Partida Rol por web

El paladín ve por el rabillo del ojo la figura que se desliza rápidamente y se gira raudo para disparar la ballesta que tiene en las manos. El virote se clava en el ser antes de que se escabulla del todo.

Tinuviel, maravillado por los tesoros que ha conseguido, apenas se molesta en apuntar.

-¡Y no vuelvas!

Erik esta demasiado atontado sonriendo a Natalya. No solo es que no se de cuenta de que pasa la serpiente, es que ni siquiera se da cuenta de que con su embozo no se ve su sonrisa.

Metéis a Natalya en un saco, amordazada y maniatada, y otro lleva el tablón para ayudaros a vadear los fosos. Váis saliendo...

Pero al llegar a la segunda estancia, ¡una lluvia de virotes os cae encima! Tres de ellos parecen solo una advertencia, pues os pasan lejos, pero hay uno que va bien dirigido, y se clava en la espalda de Natalya, arrancándole un grito ahogado.

Una voz os llega desde el ático, por encima y delante vuestro.

Si dejáis a Natalya ahora mismo en el suelo, podéis largaros sin miedo a represalias. En caso contrario... Bueno, vosotros mismos.

Véis entre las sombras a una tipa enfundada en armadura y un arnés similar al que llevaba Natalya, con una ballesta de mano que guarda en su cinturón, del que cuelga un látigo. Otros tres tipos con ballestas ligeras os han disparado desde abajo, en la repisa de la segunda sala.

Tinuviel se arrojó al suelo.

-Maldita sea... freid a esos cabrones. ¡Y Karash! ¡Que te estén friendo a ballestazos no quiere decir quieran parlamentar!

Luego, se puso a conjurar. Todavía le quedaba un resquicio de energía arcana.

La tipa sonrie de forma maliciosa, y colgada desde donde está, carga la ballesta de mano y apunta de nuevo hacia vosotros. De nuevo Natalya es el objetivo a abatir, y dado que Karash no ha podido reaccionar, era el mejor blanco. Pero algo sale mal, y el virote se cae del canal de la ballesta cuando cuando el resorte salta... Provocando una sarta de madiciones en la tia del ático.

Por su parte, los tipos apuntan de nuevo y esta vez uno de los virotes alcanza su objetivo, clavándose en la lona.

Después de haberse pasado unos segundos canturreando, Tinuviel sacó un poco de arena de su bolsillo y murmuró unas palabras arcanas señalando hacia los tres ballesteros.

-Dormid, malditos, dormid.

Dos de los tipos sacuden la cabeza cuano Tinuviel lanza su conjuro, pero no parece que les haya ocurrido nada más.

Tinuviel desesperado por que su conjuro no ha tenido ningún efecto se pone de pié, levanta su arco y dispara a la mujer que cuelga...

Sin el más minimo efecto.

No vamos a salir de ésta...

Opik volvió a pronunciar unas palabras en idioma enano y otra oleada de sanación surgió de él pero notaba el esfuerzo de llevar tanto tiempo solicitando ayuda a su dios y eso se notó en la ligera sanación.

Karash sobrepasa a Opik desenfundando de nuevo su espadón y lanzando su ataque contra el tipo de en medio para obligarles al cuerpo a cuerpo: No dejaré que el mal nos venza.

Erik atraviesa con ligereza la pequeña repisa hasta ponerse a la par con Karash.

La tipa hace un movimiento y se descuelga de las sujeciones de su arnés, cayendo on una voltereta al suelo mientras saca una espada corta de su cinto, y evitando que el paladin le pueda atacar.

Por su parte, los tipos sueltan las ballestas y sacan sus luceros del alba. Dos de ellos atacan al paladin, pero fallan sus barridos a pesar de estar en mejor posición. El otro lanza su golpe también, aprovechando que su jefa está en el lado opuesto ofreciéndole flanqueo y que está encima del paladin, y le golpea el hombro.

-¡Karash, sal de ahí!