Partida Rol por web

No hay respuesta, asi que puedes imaginar que ya no está el duende. Que la has vencido por completo con astucia y mucha sangre fría.

Los shinigamis siguen gritándose unos a otros, porque no tienen espacio dentro de la red y comienzan a pegarse entre ellos, alborotando todo el bosque que, ahora sí, está libre de peligros.

Chasqueo los dedos para que desaparezca la red.

-¡Oe! Todo el mundo para el Seireitei perdiendo el culo. ¡Ya!

No doy opción a nadie a quejarse ni protestar, por como miro. Y voy a donde dije al chico ese que esperara.

-Vamos. Cuentame tu historia.

Vamos hacia el seireitei tambien.

Se levanta asustado según va viendo shinigamis y más shinigamis salir del bosque como si les hubieran puesto un petardo de Kuukaku en el culo.

Y finalmente apareces tú. Te mira extrañado. ¿De dónde has sacado a todos esos?

- ¿Historia? Te dije todo lo que tenías que saber. Mi nombre y que vivo solo. Cuéntame cosas del Seireitei. ¿Y cómo has conseguido sacar a todos esos de ahí? ¿qué ocurrió? Escuché gritos pero cualquiera entraba a buscarte...

No estoy de buen humor, se nota a la legua. De hecho se nota que estoy de MAL humor.

-No te conviene que te lo tenga que volver a repetir. Cuentame tu puñetera historia de principio a fin. Ahora. Y no te dejes nada.

Te mira unos instantes, con cara de asombro y algo asustado. Das verdadero miedo en estos instantes.

- Ha-hai...

Te invita con un movimiento de mano a que te sientes en el suelo. Él hace lo mismo, echándose hacia atrás el haorí blanco para que no se le manche.

- Bueno...

Te observa durante unos instantes, algo dubitativo por lo que va a hacer, puesto que sabe que, desde pequeño, tiene prohibido hablar sobre él mismo y su infancia. Pero hueles a ella y de alguna manera te pareces. ¿Será cierto que eres una Shihöin?

Creo que puedo confiar en ella. Y si no pudiese tendré que hacerlo igualmente porque tampoco es que me esté dando opción.

- Veamos, ¿por dónde empiezo?

Cierra los ojos unos instantes, con la mano sujetándole la cabeza, para luego abrirlos y dirigirlos al cielo. Una sonrisa sale de su boca.

- Me llamo Hiraishin y se podría decir que mi apellido también es Shihöin. Mi madre me dio a luz lejos del Rukongai, al otro lado de las montañas, donde nadie se atreve a pisar. Viví junto a ella bastantes años... era... tenía el pelo como yo aunque un poco más largo, los ojos amarillos y recuerdo que era estricta a más no poder, aunque también me cuidaba cuando estaba enfermo y me entrenó para saber defenderme de cualquier peligro.

Te mira, quizás intentando encontrar alguna muestra de reconocimiento en su descripción.

- Se llamaba Yoruichi. Yoruichi Shihöin.

Hace una pequeña pausa en la que no puede apartar los ojos de ti mientras sonríe, pues el recuerdo que tiene en la cabeza no puede hacerle más que feliz.

- Y olía muy parecido a ti. Es por eso que te seguí. Me resultabas un olor muy familiar y aunque ella me dijo... bueno, ya llegaremos a esa parte.

Apoya las manos en el suelo y se inclina un poco hacia atrás.

- Hasta los diez años vivimos en las montañas. Solo ella y yo. Me enseñó a leer, a escribir... y un día, cuando demostré tener energía espiritual o reiatsu, como ella lo llamó, me empezó a entrenar en la lucha. Era rápido, muy veloz, y ciertamente ella estaba feliz. Incluso un día me trajo a una compañera.- se toca la zampakûto que tiene en el cinturón y la mira unos momentos, aún feliz, recordando buenos momentos- Yosai. Mi única compañera desde que Yoruichi decidió que era el momento de dejarme libre. Quise ir a convertirme en shinigami pero me lo prohibió tajantemente muchas veces. Me comentaba que nadie debía saber de mi existencia, que era peligroso. Por eso deduje que ella se fue, para protegerme. Aunque nunca me lo comentó.

Al hablar de la partida de Yoruichi, notas a Hiraishin bastante triste. La sonrisa ha desaparecido de su rostro y el brillo que conservaban sus ojos ha disminuido, mientras ha bajado la cabeza y se observa las manos, que ha dejado de apoyar en el suelo.

- Ella me hablaba del Seireitei. De los valientes capitanes, de la extravagancia de algunos y de que allí estaban en una familia. Nunca me contó nada de mi padre, ni de por qué se marchó de allí, ni... de por qué quiso abandonarme y mantenerme oculto. Sé que llevo ropas de shinigami pero... - te mira, como un niño divertido.- siempre me gustó esa historia. La imaginación me llevaba a ser feliz, a creerme alguien importante. Aunque esto creo que tiene poca importancia para ti en estos momentos. ¿Por dónde íbamos? ¡Ah! Sí, a los diez años me dijo que era el momento de vivir por mi cuenta, que tuviese cuidado y que nunca, nunca la buscase. Le hice caso. He vivido de nómada por todas partes, intentando pasar desapercibido y con la única compañía de Yosai. Y no la he buscado, nunca, no solo porque me lo ordenase, sino también porque con el paso del tiempo no creí que la hubiera conocido de verdad. Que solo era producto de mi imaginación. Y sin embargo...

Te mira y luego se señala la nariz.

- Te olí. Un olor como el de ella. Algo que nunca pude olvidar y que me demostraba que todo lo vivido fue real. Creí que pasaría desapercibido en forma de gato y que podría seguirte para asegurarme de que eras ella. Luego me encontré con que eras shinigami y todas las ganas de seguirte se duplicaron. Hasta que me tiraste del rabo. Desde entonces te odio un poco, ¿sabes?

Sonríe, demostrándote que está bromeando.

- Mmmm.. ¿Me falta algo? Bueno, tengo 90 años y no tengo ni amigos ni familia.

Te mira de reojo, esperando ver tu reacción, dividido entre sonreir o no. Apoya las manos en la rodilla.

- ¿Quieres saber algo más?

Lo miro seria todo el tiempo, y no muestro sorpresa...porque ya me lo había imaginado. Aunque ciertamente es algo muy sorprendente.

-A ella tampoco le gusta que le tire del rabo.- sonrío con eso.

-Es normal que no te hablara de mí. Si solo estuvo contigo 10 años, y tienes 90, yo ni había nacido aún. Pero soy su hermana pequeña.

-Bueno, suponiendo que lo que dices sea cierto y no una treta de alguien...- me encojo de hombros.

-Tenteikura. Oe, Baa-sama. Quiero hablar contigo. Mira a cielo.

Lanzo una cacho de llamarada al cielo.

-Ve a esa llamarada. Y ven rápido, que estoy cabreada contigo. ¿¡Qué es eso de que soy tía y no me lo dices!? Si no vienes supondré que este tío, Hiraishin, es un mentiroso y lo mataré.- corto la conexión.

Mantengo la llamarada cerca de un minuto.

-Es la única persona, que yo sepa, más rápida que yo...así que no creo que tarde.

Su cara de sorpresa es incomparable con ninguna otra. ¿De verdad la estás llamando? ¿De verdad vendrá?

Él se levanta y se aparta un poco de ti.

 - Oi... no dirás en serio lo de matarme... he dicho la verdad...- pone cara de extrañado- ¿Tía?

Al momento escuchas la voz de Yoruichi. Una voz completamente dormida y pastosa.

Yoruichi:- Oi... Reena... ¿qué es eso de despertarme y....?

Llega a tu lado, ya vestida como su ropa habitual y la chaqueta naranja.

Yoruichi:- ¿... de qué estás hablando?

Termina la frase y puedes observar a Hiraishin incapaz de moverse o de pronunciar palabra. Mientras, Yoruichi, sin moverse, con el cuerpo orientado hacia ti, mira de reojo a Hiraishin, seria.

-De eso hablo...creo que yo soy la que tiene menos que explicar.

Me cruzo de brazos, a la espera.

Momento de parón en la escena... hasta que con un shumpo más rápido que ninguno Yoruichi llega hasta Hirosin y le tira de una oreja haciéndole quejarse y agacharse.

- ¡No te dije que permanecieses oculto! ¿Qué parte de no dejarte ver fue la que no entendiste?

Hisaishin:- Itteee, ite ite ite... ¡gomenasai! ¡Gomenasai!

- ¡Y ahora vas y persigues a Reena!

Hisaishin:- ¡Sumimasen! ¡Sumimasen!

-Oe.

No paran.

-Yoruichi.

Siguen. Comienza a palpitar una vena en la sien.

-Te dije que estaba enfadada. Parad.

Meten mucho ruido.

-Lo digo en serio.

Ni caso.

Se paran de pronto, dejando de gritarse y de pegarse entre ellos, mirándote.

Sí... está muy cabreada.

Suelta la oreja de Hiraishin y éste se incorpora nuevamente.

- Te has librado de milagro, jovencito.

Hiraishin:- Sumimasen...

-¿Y bien?

Se cruza de brazos, altiva.

- No tengo nada que decir.

Hiraishin os mira a ambas.

Hiraishin:- Oi... oka-san... que está muy enfadada...

Galleta.

- ¡No me llames oka-san delante de los demás!- suspira.- está bien. Sí, le conozco. Yo le crié. No hace falta un master para darse cuenta de que es un Shihöin, ¿no?

Hiraishin:- Te lo dije, tita.

Galleta.

- ¡No la llames así! Me has desobedecido, Hiraishin.

Hiraishin:- Pero oka-san... ¡olía a ti!

Él actúa como un niño y ella como una madre estricta.

-Yoruichi...podías haberlo contado. Baka. Y si le sigues pegando así me parece que no te voy a dejar más a Soyu ¬¬

Señalo al chico.

-Y ya es mayorcito para no hacerte caso si quiere, digo yo...yo no te lo hago y soy menor que él.

- ¿Contar el qué?

Hiraishin parece muy triste y decepcionado. Al parecer su madre no ha hablado de su existencia ni a su propia hermana. Yoruichi continúa con los brazos cruzados y expresión severa.

- Mira Reena. No había nada que contar. Era mejor que él estuviese en las sombras.

Agh... se lo va a contar a todo el mundo...

-Dame buenas razones para creerme eso. Baka...se te nota que le quieres. Dame buenas razones para que hayas sufrido así todos esos años. Venga, habla. O te muerdo.

- Fue en la época en que me fui del Seireitei por los estúpidos experimentos de Kisuke y la amenaza de Aizen que sabía que yo contaba con demasiada información. Por eso lo mantuve escondido. Sobreviviría a Aizen y no sería perseguido. Simplemente. ¡Claro que lo hice por su bien! Cuando se acabó la amenaza no pensé en volver a buscarlo. Lo abandoné, y era mejor así.

-Eso se acabó ya. Ahora no hay peligro. ¿Quién es el padre? Como sea Urahara Soi Fong te mata...bastante te va a costar explicarselo sin ese detalle.

Le tiendo la mano a Hiraishin.

Cuando la coge tiro de él y le doy un abrazo de verdad.

-¡Tengo un sobrino!

Sorprendido te devuelve el abrazo, sonriendo. ¿Cuánto hacía que nadie le exponía que le quería?

Yoruichi dulcifica el rostro por tu bienvenida a su hijo.

Yoruichi:- ¿A quién le importa quién sea el padre? Y Soi Fong no lo va a saber.

-¿Quién es Soi Fong, oka-san?

Yoruichi:- ¬¬....no me llames así, Hiraishin...

-Tu otra oka-san. Es la pareja de Yoruichi. Aunque tiene mal genio...y ya lo creo que lo va a saber. No le puedes ocultar esto...porque será muy raro sino que él ronde por allí si no. Y no "importa" pero querría saberlo. Yo te dije quién era el padre de Soyu. Y ella también va a pensar el primero en Urahara....lo sabes.

No suelto a mi sobrino, lo mantengo con la cabeza en mis piernas.