Partida Rol por web

¡Por fin!

Esbozó una sonrisa agotada. El rumor del mar era casi ensordecedor y su agua invitaba sumergirse en ella pero pese a acercarse lo suficiente como para que el agua cubriera sus doloridos pies al avanzar en su abrazo  a la arena, aliviándole la quemazón por el cansancio... y así comenzó un paseo aparentemente idílico en búsqueda del muelle donde habían llegado.

Poco a poco abrís los ojos, al notar el calor enrojecer vuestra piel. Al principio los rayos del sol eran suaves, pero en aquella zona rápidamente golpearon con fuerza vuestros cuerpos cansados. Incluso Eskjö, que había dormido como si estuviera borracho, se despierta ante el claro día.

Lidia bosteza, haciendo la última guardia, mientras sus compañeros empiezan a desperezarse. Oís entonces la puerta de la cabaña y el anciano sale con el bastón, sonriente.

- Buenos días.

Y es entonces cuando notáis que faltan dos personas en vuestro grupo. Keira y Karinna.
 

Despiertas con el arrullo de los pájaros. Te habías quedado dormida, pensando en lo que había ocurrido esa noche y lo que se había dicho, sobre todo en relación a tu padre. Ahora que el sol se filtraba por las hojas verdes, todo parecía mucho más calmado y las ideas negativas se desvanecían poco a poco como si de borrascas se trataran. Pero algo quedaba ahí.

Estiras con fuerzas el cuerpo, pues la postura te han entumecido los miembros. Entre los árboles ves el claro donde se encuentra la cabaña, junto a la cual te parece ver la figura de tus compañeros.

Edward había pasado su guardia sin pena ni gloria, pero ahora cuando se despertó se dio cuenta de que faltaban las dos chicas. Parecía que se habían ido del todo y no pudo evitar suspirar, pues eran las dos con las que más había intimado a lo largo del tiempo que llevaba unido ese extraño grupo.

-Buenos días, señor -dijo sonriendo al anciano con el que había charlado la noche anterior- No sabemos nada de Karinna ni Keira, ¿no? -preguntó a sus compañeros.

Lidia había hecho la última guardia y había permanecido sin dormir durante ese rato en que debió cuidar del grupo, pero ya había notado que las dos chicas no habían vuelto, esperaba que estuvieran bien o hubieran ido a descansar  alejados del grupo, así que cuando sale el anciano y Ed le pregunta por las chica, ella lo quedó mirando indicando que iría a verla, rodear la casucha, y un poco más alejada, así que se escabulló en busca de las jóvenes.

Keira abrió los ojos y se irguió corriendo al darse cuenta de que finalmente se había quedado dormida. - Auch... - Tenía los músculos entumecidos y la cabeza embotada. Se estiró y miró a uno y otro lado. Quería estar un poco sola, pero tampoco se había planteado quedarse a dormir en aquel sitio. 

Se levantó y afiló las pupilas en dirección a la cabaña. Podía ver a sus compañeros desde donde se encontraba. - Vaya, que cagada... -

Empezó a caminar entre los árboles, acercándose a donde se encontraba el resto. Se había calado el sombrero y colocado bien la camisa por dentro de sus pantalones. También se los sacudió un poco, quitando los hojas que se habían pegado en ellos.

- Buenos días... - Saludó al aparecer entre los árboles. Sus ojos ambarinos brillaban y en sus labios se había perfilado una suave sonrisa.

Justo en el momento en que Lidia se levantaba en busca de las dos chicas ausentes, Keira apareció desde el bosque, con rostro somnoliento y estirando el cuerpo.

Pero de Karinna no se sabía nada de nada. El anciano, ajeno a vuestras tribulaciones, coloca una tetera con agua sobre la hoguera y añade unas ramitas para volver a encenderla.

Sonrie al ver a Keira aparecer, estirando su cuerpo como el resto de los chicos, pero faltaba una de las jóvenes, Lidia se encogió de hombros y se acercó a la pelirroja, levantando su mano en un gesto aún muy infantil y somnoliento, 

- buenos días señorita perdida - le guiña un ojo - oye, y ¿Karinna?- le pregunta metiendo sus manos en su pantalón, estaba entumida.

Abro un ojo perezosamente sin enterarme muy bien de lo que pasa, como casi siempre que me despierto. Cuando termino completamente de tomar consciencia, recuerdo lo ocurrido la noche anterior y no puedo evitar esbozar una sonrisa aún medio dormido. Finalmente, y tras un buen rato de remoloneo, me levanto y me desperezo. He dormido menos de lo que querría, pero lo suficiente para estar completamente descansado.

Lidia se marcha discretamente casi al mismo tiempo que llega Keira, a la cual ya echaba en falta, y antes de que pueda saludarla. La otra que falta es Karinna.

"¿Dónde se habrá ido esta mujer? No tiene remedio, santo dios..."

Me acerco al grupo y lanzo la pregunta al aire, a nadie en concreto

- Buenos días a todos... ¡Una mañana soleada, eh! - mi acento norteño, ahora con tono despreocupado, sale de mis labios al hablar - ¿Por cierto, dónde está Karinna? Se ha ido anoche y parece que no ha vuelto aún. - Me vuelvo hacia la joven pelirroja - Iba a buscarte a ti, Keira,  ¿la has visto? Me preocupa, esta selva no parece precisamente un lugar apto para perderse. Quizá se haya desorientado y no sepa volver... Y nosotros deberíamos volver al barco cuanto antes.

¿Karinna...?

Los ojos de Keira se abrieron como platos al darse cuenta de que faltaba la ussura. - No, no la he visto... Ni siquiera sabía que no estaba con vosotros - . La joven empezó a caminar de vuelta al bosque. Después de lo que le pasó el día anterior, ¿cómo podía ser que la hubieran dejado sola? ¿Y hasta ahora no se han preocupado? 

- Lidia, acompáñame... - Le pidió, volviéndose un momento a mirarla. Iba pensando sobre la marcha. Quizás al resto le podía sentar mal que llegara ella y empezara a impartir órdenes. Pero leches... Si tengo que esperar a que espabilen... 

- Clady y Edward, podéis buscar más hacia el norte. Eskjö, iría bien que te quedaras aquí y vigilaras por si ella regresa. No os alejéis mucho y cualquier peligro, gritad - . Dijo, antes de darse nuevamente la vuelta e internarse, una vez más, entre los árboles.

-¿Nadie piensa que no quiera ser encontrada? -preguntó Edward tranquilamente- perdonar, pero no creo que sea nadie para hacer de niñera. Vinimos aquí por el anciano, ahora tendríamos que volver ¿y nos vamos a poner a buscar a alguien que se ha ido porque quería? En fin...

Se puso en pie y se sacudió el polvo y posibles hojas y ramitas de la ropa- movámonos antes de que lo piense más y me vuelva al barco -se puso  en camino y saludó al anciano. Si se quedaba más tiempo allí se quedaría con el anciano de por vida.

Asiente a las palabras de Keira, ella también se había preocupado, pero Ed debía abrir su bocota, Lidia estaba a un paso de romperla,  - literalmente - y seguía con esos comentarios  tan afortunados, pero ¿qué podía esperar?, los de ahí no habían hecho lazos de ningun tipo, y ella debería tomar la misma postura del hombre, si deseaba no ser lastimada de nuevo.

- Ed, cada vez, más dulce - le lanzó un beso ocultando el sarcasmo y se fue con Keira para buscar a a chica desaparecida - luego de esto, nos largamos, ¿vale? - susurra a la peliroja.

Justo cuando el dispositivo de búsqueda que acabáis de montar se va a poner en marcha, la voz del anciano os detiene.

- La chica no esta cerca, nada cerca. Es posible que lleve toda la noche alejándose, así que si os planteáis buscarla, tenéis un día entero por delante y no se en qué habíais quedado con el Capitán Lemacks. - Clady mira al hombre con la ceja alzada, como inquiriendo cómo sabía él aquello, pero este parece responder sin ningún pudor. - Llevo años viviendo aquí, el comportamiento de los animales y otras cosas poco perceptibles a simple vista son aliados inigualables. La joven... ¿Karinna, no? No está cerca.

Keira se detuvo, antes de internarse entre los árboles, y se volvió a mirar a Edward. Entrecerró los ojos y una mueca se formó en sus labios.

- El capitán me ordenó que fuera con vosotros y nos dijo que nos recogería al otro de la isla. En ningún momento me dijo que hiciera oídos sordos si ibais desapareciendo.  Y te recuerdo que ayer Karinna tuvo alguna clase de ataque. ¿Y si le ha pasado algo? No, no voy a irme sin ella - .

En ese momento se volvió a mirar al anciano que acababa de decirles que ella estaba muy lejos. Pero... Era imposible que se hubiera movido tanto de noche. En un bosque, sin conocer la zona... No, no creía que estuviera tan lejos, y si lo estaba... Ella la encontraría. No iba a dejarla en aquella isla abandonada.

- ¿Cómo lo sabéis? Y si es verdad, decidme hacia donde ha ido, que iré a buscarla. Vosotros podéis ir hacia la playa y decirle al capitán lo que ha ocurrido - .

Lidia abrió mucho los ojos, mucho, Keira había dicho capitán, y lo había dicho dos veces, pero no se movió, sólo apretó los dientes, y esperó la reacción del anciano, no vaya a ser que pensara que el capitán del que hablaba la pelirroja, era su amigo, esperaba que no fuese tan listo.

-ehhh mejor vamos a verla en las cercanías, si no la encontramos, veremos que hacer - atina a hablar, y a tomar la mano de Keira para jalarla.

Hasta ahora me había mantenido al margen en la mayor parte de situaciones. Había intentado ser cauto, y tranquilo en la medida de lo posible, pero aquello estaba alcanzando un límite surrealista que no le gustaba nada. Para más, Karinna, a pesar de que la forma de tratarle fuese cada vez más fría, no podía evitar tenerle cariño. Y aún por encima, ella tenía algo que ver en el por qué me habían metido en la cárcel.

"Perseguíamos los dos al mismo mercader, que acabó asesinado. No puedo perderla en una isla como esta. Me pregunto qué habrá descubierto para haberse ido a toda velocidad, pero seguro que nada bueno. ¿Quizá una pista sobre quién nos tendió la trampa? Lo dudo, teniendo en cuenta lo recóndito de esta isla. Será mejor que me centre y la encuentre. Tengo que empezar por sacarle información al viejo."

Suspiro y me acerco al anciano con paso lento y parsimonioso, pero también seguro. Mi forma de hablar es igual que mi paso. Lenta, segura, y buscando explicarse bien y hacer llegar a esa cabeza que necesitamos toda la información posible sobre a dónde fue Karinna o qué habló con ella por la noche.

- Oiga, abuelo... No se qué ha hablado con Karinna anoche, pero antes de marchar dijo que iba a buscar a Keira, y realmente se esfumó. ¿Y ahora usted nos dice que está lejos? Espero que entienda usted que me moleste, y con más razón de la que pueda imaginar. ¿Sería usted tan amable de darnos una pista para buscarla, o al menos decirnos por qué ha salido poniendo pies en polvorosa y sin decirnos a ninguno de nosotros a dónde iba? - en mi tono, aunque no es aún beligerante, se notan ciertos tonos de impaciencia y algo de enfado. Desde luego, no me ha sentado nada bien ni que nos haya abandonado, ni que mucho menos el anciano diga ciertas cosas tan a la ligera, como si fuese lo más natural del mundo contarnos que sabe que está lejos, pero no decirnos dónde ni por qué.

- Ays... - Suspira el viejo, encongiéndose de hombros y encaminándose hacia un lado de la cabaña, hacia el lado por el cual habíais venido vosotros durante la noche. - Quizás... si prestaras atención a las pequeñas cosas y no estuvieras todo el día vanagloriándote de tu poco ego, entenderías lo que digo antes de soltar bravatadas, jovencito.

Y a pesar de sus molestas palabras, sonríe.

- Pero imagino que es la edad... Blake también era así cuando era joven... Oh si... el joven Lemacks no hacía más que meterse en líos...

Finalmente se detiene en un lugar aparentemente al azar y se agacha. - Si os fijáis, aquí están los pies de la señorita norteña. Estas huellas son de anoche y se alejan en el bosque. No hay huellas de vuelta, y los animales están tranquilos. Aquí cerca no hay nadie. - Vuelve a acercarse a la cabaña. - Pero id a buscarla, si queréis. Yo tengo cosas que hacer.
 

Lidia había tomado la mano de Keira y tiraba de ella, pero la joven pelirroja se detuvo y se volvió a mirar de nuevo hacia el anciano. Había estado tan ofuscada con la desaparición de Karinna, que no había prestado atención a sus anteriores palabras. Pero cuando volvió a nombrarlo, entonces fue consciente de ellas. ¿Al final sabía que nos enviaba el Capitán Lemacks? Seguro que nos estaba esperando... Se mordió el labio y miró a la joven que tenía al lado.

- Sí, vayamos a buscarla. No sabemos qué puede haberle pasado - . No era normal que hubiera desaparecido de aquella manera. Además, Keira no creía que Karinna quisiera quedarse a vivir en aquella isla desierta. - Quien quiera puede acompañarnos, podemos intentar seguir esas huellas - . Dijo señalando hacia las marcas que les había mostrado el anciano. - El resto que vaya hacia la costa e informe al capitán de lo ocurrido - . Tras esas palabras, le dio un suave apretón a la mano de Lidia y empezó a caminar adentrándose en el bosque e intentando seguir las huellas de Karinna. 

Observo muy preocupada a mis compañeros. Era lo que faltaba ir desapareciendo poco a poco. Eskjö es lo bastante fuerte como para hacerse cargo del anciano y no quiero que Keira salga sola a la selva.

-¡Espera Keira! Voy contigo- digo a la pirata.

Entre salir en busca de una compañera y quedarme con el anciano y Eskjö, tengo muy clara cuál es la mejor opción. No me inspiran confiaza y no me siento segura.

Las declaraciones del anciano hacen que Lidia se quede paralizada y su gesto se vuelva mucho más tenso y oscuro. Suelta a Keira, iba a ir por la chica, pero ahora no, tenía otro asunto, además, todos parecían que saldrían tras la desaparecida mujer.

- yo me quedo - murmuró la chica y clavó sus ojos en el anciano.