeño parecía tener más tino que los demás y tampoco profirió palabra alguna. Si los habían llevado allí les iban a dar las explicaciones pertinentes... A su debido tiempo. Saul era un granuja, antes y ahora, y sabía como captar la atención como ninguno. Ahora tenía a un grupo de bobalicones pendiente de sus palabras. Dredmor bufó y se sentó donde pudo, a la espera de que el patrón decidiera ir al grano. Se aburría....

Saul se sintió abordado por las diferentes preguntas de, los que tenía en mente, futuros empleados. Sin embargo era un hombre acostumbrado a ser el centro de atención, o querer serlo, con lo que no se mostró para nada contrariado. Todo lo contrario, totalmente abierto:

 - Lo que quiero decir, ya sé que me he expresado mal, es que no sé quién puede haber sido. Sólo que lleva tiempo orquestando el golpe, con lo que, si es una persona obsesiva, cosa que no me extrañaría, dándole tiempo volverá a actuar, y podremos tomar cartas en el asunto. - Sin embargo Saul no quería convertir a su nueva "fuerza" en unos paranoicos - Pero tranquilizaos muchachos, con las cosas que me han contado, vosotros y el resto de empleados afines, plantaremos cara al truhán que quiere hundirme en la miseria. Yo ya he pagado por mi antigua vida - dijo recordando las palabras que había comentado -, y tengo derecho a rehacerla de una forma más digna. Pero como os decía, no os preocupéis por eso. Habrá tiempo para todo.

Saul volvió a mover su copa para airear el exquisito vino. Dio un gran sorbo y dejó la copa en la mesa para decir acto seguido:

 - Hablemos de asuntos de negocios. Tenemos un negocio que reflotar. - Dijo con una gran sonrisa en la cara - Estoy impresionado con vuestra valentía y habilidades mostradas. Y creo que es la propia gente la que puede dar la vuelta a sus fortunas. Dónde otros verían un desastre, yo veo una oportunidad. - La sonrisa de Saul no desapareció, pero tomó un cariz de "cómplice" - Os quiero plantear una aventura económica, pero no como simples empleados, sino como especialistas o socios menores del Goblin Dorado. Trabajaríais directamente para mí, pero en la gestión del día a día del negocio, aprovechando vuestras mejores habilidades. Serviríais como croupiers, guardias, relaciones públicas, ....; pero en el fondo seríais mis guardaespaldas, mensajeros y consejeros, aportando ideas y sobre cómo orientamos el negocio.

Saul, una vez captada de nuevo la atención del público, se recostó en su silla para terminar con la exposición del tema:

 - Por supuesto seríais ampliamente remunerados con 10 gp a la semana que se verían anclados a la evolución del negocio, ...., con lo que si el negocio fuese mejor, más ganaríais.

El brillo en los ojos de Saul, ante la expectativa del dinero, se hizo patente ....

Dredmor bostezó. A aquellas horas de la noche prefería estar haciendo otras cosas que estar allí aguardando que el granuja de Saul soltara lo que tuviera que decir. Cuando lo hizo el hechicero tiefling se levantó de su asiento airadamente...

¿Y para esto tanto rollo? ¡Yo ya trabajo para ti, pequeño truhán! ¡Y el feo follapuercas de mi hermano también! Y mañana seguramente nos tocará currar, así que si no tienes que decirnos alguna obviedad más me voy a dormirla...

Muchos giros de capa y aspavientos varios pusieron algo más de teatralidad a la actuación del gemelo bueno. Pero en ningún momento hizo ademán de moverse hacia la puerta. No fuera que se dijera algo importante y él se lo perdiera.

Mirn dió su último sorbo a la copa de vino que le habían dispensado los trabajadores del Goblin Dorado y escuchó el ofrecimiento de Saul. Mirn no era nadie necesitado de oro, y mucho menos de trabajo. Como clérigo de Shelyn en la Catedral de la Rosa Eterna en Isarn no le podía faltar de nada. Aquel lugar era un prodigio de la arquitectura construido en tiempos donde las artes y las ciencias eran más importantes que las guillotinas en Galt, y en su interior centenares de obras de arte se habían conseguido proteger gracias a los esfuerzos de los shelytas, quienes las habían recuperado antes que los fuegos de la revolución las acabaran destruyendo.

Aquel era el lugar natural y más cómodo para el mediano, y ahora se encontraba en aquel local de vicio y juego en cuya ciudad, Riddleport, la pícaresca y la corrupción parecía ser el orden dominante. Saul había ofrecido al variopinto grupo la posibilidad de trabajar para él, algo muy adecuado para algunos de los presentes, pero que poco o nada podría interesar a Mirn.

- Agradezco vuestra oferta, monsieur Saul, más yo ya tengo mi propia labor en este mundo con mi diosa Shelyn. - respondió con tono melódico y cordial a la par. - No creo que este tipo de trabajo sea el más adecuado para mi condición. No obstante ha sido un placer ayudarle. -
 

A Mordred la oferta de Saul le iba de perlas. Dinero fácil, posibilidades de pillar cacho si la tajada monetaria era de grandes cifras, relaciones públicas aseguradas, hembras por todos los lados, vino, comida, sexo... ¡¡Su mente fulguraba a una velocidad difícil de seguir.

- Ya sabes Saul que puedes contar conmigo para este trabajo. Soy el más indicado para lo que buscas. Bueno con las cartas y con las dagas... - sonrió mostrando sus incisivos. - Si no quieres que nos preocupemos por lo acontecido aquí, no lo haremos, pero creo que la próxima vez vendrá un grupo mucho más preparado que esos mascachapas. - luego miró al mediano y su galantería supina. Cuando hablaba el sacerdote de principios, lealtades y arte, dudaba seriamente si ese canijo cagaba en algún momento del día.

¡¡Lo mismo los shelynitas de Galt no tenían culo!!

- Oye Saul... Ya que Mern, Morn... digooooo... ¡¡Mirn!! no quiere pasta, podrías repartir su parte entre los demás ¿no?- comenzó a hurgar como sólo él sabía. ¡¡Va!! ¡¡Venga!!... ¡¡Enrollesemelé!!- mientras ponía su cara más amigable.

Saul escuchó sorprendido, o con aparente sorpresa, el comentario de Mirn. Pero Saul era perro viejo en estos temas y tenía muy claro que todos en un equipo contaban, y sobretodo, cuantos más fueran, más protegido estaría. Sin embargo, contestó con su aparente normalidad y acostumbrada sonrisa:

 - Maese Luckrose, considere este oficio como una contribución al arte. Usted mismo me comentó el decorar la sala con un estilo propio. La decoración también puede atraer la atención de más clientes, con lo que ayudaría al negocio. Y además, también hay trabajo de relaciones públicas para intentar captar clientes, no tiene por qué quedarse a las noches, su trabajo puede ser perfectamente diurno, ..., y tampoco hace falta que esté todo el día, con lo que tendría tiempo para invertir en los asuntos que hayan podido traerle a esta ciudad. Piénselo, ..., un trabajo a jornada parcial, ..., bien remunerado, ..., con comida y alojamiento incluídos, ...., ¿qué más se puede pedir? - finalizó con una sonrisa mayor, afianzando la frase, que para él, tenía todo el sentido.

Saul volvió a recostarse en la silla con la copa de vino. Pero seguidamente añadió:

 - Dos sé que ya se han decidido, ..., - en alusión a los hermanos tiefling - uno de ustedes se lo está pensando, ....,  - en alusión esta vez a Mirn - y el resto, ¿no dice nada?